𝟐𝟕;; 𝐘𝐚 𝐬𝐚𝐛𝐞𝐧 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐭𝐞𝐫𝐦𝐢𝐧𝐚𝐧
Rato después, con una taza de té humeante, Roseanne entiviaba sus manos, mirando el líquido dando vueltas cada vez más lentas.
La mano de Dahyun se apoyó en su frente, la rubia más pequeña hizo una mueca.
— Tu fiebre sigue subiendo— murmuró.
— Rosé-yah, si terminas tu té podrás seguir descansando.
— Estuve inconsciente por unas seis horas— murmuró con voz ronca—. Pareció menos... Pero creo que ya tuve suficiente descanso.
Las dos chicas se miraron un segundo.
Momo se levantó de su asiento para ponerse junto a ella, hablando bajo, como si toda la conversación fuera puro secreto.
— Sigues mal por tu omega, ¿No? — dijo, aunque sabía que la respuesta era más que clara.
La rubia le dedicó una mirada de molestia, aunque tenía demasiado cansancio para que se le notara bien.
— Escucha un momento, Park— Momo intentaba sonar maternal, hablando con tranquilidad y cariño, aunque no le salía bien—. Un día te dije que yo tenía a mi omega... Ella es menor, vive lejos, no tenemos un lazo pero estamos conectadas por nuestras lobas, somos predestinadas.
— Wow, cuántas cosas en común que tenemos.
Momo rodó los ojos.
— Sé que te vale verga y todo, pero lo que quiero decir es... Que te comprendo, y si quieres hablar de algo conmigo puedo ayudarte. Porque sí, Rosé-yah, al parecer, tenemos cosas en común.
Roseanne no respondió.
— Yo también tuve momentos como el que estás teniendo— murmuró la chica.
A Roseanne le pareció un poco idiota de su parte, pero no podía creer en otra persona que se sintiera como ella, salvo Jennie.
No creía que nadie podía sentirse tan mal como ella.
— ¿No sería como una charla de chicas? — preguntó, intentando esquivar el tema.
— ¿Cómo que charla de chicas? — preguntó Dahyun, frunciendo el ceño, un poco molesta porque la chica no quería aceptar la ayuda de su amiga.
— Hablar de sentimientos y todo eso— Roseanne agitó la mano en un gesto.
— Si piensas que las charlas de chicas son sólo de sentimientos te equivocas.
— Paren — las frenó Momo—. No empiecen a discutir, no es momento.
La japonesa suspiró, cansada de que esas dos chocaran tanto.
Decidió no tocar el tema de nuevo, Roseanne término su té, mientras las dos chicas usaban sus celulares.
La madre de Dahyun apareció para preguntarle directamente a Park cómo se encontraba, la rubia hizo un esfuerzo por responder de la forma más educada posible, ignorando el parecido a Dahyun que de alguna forma la incomodaba.
Sabía que la mujer la había ayudado bastante, no quería faltarle el respeto.
La mujer volvió a tomar su temperatura y presión, también su pulso y respiraciones, con una ligera mueca.
— Tu pulso está bajo y hace a tus respiraciones acelerarse— murmuró— ¿Tienes sueño, o estás cansada?
Roseanne asintió.
— Abrígate, toma cosas calientes, intenta evitar la cafeína o las bebidas energizantes, te pueden afectar mal— hizo una pausa— ¿Tomas mucho café?
— Estudio medicina, es lo único que me mantiene despierta— dijo—, o al menos lo hacía.
La mujer asintió.
— Ya que sabes de medicina— murmuró— ¿Tomaste algún medicamento? ¿Para la cefalea? ¿O fibromialgia?
En realidad, el lenguaje específico era para saber el nivel de conciencia de la chica, si podía hablar con esos términos se aseguraba que estaba más que despierta, y que no corría la posiblidad de un nuevo desmayo.
Roseanne asintió.
— Metamizol— respondió—, para la cabeza, y la fiebre. Pero no me hace ningún efecto.
La mujer pensó un momento, en lo que hubo silencio, se escuchó el "When se nota que las dos estudiaron medicina y sólo se entienden entre ellas" que murmuró Momo a Dahyun, aunque ambas hicieron como si no escucharan.
— Creo que lo tuyo no es un resfriado o algo así— murmuró la mujer—. Y sumando a tu olor de tristeza, es algo de tu lobo, y tuyo también.
Roseanne no dijo nada.
— No tienes que hablarme de eso sí no quieres— se apresuró a decir—, tampoco tienes porqué, no me especializo en eso, soy sólo una enfermera— suspiró un poco—. Pero al hospital han ido varias personas que han perdido a su pareja y tienen lo mismo que tú.
Roseanne no quiso hablar.
— Ya saben cómo terminan— añadió la mujer, muy por lo bajo.
El silencio se volvió incómodo, hasta unos minutos después, donde el ruido de llaves se escuchó y todos alzaron la vista a Momo.
— Vamos, te llevo a tu casa— dijo.
La japonesa se abrigó, Roseanne hizo lo mismo, porque al parecer le habían traído la ropa que había dejado en el supermercado.
Alzó las cejas cuando notó que Momo tenía un casco bajo un brazo, y le ofrecía otro, frunció el ceño al ver los detalles dibujados en marcador negro, de flores, mariposas y un pájaro en la parte de atrás.
— ¿No puedo usar ese? — señaló el negro que la japonesa acomodó sobre su cabeza.
Momo negó.
— Este es mío— dijo, con una sonrisa—, ese es de Dahyun, quien es muy buena y te lo va a prestar.
Escuchó a la más pequeña mascullar un "ajam" con odio.
— Es muy lindo, ¿No? — dijo Momo mientras abría la puerta, dejando pasar a Rosé primero—. Dahyun lo diseñó y yo lo mejore y dibujé— habló mientras cerraba la puerta y bajaban los pocos escalones de la entrada.
Al llegar a la motocicleta, Momo la encendió antes de dejar a Roseanne subirse, notando que la rubia tenía una expresión de miedo en el rostro.
— Agárrate fuerte— dijo la japonesa—, no te caigas a mitad de camino.
La chica rió un poco, aunque a Roseanne no le dió gracia.
Por más de bromear, Momo no fue rápido, escuchando las indicaciones de Park perfectamente, aunque no estaban a más de unos pocos minutos.
Al llegar al edificio, Roseanne quiso despedirse en la entrada, aunque Momo no la dejó, acompañándola hasta que estuvo frente a la puerta de su departamento, donde la japonesa tomó ambos cascos y se despidió con una sonrisa amable.
Al entrar en el departamento, aspiró hondo, en el lugar todavía se sentía, aunque muy levemente, el olor de Jennie.
Sin poder evitarlo, al cerrar la puerta comenzó a llorar, intentando liberar al menos un poco de toda la tristeza que cargaba.
Al despertar lo primero que notó Jennie era que no estaba en su cuarto.
Se irguió muy de golpe y su cabeza pareció darle vueltas, llevando sus manos a su frente y cerrando los ojos para intentar calmarse.
— ¿Jennie?
Miró a Jisoo con pocas ganas.
La peli negra se sentó en el borde de la cama, algo alejada de ella.
— ¿Cómo te sientes? — preguntó.
Jennie no quiso contestar, en cambio, miró a la otra a los ojos para pedirle lo que originalmente había querido.
— Necesito que me hagas un favor, y que quede en secreto, nadie puede saberlo.
Jisoo frunció el ceño.
— No voy a decirlo hasta que prometas que no dirás nada— aclaró la omega.
Jisoo tardó uno segundos en asentir.
— Bien, lo prometo, será un secreto.
Jennie tomó aire.
— Necesito unas pruebas de embarazo.
Jisoo creyó haber escuchado mal, se congeló un momento.
— ¿Tú...? ¿Te violaron? ¿Tus captores? ¿Estás bien? Jennie esto no es algo que deba permanecer en silencio-
— ¿Puedes dejar de hacer preguntas tan estúpidas? — con lo tosco de su tono, Jisoo dejó de hablar—. No quiero preguntas al respecto, y sólo para que te relajes un poco te diré que no me violaron— Jennie suspiró—. Las necesito, enserio.
Jisoo apretó los labios, si se enteraban que estaba escondiendo un posible embarazo, se metería en problemas.
Jisoo siempre se preocupaba por hacer lo correcto.
— Por favor— murmuró Jennie, viendo que la otra no respondía.
Finalmente, la peli negra asintió.
— Está bien, pero quiero saber su resultado— demandó.
Jennie sólo asintió.
— ¿Quieres comer algo?
La omega negó, por más que tuviera hambre, sentía que su estómago no aguantaría la comida.
Jisoo solo murmuró un "Bien", aunque no le parecía correcto, notaba a la chica bastante débil.
— ¿Quieres que te lleve hasta tu cuarto?
Jennie frunció el ceño.
— ¿Que te ayude a llegar? — ofreció de nuevo.
— Bien— murmuró, considerando que se había desmayado, no sabía si no podía ocurrir de nuevo a mitad de camino.
Ya levantarse de la cama hacía que su cuerpo doliera.
Jisoo no la llevó del brazo ni nada de lo que Jennie había pensado que haría, la acompañó de cerca, sólo la había ayudado a subir las escaleras y la había sostenido un par de veces que había trastabillado.
Finalmente en el cuarto, Jennie volvió a meterse a su cama, siendo un frío que lo hacía temblar.
Jisoo tocó su frente, haciendo una mueca por a temperatura, también tomó sus manos, que seguían heladas.
Buscó un par de frazadas para cubrirla más, y subió un poco la calefacción.
— Llamaré a alguien para que te revise— dijo, notó que la omega negaba—. Te desmayaste, por muchas horas.... No es algo para tomar a la ligera, además de que pareces enferma.
— No estoy enferma.
— Eso lo dirá un médico— finalizó Jisoo, y vió un mohín adorable en el rostro de Jennie que la hizo reír un poco—. Para cuando venga y termine de revisarte, tendré lo que me pediste— añadió, saliendo del cuarto.
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