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ULTIMO CAPÍTULO

Dos semanas habían pasado desde aquel dia lluvioso en la oficina. Jungkook aún podía sentir el calor de los labios de su jefe sobre los suyos, la intensidad de su mirada, el fantasmas sobre su piel de las cosas que habian hecho sobre esa mesa.

Jungkook intentaba concentrarse en su trabajo, pero era casi imposible cuando cada interacción con Taehyung estaba cargada de una tensión sensual que resultaba abrumadora.

El ambiente en la oficina había cambiado. No era incómodo, pero sí cargado de una expectativa constante, como si algo más grande estuviera a punto de suceder en cualquier momento. Soobin y Kai seguían coqueteando como si nada hubiera pasado, ajenos a lo que se gestaba entre Jungkook y Taehyung. Pero Jungkook sentía que la distancia entre él y Taehyung solo se hacía más difícil de soportar.

Taehyung había sido frío. Demasiado frío. Cada vez que cruzaban miradas, algo parecía encenderse en sus ojos, pero lo reprimía. Era como si estuviera luchando consigo mismo, tratando de mantener una fachada de profesionalismo que ambos sabían que ya no existía. Pero Jungkook no podía culparlo. Después de todo, su relación no solo desafiaba las reglas de la oficina, sino también las reglas de sus corazones, de sus puestos de trabajo.

Todo estaba en juego ¿pero acaso importaba? ¿De verdad lo hacía?

En otra tarde lluviosa, Jungkook terminó de archivar unos documentos, listo para irse a casa cuando un mensaje de Taehyung apareció en su teléfono  porque sí, ya se habían agendado.

“Espera en el estacionamiento. Te llevo a casa.”

Jungkook miró el mensaje con el corazón alocado. Las últimas dos semanas habían sido un torbellino de emociones, y ahora, el clima lluvioso parecía presagiar algo más. Tomó sus cosas y salió al estacionamiento, sintiendo las gotas de lluvia golpeando su piel, refrescantes ante el fuego que se acrecentaba en su sangre. Subió al auto de su jefe sin decir mucho.

Taehyung condujo en silencio al principio, su rostro inexpresivo mientras las calles mojadas se deslizaban bajo las ruedas del coche. Jungkook intentaba leerlo, pero no lograba descifrar lo que estaba pasando por su mente. Todo lo que sabía era que el aire estaba tenso, cargado con algo que ambos habían estado evitando enfrentar (por poco y no les resulta)

Finalmente, después de varios minutos de silencio, Taehyung respiró hondo, como si estuviera preparándose para algo. Sus manos se apretaron alrededor del volante, y sin apartar la vista del camino, comenzó a hablar.

—He estado luchando contra esto, Jungkook —dijo, su voz baja, casi inaudible entre el ruido de la lluvia—. Cada día, cada maldita vez que te veo... intento ser frío, mantener las distancias, ser el jefe que se supone que debo ser. Pero ya no puedo seguir pretendiendo ser alguien que no soy.

Jungkook sintió un nudo formarse en su estómago.

—Tae... —intentó interrumpir, pero Taehyung alzó una mano, indicándole que lo dejara continuar.

—No, déjame terminar. —Taehyung lo miró de reojo, su expresión estaba más suave, pero llena de una frustración que había estado acumulando—. No quiero seguir escondiéndome, no quiero fingir que lo que pasó entre nosotros no significa nada. Porque significa todo.

El auto se detuvo frente al edificio del jefe, pero ninguno de los dos se movió para salir. Jungkook miró a Taehyung, sintiendo su corazón latir más rápido con cada segundo que pasaba.

—No puedo sacarte de mi cabeza, Jeon... maldito Jeon —Taehyung continuó, su tono se tornó desesperado, hambriento incluso—. Cada vez que te veo, cada vez que escucho tu voz, siento que estoy fallando. Fallando en mantenerme alejado de ti. Y estoy cansado, Jungkook. Estoy cansado de fingir que no quiero estar contigo.

Jungkook estaba sin palabras. Todo lo que había sentido en las últimas semanas, todo el anhelo, la confusión, el deseo, estaba reflejado en las palabras de su jefe.

—Yo también he estado sintiendo lo mismo —confesó Jungkook, su voz apenas un susurro—. Pensé que... que tal vez no sentías lo mismo. Que te arrepentías de ese beso o de lo que hicimos.

Ah, el sexo que habían compartido... claro que no. No iba a arrepentirse de esa delicia. Jungkook, al igual que sus trajes costosos, había nacido a su medida para combinar con su cuerpo.

Taehyung lo miró, y por primera vez en semanas, sus ojos estaban llenos de una calidez que hacía que el corazón de Jungkook se aliviara.

—No me arrepiento de nada —dijo Taehyung con firmeza—. Lo que pasó fue real. Fue... lo más real que he sentido en mucho tiempo. Solo estaba tratando de ser racional. De no mezclar las cosas. Pero al diablo con todo eso. No puedo más.

La lluvia seguía cayendo con fuerza afuera, pero dentro del auto estaban seguros el uno con el otro.

Taehyung se inclinó hacia él. El contacto fue suave, casi como una pregunta silenciosa. Y Jungkook lo aceptó, entrelazó sus dedos con los de Taehyung.

—No puedo seguir fingiendo que esto no me importa, que tú no me importas —aclaró Taehyung en voz baja, su mirada fija en la de Jungkook—. Y si eso significa romper algunas reglas, entonces lo haré. Porque no puedo seguir perdiendo el tiempo, no contigo.

Jungkook lo miró a los ojos, sintiendo que todo el peso de las últimas semanas desaparecía de repente. Había tantas cosas que quería decir, tantas emociones que había contenido, pero en ese momento no necesitaba palabras. Lo que sentía por Taehyung era demasiado grande para ser expresado con letras.

—Entonces, ¿qué hacemos ahora? —preguntó Jungkook, su voz suave pero firme.

Taehyung sonrió, una sonrisa que era cálida y sincera, una sonrisa que Jungkook había anhelado ver desde el primer beso que compartieron. 

—Lo que debimos haber hecho desde el principio —respondió Taehyung, apretando suavemente la mano de Jungkook—. Dejarnos llevar.

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Les dije que seria una novela corta (por fa no me odien, por algo no quería subirla) Reconozco que no tiene el potencia de mis otras obras, algunas de las cuales estoy mas que orgullosa de haber escrito.

¡Quería agradecerles de nuevo por tanto cariño! Seguiremos en contacto de vez en cuando mis amores. Si gustan conocerme un poco más, mi instagran en donde hablo de libros (y en donde soy la chica loca y pesada de All for the game) es "vani.books".

Espero de todo corazón, y a pesar de la brevedad del relato, que les haya gustado.

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