
𝟏𝟕;; 𝐜𝐚𝐜𝐡𝐨𝐫𝐫𝐢𝐭𝐨𝐬 𝐩𝐨𝐫 𝐭𝐨𝐝𝐚𝐬 𝐩𝐚𝐫𝐭𝐞𝐬
8/10
El ruido les llegó a los oídos cuando entraron a aquel restaurante ubicado en el centro de la ciudad; las voces, risas, metal chocando con cerámica y el olor de la comida inundando el aire fue lo que obtuvieron una vez pusieron un pie dentro. Jennie escaneó el lugar con sus ojos, buscando a sus amigas, encontrándolas después acomodadas en una mesa algo alejada. Saludando rápidamente a los empleados, las tres se adentraron hasta llegar a la mesa, donde las chicas les saludaron llenas de alegría.
Pudieron notar que incluso alguna ya estaba ebria, debido a las pocas botellas de alcohol. Era un completo caos, las chicas estaban escandalosas, pero no parecía importar demasiado, porque no eran las únicos en el local que hacían bastante ruido. Dahyun incluso rodeó con torpeza los hombros de Roseanne para sentarlo a su lado, alegando lo feliz que estaba de que estuvieran ahí, notablemente ebria. La pareja que festejaba ese día especial con sus amigas, por su parte, se sumían en su propio mundo de mimos por unos segundos antes de seguir con la pequeña fiesta. La única que parecía sobrio era Momo, quien bebía tranquilamente de un vaso con agua, mientras se encargaba de freír la carne en medio de la mesa en aquella pequeña estufa eléctrica.
Parecía que las habían esperado al menos para comer, porque a simple vista se notaba que tuvieron una pequeña fiesta con alcohol de por medio. El ambiente era fiestero, lleno de risas fuertes y el sonido del tintineo de vasos de vidrio chocando entre sí. Vergüenza ajena también por la escena de Dahyun y Chaeyoung alzando la voz en un canto desafinado y carcajadas desbordantes.
— Ya que estamos todas aquí, quiero decir algo —Chaeyoung se levantó, un poco tambaleante, Mina sosteniéndole por temor a que podría caerse. Con un vaso de vidrio en mano lleno de alcohol, la beta estiró su brazo al centro, una enorme sonrisa decorando su rostro enrojecido por la embriaguez—. Estoy feliz de compartir este... —hipo— este momento con ustedes —las palabras siendo arrastradas—... tenemos mucho tiempo más para celebrar por nuestra cuenta... pero Minari y yo queríamos pasarla con ustedes... ¡ya son dos años juntas, Minari!
— Y serán muchos más, bebé~
La bulla no se hizo esperar, al igual que los brazos alzándose con los vasos en mano para un brindis rápido, los aplausos entusiastas de sus amigas escuchándose cuando la pareja compartió un beso. Era lindo de ver, Chae y Mina tenían una bonita relación estable que se notaba próspera, una marca que también los unía todavía más. Después volvieron a la diversión, la carne sirviéndose para que comieran entre una plática incoherente que rozaba lo ridículo debido a lo alcoholizadas que estaban algunas.
— Vamos Lili, toma un poco~ —Dahyun le sirvió a la alfa menor, tendiéndole el vaso con una sonrisa enorme, a lo que la aludida intentó negar, pero la omega insistió.
— Deja a la niña, Kim —Jennie le quitó el vaso, obteniendo un puchero de su hermana menor, aunque lo borró al instante.
— ¡Estamos aquí para divertirnos! Un vaso no le hará daño~
— No vas a alcoholizar a mi bebé —sentenció, cruzándose de brazos, escuchándose un poco ida ya que ella también había bebido.
La de cabellos morados le sacó la lengua infantil, siendo imitada por la omega mayor, las risas escuchándose después, porque Jennie estaba actuando como una niña también. Roseanne le rodeó los hombros con un brazo, estirando la mano para sacudir los cabellos ahora oscuros de Lalisa, quien seguía sonriendo risueña por la forma en que la mayor parecía confiada y animada.
De todas formas, la pequeña discusión infantil de las hermanas no sirvió de mucho, puesto que Lisa de igual manera probó un vaso de cerveza, que el peligris vigiló divertido, riéndose después por la mueca en el rostro del pelinegro.
— Creo que será mejor regresar a casa —Mina habló después de un rato entre historias estúpidas y carcajadas estruendosas. La beta a su lado con el semblante serio, casi triste y perdido, la cara roja y los ánimos al cero, contrastando con el Chaeyoung de hace unos minutos—, Chae ya está demasiado borracha.
— Dahyun también —la alfa de la aludida dijo con esfuerzo, al intentar controlar a su pareja, pues la omega se retorcía en sus brazos intentando escapar—, las llevaré a casa si quieren.
— ¡No~! ¡Dahyunnie quiere quedarse! —la omega berrincheó, sacudiéndose de nuevo hasta lograr liberarse de la prisión de los brazos de su alfa, aunque no duró mucho ya que Momo la atrapó por la cintura y se levantó con ella, llevándola al hombro, donde Dahyun empezó a patalear y lanzar golpes torpes— ¡Alfa mala! ¡Abuso de poder! ¡Te acusaré con mi alfa!
— Pero yo soy tu alfa —en serio intentó no reírse, pero la omega haciendo una exclamación sorprendida la tentó demasiado.
— Dahyunnie se sacó la lotería contigo, eres guapa~ ¡como esa canción! Kaching kaching~
La risa de Momo retumbó por el local cuando su omega empezó a cantar y a moverse en un vano intento por bailar, comenzando a caminar con ella en brazos. Mina se encargó de pagar esa vez, con la beta a su lado desanimada y quieta. Luego estaba Jennie, quien se apoyaba de Lalisa para caminar, Roseanne cuidando de que ninguna se cayera, ya que ambas habían tomado y ella era la sobria entre las tres al haberse quedado con latas de refresco. Así que las ayudó a subir a la camioneta de Momo, teniendo que sentar a Jennie sobre ella para hacer espacio debido a que no era el auto más amplio.
Momo se repitió en su cabeza mil veces que amaba a la omega que en el asiento de copiloto seguía siendo escandalosa.
Diablos, Dahyun comenzaba a quitarse la camiseta y a desabrochar su falda.
En cuanto Jennie abrió los ojos lo primero que sintió fue un tirón en su cabeza que lo hizo quejarse y llevar ambas manos con la intención de apaciguar el dolor, pero sus planes se vieron interrumpidos al sentirse encarcelado por dos cuerpos que le rodeaba. Lalisa estaba abrazada a ella, su cabeza apoyada a su hombro, sus brazos rodeándole, al igual que Roseanne del otro lado, piernas también aprisionándola.
Así que con cuidado se retorció como si fuera un gusano, buscando moverse sin agitarlas demasiado, procurando que no despertaran, hasta que finalmente logró escapar de la prisión de brazos fuertes. De pie a la cama las miró dormir, sonriendo cuando Rosé se estiró entre sueños buscando algo que abrazar, hasta dar con el cuerpo de Manobal, la cual atrapó y apretó como si fuera una almohada, la alfa menor sin quejarse, su sueño pesado. Soltando un bostezo tomó las mantas para cubrirlas a ambas y así dejarles solas en su cama, permitiéndoles seguir durmiendo.
El aroma de la comida casera llegó a su nariz cuando salió de su habitación, cerrando tras ella antes de caminar por el ancho pasillo y llegar a la cocina, encontrándose a la omega de cabellos oscuros moviéndose por el lugar, estufa encendida y un sartén cocinando lo que parecían ser hot-cakes. No sabía qué hora era, pero intuía que era temprano como para que mamá Jisoo siguiera en casa, incluso llevaba ropa del día diario.
— Buenos días, mamá —saludó, su voz escuchándose ronca y perezosa.
La omega se giró, sonriéndole. Dahyun tenía algo de ella, los labios eran de familia, incluso los pequeños ojos.
— Buenos días, ¿qué tal durmieron? Anoche llegaron algo tarde. Rosé nos explicó que fueron a celebrar con unas amigas y bebieron de más.
Si no fuera porque sus padres ya conocían a Roseanne desde que era una mocosa de trece años al ser amiga de Dahyun, entraría en pánico, pero incluso sabiéndolo no impidió sentirse nerviosa. Ahora no era solo la amiga de su hermana menor, era su alfa, y no era la única. De pronto se encogió en su lugar, sintiéndose avergonzada y tímida, evitando mirar a la omega a la cara. No lo había pensado demasiado hasta entonces, pero la opinión de sus padres era importante para ella, ¿qué pensarían de ella teniendo dos alfas al mismo tiempo? Entendía que su relación estaba muy alejada a lo que se conocía como normal, pero ella quería ser aceptada por ellos, los únicos que en verdad le importaba eran sus padres.
— ¿Pasa algo? —su madre cuestionó curiosa, dejando un plato con hot-cakes frente a ella, aunque no levantó la vista— ¿Hicieron algo ilegal?
Y con eso Jennie alzó la cabeza, negando repetidas veces con las manos también. — ¿Cómo crees, mamá? Claro que no.
— ¿Entonces por qué esa cara de perro arrepentido?
— ¡Mamá! —se quejó, escuchando las risas de la omega, que sonaron similares a las de Dahyun— Es que... no entiendo... hay dos alfas en mi cama...
— Creí que eran tus alfas.
— Lo son, pe-¿cómo? —se interrumpió a sí misma, mirando a su madre confundida. Se suponía que todavía no les decía nada a sus padres, ellos no estaban enterados, ¿entonces por qué ella no parecía enojada porque dos alfas estén justamente durmiendo en su cama y pasaron con ella la noche?
La omega ladeó la cabeza, frunciendo el ceño. — ¿Qué? ¿Ellas no te lo dijeron? —al ver la mueca de confusión de la castaña, agregó:— Fue durante tu celo, tu padre y yo nos las encontramos en la cocina comiendo algo, así que nos contaron que son tus alfas y que estaban aquí ayudándote.
Sintió su cara arder de la vergüenza, por lo que se cubrió con sus manos, queriendo desaparecer. Su madre ni siquiera se inmutó por su bochorno, continuó contando:
— Así que si no pensabas decirnos que tienes dos alfas, de todos modos nosotros ya lo sabríamos. Fueron tiernas en realidad, son adorables —después se inclinó en la mesa, murmurando como si fuera un secreto:—. Si Rosé no quedaba con Dahyunnie, igual me gustaba para ti.
— Mamá~ —la mujer se rió con ganas por su rostro rojo y la queja infantil, disfrutando de molestarla.
Y es que de hecho eso ya lo sabía, la omega estaba encantada con Roseanne desde que la conocieron siendo una mocosa, por ello habían pensado que probablemente en un futuro saldría con Dahyun por su compatibilidad y la forma en que se autonombraban mutuamente "almas gemelas". Sus padres no se rindieron ante la idea hasta que llegó Momo, por lo que simplemente aceptaron que entre ellas no podría haber más que una unida amistad.
Pero de cualquier forma eso no quitó que siguieran viendo un futuro con
Roseanne siendo parte de la familia, la sorpresa no había sido que terminara con Jennie, había sido que había otra alfa incluida. Como una oferta dos por uno, ambas alfas detrás de su hija mayor. En otras circunstancias probablemente la reacciones de los señores Kim pudo haber sido arisca, pero después de que ambas cachorras se presentaran formalmente de manera educada e incluso adorable, no pudieron evitar aceptarlas casi de inmediato. Roseanne ya tenía el lugar asegurado por años, pero Lalisa logró ganárselo en cuestión de días. No podían entenderlo del todo, pero si su hija se sentía feliz con ambas cachorras, ¿quiénes eran ellos para impedírselo?
No eran monstruos como para negarle la felicidad.
— Mientras seas feliz y ellas realmente te quieran, te apoyaremos —la omega le sujetó de la mano, sonriéndole cariñosa, a lo que Jennie imitó aliviada. Porque había tenido ese pequeño miedo de que sus bebés no fueran aceptadas—. Por ahora, cuídense, a menos que quieras tener cachorritos corriendo por todas partes. No quiero ser abuela tan pronto.
— ¡Mamá~!
En realidad Dahyun podría traerles nietos primero. Pensó, de pronto cuestionándose en dónde carajos estaba su hermanita.
Seguro con Momo.... haciéndome sobrinos.
Eww.
Quería agregar también a Jisoo, así que es mami de Nini y Dubu.
Gracias por leer (´-ω-')
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