.☼- 𝟶𝟻
Narrador Omnisciente.
-¿Estas emocionada? -Preguntó el castaño, viendo a lo lejos como aquella mujer se acercaba a paso lento a ellos.
-Por supuesto... quiero saber cómo será mi Katana, -sonrió y mordió sus labios levemente, una acción a la que se había acostumbrado-, Sabito y Giyu comentaron que ya tiene sus espadas, en cualquier momento les asignarán una misión, no quiero quedarme atrás.
-Joven Kurohiko, señorita Akihoshi -saludó aquella mujer, dando una leve reverencia para luego mirar sonriente a la rubia- no sabe como luche por ser yo quien realizará su espada, princesa.
-¿Uh?, yo... yo lamento las molestias -se disculpo sin entender, las risotadas de aquella mujer causaron aún más confusión, por lo que la miro confundida.
-Asa, ella es Ahihara Hattori -el de ojos marrones presento a la mujer-, hasta ahora es la única que ha confeccionado las armas para todos los pilares de vida.
La rubia la miró impresionada y nuevamente dio una reverencia;- Admiro todo su trabajo, Hattori-san.
La mujer solo río, los tres procedieron a ingresar a la pequeña casa, los dos adultos sonreían y hablaban sobre temas que no tenían importancia para la menor, la cual se hallaba impaciente.
-Lamento mucho la tardanza, -comentó mientras le pasaba la katana, la cual se encontraba envuelta en tela dorada-, espero la use con bondad, salvando muchas vidas, me sentiría orgullosa.
Asa asintió emocionada, sus orbes dorados brillaron al tomar aquella arma, sujetándola como si fuera diamante. Miro expectante a Himura, como pidieron permiso, él asintió con una sonrisa.
Con lentitud desenvainó la espada, observando con admiración el mango de esta; dorado con detalles; lunas plateadas.
Observo expectante el filo de la arma.
Los tres quedaron maravillados al ver cómo el filo tomaba un color dorado;-Ya lo supo- -el castaño no terminó de hablar, pues aquella espada había tomado otro color.
-¿Es normal? -cuestionó la rubia, mirando a ambos mayores-, ¿las Nichirin pueden ser bicolores?
-Nunca había visto algo así. ¿Joven Himura? -Cuestionó la mujer, aún impresionada por lo reciente.
-____ puede controlar la respiración lunar y solar, -comentó sonriente y orgulloso- ah de ser por eso.
-Es sorprendente, hasta ahora solo... ella... pudo controlar ambas respiraciones, -Aihara comenzó una plática, una que para Asa no era de importancia.
Observo emocionada su Nichirin.
Su camino apenas comenzaba.
●●●
-¡Dirígete al norte! ¡al norte! ¡dos Hinoto te esperarán ahí! ¡al norte! -Gritaba aquel cuervo.
Asa intento mostrar una sonrisa amable, aún con el tic que tenía en el ojo izquierdo.
-Esta bien, iré ahora. -Respondió siguiendo al cuervo.
El tiempo parecía una simple brisa de verano, rápida y corta. Tan solo hace un año se había convertido en cazadora, y ahora con catorce años, quería morir, irónicamente claro, estaba cansada y estresada, aunque con cada misión todas aquellas emociones desaparecían al escuchar los agradecimientos de aquellos demonios a los que les devolvía la humanidad.
-¡Al norte! ¡al norte! ¡falta poco! ¡dos Hinoto al norte! -Ya empezaba a irritarse, peor no debía tratar mal a los seres vivos, como decía su madre; "todos merecen una nueva oportunidad" y aquel pájaro debía seguir vivo, de lo contrario ¿quién le informaría sobre sus misiones?
-¡Al frente! ¡al frente! ¡Hinoto! ¡Presta atención! -no aguanto más y volteo observando furiosa al cuervo.
-¡Ya escuché! ¡qué un demonio te coma así te callas! -gritó dejando en silencio al pájaro.
-No es digno de hombres gritarle a tu compañero, -hablaron a sus espaldas, reconociendo aquella voz, dio una vuelta veloz, sonriendo al ver a aquel chico de cabellos melocotón-, es bueno verte, Asa.
Sonrio y corrió a abrazarlo;-¡Sabito! -al concluir el abrazo le enseño una sonrisa-, lamentablemente no soy un hombre.
-Lo noté hace un año. -Respondió
Y antes de que ella pudiera responder, alguien los interrumpió;- ¿Sabi-...? -Aquel nombre quedó en el aire.
Asa dio media vuelta y ahí observó al azabache, le sonrió y velozmente se lanzó a abrazarlo.
Giyu quedó congelado, empezaba a sentir calor por todo su rostro, estaba nervioso, tardó unos minutos en corresponder, sorprendiendo a la chica.
Ahí estaba, él sentía calidez, sus ojos brillaron por unos momentos, y Sabito lo notó, soltando una suave risa se acercó a los cuervos.
Asa y Giyu se mantenían absortos de su alrededor.
El mar sentía calidad, así como el mismo océano que se vuelve tibio al ser observado por el sol durante horas.
-Entonces... ¿la misión la haremos los tres? -Y nuevamente la luna la alejo de él.
Ante la pregunta de Sabito, Akihoshi se separo del azabache empezando a hablar con el de ojos grises.
Giyu los observó en silencio, se sentía incómodo, no le gustaba lo que veía.
Él quería que aquel sol solo lo viera a él, solo le prestara atención a él, y aunque sabía que eso estaba mal él lo deseaba con intensidad.
-Vamos... -escuchó decir a la rubia, observando como ambos chicos caminaban delante.
No le gustaba sentirse así, él quería ser como Sabito, más sociable, capaz de poder hacer reír a la chica, capaz de ser observado por ella.
No sabía que tenía o que debía hacer, sentir algún tipo de envidia a su mejor amigo, ¿acaso estaba siendo invadido por el mal?
Suspiro frustrado y empezó a caminar también, luego hablaría con su maestro, quizá él sabría que clase de enfermedad tenía.
●●●
Los ojos de Asa volvieron a su característico color dorado, negando con la cabeza y soltando pequeñas lágrimas observo con tristeza el cuerpo de aquel enorme demonio.
Pronto de sol empezó a hacer su aparición, ayudando con el proceso de extinción, de un momento a otro solo hubo cenizas.
Sabito y Giyu solo observaban con conmoción.
Luego de unas horas para comer un poco y limpiarse completamente los tres empezaron a caminar, pues habían terminado aquella misión y los cuervos les dijeron que tenían unos días de descanso.
-Aún me mantengo en curiosidad, hasta ahora de las cinco misiones que nos tocó juntos... no he podido presenciar el momento en el que les devuelves la humanidad a los demonios -habló Sabito.
¿Cinco misiones?
Eso a Giyu no le gusto, nuevamente se odio por sentir eso, el solo había tenido dos misiones con ella, solo los dos.
Y en un momento de también sentirse importante; quería comentar que él si pudo presenciar aquel momento, queriendo opacar a la luna.
Antes de comentar algo, la rubia habló.
-Oh, lo lamento mucho. -Se disculpó para luego mirar sonriente al azabache-, ahora que lo recuerdo, Giyu una vez lo vio.
Y ahí estaba, ver el rostro sorprendido y admirado de Sabito le ocasionó felicidad.
Cuando este le pregunto como había sido; "una escena maravillosa", se limitó a responder, queriendo guardar cada detalle para él mismo. Por fin había algo que solo él sabía de Asa, y se sentía bien.
-Muchachos, -Los llamó la rubia-, mi camino termina aquí, iré a visitar a mi maestro.
Se despidieron y ambos chicos observaron como ella empezaba a desaparecer de su vista.
-Giyu... -Hablo el de pelos melocotón. El azabache lo miró, esperando que continuara-, ¿te gusta Asa?
Los ojos azules se abrieron en sorpresa, quería responder con sinceridad, pero ni el mismo sabía que es lo que sentía, qué clase de enfermedad tenía.
-No, no me gusta. -Él solo sabía una cosa-, la quiero... porque es una de las pocas amigas que tengo. -Le gustaba ver el rostro de Sabito lleno de felicidad.
Sabito sonrió y se sonrojó efusivamente.
- Es bueno saberlo... porque a mí me gusta mucho -el corazón de Tomioka se ahogó en tristeza, por alguna razón desconocida para él, no sabía que decir, no sabía porque se sentía así-, y no es varonil sacar conclusiones rápidamente, pero creo... creo que también le gusto.
No sabía que decir, pues él no tenía idea sobre esos temas.
Su mente le trajo imágenes de Sabito y Asa, ambos se veían felices juntos, a él que gustaba e incomodaba eso.
-No es de hombres dudar... -empezó a hablar, sin saber exactamente qué estaba haciendo-, ve por ella y díselo.
Sabito se sorprendió, sin embargo asintió y corrió hacia donde ella se había dirigido-, ¡se lo diré! -Gritó, desapareciendo el también de la vista de Tomioka.
Giyu bufo, ¿qué había hecho?
Había hecho una buena acción entre sus amigos, y si verlos felices incluía que él tuviera incomodidad, podría soportarlo.
-¡Asa! -Gritaron, llamando su atención. La rubia se detuvo y volteó, viendo como su amigo se acercaba a ella.
-¿Sabi-...?
-¡No hables! -La calló, colocándose frente a ella, empezando a sonrojarse-, tengo que decirte algo...
Ella lo miró con curiosidad, vio detrás, Giyu no estaba ahí, ¿qué estaba pasando?
-¡Me gustas! -Gritó, causando que ella se quedara helada, sin palabras, avergonzada- Se que... ¡Se qué no doy digno de estar a tu lado...!
-Me gustas, Sabito. -Dijo ella, causando que el callará de pronto, rebosando de felicidad.
-Yo espero... ¡Yo te pido que me esperes! Estamos... ¡estoy cerca de convertirme en Pilar! Yo... quiero ser fuerte para poder protegerte. -Volvió a hablar, tomando con suavidad las manos de la chica-, quiero ser un buen hombre y proteger a la chica que quiero.
Asa se sonrojó y asintió levemente-, esperaré hasta que seas Pilar. -Acató ella.
Ambos concluyeron aquella confesión con un abrazo, se sentían cálidos uno con el otro.
El sol y la luna estaban juntos finalmente, brillando totalmente.
Sintiéndose completos al ser observados uno por el otro.
Y el mar, había quedado en desolación, el mar había decidido observar el brillante amor entre la luna y el sol, el mar había tomado decisiones apresuradas, sin saber exactamente qué sentía y que debía hacer.
El sol y la luna se amaban, y el mar amaba verlos amarse.
N/A: eS NECESARIO, LO JURO, EL ECLIPSE ES NECESARIO.JPG ABDKNNDNX
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