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𝟏𝟑;; 𝐪𝐮𝐞 𝐥𝐚 𝐦𝐞𝐣𝐨𝐫 𝐚𝐥𝐟𝐚 𝐠𝐚𝐧𝐞

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Advertencia: Leve smut

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Jennie gimió bajito, sus manos se sostenían de los cabellos de sus alfas, mientras ambas se dedicaban a llenar su cuerpo con caricias y besos que lograban llenarla de satisfacción. Park le lamía el cuello dejando mordiscos suaves, mientras sus largos dedos se balanceaban con cuidado dentro y fuera de su humedo centro; y Manobal por su parte jugueteaba con su pezón con ayuda de sus labios en lo que su mano envolvía su miembro.

— Más... rápido, rápido — murmuró, deslizando su mano derecha por la nuca de Roseanne hasta llegar a su hombro y sostenerse con firmeza, su otra mano enredándose en los cabellos claros de Lalisa.

La rubia fue quien obedeció primero, apartándose de su cuello para alzarse un poco con tal de ver el rostro de la omega, al mismo tiempo que sus dedos intensificaban el movimiento entre sus glúteos, creando ese chapoteo húmedo obsceno cuando su palma chocaba contra la piel. Jennie se retorció, ojos apretados y cejas fruncidas, labios entreabiertos que dejaban salir jadeos excitados y un par de lloriqueos. Sonido que fue alzándose cuando Lalisa también movió la mano que tenía en su clítoris al mismo ritmo que los dedos de la alfa mayor, aumentando la intensidad del placer. No faltó mucho para que Jennie arqueara la espalda, sus costillas marcándose debido al movimiento y sus piernas cerrándose involuntariamente aplastando la mano de Roseanne con sus muslos.

Park retiró su mano con cuidado, sosteniéndose con un codo sin quitar sus ojos del rostro enrojecido y perlado por el sudor de su mayor, y Lalisa la imitó después, ambas cachorritas sonriendo ante la bonita sonrisa cansina pero genuina que se dibujó en los labios de su omega. Se veía relajada, una expresión cómoda y feliz, aromas más suaves.

— Abrazo —Jennie no necesitó decir más para atraer a ambas cachorras, quienes acomodaron sus cabezas en cada respectivo hueco entre sus hombros y el cuello, con los dedos de Kim acariciando sus cabellos. El menudo cuerpo de la omega fue protegido entre los brazos de sus alfas, llenándole de aquella calidez agradable—. Gracias por estar aquí, chicas...

— Estaremos siempre para ti, ¿verdad Lili?

La aludida asintió feliz, alzándose también cuando vio a Roseanne acercarse, hasta que sus labios se encontraron en un beso corto.

— Oww, yo quiero también~

La omega pidió en un murmuro mimoso, acunando el rostro de Rosé para acercarla, recibiendo gustosa un besito en su boca, antes de que Lalisa las apartara y se adueñara de la mayor. La omega estuvo contenta, sonriéndoles de aquella manera bonita que llenaba sus pechos de tenura, antes de darle la espalda a la rubia para abrazarse al torso del alfa menor. Ni siquiera le importó estar desnuda, obligó a Roseanne a abrazarla de igual modo desde atrás, casi ronroneando por la comodidad que había al estar de ese modo. Restregó su mejilla contra el firme pecho de Manobal, tentando un poco a Park cuando movió sus descubiertos glúteos sobre la delgada tela de la ropa interior.

Ambas alfas solo llevaban eso, la ropa interior fue lo único que la omega permitió que se volvieran a poner, aunque ella mismo permaneció desnuda porque: "es cómodo así, me gusta sentirlas de este modo" así que simplemente no pudieron hacer mucho, no querían contradecirla, además de que cuando intentaron que se cubriera, Jennie había hecho una rabieta.

Y había tenido razón, el abrazo sándwich se sentía mejor de ese modo.

— Oh joder, estoy agotada —Roseanne se quejó mientras masajeaba su cuello. Ambas alfas se había logrado escapar un momento cuando la omega se quedó dormida de nuevo, así que aprovecharon para estirar las piernas y buscar algo refrescante para su garganta después de esos dos días siendo prisioneras de la castaña.

Lalisa se limitó a abrir la nevera y sacar la jarra de agua helada, sirviendo en los vasos de plástico que Rosé le pasó. La casa de la omega estaba vacía a excepción de ellas tres, debido a que era horario de trabajo de los señores Kim, con Dahyun todavía en casa de Momo, por lo que podían pasearse con libertad al menos en esas horas. Tenían suerte de que era fin de semana y que el celo esté llegando a su fin, ya que ese día, sábado, venía siendo el tercero desde el jueves por la tarde cuando llegó. Mañana, domingo, Jennie estaría más cuerda y menos caliente, por lo que sería un día más tranquilo. O al menos eso esperaban.

Quizás no habían llegado más allá de la masturbación, caricias y besos subidos de tono, pero estaban demasiado agotadas y adoloridas porque la omega que yacía durmiendo en la habitación podía ponerse  demasiado mandona y hasta un poco berrinchuda. Si alguna decidía salir de la cama aunque sea un segundo, Jennie haría una rabieta pequeña y después prácticamente usaría el cuerpo de la alfa como si fuera un muñeco sexual hasta quedar satisfecha. Y en realidad no se quejaban, era hasta divertida la manera en que el bonito rostro de su unnie se arrugaba en enojo y se abalanzaba contra ellas para morder y restregarse. Pero no por ello era menos cansado.

— Uh, eso se ve doloroso —Lisa recorrió con un dedo las líneas chuecas de los arañazos en la espalda de la rubia, quien se retorció un poco porque sí que había sido doloroso.

— Diablos, no toques —se quejó, escuchándole reír—. Tú tampoco te ves mejor, te dejó marcas por todo el pecho.

— Creo que le gustó marcar territorio —Rosé se rió por el comentario, ambas alfas más relajadas—. Esto fue con solo mimos, no quiero saber cómo quedaríamos si hubiera sexo...

Roseanne hizo una mueca, dándole la razón. Porque en serio que habían quedado llenos de rasguños y chupetones por casi todas partes siendo que nunca hubo penetración como tal, Jennie exigía mimos como una cachorra berrinchuda, y cuando quería más que solo caricias y besitos, ella misma se encargaba de buscarlo. Ambas no hacían nada, dejaban que la omega succionara sus pieles y mordisqueara, con sus glúteos desnudos restregándose en sus miembros en busca de contacto, sin llegar a introducirlos.

— Una de nosotras... —Roseanne rascó su nuca nervioso, de pronto tímido— ya sabes... una de nosotras tendrá que... uhm...

— Ceder el control... —Manobal completó, ambas alfas mirándose— una de nosotras se volverá delta.

— ¿Estarías bien si llegas a ser tú? Porque honestamente tengo un poco de recelo sobre eso, mi alfa no quiere dar fácilmente el control.

— El mío tampoco —suspiró, apoyando ambas manos abiertas sobre la madera de la mesa redonda—. Supongo que... se decidirá en la pelea.

Roseanne asintió, sabiéndolo. En una situación como esa, ambas alfas se enfrentarán en una lucha por el poder hasta que una de las dos cede, luego será un delta. Y honestamente, daba miedo; el lobo del alfa se verá suprimido, no en su totalidad, pero perderá rango. El aroma bajará pero seguirá ahí, los sentidos subdesarrollados disminuirán hasta llegar a ser como los betas (que son igual de buenos). De algún modo será como un beta con cualidades de alfa que permanecerán; eso claro, sería lo que sucedería si llegara a haber una marca. De lo contrario y fuera solo sexo, su alfa obtendría dándole cierta sumisión, pero no dejará su rango. O por lo menos eso es lo que han escuchado; nunca han conocido a ningún alfa que haya pasado a ser delta, por lo que no tienen experiencias que podrían serles como referencia, por lo que será totalmente nuevo para ellas. ¿Habrá dolor? ¿Realmente sus lobos las rechazarán?

Complicado.

— Suerte —Roseanne le deseó, ofreciéndole la mano para estrecharla, a lo que Lalisa le dio un apretón firme.

— Que la mejor alfa gane.

Con un asentimiento de cabeza, ambas aceptaron lo que podría llegar a pasar una vez regresen a la habitación.

gracias por leer (´-ω-')

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