𝟏𝟕;; 𝐘𝐚 𝐥𝐨 𝐬𝐞́ (+𝟏𝟖)
El cap contiene +18 g!p
Si no les gusta esperen el siguiente a este y eviten dejar malos comentarios, por favor.
De nuevo, en todo el camino hacia el departamento, Roseanne no soltó la mano de Jennie, aunque esta vez, la omega estaba segura que era a propósito, porque la otra solía mirarla cada tanto, sonreírle y dejar un beso en su mano con cariño.
Un domingo temprano, con todo el exterior abrigado en nieve parecía la excusa perfecta para que nadie saliera de su departamento, y los pasillos del edificio estaban tan vacíos que daba la sensación que todo el mundo las habían dejado para que ellas hagan lo que quisieran.
Roseanne apenas terminó de cerrar la puerta con llave cuando Jennie volvió a lanzarse sobre sus labios, sonriendo y respondiendo al instante, mientras comenzaba a quitarle prenda por prenda a la otra, dando pie a que la omega hiciera lo mismo.
El camino hacia el dormitorio fue regado de ropa de abrigo que ahora era innecesaria.
La rubia alzó el cuerpo de Jennie, y esta enganchó sus piernas alrededor de las caderas de la otra, sin dejar de besarla.
La omega comenzó a frotarse contra la parte baja del estómago de Roseanne, haciendo un esfuerzo para llegar hasta el miembro de la rubia, provocando que este suelte un jadeo contra sus labios.
Park dejó a Jennie sobre la cama, de forma suave, pero se sorprendió cuando la omega fue un poco más brusca al girar sus cuerpos, cambiando de posiciones.
La sonrisa en los labios de Jennie ya no era tan adorable, sino más atrevida.
La chica no le permitió hablar, quitando su remera para luego hacer lo mismo con la de la rubia, para continuar bajando los pantalones y la ropa interior de la otra, mirando el miembro semierecto con un brillo en los ojos.
Roseanne vió como la castaña se relamió los labios y supo que Jennie no pediría permiso.
La omega acercó su boca para pasar su lengua desde la base hasta la cabeza del caliente miembro de su unnie, haciendo que esta gimiera bajo, mordiéndose el labio con fuerza.
Jennie lamió un par de veces la cabeza, jugando con su lengua con la misma, y con el orificio en esta que comenzó a gotear presemen.
Sintiendo el miembro cada vez más duro y erecto, metió todo el largo en su boca, ahuecando sus mejillas, succionando mientras pasaba su lengua sobre el mismo.
Escuchaba los gemidos bajos de Roseanne, acompañando sus jadeos, que no llegaban a silenciarse del todo por el miembro en su boca, subiendo y bajando, haciendo presión con sus labios alrededor del mismo.
Sintió los dedos de Park enredarse en su pelo, dando leves caricias en su cuero cabelludo mientras la ayudaba con el ritmo.
Roseanne sentía que no iba a aguantar mucho más tiempo sin venirse en la boca de Jennie, aunque no le disgustaba la idea ni un poco.
De golpe, Jennie se retiró del miembro de la mayor, haciendo que esta abriera los ojos, viendo a la omega acercarse con una sonrisa pícara, mientras se lamía los labios, notó que Jennie ya no tenía sus pantalones, quedando ambas desnudas, pero la chica se apoderó de sus labios, creando un beso húmedo, algo salado, y llenó de sensaciones que hizo a Roseanne cerrar los ojos para hundirse más profundamente en ellas.
Sin cortar el beso, la castaña acomodó el miembro en su entrada, húmeda, pidiendo consolarse.
Comenzó a bajar sobre el miembro, soltando un gemido tanto de placer y de dolor por su cavidad aún estrecha.
Ante ese sonido, Roseanne abrió los ojos para mirarla con preocupación, tomando su mano para entrelazar sus dedos.
—E-Estoy bien —respondió con una sonrisa, algo entrecortada por su respiración agitada, sintiendo el cambio de actitud de Roseanne.
—No quiero que te duela —dijo la rubia, mirándola a los ojos, dejando una caricia con el pulgar en su mano—. No quiero lastimarte.
Jennie sintió su pecho florecer, y no sabía cómo podría haber dudado si Roseanne la quería o no, luego de esas palabras, de eso tono tan suave y de los ojos tan sinceros que se mantenían sobre los suyos.
Besó con una sonrisa los labios de la rubia, no fue un beso como el anterior, este era de puro cariño.
Se separó para acercarse al oído de la mayor.
—Quiero sentirte hasta mañana, Unnie — susurró, causando un pequeño escalofrío a Roseanne.
Esta vez fue Rosé quien tomó los labios de la otra, mientras esta continuaba descendiendo por su miembro con lentitud, ahogando los gemidos con el beso.
Aún sintiendo que a Jennie le dolía, apretó su mano con protección, callándola cuando la omega quiso disculparse al morder su labio sin querer cuando el dolor superó un poco el placer, hasta que todo el miembro quedó dentro de ella.
Roseanne sonrió con orgullo, viendo a Jennie con el rostro totalmente enrojecido, los labios inchados en una sonrisa y el cabello algo despeinado, pensando que era la mejor imagen que podía darle.
Moviendo sus caderas, causando suspiros pesados, hasta que su entrada se adaptó, comenzando a subir y bajar sobre el miembro, de a poco al principio, subiendo un poco más cada vez, dejándose caer cada vez más rápido, más brusco, con ganas de más.
Gimió fuerte cuando comenzó a golpeando en su punto dulce.
Debajo de ella, Roseanne cerró los ojos, concentrándose en la sensación de Jennie saltando sobre su miembro, en los gemidos fuertes de la omega, corriéndose dentro de ella por segunda vez, escuchando el suspiro de placer de la chica al sentir la calidad de la esencia de su alfa dentro suyo.
La rubia abrió los ojos, irguiendose un poco, con el nudo formándose dentro de Jennie, uniéndolas.
Frunció el ceño cuando notó que la castaña no había acabado.
Moviéndose despacio, para que el nudo no lastimara a la omega, se sentó en la cama, rodeando la espalda baja de esta, apoyando una mano justo arriba del trasero de la chica.
Bajo al clítoris de la omega con su otra mano, ganándose una mirada por parte de ella.
— Si llegué, tu también llegarás— dijo Roseanne, impidiendo que la castaña dijera algo, comenzando a dejar su tacto sobre el clítoris de la omega, moviendo sus dedos de arriba hacia abajo dejando suaves y a la vez placenteras caricias, provocando que Jennie vuelva a gemir.
Acariciando sus glúteos al mismo tiempo, besando sus pechos, llegando hasta las clavículas y debajo del collar, dejando marcas y besos, hasta sentir a Jennie tensarse, cortando sus respiraciones-gemidos, y luego relajar su cuerpo a tiempo que sus fluidos eran expulsados en sus dedos.
Apoyando su frente sobre el hombro de Roseanne, giró su rostro para tocar el cuello de su unnie con su nariz, dejando unos besos en este.
Roseanne llevó su mano a su boca, bajo la mirada entreabierta de Jennie, limpiando algo de los fluidos de la omega con su boca, lamiendo sus dedos.
Jennie sonrió avergonzada ante ese gesto.
Alzó su rostro para quedar frente al de Roseanne, apoyando su frente contra la de esta, moviendo su cabeza para frotar sus narices.
La mayor rió con ternura, sentía a su loba saltar con alegría dentro suyo, ambas estaban felices de estar junto a su omega.
Roseanne abrió los ojos para admirar el rostro de Jennie con una sonrisa, acomodó sus cabellos, apartando algunos de su enrojecidos y adorablemente rellenito rostro, besó sus labios suavemente, para separarse a los segundos y volver a mirarla con admiración.
La castaña no podía evitar sonreír al punto en sus ojos casi no se notaban, presionados por sus abultadas mejillas.
— Jennie —la llamó la mayor, acariciando sus mejillas dulcemente—, me gustas.
Jennie rió un poco.
— Ya lo sé, Unnie.
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