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ꜰɪɴᴀʟ

Después de que Dorothea cantó en aquel estudio y Robbie haya grabado su canto en video ella se sentía más tranquila por el echo de que Robbie ya sabía todo.

Pasaban la mayor parte del tiempo juntos.

Robbie decidió que sería buena idea salir en la noche a ver las estrellas y no se hizo esperar la respuesta de Dorothea.

─Esa se llama Robbie porque es enorme y poderosa ─dijo Robbie señalando una estrella provocando una sonrisa en Dorothea ─y esa de allá es mi preferida, se llama burritorium, porque es igual a un burrito ─dijo sonriendo y volvió a ver a Dorothea.

─Esa es brosion, está a 8 años luz. 

─Entonces íbamos en primaria cuando se creó.

─Así es ─bajó la mirada─ justo en la etapa de tu primera patineta.

Robbie la miró entre confundido y sorprendido.

─¿Qué?

Dorothea volteó a verlo de nuevo.

─Robbie, cuando nos vimos en la estación de tren... Ya te conocía.

─¿De qué hablas?

─Cuando estudiabas la primaria pasabas frente a mi ventana, en cuarto grado estrenaste tu patineta, y en el sexto grado usaste una camiseta de Ken Griffey Jr. Todos los días durante un mes entero y... Entrando a la secundaria te rapaste toda la cabeza ─dijo riendo y Robbie cerró los ojos avergonzado─ todos los días esperaba que pasaras frente a mi ventana y era la mejor parte de mi día.

─Habría estado contigo si ubiera levantado la mirada.

─Los estuviste ─dijo Dorothea tomando su rostro─ Te amo, Robbie.

─Te amo Thea ─respondió y juntaron sus labios─ no puedo creer que después de raparme te seguí gustando ─habló separándose, Dorothea rio.

─Te veías horrendo, por Dios.

Ambos rieron el resto de la noche.

Cuando Robbie llegó a su casa decidió subir el vídeo de Dorothea cantando, sabía que tendría éxito y quería enseñarle al mundo el talento de su novia.

Al siguiente día se encontraban Adella y Robbie en la casa de Dorothea y su padre, todos estaban viendo una película.

─Voy al muelle, vuelvo en una hora ─dijo Robbie.

─Un día quiero veré ese yate digno de Beyoncé que cuidas ─habló Adella.

─Perdiste tu oportunidad, el dueño llega mañana, es mi última revisión ─Dorothea lo miró y se quedo pensando─ los veo en una hora.

─Te acompaño a la puerta ─dijo Norman levantándose de su asiento.

─Gracias ─dijo Robbie mientras ambos se dirigían a la puerta─ adiós.

Dorothea recordó lo que había dicho Robbie el día de su primer beso en aquel yate: "Un día de estos podemos, salir a navegar en la bahía y ver el atardecer"

Al recordar esas palabras en su mente, los detuvo.

─Esperen, quiero ir con él ─dijo llamando la atención de todos.

─¿A dónde, cariño? ─preguntó Norman.

─Afuera, a navegar, quiero navegar con él ahora.

─Cariño, será mejor que...

─Por favor, papá, quiero hacerlo, está bien, por favor.

Norman la miró pensativo.

Todos sabían que estaba sufriendo demasiado y que tarde o temprano ella se iría, por eso fue que tomó la decisión de que su último día sea con la persona que más ama enfrentando su enfermedad.

─Esta bien ─accedió Norman con tristeza.

Prefería que el ultimo día de su pequeña sea sonriendo, haciendo lo que ama y desea. No soporta verla sufrir un minuto más.

...

Robbie se adelantó al yate mientras Adella y Norman llevaban en el auto a Dorothea.

Cuando llegaron al muelle ayudaron a Dorothea a caminar hacia el yate, donde Robbie ya los esperaba

Adella y Norman le ayudaron a Dorothea a quitarse el suéter que traía puesto, permitiendo que el sol la tocara y la calentara con sus rayos, ella alzó la cabeza con seguridad disfrutando la calidez del sol en su rostro.

Abrazó por última vez a su padre y a Adella, quien no pudo aguantar las lágrimas.

Adella jamás había encontrado una amistad tan valiosa como la que tenía con Dorothea, por eso nunca la abandonó. Dorothea era una de las personas más importantes para Adella. Siempre reían en la habitación de Dorothea, disfrutaban ver películas en Netflix, y siempre tenían consejos la una para la otra. Era la mejor amistad.

Dorothea se sentía feliz, no moriría en una cama, en la oscuridad como pensaba, estaba con las personas más importantes para ella haciendo lo que más espero durante toda su vida.

Dorothea se acercó a Robbie y él la ayudó a subir al yate, después comenzó a moverse el yate y en un abrir y cerrar de ojos ya estaban en medio del mar.

Adella y Norman se despedían desde el muelle mientras que Dorothea levantaba los brazos en señal de logro.

Disfrutaba el momento, ya no tenía miedo, se sentía libre y feliz, oía el mar, sentía el sol.

─Había esperado mi vida entera por esto ─habló Dorothea abrazando a Robbie, él trataba de no llorar pues era el último momento que pasaría con ella y quería que fuera el mejor, así que la besó.

Era un beso profundo, triste, feliz, dulce.

─Gracias por todo Robbie, te amo.

Él la abrazó, ya no podía contener sus lágrimas.

─Yo te amo mucho más, Thea.

Ella era una de las mejores cosas que le habían pasado en su vida y ahora estaba a punto de perderla, no tenía planeado esto, pero tampoco quería verla sufrir sus últimos días de vida.

Jamás olvidaría los momentos de felicidad que pasaron.

Era momento de dejarla ir.

...

Una semana después

Todo esa triste y seco, como si hubiesen pasado de un mundo de color blanco y negro.

Adella llegaba al trabajo seria, y Jeremy estaba ahí para abrazarla cada que podía, pero no le era suficiente, quería mucho a Jeremy, pero extrañaba demasiado a Dorothea.

Robbie se sentaba solo, en el mar, recordaba sus hermosos ojos, su cabello, su piel, su sonrisa y sus besos, Dorothea era la única persona que lo hizo reír después de mucho tiempo. Y con ella sintió lo que era enamorarse de verdad, se sentía vacío, le arrebataron una gran parte de su vida.

Norman miraba su estudio fotográfico con tristeza, cientos de fotos de Dorothea, le era realmente difícil aceptarlo, era su pequeña, la había protegido durante quince años y ahora simplemente no está, se ha ido para siempre.

Los tres se reunieron en el muelle, aún en luto y duelo.

Norman estaba en medio de los chicos y tenía en sus manos la urna con las cenizas del cuerpo Dorothea.

El hombre abrió la urna en donde se encontraban las cenizas y las tiró en el mar lentamente, en el mismo lugar donde su madre le enseñaba a tocar guitarra.

Adella y Robbie sólo miraban, con algunas lágrimas en los ojos, ahora estaban tranquilos.

Dorothea era completamente libre ahora.










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