𝟎𝟑;; 𝐆𝐨𝐥𝐝𝐞𝐧 𝐆𝐢𝐫𝐥
La muchacha pelinegra se miraba en su reflejo, con un suspiro, cambió su rostro cansado a una expresión encantadora.
Se suponía que le presentarían a Kim Jennie, la omega del momento, ya que, contra todo pronóstico, luego de décadas sin que algo así ocurriera, la chica era una cambiaformas, cosa que llamó la atención de todo el mundo.
La familia del omega buscaban a la mejor alfa para su hija, del linaje más puro posible, con la esperanza que, al tener hijos, estos nazcan con los mejores genes, incluido el propio don de transformarse en un adorable lobito a voluntad, tal como esa tal Kim Jennie podía hacer.
Y ella era una de las candidatas principales, familia de magnates, heredera de una fortuna, hija única y perfecta, apodada Golden Girl por todas sus cualidades.
Pero a Kim Jisoo le importaba tres pepinos qué tan fabulosa pintaran a esa omega.
Porque esa desconocida no era quien ella quería para su compromiso.
Aún, con esfuerzo, se arregló con ropa elegante, se acomodó el pelo hasta quedar perfecta, y se colocó una sonrisa rompecorazones en el rostro.
Luego de una última mirada en el espejo, se volteó para salir de su amplio dormitorio.
Su sonrisa no duró mucho al ver a la chica rubia de flequillo, parada en el umbral de la puerta, la beta la miraba con súplica.
Había discutido con Lalisa Manoban en cuanto se enteró que le presentarían a una omega, exigiendo que se revelara contra sus padres, ya que ella no quería ese arreglo.
Ya lo habían discutido muchas veces. Ya que ambas debían tener que mantener su relación en secreto.
La familia Kim no dejaría que su linaje se perdiera si el último descendiente elegía a una beta; su familia no funcionaba así, ellos eran alfas y omegas, no había lugar para algo como Lalisa.
Para el mundo, ellas eran amigas; pero a solas ellas eran su propio mundo.
Y por esa razón el corazón de Jisoo se destrozaba cada vez un poco más.
No habían hablado desde hacía unos días, cuando la señora Kim había aparecido en la casa de su hija para darle la noticia de su compromiso.
Pero cada vez que se cruzaban, Lalisa tenía ese misma expresión de "Por favor, no lo hagas" en el rostro.
Jisoo suspiró, se acercó a Lalisa con paso tranquilo, hasta quedar a unos centímetros del rostro de la rubia.
—Por favor, no sigamos así— pidió la pelinegra, mirando a los ojos de la rubia, aunque ella tenía la vista en el suelo.
Lalisa no contestó, y Jisoo se desesperó un poco, tomando el rostro de la beta.
—Lili, mírame— exigió, pero no tuvo respuesta. Apretando los dientes con fuerza, sintió sus caninos siendo apretados y su voz salió de lo más profundo de su pecho—. Lalisa, mírame.
La rubia reaccionó automáticamente con la voz de alfa de Jisoo, la peli negra sintió cómo un balde de agua fría caía sobre ella al ver los ojos del beta a punto de estallar en lágrimas.
Apoyando su frente en la de Lisa, suspiró para calmarse.
La rubia sintió un cosquilleo cuando el aliento de Jisoo chocó contra sus labios.
—Lo siento, lo siento— se disculpó la pelinegra—, no te gusta que use mí voz de alfa, lo sé... Es que... Estoy demasiado estresada, Lili.
La rubia asintió.
— Por favor, di algo— pidió.
Lalisa tardó un momento en hablar.
—Ya sabes lo que diré— dijo, por lo bajo.
—Y tú sabes que no tengo opción— dijo Jisoo—. Toda mí familia fue de alfas y omegas, y tengo la presión de seguir con esa tradición.
>> Y lo cambiaría mil veces por lo nuestro, Lalisa, pero no-
— ¿Incluso si vives como una maldita infeliz el resto de tu puta vida?
Las palabras bruscas de Lalisa sorprendieron a Jisoo, quién abrió y cerró la boca varias veces, buscando las palabras.
— No lo quieres, Soo, ni siquiera la conoces— dijo Lisa, pero el otro no dijo nada—. ¿Al menos sabes lo que quieres? —la rubia comenzó a elevar el tono de voz—. No veo que te esté molestando tanto tener este tipo de arreglo, que sabes, que sé... Qué será para el resto de tu vida, por más que no quieras, y... — Lalisa se detuvo para morder su labio, que temblaba producto de las lágrimas que estaban por salir, Jisoo seguía sin decir nada—. Mierda, Jisoo, ¿En serio te importa una mierda alg-?
Las palabras de Lalisa fueron calladas por los labios de Jisoo sobre los suyos, la pelinegra la tomaba del rostro para que ella no pudiera alejarse, moviendo sus labios lento y con cariño, para luego recorrer la boca de la rubia con su lengua en cuanto esta se dejó llevar por el beso.
Mordiendo ligeramente el labio inferior de Lalisa al separarse, Jisoo miró a la rubia de mejillas mojadas frente a ella.
—Sí hay cosas que me importan, mierda— dijo, intentando sonar dura, pero la sonrisa en su rostro no la dejó—. No quiero cagarme la vida, Lalisa, y tampoco quiero cagar la tuya, y mucho menos lo nuestro... Pero tú sabes que no puedo luchar contra mí familia, los conoces.
La de flequillo asintió, abrió la boca para hablar, pero los pasos apresurados en el pasillo lo hicieron callar para voltearse.
— ¡Joven Kim! —la voz del hombre sonó, casi desesperado desde el pasillo, Jisoo salió de la habitación seguida de Lalisa, hasta llegar al hombre, vestido de traje, que respiraba agitado con el rostro enrrojecido por correr—. La joven Kim, algo pasó en su camino hacia aquí— habló entrecortado entre sus respiraciones—. La perdieron, se fue, nadie sabe adónde está.
— ¿Cómo?
—Ha desaparecido— dijo el hombre.
Jisoo pasó una mano por su rostro, con estrés, parecía que tener una omega era mucho más difícil de lo que pensaba.
Aunque por un lado todavía tenía tiempo para su 'algo' con Lalisa, no podía ignorar que una persona había desaparecido yendo hacia su casa.
—Diles a los guardas que ayuden a buscarla — dijo Jisoo—. Hablaré con mamá y papá de esto hasta que... Procese bien lo que pasó— hizo un ademán con la mano, se volteó para caminar apresurado a su cuarto.
Al entrar al dormitorio, Jisoo cerró la puerta, pero a los poco segundos se volvió a abrir para dar paso a Lalisa, quién también cerró la puerta.
La pelinegra alzó la vista para ver como la beta cargaba con una sonrisa en el rostro.
—Esto es perfecto— dijo, con emoción.
—¿Perfecto? — repitió Jisoo— ¿Lalisa tu qué eres? ¿Idiota o te entrenas para serlo?
La rubia se mordió el labio, callada.
—La omega del momento desaparecido camino a mí casa— dijo—, y aunque no quiera esto me va a meter en problemas— acomodó su cabello hacia atrás con frustración—. ¿Sabes la presión que tengo sobre mí ahora? Soy responsable porque Jennie vendría hacia aquí y solo... — cerró su mano en un puño y luego la abrió de golpe— puf... Ya no está.
—No es tan grav-
—¿Qué? ¿Grave? —lo interrumpió—. Si lo es, Lalisa. No sabemos lo que ha pasado, fácil podría haber sido raptada para el tráfico de personas, recuerda que muchos la desean. O la secuestraron para pedir recompensa. O quien sabe, un científico loco quiere encontrar cómo cambiar de forma abriéndole el cerebro— se sentó bruscamente en la cama y luego dejó caer su cuerpo sobre sus costosas sábanas, mirando hacia el techo con el ceño fruncido de preocupación.
Lalisa se mordió el labio para no reír, Jisoo estaba muy estresada, muy nerviosa, y algo asustada por la omega.
Y Lisa sabía que alguien desparecido no era algo como para alegrarse, pero para ella significaba más tiempo con Jisoo.
Aprovechando la posición de Jisoo, Lalisa se acercó a ella, apoyando su trasero sobre la entrepierna de la pelinegra, con las piernas flexionadas a los costados del otro.
Jisoo se irguió para mirarla, pero la rubia empujó sus hombros para que su cuerpo cayera de nuevo sobre la cama, reclinandose sobre ella, Lalisa acercó su rostro al de Jisoo, quedando sus labios a centímetros, se movió hacia la mandíbula de la alfa, dejando besos por todo el filo de esta hasta bajar por su cuello, para volver a subir y llegar al oído de la chica.
—Relájate, Chichu —susurró.
Jisoo suspiró, tomó el rostro de Lalisa para que lo mirara.
—No es el momento — dijo—, sé que estás feliz por esto y todo, pero ahora debo llamar a mis padres antes de que ellos- — el teléfono de la habitación comenzó a sonar—. Ahí están.
Se viene Lisa tóxica JSKSNSJSHSJ, gracias por leer 💕
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