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ᴄᴏɪɴᴄɪᴅᴇɴᴄɪᴀ


Jungkook estaba de compras... otra vez. Pero ahora se encontraba en una tienda de ropa de primera marca, tenía toda la intención de cambiar el guardarropa que hace un mes había comprado.

¿Mimado?, Claro, Jungkook lo veía como lo único bueno de tener a padres despreocupados y ricos. Una tarjeta sin límite de cantidad era su derecho mínimo.

Señalando cada prenda que quería, y algunas cosas fueron llevadas por el gerente del lugar, que parecía un perchero más que un humano.

— ¿Eso es todo? — pregunta el hombre mirándolo ansioso, los signos de dólar se veían en sus ojos.

— Sip, quiero toda la nueva colección de faldas y suéteres pasteles. Ya sabes dónde mandarlas. — dice yendo hasta la caja a esperar como siempre hacía.

— Claro, señorito Jeon.

Jungkook trata de no gruñirle con desagrado cuando ve al hombre rechoncho mirarle el trasero sin disimulo. Por suerte lleva sus gafas de Chanel y puede rodar los ojos a gusto sin que se den cuenta, o mirarlos con asco... cómo en este caso.

Detiene su andar, cuando escucha dos voces a su costado, de reojo ve a un bonito y alto omega de cabellera rubia, que parecía algo alterado mientras le habla a una de las encargadas de la tienda.

Puede ver que señala hacia unas botas que estaban en un estante. Baja sus lentes para verlas bien y, lo acepta ese omega tiene buen gusto.

Así que se acerca un poco, escuchando en que se basa la discusión.

— Por enésima vez, si no está el titular de la tarjeta, no podremos hacer la compra.

— Le digo que él es mi alfa, no vio la foto que le mostré.— dice algo impecable el omega. — Señorita tengo una cena importante esta noche y las necesito.

— Lo lamento por usted. — en su cara había menos todo arrepentimiento. — Pero no puedo, si no está el titular de la tarjeta no hay nada que hacer.

— Por favor, usted sabe muy bien que los omegas no pueden tener tarjetas personales. Para nosotros no es fácil, el dinero que está allí es mío, de mí trabajo. No tengo la cantidad en efectivo.

— Entonces debería comenzar a buscar algo que pueda costearse.

— ¿Qué quiere decir con eso?

— Que se busque una tienda que sea de su estatus, señor. — dice rodando los ojos.

Sin tener ganas de escuchar a la mujer clasista, JungKook aclara la garganta y le extiende su tarjeta, la joven lo mira con odio al reconocerlo.

— Cóbralo aquí, Clarita. — dice sonriendo con altanería a la mujer, que toma la tarjeta y se va indignada. — En un pago, por favor, aunque ya lo sabes. — se levanta los lentes oscuros y mira al omega. — Ella es un amor... — dice enfatizando lo último y le sonríe al omega. — Un placer...

— Kim SeokJin, no sé de donde saliste, pero acabas de salvarme. Gracias. ¿Cuánto te debo?

Jungkook ríe, negando. — Oh, nada de eso precioso, no podía dejar a unas botas como esas sin dueño. — le guiña un ojo antes de tomar la tarjeta que la vendedora le entregaba de regreso junto a la bolsa y sé la da al omega de cabello rubio. — Que las disfrutes.

SeokJin con las mejillas rojas ve al omega irse, aún afectado por el coqueto se pregunta si alguna vez había visto aún omega así de atractivo, mientras camina hacia la salida del lugar.

— ¿SeokJin?, ¿Qué haces aquí? — una voz detrás de él.

— ¡No sabes lo que acaba de pasarme! — chilla girando hacia su cuñado.

— ¿Compraste otra cosa?, sabes que a NamJoon no le gustará que gastarás tus ahorros en eso.

— No la compré.

— ¿La robaste? — frunce el ceño, quitándole la bolsa. — Ve a devolverlas, no quiero nada ilegal en mi casa.

— ¡¿Cómo te atreves a decir eso Park JiMin?! — suelta indignado el omega. — Para tu información me lo regalaron.

— ¿Quién en su sano juicio te regalaría unas botas que cuestan la mitad de mi sueldo mensual?

Las mejillas de SeokJin vuelven a ponerse rojas al recordar al bello omega. — Parecía una superestrella y su ropa lo hacía ver taaan bien.

— Deja de babear, a NamJoon no le gustará nada saber que aceptas regalos de otros alfas a unos meses de la boda. — dice JiMin entregándole la bolsa otra vez, mientras comienzan a caminar hacia el estacionamiento.

SeokJin bufa siguiéndole el paso. — Cállate, siquiera era un alfa, era un Omega.

— ¿Un omega?

— Sip, me regaló esas lindas botas porque dijo que yo era igual de bonito. — se jacta sonriendo.

JiMin hace una mueca desbloqueando el auto. — Creo que ese chico necesita lentes, al igual que mi hermano.

— ¡Park JiMin! — gruñe. — Solo estás celoso porque eres tan gruñón, que dudo que alguien te regale cosas por tu cara de ogro.

El alfa ve a su cuñado subir al auto y su mente no puede evitar imaginar a la pequeña personita que atormenta sus días con café y pastelillos.

— Si supieras, SeokJin. — suspira antes de adentrarse al auto.

[...]

Toda la familia Park-Kim se encontraba reunida en una mesa para cinco, aunque únicamente eran cuatro.

Soobin era el alma de la mesa, tan inquieto y encantador como siempre.

— Entonces le di un pisotón pol malito. — termina de contar una anécdota del jardín al que iba.

— Ese es mi sobrino, dame cinco. — el alfa mayor ríe y alza su mano para que el pequeño la estreche, recibiendo dos malas miradas en el proceso. — ¿Qué? — mira hacia su hermano menor y su prometido y futuro esposo con inocencia. — Se estaba defendiendo.

— Aun así, no está bien que haga eso. — JiMin dice y mira hacia su hijo. — Soobin, ¿Qué dijo papá cuando alguien te moleste?

— Decidle a un mayol. — el pequeño baja la cabeza y hace puchero. — Peldón.

— Ay, JiMin, déjalo, es muy lindo para que lo regañes. — NamJoon dice acariciandole el cabello.

JiMin rueda los ojos y mira a su cuñado. — Que dios se apiade de ti, cuando tengan hijos. — le dice en voz baja.

SeokJin casi se ahoga con el vino que estaba tomando. — ¡Park JiMin!

— ¿Amor, está bien? — pregunta preocupado Namjoon.

— Sí, bebé. El tonto de tu hermano que dice estupideces. — gruñe mientras se limpia con una servilleta. — Casi haces que arruine mi atuendo.

— ¿Tu atuendo o tus botas nuevas? — dice perspicaz JiMin reviviendo una mira amenazante de SeokJin.

— Bueno, iré al baño, ya vuelvo. — NamJoon por suerte no se percató de nada, mientras se paraba.

Cuando el alfa mayor se va de la mesa, SeokJin aprovecha para darle un puntapié a su cuñado por debajo de la mesa.

— ¡Auch! — se queja Park. — ¿Por qué hiciste eso? — Te lo mereces.

Mientras los dos mayores comienzan a discutir sobre el origen de las botas. El pequeño Soobin parece percatarse a algo, más bien a alguien.

— ¿Pastel?, ¡Pastel! — chilla Soobin, gira a hacia su padre que no le presta atención y lo jala de la camisa. — ¡Papá, papá, Pastel!

JiMin asiente, más enardecido en seguir con la disputa contra su cuñado, que prestarle real atención a su hijo.

— Sí Soobin, puedes tener pastel de postre, sólo si te comes toda la comida.

El pequeño hace puchero y se cruza de brazos al oír a su padre. — ¡No!

— Soobin ya te dije...

— ¡Oh Dios!

— ¿Qué te pasa ahora? — JiMin bufa mientras gira a ver a SeokJin que parece aturdido.

— El omega del que te hable, está aquí. — chilla.

— ¿Él que dices que te coqueteo en la tienda? — frunció el ceño mirando hacia los costados.

— ¡Sí!

— ¿Quién te coqueteo?, ¿Y en qué tienda?

SeokJin deja de arreglar su cabello y traga saliva antes de mirar a NamJoon de brazos cruzados y rostro serio.

— ¿Coquetear?, ¿Quién dijo coquetear? — se hizo el desentendido. — Escuchaste mal, Cariño. ¿Verdad JiMin?

El nombrado mira a su hermano y luego se encoge de hombros. — Yo no sé nada, solo lo vi salir de la tienda.

SeokJin gruñe con frustración y NamJoon frunce más el ceño querido una respuesta.

— Disculpa... — una voz hace que todos hagan silencio. — Creo que se te cayó esto en el pasillo hace un momento. ¿Puede ser?

Un omega castaño sonríe mientras levanta un teléfono celular con su mano.

— Sí, es mío. — NamJoon siete sus mejillas rojas cuando ve frente a él, al lindo chico con quién choco al salir del baño. — Muchas gracias, me salvaste el empleo.

— No hay de qué. Solo ten cuidado más adelante. — dice el lindo muchacho, y está a punto de irse cuando una vocecita lo detiene.

— ¡Pastel!

Los grandes ojos de Jungkook mira con asombro a los demás presentes, que parecen de igual manera sorprendida que él.

— Oh... Hola. — saluda y sonríe hacia el alfa pelinegro batiendo sus pestañas. — Que conciencia encontrarnos, Señor Park, ¿No cree?

JiMin estaba a punto de responder, cuando SeokJin habla. — ¿Señor Park?, ¿Ustedes se conocen?

El pelinegro mira desde su cuñado, a su hermano un poco nervioso. — Algo así, es...

— ¡Ukie es novio de papá! — grita emocionado Soobin mientras baja de la silla y se tira a los brazos del omega.

La pareja Kim queda con la boca abierta y en silencio miran a JiMin, que solo quiere que la tierra lo tragué.

Y Jungkook no puede evitar reír mientras toma en brazos al niño que se acurruca en él.

Quizá estuvo juzgando mal a los niños, y no son esas máquinas de popo y destructores de sueños que pensaba....

Nah, a quien engañaba, solo le gustaba Soobin.

Imagínense a Soobin así❤️🥺

Muchas gracias por leer🦋

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