𝟎𝟕;; ¿𝐔𝐧 𝐫𝐢𝐯𝐚𝐥?
La alfa de rojizos observó con curiosidad a su amiga, quien a su lado había soltado un profundo suspiro digno de una tonta enamorada, con sus grandes y relucientes ojos iluminados en ilusión; Lalisa sonreía, una sonrisa amplia de labios cerrados que hacían a sus ojos achicarse y pequeñas arrugas dibujarse a sus costados, feromonas de cariño emanando de su cuerpo. Fueron tantas que la alfa a su lado tosió con leve desagrado, cubriéndose un poco la nariz con el barbijo negro.
Habían estado hacía ya un buen rato recargados en los barandales del pasillo en el segundo piso de la institución, hablando sobre un montón de estupideces para pasar el rato en lo que sus demás amigas llegaban, cuando de pronto Lalisa pareció ponerse alerta; Minnie incluso llegó a pensar que, si tuviera cola física, estaría moviéndose de un lado a otro sin control, con las orejas alzándose y bajando atentas a todo sonido.
- ¿Por qué Lili huele como omega en celo? - la aludida bufó ante la clara burla de la beta rubia que se acercó para rodear sus hombros, sacudiéndose para quitárselo de encima. Sorn pareció divertirse mucho más ante su reacción esquiva.
- Seguramente está así por esa unnie, ¿no es así, Lili? - la profunda voz de la alfa de cabello corto no tenía tonos molestos.
En realidad los carnosos labios le sonreían comprensivos y los pequeños ojos parecían amigables. Yoo Jeongyeon quizás era una de las más bromistas de su grupo de amigas, pero sin duda ella era una de las que no se burlaban en serio cuando la veían de ese modo; quizás jugueteaban porque era divertido cuando una de ellas se sonrojaba hasta las orejas, pero se ponían serios después para ayudarse.
Como en esos momentos, donde sus tres amigas pusieron ojos de halcón hacia el punto donde Lalisa había estado mirando hasta hace un momento, observando a la omega mayor que hablaba con una pareja sentadas en las mesas de piedra del jardín trasero. Lucía enfurruñada, quizás quejándose con la pareja de algo, pero ellas parecían divertirse y burlarse un poco, sólo intensificando el ceño fruncido de Jennie.
- Espera, ¿esa no es tu sudadera? - la rubia preguntó con una ceja alzada, ganándose la pigmentación en las mejillas de Lalisa.
- Uhm... se la dejé el otro día cuando regresábamos a casa.
Entonces las tres chicas soltaron exclamaciones grupales, riéndose y palmeando de manera burlona los hombros de la menor entre ellas, con Lalisa bufando y quitándoselas de encima de nuevo. Porque entendieron que la razón de ese aroma de felicidad en la alfa era porque haber visto a la omega que le gusta llevando una sudadera suya que estaba impregnada con su olor le había puesto como una cachorrita contenta. Era como si de alguna manera la omega aceptara llevar su perfume encima, como una pequeña advertencia de que ya tenía a alguien.
- Entonces, ¿por fin están saliendo?
- No en realidad... -Lisa respondió la pregunta de Minnie en un murmuro, mientras volvía a apoyar los brazos en el barandal del segundo piso- se la di para cubrirla y que durmiera bien.
- ¿Y cuándo la invitarás a salir?
Frunciendo el ceño, miró a Sorn.
- Pero hemos salido antes.
- No, ustedes solas, no con Rosie unnie.
Lalisa lo pensó un momento, reconociendo que no podía recordar un momento en donde Jennie y ella hayan salido juntas sin Roseanne, siempre habían estado juntas las tres, ¿y en realidad? Eso no le molestaba. Quizás al principio sí que había sido molesto, las riñas entonces con Rosé eran mucho más tensas que en la actualidad, pero con el paso de los días comenzaron a aminorar los celos y las discusiones fuertes para pasar a un trato de paz donde se compartían buscar la felicidad en la omega. Ambas de verdad que les gustaba Jennie, y de algún modo terminaron acostumbrándose a la compañía de la otra.
Y no estaba mal, Jennie les sonreía de esa forma bonita en que sus rosadas encías se asomaban, con sus lindos ojitos felinos resplandeciendo de esa forma en que podía compararlo como una noche llena de tintineantes estrellas. Y le gustaba, a Roseanne también le gustaba verla de ese modo; tan cómoda y contenta estando alrededor de ambas.
- Invítalo a salir, ella y tú solas -Minnie le dio una palmada en el hombro, apoyándose en el barandal junto a ella para seguir mirando la misma escena de la omega de su amiga con la pareja, quienes en ese momento volvían a sumirse en mimos pequeños.
- Lo hablaré con Roseanne...
- ¿Por qué? -Sorn ladeó la cabeza frunciendo las cejas, como un cachorrito que no terminaba de comprender- ¿Qué no es tu rival? Rosie unnie también está tras Jennie unnie, ¿no? No creo que deberías pedirle permiso para salir con ella.
Lalisa hizo una mueca, pensando que era cierto. Por mucho que no haya una real incomodidad cuando las tres se reunían, por mucho que Rosé fuese su amiga, era una rival porque iba tras la mismo omega que ella. Porque ambas la querían.
- Es verdad - así que terminó susurrando, aceptándolo.
Roseanne comenzó a reír por la divertida manera en que su mejor amiga vitoreaba el haber encestado fácilmente y así ganándoles a los lobos que habían aceptado jugar con ella por mera distracción del aburrimiento. Dahyun parecía cansada, con su pecho subiendo y bajando agitado después de todo el ejercicio, sus cabellos morados entre secos y húmedos cubriendo su frente perlada producto del sudor, pero manteniendo esa sonrisa satisfecha y fanfarrona que ponía cada vez que obtenía la victoria. Habían estado prácticamente todo el receso jugando, o al menos Dahyun ya que la rubia se dedicó a cobrar las apuestas en contra de la omega.
Claramente, ganando con siete a cinco, siendo que habían apostado que la omega perdería por lo menos con una encestada del equipo contrario. Y quizás lo habrían logrado si Dahyun no se hubiese puesto el doble de competitivo y saltar desde una considerable distancia para tentar la suerte, el balón anaranjado volando por los aires hasta encestar. Roseanne incluso pensó que había sido dramático, tal como esas películas de deportes.
- ¿Me viste Rosie? ¿Lo viste, lo viste? - Dahyun llegó corriendo hacia ella con la radiante sonrisa plasmada en sus finos labios. Justo en esos momentos resplandecía su lado como la cachorra que también seguía siendo.
- Te vi Dubu, lo hiciste genial~
- Hice de todos esos lobos mis perras - se mofó, con una sonrisa maliciosa y presumida, provocando que Rosé comenzara a carcajearse con fuerza.
- ¿En serio eres una omega? - la leve gruesa voz de un beta se acercó a ellas; Jung Hoseok llevaba consigo el balón anaranjado resguardado bajo su brazo, una mirada divertida en su rostro por la manera en que la pelimorada se había referido a ellos.
- ¿Quieres que te muestre la panza en sumisión para que lo confirmes? Quizás también te muestre el culo y te diga "lléname con tu poderoso pene, alfa y dame cachorros".
Roseanne volvió a reírse por la forma en que la omega fingió una voz exageradamente sumisa y un par de gemidos dignos de una película porno, para después mostrar el trasero y darse una palmadita, terminando por cambiar su rostro a uno serio, incluso intimidante. Dahyun solía ser así, completamente desvergonzada y hasta insolente, tanto que llegaba a divertir a los alfas de quienes se mofaba como en ese momento con el beta, quien sólo colocó una expresión asqueada antes de reírse.
- Tú definitivamente eres una omega increíble.
- Gracias ~ - fingió de nuevo esa voz sumisa, parpadeando encantadora antes de agregar con voz dominante: - ahora dame mi dinero, perra.
Hoseok y Roseanne volvieron a dejar salir estruendosas carcajadas, mientras la omega colocaba una mano en su cadera y revisaba sus uñas totalmente indiferente. Actitud que se vio afectada cuando el cítrico aroma de las naranjas todavía potentes a causa del termino del celo flotó en el aire, llamando no solo la atención de la más pequeña, también de los otros dos que dejaron de reír para fruncir la nariz a causa de eso. Dahyun se volteó feliz, sus ojos brillando en ilusión al ver la cabellera oscura de su alfa acercarse, trotando hacia ella con los brazos abiertos para lanzarse en un brazo; de nuevo, esa omega insolente de hace un momento volviéndose un manojo de sonrisas tiernas y olores alegres.
- Yo debo irme, adiós chicas ~
Hoseok chocó puños con Roseanne, despidiéndose con agitadas de manos de la pareja que se había sumido en besos como saludo al verse. La alfa rubia arrugó la cara en una mueca de desagrado porque su mejor amiga estaba soltando feromonas que se mezclaban con las de la mayor, quien seguía un poco sensible. Pero a pesar de que visiblemente los sentidos de Momo seguían un poco vulnerables, lo único que hizo con su novia fue abrazarle de la cintura con cariño y besarle las mejillas, controlándose para no saltarle encima pese a que su olor estuviera provocándole a propósito.
- Pueden irse a los baños si quieren, ¿saben? Aunque tendrá que ser rápido porque ya casi tenemos clases.
Las mejillas de Momo se colorearon avergonzadas, pero Dahyun en cambio pareció pensárselo con seriedad por la manera en que una sonrisa traviesa se dibujó en sus carnosos labios y se apegó al cuerpo de su alfa, acariciándole la nuca en busca de estímulo. Y quizás funcionó un poco, porque la loba que seguía dominanda parte de la racionalidad de la alfa le gustó la atención de su pareja.
- No... no aquí, no ahora - sin embargo, agitó la cabeza para quitar cualquier pensamiento sucio y concentrarse -. No ahora, Dubu, ¿de acuerdo?
- Aburrida - la aludida murmuró desconforme, pero terminó aceptándolo.
Roseanne dejó de mirarlas cuando el móvil en el bolsillo delantero de sus jeans comenzó a vibrar, sacándolo para fruncir el ceño curiosa al ver la notificación de un mensaje de Lalisa. Desbloqueando y entrando al mensaje, leyó la pregunta ladeando la cabeza confundida.
💬
P. RS, M. LS
Tenemos que hablar
Unnie tiene el taller hoy, así que se quedará hasta tarde, ¿puedes venir después de mi entrenamiento?
Está bien, ahí estaré
gracias por leer :c
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