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ɪɴꜱɪꜱᴛᴇɴᴄɪᴀ

Había pasado solo tres semanas desde que Park JiMin fue nombrado públicamente director, y las cosas en los pasillos habían cambiado lo suficiente, para que nadie quisiera salirse de clases y toparse con el mayor.

Los murmullos ante su actitud reservada, y el aspecto intimidante habían logrado captar la atención de los curiosos y con ello un gran repertorio de chismes entre los estudiantes.

Pero había algo cierto, Park JiMin no era alguien con quien bromear y eso quedó más que claro, cuando todos pudieron verlo interviniendo en una brutal pelea entre alfas convertidos y, retenerlos contra el suelo como si fueran niños, sin siquiera cambiar a su estado de lobo.

Eso había asustado y asombrado a muchos, ya que hablaba del poder que ese hombre tenía aún estando en su forma humana.

Por ese episodio los rumores sobre Park JiMin aumentaron, y cada día había uno nuevo, y al mismo tiempo todos comenzaron a mirarle de lejos y no meterse en camino del peligroso hombre.

Bueno, no todos.

Jungkook también había estado presente cuando paso aquello, muy de cerca de hecho, y decir que no se calentó ante lo que presenció sería mentira. Literalmente corrió al baño para aliviarse después de eso.

Ese hombre era el mismísimo fuego y JungKook quería quemarse completo.

Además, al día siguiente se enteró de que los había expulsado. Jungkook no podía estar más encantado, no tendría que verles más la cara a esos acosadores de pacotilla,

Agradecido, al día siguiente le entrego su primer regalo al mayor. Era la primera vez que él se esforzaba por llegar a un alfa y no viceversa. ¡Y Park lo rechazo!

¡Eso hizo que lo deseara más!, por eso los siguientes días fueron más de lo mismo, Jungkook yendo a la oficina con regalos y siendo rechazado.

Aunque los rechazos veces hasta llegaban a ser bruscos, JungKook seguía perseverante. Sabía que no era un simple capricho, algo le pedía estar cerca de ese alfa con aroma a chocolate oscuro,

Séptimo día y Jungkook esta vez había pasado por una cafetería cercana, dónde compró un café amargo y algunos pastelillos de crema pastelera. Era lo que su ayudante le había dicho que el alfa consumía.

Luego de tirar el papel con el número del alfa que lo atendió, siguió feliz.

Jungkook daba saltitos y tarareaba una canción, mientras se dirigía a la oficina de su querido director.

— Hola, señorita Kim. — saluda a la amable mujer de mediana edad, era la recepcionista del alfa hace más de semana y media.

— Oh, hola cariño, ¿Otra vez aquí?

JungKook asiente. — No me rindo.

— Eso es bueno. — la amble mujer le da una sonrisa y suspira. — Yo conquisté a mi Dawn de la misma manera. Esos alfas son cabezotas.

Ah, si también era su ayudante para conquistar al alfa.

Jungkook ríe y deja una bolsita que compro aparte. — Miré le traje estás para usted, son sus favoritas.

— Oh, cariño, no hay necesidad. Muchas gracias.

— No hay de qué. Tómelo como un agradecimiento. — le guiña un ojo antes de llegar a la puerta del alfa. — ¡Buenos días, Señor Park! — dice alto como siempre hace acto de presencia. — ¿Cómo estuvo su mañana?

— Joven Jeon, ¿Debo recordarle que mi oficina es para gestionar problemas, no un lugar para venir a pasar el rato? — dice el mayor serio.

— Nop, porque exactamente a eso vengo. — se giró mostrado su mochila. — Haré mi tarea de matemáticas aquí, está llena de problemas. — sonreí aún más grande al ver que el mayor no dice nada. — ¡Miré le traje café!

JiMin dio de reojo una mirada hacia su cafetera individual a un lado del lugar, mientras el omega se acercaba dejando el café en el escritorio y unos panecillos.

— ¿Sabes que tengo cafetera, no?

Jungkook asiente. — Pero el café de la cafetera, no es tan bueno como este.

— Ni me lo diga. — frunce el ceño cuando ve algo raro en el vaso. Omitiendo el hecho que el omega sabía sus gustos. — ¿Vas muy seguido a esta cafetería?

— Últimamente sí. — dice el omega sin mucha atención, mientras saca sus cosas de la mochila y va hacia el pequeño sofá que tiene el alfa. — Pero solo para comprar su café, a mí no me gusta.

JiMin arquea una de sus cejas. — ¿No te gusta el café?

— Prefiero algo más dulce, últimamente me gusta mucho el chocolate oscuro, — sonríe hacia él. — Caliente es muy rico y me encanta.

Park aparta la mirada y asiente dando un sorbo al café. Un poco cohibido ante las palabras del menor. Su lobo quería aullar de felicidad. Él olía a chocolate oscuro.

— ¿Y por qué la pregunta? — el omega le mira de lado.

— Por nada. Solo termina tu tarea y ve a tu clase. — dice el mayor serio.

— Sí, señor. — dice el omega, para luego reír.

JiMin rueda los ojos, y ve con una mueca el número escrito en el vaso descartable.

El tal "Minhyuk" debe estar muy decepcionado de que el Omega jamás lo llame.

— Disculpe, director Park... — la puerta se abre de repente y la sonrisa de Irene se va en cuanto ve al otro omega. — ¿Tú que haces aquí?

JungKook está a punto de contestarle "amablemente", pero el alfa se adelanta.

— Es lo mismo que quiero preguntarle a usted, señorita Bae. — dice JiMin desde su escritorio, se quita los lentes. — ¿Hay algo que necesite?

"Un bozal" piensa con burla Jungkook, mientras mira expectante desde el sofá.

La mujer parece recomponerse y volver a adoptar su actitud dulce cuando vuelve a mirar al alfa haciendo ojitos tiernos.

— Solo me preguntaba si ya ha comido, así que le traje algo. — levantó la bolsa que llevaba en sus manos con una sonrisa tímida.

— Es muy considerado de su parte, Señorita Bae — Park dirige una mirada hacia los panecillos a medio comer en su escritorio y la mujer deja de sonreír. —, pero ya tengo desayunado.

— Oh... — dice decaída, pero vuelve a sonreír cuando se le ocurre una idea. — Está bien, quizá la pro...

— ¡Director Park!, podría ayudarme con algo, porfi. — Jungkook dice desde el sofá alzando su manito en el aire.

Rápidamente, recibe dos miradas, una asesina de parte de la mujer y otra curiosa del mayor.

Jungkook juega a morder la parte trasera del lápiz mientras ve a Park acercarse.

— ¿Qué sucede?

— No logro entender estas dos ecuaciones, ¿Me lo explica? — hace puchero. — Es para ahora y mi profesor se molestará.

El alfa lo mira unos segundos dudoso, pero asiente tomando asiento frente al Omega, en el otro sofá individual.

— ¿Qué no entiendes?

— Este. — señala con su dedito en la hoja. — No me da el resultado.

— Haber... esto no lo ibas a entender nunca por qué no es una ecuación lineal.

— ¿Ah, no?

El mayor niega. — Es cuadrática, lo puedes notar al...

Mientras el mayor explica, Jungkook finge estar prestando atención solo para acercarse más hacia él. Una pequeña y peligrosa sonrisa se apodera de su boca al ver a la olvidada mujer a un lado de la puerta mirándolo con odio.

Y como es Jungkook no puede evitar guiñarle un ojo, mientras se para sentarse en la mesita quedando frente al mayor, con sus piernas a un lado del cuaderno que Park sigue leyendo.

Se muerde el labio para no reír cuando de reojo la ve apretar la bolsa molesta, antes de marcharse echando humos por las orejas.

— ¿Joven Jeon? — esa pregunta hace que vuelva a mirar hacía frente. — ¿Me estás prestando atención?

— Sí, director — prácticamente ronronea, mientras sigue con la punta del lápiz en su boca, sintiendo los ojos del mayor ir hacia allí. — Usted es muy bueno enseñando. ¿Pensó en ser profesor alguna vez?

Jungkook no puede evitar divertirse al verlo tragar duro, y desviar la mirada hacia sus piernas. A propósito se inclina dejándolas más a la vista.

Sabía que al mayor le encantaban sus piernas, ¿Cómo no?, sí eran perfectas.

Lo ve apretar sus manos en puños y eso le causa bastante santificación. Podía notar la pelea interna que tenía el hombre frente a él.

¿Qué había de malo en una tocadita?, es decir, ya le conocía hasta el hijo. Él había hecho cosas peores con personas que ni el nombre les sabía.

Pero mayor parecía perdido en el limbo y él no es muy paciente.

— ¿Me vas a tocar o no? — pregunta haciendo al mayor reaccionar alejándose.

— ¿Qué acaba de...?

La campana sonó anunciado el fin del almuerzo, y salvado la cagada de Jungkook.

— ¡Llego el momento irme! — Jungkook ríe tomando sus cosas de las manos del alfa. — Gracias por enseñarme director, lo veré después.

Jungkook le besa la mejilla y no se detiene hasta que sale de la oficina. — Eso estuvo cerca.

— ¿Qué estuvo cerca? — la voz de una fémina molesta, hace que suba la mirada.

Irene lo mira de brazos cruzados y con mala cara.

Jungkook sonríe alzando los hombros mientras pasa por su lado. — Oh, creo que lo dejaré a su imaginación, profesora Bae.

— Ten cuidado, Jeon.

El omega río. — Oh, créame profesora, siempre lo tengo.

Y con eso se marcha, no sin antes guiñarle un ojo a la anciana que desde el escritorio le da un pulgar arriba. Ese alfa estaba a punto de caer y él se encargaría de ello.


Gracias por leer💜🦋

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