
C I N C U E N T A
Momo había sido la responsable de enviar la fotografía, y lo había descubierto hacia unos días. Sin embargo, no había sido capaz de ir a enfrentarla, quizá por miedo o quizá por otra cosa. Pero mientras más alejada tenia que estar de Lisa en la academia por culpa suya, más valor me daba de ir con ella. Porque esto, el tener que estar lejos de Lisa y hacer como si no existiera, era por culpa de Momo, y no lo soportaba. Necesitaba hablar con ella, necesitaba saber por qué lo había hecho.
Era consciente de que a Momo no le agradaba del todo Lisa por muchas razones, por lo que ocurrió en Tailandia con la beca y...quizá por mi. Aunque no estaba del todo segura de aquello último.
Dijo estar enamorada de mi en repetidas ocasiones...pero ¿Realmente hizo esto por esa razón?
Así que aquí estaba, frente a la puerta de su casa, lista para tener que hablar con ella y descubrir por qué las cosas se dieron de esa forma. Toqué el timbre de casa, y una señora mayor fue quien me abrió la puerta.
— Bonjour —saludó—. ¿En qué puedo ayudarle, señorita?
— Necesito hablar con Momo. Dígale que Jennie la busca —la señora asintió y me dejó pasar a la sala de estar. Dijo que iría a llamar a Momo, así que yo me quedé de pie, esperando. Mi ida a su casa era tan fugaz que ni siquiera quería molestarme por tomar asiento en el sofá.
Momo bajó pasados unos pocos minutos. Pude notar cierto entusiasmo de su parte. Ella se acercó hasta mi sonriendo y me ofreció sentarme y tomar algo. Yo me negué.
— Es rápido, Momo, no te quitaré mucho tiempo —ella sonrió.
— No te preocupes, Jennie, tu puedes quitarme todo el tiempo que quieras —alcé una ceja. ¿En serio me decía eso? —. Adelante, Jen, dime que te ha traído a mi hogar. Te escucho.
Suspiré. Tomando algo de valentía, hablé.
— Sé que enviaste la fotografía, Momo —sus ojos se abrieron levemente, parecia sorprendida. Supongo que nunca imaginó que yo llegaria a concluir que se trataba de ella. Quiso hablar, pero no se lo permití —. Momo, ni te molestes en negarlo. Eres casi que la única persona que haría algo como eso.
— ¿Disculpa? Jen, no se de que me hablas.
— No necesitas hacerte la que no sabe. Las cosas son claras, hablemos como adultas y dejémonos de juegos.
— Bien, Jen, si, fui yo quien envió aquella fotografía a tu madre. No tengo nada a que temer.
Negué con la cabeza.
— ¿Por qué harías algo como eso?
— ¿Por qué? ¿De verdad todavía lo preguntas?
— Momo —me acerqué a ella—, nos conocemos desde la secundaria. Pensé que eramos amigas, quizá no amigas tan cercanas pero amigas a final de cuentas. Darme cuenta de que habías sido la responsable se esto me hizo sentir decepciónada, ya que yo, de forma ilusa realmente creí cuando decías estar enamorada de mi, y creí que por eso sentías un cariño y respeto hacia mi.
— Por eso mismo lo hice, Jennie, ¿Acaso no te has dado cuenta? —temiendo lo que iba a decir, dejé qye continuara—. Precisamente porque te amo es que hice todo eso. No soporto verte con Lisa, me muero de celos.
No, no quería escuchar esto de nuevo.
— Sabes que siempre fue difícil para mí el tener que rechazarte en repetidas ocasiones, Momo, pues a final de cuentas siempre has sido algo cercana a mi y hemos compartido clases juntas. Pero creo que tenemos conceptos diferentes sobre amar a alguien, yo no lastimaria de esta forma a alguien que yo amo. Porque al enviar esa foto, solo causas dolor en mi.
— Pero Jen, no lo hice para lastimarte—ella se acercó aun mas a mi y tomó mi mano—. Lo hice para que así Lisa se aleje de ti y puedas darte cuenta de que te amo y que tu también puedes amarme así.
Negué con la cabeza y me solté de su mano..
— Momo, ¿Acaso no comprendes que mi madre no te aceptaria ni a ti? —ella ríe.
— Tu madre me adora, además, tengo una buena posición económica y social. No como Lisa, que no es más que una becada.
Reí. Que ingenua, se notaba que no conocía en absoluto a mi madre.
— ¿Crees que mi madre no me quiere con Lisa por su estatus? Es absurdo. Mi madre, curiosamente, si se fija en ese tipo de cosas, sin embargo, no es por eso que me quiere tan desesperadamente lejos de Lisa. La razon es porque ella es mujer. La razon es su homofobia, Momo —su expresion cambió. Tal parecia que envió esa foto con otro tipo de ideas—. Así que supongamos, Momo, que ocurre lo que dices. Me enamoro de ti e intentamos una relación, pero si mi madre se entera la situación seria la misma. Pero no te preocupes, eso no ocurrirá porque yo no siento nada por ti.
Me había cansado de ser amable y decirle las cosas de buena forma. Simplemente ya no podía con eso. Solo que me sentí un poco mal por ella, pues mis últimas palabras parecieron afectarle un poco, aunque disimuló bastante bien.
— Aún así no me arrepiento de lo que hice.
— Momo, por favor deten esto. Realmente yo no quiero estar contigo, yo quiero a Lisa. Lo lamento.
Querer era muy poco comparado con lo que sentía. Yo realmente amaba a Lalisa. No estaba lista para decírselo, pero estaba segura de lo que sentía.
— Te dije que te romperá el corazón, Kim —negué con la cabeza. Lisa nunca me haria algo como eso—. Te aseguro que yo te esperaré toda la vida si es necesario, esperaré hasta entonces para que estemos juntas.
Su amor era sincero como negarlo. Pero no era correspondido.
Quería evitar el tema. Me di cuenta que dijese lo que dijese, no cambiaría.
— ¿Estuviste ese día? —tenía esa duda al respecto. El día de San Valentin, no recordaba haberla visto, así que seguía habiendo algo que no entendía.
— No estuve ese día. Alguien más tomó esa fotografía.
— ¿Quién? ¿Lo conozco? —Momo asintió.
— Si — me quedé en silencio esperando que ella me dijese quien era — El chico de la competencia es mi primo.
¿Y eso que tenía que ver?
— El fue quien las fotografio —mi boca se abrió levemente en modo de sorpresa. No esperaba que alguien tan ajeno a mi hiciera algo como eso.
— Pero ¿Por qué? ¿Por qué el haría algo como eso?
— No era su intención esto. De hecho el no sabe lo que esta fotografía provocó. No fue mas que una simple coincidencia que el te encontrara ahi, ya que mi primo sabe que estoy enamorads de ti y me envió esa foto cuestionando si era consciente de que tu estabas en una relación —entendía—. Jen, el te admira, siempre ha admirado lo bien que tocas el piano y te admiró aún más cuando se encontró contigo en esa competencia y se dio cuenta de que no solo eres talentosa en el piano, si no también en el baile. El es inocente, yo solo me aproveche de esta situación.
Recordaba su nombre ¿Se-hun? Creo que era. Ahora entendía porque me observaba tanto pero igual no entiendo porque alguien que seguramente tiene la misma edad que yo me admira.
— De acuerdo, entonces la culpa es solo tuya —asintió. Por un lado agradecí que estuviera admitiendo que la culpa era completamente suya—. Esto era todo lo que quería hablar contigo, Momo, gracias por tu tiempo.
Decidida a marcharme, di media vuelta, pero senti su mano detenerme. Así que me giré de nuevo hacia Momo.
— Jennie por favor, dame una oportunidad —me solté de su agarre con brusquedad, y eso pareció ser su respuesta—. Bien, lo entiendo, pero no te preocupes, cuando lo haga, cuando te rompa el corazón, yo estaré aquí esperándote con los brazos abiertos.
(...)
Después de mi no muy grata conversación con Momo decidí ir directamente a casa. Mi madre estaba algo paranoica con eso de salir yo sola por lo ocurrido con Lisa, y de hecho, ya era una sorpresa que no me hubiera llamado hoy por todavía no llegar a casa.
Y hablando de, nada más entrar a la sala de estar me la encontré de pie con un bolso grande de viaje y unos documentos en mano que cerró nada más verme. Yo le Sonreí lo más sinceramente que pude.
— Tengo un viaje repentino para dejar unos documentos importantes de la academia —asentí—. Asi que volveré mañana por la mañana, el viaje es muy corto.
— Está bien, madre, que tenga un viaje seguro.
Intenté ser amable y no tener un ambiente tenso.
— Tu abuela te estará vigilando —dijo entonces, y supe a que se refería—, tú y yo sabemos a lo que me refiero, así que no quiero sorpresas, Jennie Kim. ¿Bien?
Asentí.
— Muy bien —agarró su abrigo del perchero y fue directamente al elevador. Yo la acompañé hasta el mismo. Y antes de las puertas se cerraran ella dijo:—. Ah, y sé que mañana no tienes clase en la academia, pero no te duermas tarde, Jennie.
Y las puertas se cerraron.
Subí a mi habitación para darme una corta ducha y después bajar por algo para cenar. La encargada de la cocina me preparó un sándwich, ya que no me apetecía nada más que eso. Me senté en el sofá de la sala de estar y me dediqué a mirar una serie en mi laptop mientras comía.
Sentía increíble el hecho de obedecer al pie de la letra las indicaciones que mi madre me había dado, incluso pensaba hacer caso en la de no dormir tarde. Así de insegura me sentía a sabiendas de que ella probablemente ya no estaba en la ciudad. Ah, yo realmente anhelaba llamar a Lisa y pedirle que viniera para abrazarla y decirle lo mucho que la había extrañado estos días.
Como si hubiese pedido un deseo, escuché como las puertas del elevador se abrieron a mis espaldas. Sorprendida y algo asustada, debido a que no era muy temprano y no esperaba a nadie, giré mi cabeza en esa dirección encontrándome así a Lisa.
— Manobal —debía admitir que había dicho su apellido hasta con cierta emoción— ¿Qué haces aquí?
Me puse inmediatamente de pie y me acerqué a dónde ella se encontraba. Ya había salido del elevador y las puertas se cerraron detrás suyo.
— Solo-
Se detuvo, como si no supiera que decir. Me estaba preocupando. Si bien, no habíamos hablado desde el día en que fui a su departamento y ella me había dicho que yo era su nuevo sueño ella no podía estar ahí, no debía más bien. Sabíamos que lo de mi madre implicaba eso, no vernos.
— Te necesito jennie.
— ¿Me necesitas? —me acerqué más a ella. Nuestras miradas se conectaban y por alguna razón sentí un nudo extraño en mi garganta. Por alguna razón sentí angustia al ver sus ojos.
— Necesito pasar esta noche contigo — Acarició mi cabello delicadamente.
— ¿Por qué?
— Yo solo —se detuvo—...solo extraño estar a tu lado. Te extraño mucho, Kim.
— Pero Manobal, sabes que si mi madre se entera...
— Por favor —me interrumpió—, podemos ir a mi casa a dormir o donde sea. Solo quiero estar contigo esta noche, es todo lo que te pido, Jennie —su súplica causó tanto en mi, que no pude negarme. La verdad era que yo también quería estar con ella y la extrañaba, así que, decidida a dejar mis miedos a un lado, acepté.
Eran pasadas las ocho de la noche y mi madre no volvería hasta el día siguiente, asi que podríamos estar en casa hasta entonces.
— Mi madre salió de viaje, volverá hasta mañana por la mañana asi que podemos pasar la noche aquí, Manobal —ella asintió, mostrándome una leve sonrisa.
Pero hubo algo que me sorprendió, un detalle que intenté no tomar mucho en cuenta pero que aún así me hizo pensar. El rostro de Lisa no mostró sorpresa o alivio de saber que mi madre no estaba en casa, fue como si ya lo hubiera sabido y yo solo se lo confirmé. Pero de seguro solo eran suposiciones mías, porque ¿Cómo podría saberlo?
Tomé a Lisa de la mano y la llevé hasta mi habitación. Al entrar ella lo primero que hizo fue sentarse en la cama. Yo le indiqué que haría una llamada y sali un momento. Llamé a mi abuela y le expliqué que la rubia se quedaría en casa esa noche, solo para que estuviera enterada y me ayudara para que mi madre no se diera cuenta. Respondió que haría lo posible pero que todo dependía de mi. Me sentí un poco más aliviada pero aún así debía ser precavida y despertar temprano el día siguiente.
Ingresé nuevamente a mi habitación y Lisa seguía sentada sobre la cama, mirando fijamente la ventana que daba hacia la ciudad iluminada de París. Luces, sonidos de autos, si, lo común. Cerré la puerta detrás de mi y eso pareció captar su atención, pues giró su mirada hacia mi, y sonrió sutilmente.
— Apaga la luz — Me dijo ella
—¿La luz? ¿Ya tan pronto quieres dormir, Manobal? —ella negó, así que mi semblante cambió—. Entonces ¿Por qué?
— Tu solo hazlo kim — Como si fuera la primera vez escuchar mi apellido salir de sus labios me causo escalofríos — Confía en mi.
Cómo dijo confíe en ella y apagué la luz de la habitación, la cual se oscureció por completo, dejándome no ver más que la pequeña silueta de la rubia gracias a la ventana que tenía enfrente.
Lisa se acercó hasta donde yo estaba con pasos pequeños, y situó su mano en mi barbilla, poniendo su pulgar sobre mi inferior y deslizandolo hacia abajo lentamente. Temblé ante su tacto.
— Eres tan preciosa —dijo Lisa, provocando que yo riera.
— No puedes verme en la oscuridad, Manobal.
— Hasta en la oscuridad se nota lo hermosa que eres, Kim —colocó su mano sobre mi mejilla para acercarme a su rostro y besarme.
Creo que no hicieron falta palabras de ambas para saber lo que seguía después de aquel beso. Nos conocíamos tan bien que ambas sabíamos que queríamos lo mismo, queríamos sentirnos y tocarnos por completo.
Aquella noche solo aquella noche.
Lisa beso por completo y delicadamente cada una de las partes de mi cuerpo y yo le devolví el favor haciendo lo mismo con el suyo.
›‹
Penultimo capitulo.
Está escena entre lisa y Jennie la subire como un extra junto al capítulo final y el epílogo ya que todavía no está lista y al principio no iba a subirla.
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