𝟑𝟖;; 𝐍𝐮𝐞𝐯𝐨 𝐇𝐨𝐠𝐚𝐫
Extra; LiSoo
Lalisa no podía evitar sonreír al ver a su alfa cargar las cajas de la mudanza.
Eso y que su pareja estaba más que emocionada con la mudanza a su nuevo hogar.
En todos esos años de convivencia habían pasado por al menos cuatro departamentos distintos, siendo uno un poco mejor que el otro, pero esa sería su primera casa, nada de edificios, ruido de autos o la pesada atmósfera del centro.
Pequeña, al fondo del terreno de la familia a la que le pagaban la renta, una modesta y cómoda casa de tres ambientes, ubicada en un agradable barrio residencial por el que no pasaban muchas personas.
Luego de que Kim Jisoo decidiera actuar como una alfa, y no como una cachorra mantenida, para marcar a su algo rara novia y enfrentar a su familia, habían sido echadas por los Kim, porque no querían nada con una beta.
Pero era algo que tenían previsto, y Jisoo ya había sacado casi todo su dinero de su cuenta, antes de que sus padres cancelaran su tarjeta, y los empleados de Kim las habían ayudado a conseguir departamentos baratos, la llamaban para preguntar por ambas y la trataban como si fuera su hija recién mudada, preocupándose por ambas y ofreciéndoles ayuda cada vez que la tuvieron difícil.
Así que las cosas habían cambiado rotundamente, pero para mejor.
—Deja, amor— habló Jisoo, apareciendo a su lado de golpe, apartándola de una de las cajas que estaba por levantar, para cargarlas ella misma—. Terminaré de bajar el resto, ¿Quieres ir desempacando algo?
Lalisa sólo asintió, sonriendo complacida por el gesto de su alfa.
La parte que más odiaba era la de bajar todas sus cosas, pero le encantaba ordenar todo, buscarle un lugar a cada mueble o pertenencia.
Al pasar hacia el fondo del terreno, siguiendo un cómodo camino de piedras, la beta notó la mirada de alguien sobre ella.
Alzó la cabeza para encontrar a una joven rubia, algo pequeña, hablando por celular, quien continuó mirándola fijamente conforme caminaba.
Algo asustada, y con una sensación de haberla visto antes, Lalisa se refugió en su nuevo hogar casi corriendo hacia el interior.
Comenzó a ordenar las cosas de lo que sería el dormitorio, armando la cama, acomodando la ropa de ambas para luego comenzar a acomodar sus demás juguetes, cargadores de celulares, y una que otra pastilla para malestares que guardaban en las mesas de luz.
— ¡Lili! — escuchó a Jisoo llamar, subiendo las escaleras hacia el cuarto, se asomó por la puerta con expresión confundida— ¿Tengo algo en el trasero?
La pelinegra se giró, dejando a Lalisa admirar la vista.
— Mí mirada bebé —dijo la beta, con una sonrisa divertida.
— Lili~, enserio— Jisoo sonaba extrañamente avergonzada, haciéndola sonar como una niña pequeña.
— Bien, ahora tienes mí mano— la chica apoyó su palma completamente sobre la nalga izquierda de su pareja, apoyando el mentón sobre el hombro de la alfa para mirarla de cerca—. ¿Por qué preguntas eso?
Jisoo suspiró un poco.
— Es que una mujer no dejaba de mirarlo— comentó.
Lalisa frunció el ceño.
— ¿Mujer? — la beta la vió asentir—. Espera, ¿Una chica algo pequeña y rubia en la ventana de la casa de al frente?
— Si, ¿También te chequeó el culo?
Lalisa apartó su mano de Jisoo para darle una fuerte nalgada haciendo a la alfa retorcerse un poco.
— ¿Cómo que si me chequeó el culo, Kim Jisoo? ¿Te dejaste chequear? ¡Sólo yo te puedo chequear el culo!
— Me refiero a chequear pero con los ojos— habló la pelinegra, frotándose su adolorida nalga.
Lalisa quería golpearla, o golpearse, ya ni lo sabía.
Amaba a Jisoo con todo lo que tenía, pero muchas veces la alfa parecía una verdadera idiota.
A pesar de sus más de treinta años, Jisoo todavía no era del todo consiente que era demasiado atractiva para el mundo, y que siempre lo había sido, hacia donde fuera varias personas la miraran con encanto, aunque ella nunca se daba cuenta.
Eso llevaba a Lalisa a celarla mucho.
Por años no había tenido otro recurso que discutir con ella casi siempre, por ser demasiado buena y encantadora, enamorando a omegas (y otros cuantos betas) por lo que era.
Y ella sólo podía quedarse en impotencia, viéndola salir con omegas por obligación de sus padres, que luego rechazaba porque no le interesaban.
Jisoo estaba tan enamorada de Lalisa como lo estaba la beta de ella, y eso sólo hacía que se amaran más.
La pelinegra no pudo evitar reír por lo bajo al ver a su linda beta así por el tema.
Se volteó hacia ella para apretarle un poco sus mejillas, haciendo que una mueca molesta aparezca en su apretujados rostro.
Comenzó a dejar pequeños besos, en su nariz, en su frente y en sus labios, hasta que logró sacarle una sonrisa a la beta, siguió sosteniendo sus mejillas con cariño, mirándola con ojos brillantes antes de besarla profundamente.
Lalisa dejó que su alfa dominara completamente el beso, recorriendo su boca, bailando con su lengua de forma lenta.
Sintió el cariño que le transmitía la alfa a través del lazo, y sonrió, con los labios de Jisoo aún sobre los suyos.
Eran los alfas quienes podían hacer un lazo capaz de transmitir los sentimientos a su pareja, aunque los betas no eran muy sensibles ante lo que transmitía la unión, por eso sólo podían sentir emociones fuertes.
Ambas se amaban con todo el corazón, y era algo que compartían, que ambas sentían.
Se separaron para mirarse con una sonrisa, cómo solían hacer cada vez que sus emociones se convertían en una entre ambas.
— Sabes que sólo tú puedes chequearme el culo, Lalisa —dijo Jisoo, con una ligera risa.
— Cagaste el lindo momento— dijo la beta, riendo sin poder evitarlo.
Sintiéndose mimada, Lili abrazó a Jisoo para al menos darle un poco del cariño que se merecía, aunque nunca podría darle todo lo que le debía.
— Si me ayudas a ordenar todo puedes chequear el mío— murmuró la beta con diversión.
Lalisa sabía cómo obligar a Jisoo a colaborar.
Así que la alfa la ayudó a acomodar todas las cosas de la cocina, aunque intentaba distraerla con cariños, la beta era fiel a su palabra y la pelinegra era una vaga que no quería seguir guardando cubiertos hasta el aburrimiento.
Aunque Kim Jisoo terminó ganando, olvidando las cucharas, tenedores y todos esos utensilios para estrenar la cama de su nuevo hogar.
La chusma de Dahyun haciendo de las suyas desde la ventana sksjsjjs
Muchas gracias por leer, la adaptación llegó a su fin unu.
Agradezco mucho a Junchi95 por permitirme adaptar su obra uwu.
Y a ustedes por acompañarme con sus votos y/o comentarios o sólo leyendo, lo agradezco demasiado 💕
También quería agradecer por los 2k de votos que obtuvo el libro mientras iba actualizando uwu.
En fin, en esta cuenta siempre habrá espacio para el Chaennie (Aunque literalmente hay casi pura adaptación Chaennie) y son bienvenidxs cuando quieran uwu, muchas gracias nuevamente.
Chaennie mis mamis.
Se despide, Little Hyunjinnie.
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