
𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟑
Summer abrió los ojos sobresaltada, el frio del suelo en el que se encontraba acostada junto a la humedad del lugar la hizo temblar. No recordaba más allá de lo sucedido con su padre y ese maldito payaso, todo se había oscurecido y ya no recordaba nada más.
¿Cómo había llegado ahí?, ¿Dónde estaba Beverly? Eran preguntas sin respuesta hasta ese momento. Respiró hondo y se llenó de valor para ponerse de pie con cuidado, miraba a su alrededor temerosa de encontrarse la peor de las escenas posibles, pero parecía encontrarse sola.
—Tú puedes, Summer —murmuró para si misma antes de dar un par de pasos hacía el frente.
Posiblemente moriría ahí, sola y sin que nadie la encontrara al igual que su hermana. Las pobres chicas de Derry, el pueblo jamás las buscaría porque ellas no eran nadie.
Solo había dos opciones; sentarse a llorar y esperar su horrible muerte o intentar sobrevivir por su cuenta.
Summer elegia la segunda.
El brilló de un objeto a la lejanía atrajo su atención, camino hacía él encontrándose para su suerte un viejo tubo de metal que podría servirle como arma, sus pequeñas manos se aferraron a él sin dudar. Miro a sus espaldas para cerciorarse que aún se encontraba sola antes de empezar a andar.
Conformé caminaba por el desagüe, el asco y la sensación de suciedad le recorría el cuerpo haciéndola estremecer, mantenía el tubo en alto dispuesta a golpear cualquier criatura o ser que decidiera aparecer.
Quién iba a imaginar que estaría tratando de sobrevivir cuando al inicio de todo le daba igual morir, tal vez ahora tenía más motivos que antes... tenía que encontrar a Leila y a su hermana, reír con sus amigos y pasar las tardes comiendo helado con Richie. Tenía muchas cosas que hacer y para poder lograrlas necesitaba estar viva.
El agua chapoteo a sus espaldas, brincó del susto y se giró con el ceño fruncido. No había nada. Dio un paso atrás y observó el agua ondear en su dirección. Los vellos de sus brazos se erizaron mientras lo que sea que hubiera en el agua se acercaba cada vez más a ella. Contuvo su respiración y espero paciente para defenderse de un ataque que no llego, al fin y al cabo.
Lo que nadaba en el agua delante suyo era una tortuga.
—¿Qué haces aquí? —pronunció sin pesar, el animal en el agua parecía entenderle porque la miro para luego seguir su camino —. ¡Oye, espérame! —prefería estar acompañada de una indefensa tortuga que seguir su camino sola —. Si me ayudas a encontrar la salida, te prometo que te llevó a un lindo lago en donde puedes nadar en agua limpia y tal vez conocer otras tortugas —propuso a la vez que seguía al pequeño animal —. Creo que es un trato justo, ¿no crees? —silencio —. Igual si has visto a una chica un poco más alta que yo, cabello corto y rojizo, seria buena idea me llevarás con ella también.
Summer supo que había sido buena idea seguir al pequeño animal cuando observó a la lejanía más claridad, había tardado bastante detrás de la pequeña tortuga, pero había valido la pena. Sonrió como si ya estuviera de nuevo en la superficie, como si se encontrará en una mansión, aún no lo estaba, pero pronto volvería a casa o lo que sea que le esperara solo debía encontrar a Beverly.
—No te vayas lejos —pronunció hacía la tortuga a la vez que daba varios pasos al frente —. Una cantera te espera, amiguita.
Observaba todo a su alrededor, sus pasos cautelosos se detuvieron justo frente a una inmensa pila de objetos de niños desaparecidos, abrió los ojos con sorpresa al ver a algunos de ellos flotar sobre ella. Tal vez ahí estaban Leila y Beverly.
—¿Summer? —un pequeño gritó escapó de su garganta cuando alguien habló a sus espaldas, se giró dispuesta a arremeter contra lo que sea deteniéndose de golpe al observar a Richie.
—¿Cómo se que no eres ese horrible ser? —escupió con enojo elevando con fuerza el tubo de metal.
—¿Tan feo estoy que crees soy esa cosa? —soltó ofendido el chico.
Summer sonrió bajando el arma.
—Solo un tonto cuatro ojos diría eso —pronunció con la tranquilidad volviendo a su cuerpo, se acercó a él para abrazarlo con fuerza.
—Me alegra saber que estar bien —soltó Richie aferrándose a ella con fuerza —. Hueles horrible —susurró con ironía haciéndola reír.
—Tú también hueles a mierda, Rich.
—Lo sé —contestó con simpleza alejándose un poco de ella para poder mirarla mejor —. Cuando Bill me dijo lo que había pasado casi me vuelvo loco, te quiero, Summer.
Bajó la poca iluminación que entraba en el lugar, las mejillas de Summer se volvieron rojas y su respiración se volvió lenta. ¿Por qué el amor te hacía sentir tan estúpido?
—Yo...yo...yo también te quiero —pronunció llenándose de valor para acortar de nuevo la distancia entre ambos para plasmar un rápido beso sobre los labios de él —. Eres un virgen —soltó en broma cuando lo vio sonrojarse.
—Vamos con los demás —Richie cambio el tema, sujetó su mano para llevarla con el resto sin darle chance de reprochar.
Summer abrió los ojos con sorpresa cuando observó como Bill le disparaba a su hermano, todos parecían reaccionar igual o peor que ella ante la situación. Nadie iba por la vida buscando a su hermano para luego asesinarlo, ¿o sí? Ella era rara, no había duda, pero no tan psicópata como el tartamudo para hacer aquello.
Summer se tragó sus pensamientos cuando el niño empezó a convulsionar delante de ellos, horribles gritos salían de él mientras se iba transformando y sus extremidades empezaban a crecer. Sabía quien era, pero quiso aferrarse a la idea de que no podía ser eso.
—¡Mátalo, Bill!
—¡Acaba con él!
—¡Mátalo ya!
Gritaban todos a excepción de Summer, no podía ser tan fácil. No había muerto por el tiro anterior, esto no sería la excepción.
—No puedes matarlo —pronunció Mike atrayendo la atención de Summer —. Hey, no está cargada —advirtió.
Se los iba a llevar el payaso, literalmente, pensó, Summer y lo termino de confirmar cuando en efecto, nada ocurrió.
Eso se lanzó enfurecido hacía Bill que pudo detener el ataque gracias al arma que aun poseía en sus manos. Summer corrió detrás de su hermana y mientras ella lo entretenía, uso toda su fuerza para golpearlo con el tubo por la espalda.
—Jódete, maldito hijo de perra —gritó enfurecida cuando observó como lanzó a Mike hacía la pared.
Iba a lanzar un nuevo golpe, pero Bill había sido demasiado veloz al arrebatarle el tubo y lanzarla hacia un lado para intentar someter a eso con fuerza queriendo evitar que dañara a alguien más.
—¡No, Bill! —gritó Richie cuando aquella cosa empezó a girar con Bill sobre su espalda.
—¡Hay que ayudarlo! —gritó Summer lanzándose también sobre esa cosa siendo seguido por el resto.
Unidos jamás serían vencidos, unidos lograrían sobrevivir.
Unidos no lograron hacer nada.
Sintió los brazos de Richie intentar atraparla en el aire cuando eso los lanzó en diferentes direcciones, su pequeño cuerpo cayó al lado del de Richie y el aire abandono sus pulmones por un segundo. Solo un segundo le tomó volver a recuperar el aliento.
—¡Bill! —gritó Eddie al ver como su amigo pasaba a ser rehén de Pennywise—¡Bill!
—No, no —su hermana que se encontraba de pie a sus espaldas habló —. Suéltalo.
—No —su mirada era más horrible que la última vez —. Lo llevare conmigo. Llevare a todos ustedes y tendré un festín con su carne mientras me alimento con su miedo o déjennos en paz —acaricio a Bill como si de un puerco se tratara —, yo me lo llevare solo a Bill, y entonces, tendré un largo descanso y ustedes podrán vivir para crecer, prosperar y tener vidas felices... hasta que la vejez los haga sucumbir a todos.
Sonaba a un trato justo, pero solo había un problema; Bill era su amigo y los amigos nunca se abandonan.
—Váyanse —pidió Bill —. Yo fui quien nos metió en todo esto, yo lo si...siento, de verdad lo siento.
Todos se observaron, analizando la situación. Richie la observo a ella en busca de una aprobación.
—Largo —volvió a pedir Bill con el corazón lleno de valor.
—Chicos —habló su hermana, asustada —. Eso no ocurrirá.
Richie y ella se pusieron de pie, todo seguía en silencio a sus espaldas.
—Te dije, Bill —empezó a hablar Richie —. Maldita sea, te dije, no quiero morir. Es tu culpa. Me golpeaste en la cara —empezó a enumerar —, camine por agua asquerosa, me trajiste a una maldita pocilga —Pennywise lo miro mal —. Y ahora —Summer se acercó a él con un bate que encontró —. Tendré que matar a este payaso.
Pennywise se puso de pie mientras lanzaba a Bill a su costado, él estaba cansado de tantos juegos al igual que ellos. Ese era el final. Todo acabaría ese día y, si tenían suerte, ellos saldrían victoriosos.
—¡Bienvenido al club de los perdedores! —gritó Richie lanzando el primer golpe, deteniendo así el ataque que iba hacia él.
Mike fue el segundo de arremeter contra él y luego Eddie, todos estaban luchando por salvar sus vidas. Golpeaban y sometían de cierta forma a ese infernal ser que les había arruinado la vida, que los intento someter bajo miedo y estuvo a punto de matarlos. Ya ninguno tenía miedo, ahora era él el que debía temer.
Mike rodaba en el suelo evitando que las pinzas que ahora poseía Pennywise lo alcanzaran, Summer tomó entre sus manos un nuevo tubo y se lanzó hacía él golpeándolo con fuerza sobre la cabeza, Ben aprovechó para atravesarlo con una varilla en el pecho.
—Vete a la mierda, payaso estúpido —escupió Summer sujetando la varilla de Ben para enterrarla un poco más.
La cabeza de Pennywise giró en su dirección, transformándose en un nuevo ser lleno de vendas que no dudo en cernirse sobre el rostro de ambos deseoso de morderlos. La tortura de Ben y Summer pronto para su suerte, ambos se alejaron dándole campo al resto de actuar.
Eddie gritó con furiosa cuando eso se transformó en un horrible leproso que le vomito en el rostro, el cuerpo de Pennywise giró hacia Beverly y ella transformándose en u padre; ambas lo observaron con odio.
—Hola, mis bebés —ambas dieron un paso al frente, cada una con un arma en su mano —. ¿Aún son mi...? —Beverly y ella gritaron, su hermana había clavado la vieja varilla oxidada dentro de la boca de Pennywise mientras que ella le atravesó el ojo.
Fue entonces cuando eso volvió a su forma original.
Pennywise escupió la varilla y sacó la otra de su ojo con la poca fuerza que poseía, Summer frunció el entrecejo mientras lo observaba alejarse con temor. Ahora él les tenía miedo a ellos porque sabia que iba a morir.
—Ahora eres tú el que tiene miedo —pronunció Summer siendo la primera en dar varios pasos para acercarse a él —. Solo eres un mal chiste.
Su risa y mirada ya no les causaba miedo. Ya él no tenía el mismo efecto que antes.
—Por eso no mataste a ninguna de ellas —Bill habló —. Ellas n...no te...tenían miedo de ti —ella sí, pero tal vez pensaba dejarla para un postre —. Y tampoco nosotros. Ya no.
Con lo último de sus fuerzas, Pennywise se lanzó hacía atrás en busca de un escape que solo ese inmenso tipo de pozo poseía. Sin embargo, sus manos se aferraron a las orillas de este con fuerza mientras susurraba incoherencias.
Stanley los observó a todos que asintieron al gesto de entregar sobre las manos de Bill un tubo de metal. Él acabaría con todo, Bill le daría fin a su pesadilla y solo tal vez podría encontrar algo de paz.
El golpe quedo suspendido en el aire cuando eso se deslizo un poco hacia atrás, su cabeza empezó a desmoronarse en cámara lenta. Pennywise los miro una última vez.
—Miedo —susurró antes de dejarse caer al vacío.
Todo se quedo en silenció, nadie quería decir nada o tal vez solo intentaban procesar que seguían vivos. Juntos lo habían logrado, juntos habían podido sobrevivir.
—Ya se que voy a escribir en mi ensayo de verano —pronunció Richie cortando el silenció que aún permanecía en el aire.
—Yo te ayudo —pronunció ella girando su rostro para poder observarlo.
Ambos entonces sonrieron, felices de poder ver otro nuevo amanecer juntos.
—Chicos, chicos —pronunció Eddie atrayendo la atención de todos —. Los niños están bajando.
El corazón de Summer latió de prisa.
—Leila —susurró antes de correr hacía ellos.
Ya estamos cerca del final, por favor no seas un lector fantasma :(
¿Qué les pareció el capítulo?
Maratón 3/5
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