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𝟑𝟑;; 𝐓𝐞 𝐞𝐱𝐭𝐫𝐚𝐧̃𝐞́ (+𝟏𝟖)

Roseanne no pudo evitar reír un poco ante esas palabras.

Colocó sus manos bajo las nalgas de la castaña, levantándola para girar sus cuerpos, apoyándola de espaldas, despacio, lentamente, sin romper sus unidas miradas.

Se deshizo de las blusas de ambas, comenzó a dejar besos por el cuello de Jennie, escuchándola jadear, descendió por sus pechos hasta uno de sus pezones, para también besar y succionar mientras pellizcaba el otro, sintiendo a la omega retorcerse un poco ante su tacto.

Bajó los pantalones y ropa interior de la castaña, aún con sus labios ocupados, separándose únicamente para hacer lo mismo con los propios.

Ya completamente desnudas, Roseanne volvió a besar a Jennie, primero dejando besos cortos, cariñosos, hasta hacerlos más húmedos, mientras recorría la piel de su omega con sus manos, descendiendo de la pequeña cintura de la otra, llendo hacia su espalda y tocar su trasero; permitiendo que la menor hiciera lo mismo con ella, tocando su pecho, su abdomen, para terminar rodeando su pecho mientras mantenía una mano en la nuca de su alfa, manteniendo el beso.

Sintió a Jennie sonreír bajo sus labios, ahogando una risa con sus besos cuando apretó una de sus nalgas de forma juguetona

Alzó las caderas de la omega, apretandola contra si, sintiendo el placer de la castaña recorrer su abdomen por la fricción, y escuchando un leve gemido que la hizo recordar lo hermosos que eran.

Jennie sentía como su lubricante natural comenzaba a gotear hacia su pierna, como si Roseanne sintiera cómo la entrada de su pareja estaba necesitada, su mano se movió hacia su entrada, preparando sus dedos.

La castaña alzó la cadera, dándole paso, y una nueva fricción sus sexos, ocasionó un gemido bajo por parte de Park que la hizo sonreír, mordiendo sus labios.

Sintió el primer dedo entrar en sí y un gemido escapó de su garganta.

Se sorprendió un poco por estar tan sensible.

Roseanne continuó moviendo su dedo, sintiendo el placer de la omega, hasta que su entrada estuvo dilatada lo suficiente para meter el segundo, escuchando a la omega gemir más fuerte.

Aún con los dedos dentro de su omega, penetrándola, moviendolos en su interior, Park se inclinó hacía ella, besándola de forma húmeda.

Mordió un poco el labio inferior de la chica, separándose, llendo hasta el oído de Jennie.

— Voltéate.

La omega gimió, sintiendo el murmullo, la voz ronca de su alfa en su oído recorriendo todo su cuerpo.

La rubia retiró sus dedos, dejando a la omega girarse, alzando su entrada hacia ella, con las piernas flexionadas y su pecho apoyado sobre las sábanas.

Roseanne acomodó su mano en la cintura de Jennie, tomando su miembro con la otra, acomodando su punta en la entrada de la omega, sintiendo la necesidad de la menor en entrar en ella.

Así que vió venir cuando la castaña tiró su cuerpo hacia atrás, haciendo que la cabeza del miembro de Park entrara completamente en ella, ocasionando un gemido en las dos.

Roseanne se inclinó hacia adelante, Jennie comenzó a gemir suave por el movimiento.

La rubia besó su cuello, cerca de la marca, haciendo sonreír a la omega.

Comenzó a moverse más hacia su interior, en movimientos lentos, escuchándola gemir cada vez más, con respiración errática y apresurada, acelerando el corazón de ambas.

Con la mitad de su miembro en el interior de la omega, Park terminó de meter todo de golpe, sintiendo el éxtasis bajar por su abdomen como una corriente eléctrica.

Jennie gimió más fuerte, arqueando su espalda, haciendo que su trasero rozara la pelvis de su alfa, Roseanne jadeó ante esto.

Comenzó a mover sus caderas, haciendo que su miembro se moviera en el interior de la omega.

Ni si quiera estaban cerca del clímax, pero sentían que sus pechos podrían explotar al llegar, sintiendo el placer, las ganas, de la otra y propias.

Roseanne se retiró un poco del interior de la otra, volviendo a entrar rápidamente, repitiendo lo mismo varias veces, haciendo gemir alto a Jennie con cada embestida, y ocasionando jadeos mientras pedía más.

Golpeando en el interior de la omega, tocando su punto dulce, los gemidos aumentando el volumen, cada vez más agudos y erráticos.

Roseanne comenzó a embestir con fuerza, escuchando aquel sonido característico con cada penetración, confundida por los apresurados gemidos de su omega, saliendo de ella completamente, golpeando su punto más dulce al volver a entrar.

Jennie apretaba con fuerza las sábanas con sus manos, temblando por el placer, su respiración se agitó aún más, mezclada con sus gemidos, una última ola de éxtasis la recorrió por completo al acabar.

Roseanne sintió lo mismo, tirando su cabeza hacia atrás, sintiendo el orgasmo de Jennie, seguido del suyo.

La omega gimió profundamente de nuevo, con su alfa acabando en su interior, llenándolo por completo.

Sintió los pechos de Park sobre su espalda, la chica volvió a colocar sus dientes sobre la marca del lazo, volviendo a abrirla, haciendo que Kim jadeara, levemente, todavía no había recuperado el aire.

Respirando pesadamente, aún cargando con el placer de acabar de ambas, el nudo de Roseanne se fue, saliendo de la omega.

Jennie se giró de nuevo, sólo para mirar a Rosé y sonreír.

Su alfa se recostó a su lado, acarició sus mejillas, sonriendo.

No sabían si era por el agobio de emoción y sensaciones de la otra, sumadas a las propias, pero ambas estaban bastante agotadas.

La omega se acercó más a ella, frotando su rostro en el cuello de Roseanne.

— Te extrañé— murmuró.

Rosé asintió, totalmente de acuerdo.

— Yo también.

— Creo que bautizamos las sábanas— dijo Jennie, bajito, mirando lo que habían hecho, Roseanne rió divertida por esas palabras.

— Esa Kim Jisoo no tendrá problemas para lavarlas... O comprar otras. Somos nosotras que tenemos que irnos que aquí antes de nos diga algo al respecto.

Esta vez, fue Jennie quién rió.

— Tomemos un baño y vamos— la omega se separó un poco, mirando a la rubia alejada unos centímetros—. Juntas.

Al terminar, ya vestidas, ambas bajaron por las escaleras, tomadas de las manos.

Roseanne vió el cabello rojizo de su hermana, quién parecía dormir tranquilamente en el sillón de la sala, si bien seguía sentada, su cuerpo estaba ladeado.

Supuso que se había quedado dormida por esperarlas, y le pareció algo tierno y considerado.

— Joy... — la llamó, moviéndola hasta que comenzó a parpadear varias veces, hasta despertarse, sentándose y mirándolas con su rostro cansado.

Vió las manos unidas de ambas, luego subió hasta el cuello de Jennie, viendo un poco la mordida por el amplio cuello de su blusa, junto con marcas de chupetones.

Sooyoung suspiró, volvió la vista hacia su hermana.

— Quiero hablar contigo— dijo, con la voz cansada del sueño.

— ¿Podríamos hablar en otro lado? Quiero irme de aquí...

Sooyoung volvió a suspirar, se inclinó para poder colocar sus zapatos, luego se levantó, tomando su saco y abrigo, para así protegerse del frío de la madrugada invernal.

En un momento, el frente de la mansión de había llenado de cámaras y paparazzi, para intentar obtener algo más de información hacerca del porqué Kim Jisoo ya no marcaría a Kim Jennie, pero se habían rendido horas después, cuando nadie se asomó de la casa, dejando al frente despejado, para irse con tranquilidad.

Caminaron hasta el exterior de la casa, donde el auto de Sooyoung estaba estacionado, con la pareja sentándose atrás y la dueño del auto al volante.

— Lo voy a decir una sóla vez— Sooyoung las miró a ambas con seriedad—. Ya hicieron mellizos en la mansión de Kim. No quiero que hagan trillizos en mi auto.

Ambas la miraron con algo de confusión.

— ¿Qué carajo dices, Sooyoung? — habló Roseanne—. No salen mellizos o trillizos por la cantidad de veces que-

— ¡Ya lo sé! — la cortó la pelirroja—. Pero ya entendieron a lo que me refiero.

Sooyoung se volteó, arrancando el auto, saliendo del terreno de Kim Jisoo y comenzando a andar por la calle.

Encendió la pantalla interna del auto, seleccionando el GPS, pidió la dirección de hacia dónde querían ir, con lo que Jennie dijo la dirección de su casa.

Pasaron varios minutos en silencio, hasta que Sooyoung volvió a hablar.

— Me ofenderé mucho si no me pides ser madrina, Roseanne.

La otra tardó unos segundos.

— ¿Qué?

— Serás madre y yo seré la madrina, punto.

Se miraron un momento, preguntándose quién le había dicho, aunque ambas negaron.

— ¿Quién te dijo? — preguntó Jennie.

Sooyoung se lo pensó un momento, no quería comprometer a Lalisa diciendo lo de su espionaje obsesivo, y que posiblemente la chica las podría haber visto.

— Instintos de tía — respondió con simpleza.

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