Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝟐𝟗;; 𝐎𝐭𝐫𝐚 𝐨𝐩𝐜𝐢𝐨́𝐧

— ¡No!

Lalisa se levantó con fuerza, lanzando el celular al sofá, aunque este rebotó y cayó al suelo con ganas, el sonido al romperse hizo a Sooyoung saltar.

— ¿"No", qué? ¡Lalisa! ¡No escuché lo que dijo!

— ¡No, no, no, no!

La de flequillo comenzó a caminar dando vueltas, Sooyoung la miró con algo de espanto, siguiéndola con la mirada, y no se movió hasta que la chica salió de la sala, caminando lejos.

— ¡Lalisa Manoban! ¿Qué dijo? ¿Qué pasa?

Sooyoung tuvo que correr un poco para alcanzarla, viendo cómo la chica caminaba por un lado de la mansión que el poco conocía.

— ¡Chichu es mía! ¡Ella no va a marcar a nadie!

Lalisa abrió puertas y continuó caminando rápido, seguida de cerca por Sooyoung, en algún punto habían salido al patio de la casa y terminaron caminando por el prolijamente corto pasto verde.

— ¿Chichu? ¿Jisoo?

— ¡Sí, esa misma idiota!

— Lalisa pareces una mujer histérica del siglo pasado.

— ¡¿Y qué si soy histérica?!

— Puta madre... — murmuró la pelirroja.

— Kim Jisoo es mía, y ella no va a marcar a nadie a menos que sea yo.

— ¿Por qué tendría que marcar a alguien más? — Soo abrió sus brazos, seguía sin entender qué había dicho aquel doctor para que la beta estuviera así.

Lalisa dejó de caminar de golpe, volteando para mirar a la otra.

— Porque Kim Jisoo tiene la necesidad que su nombre sea sinónimo de "héroe".

>> Siempre haciendo lo correcto, nunca desobedeciendo a nadie... Claro, menos a mí... Siempre hace todo lo que su familia quiere, y le vale verga lo que ella quiere mientras sea por un "bien" según su concepción de las cosas.

>> Si antes iba a marcar a esa Kim Jennie porque su familia lo decía... Ahora va a hacerlo porque piensa que le salvará la vida...

A Lalisa se le escapó un sollozo.

Sooyoung estaba petrificada, no sabía en qué drama se había metido.

— Bien, Lalisa, comprendo— dijo, intentando ser suave, aquella beta estaba muy sensible—, pero Kim Jisoo no haría las cosas sin pensar, sabe que hay otra opción.

Lalisa se detuvo, limpió sus lágrimas rápidamente.

— ¡La otra opción! — exclamó con alegría—. Tú dijiste que sospechabas que Kim Jennie y Park Roseanne eran predestinadas y-

— Momento, momento, ¿Cómo lo sabes?

Lalisa abrió los brazos, como si fuera obvio.

— ¿Por dónde espiamos a Jisoo? — dejó un segundo de silencio—, tengo acceso a las cámaras de toda la casa y en sus autos, y también puedo escuchar las conversaciones de Jisoo de su celular-

— ¿Eres como una especie de obsesiva? ¿Tipo una stalker? Porque lo que dices es muy-

— Si te digo que sí y no preguntas nada mas del tema, sí, soy todo lo quieras— Lalisa suspiró, acomodando su cabello—. Pero estábamos en traer a Park Roseanne con Kim Jennie — se encogió de hombros—. No es tan difícil, sólo tenemos que traerla, meterla a la casa y que se quede con la omega...

Sooyoung frunció el ceño.

— ¿Sabes el disturbio que habrá si haces eso? — preguntó—. Todas las candidatos de Jennie no fueron escogidas, junto a sus familiares y los medios, para que al final venga una que ni siquiera estaba en la lista y-

Shh, Shh— la calló, Sooyoung no pudo evitar ofenderse un poco—. No hay que pensar en las complicaciones, a demás— llevó ambas manos al pecho—, me valen verga las complicasiones, mientras no sean mías.

Sooyoung se identificó un poco con esas palabras.

Jisoo tocó la puerta del cuarto, aunque no tuvo respuesta, entró igual.

Encontró las mantas y sábanas de la cama revueltas, y frunció el ceño hasta entender la forma de estas, y notar el pequeño cuerpo acurrucado en el medio, cubierto con una fina sábana hasta la cabeza.

— ¿Un nido? — murmuró, suspirando un poco.

Se acercó a la cama, acercándose sin romper la forma del nido, colocó una mano sobre la espalda de Jennie, esperando que esta la mirara, aunque en cambio, la omega se encogió un poco más.

— Jennie — habló con suavidad—, traje lo que me pediste, los test.

La omega asomó sus ojos por detrás de la sábana, mirando primero a Jisoo y luego la bolsa plástica con varias cajitas alargadas.

La alfa notó el rubor de sus mejillas, uno que indicaba fiebre, y el cansancio en los ojos de Jennie.

Con algo de esfuerzo, la castaña se levantó, tomando la bolsa y yendo hasta el baño.

Jisoo permaneció sentada en la cama, poniéndose cada vez más y más ansiosa por el resultado y lo que debería hacer.

Pensando acerca de lo que le había dicho el médico, casi tuvo ganas de gritar por la presión.

Jennie pasó más de media hora en el baño, el silencio de la omega no dejaba tranquila a Jisoo.

Cuando la puerta del baño se abrió, Jisoo se encontró a Jennie llorando, cargando un par de pruebas con manos temblorosas, mientras se recargaba en el marco de la puerta, sin poder estar de pie por sí misma.

Jisoo se acercó a ella apresuradamente, sosteniéndola por los brazos para estabilizarla.

La peli negra bajó la mirada hacia los tests, viendo las dos líneas que aparecían en este.

— Positivo...

Jennie asintió, sin dejar de llorar.

Jisoo tragó duro, pegó un poco más a la omega a ella, mientras la llevaba de nuevo hacia la cama, donde la chica volvió a acurrucarse en su nido, tapada completamente.

La peli negra reprimió lo mal que se sentía por la omega, y prefirió dejarla sola.

Al salir al pasillo, sacó su celular para llamar a Sooyoung, ya que al parecer, se había cansado de esperar y se había ido a no-sabía-dónde antes de que ella terminara de hablar con el médico.

El tono de espera lo acompañó por un minuto entero y la pelirroja no atendía.

Cortó y esperó un momento antes de llamar de nuevo, para tener el mismo resultado.

La maldijo un poco.

La peli negra estaba por entrar en crisis, ahora no era sólo salvar a Kim Jennie, sino también al cachorro que llevaba dentro.

Salvar dos vidas por el precio de un lazo no le parecía malo.

Por su parte, Roseanne ya no quería salir del departamento.

No había visto al trabajo y no pensaba en ir a la universidad tampoco.

Se quedó en su casa, sin hacer nada, mirando el techo, o intentando volver a dormir.

Siendo lo más productivo que había hecho el hacerce un té que no tomó y dejó enfriar sobre la mesa, se sentía pésimo para siquiera tomar algo.

Pasó así hasta eso de las tres de la tarde, donde comenzaron a golpear su puerta.

Ella nunca tenía visitas, por lo que estaba bastante confundida, y esperó al segundo combo de golpes para confirmar que en verdad, tocaban a su puerta, y no a la de alguno de sus vecinos.

Aunque tampoco tenía ganas de levantarse y abrir, así que no se molestó.

No fue sino, hasta varios minutos después de los primeros golpes, que comenzaron a tocar cada vez más fuerte, insistiendo sin pausa, que se obligó a ir a atender.

— Vas a romper mi puerta.

— Tu puerta me va a romper la mano— respondió Dahyun, la corrió para entrar al departamento, y Roseanne se sintió invadida.

— Si fuera así estaría orgullosa de mí puerta— murmuró.

Escuchó a Dahyun hacerle burla.

— ¿A qué vienes a mi dulce hogar? — preguntó sin ganas.

— Me mandaron a ver cómo estabas— respondió la rubia más pequeña, y fue sino hasta que apoyó un bolso amplio sobre la mesa de la cocina que Roseanne vió que traía uno, y la chica comenzó a sacar cosa tras cosa del interior—. Siéntate.

Rosé suspiró, obedeció a la chica, sólo porque no tenía ganas de gastar energía discutiendo.

— ¿No se supone que la enfermera es tu madre?

— Sé algo de primeros auxilios, igualmente, esto lo puede hacer cualquiera— Dahyun se encogió de hombros.

Park notó que la chica apoyaba un aparato en su frente, y segundos después se dió cuenta que era uno de los termómetros que se usan en los niños.

La rubia más alta se ofendió un poco, ella era lo suficientemente grande como para tener un termómetro normal.

Dahyun hizo una mueca.

— Casi cuarenta... — murmuró, dejando el aparato a un lado.

— Podría estar peor— habló como si no tuviera importancia.

— Debería estar mejor— contraatacó.

Dahyun tomó la mano de la más alta para colocar otro aparatito en su dedo, y de nuevo, Roseanne tardó en darse cuenta que era un oxímetro.

Por un minuto entero, Dahyun permaneció en silencio, contando las respiraciones de la chica.

— Pulso bajo y respiraciones bajas— dijo—, pero el nivel de oxígeno es normal.

A Roseanne le importaba muy poco, así que no cambió su expresión.

Dahyun comenzó a hacer preguntas, de cómo se sentía, de si había comido algo, de si había dormido bien, aunque Roseanne le respondía sin ganas, le decía la verdad.

A mitad del discurso de que tenía que cuidarse más de sí misma, que era importante descansar y comer para recuperar energías, la puerta sonó de nuevo, y Roseanne tenía aún menos ganas de abrir que las de hacía un rato.

No fue sino hasta que sintió el olor familiar de cerezas y menta que se levantó.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro