05 | Tʀᴇs Cɪɢᴀʀʀᴏs...
〘 Pasado|...10 años atrás... 〙
Hace semanas que el rubio no sabía nada de la joven.
No lo había pensado pero nuevamente la de ojos violetas preguntará el porque no estaba con su novia y volvió a negarlo aunque si se preguntó por ella.
Al pasar los días, admitía en lo más profundo de su ser que se sentía bastante solo, se había acostumbrado tanto a la presencia de la chica que quería que apareciera de nuevo.
Tal vez la iría a buscar al salón de ella al día siguiente.
Está vez se estaba asaltando dos horas que para el eran innecesarias. Sus días eran aburridos desde que ella no apareció en aquella fiesta.
Fue al lugar donde siempre estaba y volvió a su costumbre, volver a fumar. Lo había intentado en dejarlo pero no pudo y no quería dejar de hacerlo.
【 Mel 】
Volteo a ver quién lo llamaba y era ella, pero algo veía distinto, porque sentía que la joven estaba tan... diferente.
— Elizabeth... –dejando a un lado el cigarrillo, divisó como caminaba con rapidez– ¿Cómo estás?, ¿Estás bien?.
La peliplateada asintió levemente mientras se sentaba a un lado de él, jugaba con sus manos mientras estaba en cabizbaja. No dijo nada y volvió a lo suyo, inhaló y exhaló el humo de la droga.
Finalmente decidió romper el silencio.
— Meliodas –una extraña sensación sintió el rubio, era algo serio de lo cual tenía que escuchar pero a la vez hizo que se estremeciera un poco, realmente no quería responder– Meliodas.
Nuevamente lo volvió a llamar por su nombre, si que lo era y no quería aceptarlo.
— ¿Si? –finalmente respondió–
— Si alguien te dijera que puede hacer que vuelva algo que tú más quieres, ¿Que sería?.
A veces él se preguntaba, ¿Por qué ella hacia este tipo de preguntas? Obviamente su respuesta sería que su madre volviera pero no dijo nada, no respondió la pregunta.
— Elizabeth, ¿Por qué me preguntas eso? –su rostro reflejaba confusión y algo intrigado– como que tus preguntas se están volviendo bastante raras y personales.
— Porque somos amigos...
— ¿Volviste a ver alguna serie o película que te dejará dudas existenciales?.
— No... –se quedó callada por un momento, solo unos minutos para volver a hablar– Me creerías que a veces no recuerdo tu nombre.
Está vez si que estaba bastante confundido. Olvidar su nombre, hace meses que se conocían pero porque se olvidaría de él.
— También a veces olvidé como es tu rostro... –sus manos apretaban levemente su suéter que llevaba puesto– cuando te veo, porque siempre nos reunimos por aquí trato de visualizarte, recordar todo de ti pero...
— ¿Por eso no fuiste a la fiesta de hace días?, ¿Por eso no has venido por acá? –preguntó con algo de temor y esta asintió levemente, no lo quería creer– Elizabeth si esto es una broma, no es graciosa.
— ¿Por qué crees que es una broma?.
— No lo sé... –encogió los hombros– Tal vez es lo que quiero creer.
— Mel... me diagnosticaron amnesia.
Abrió los ojos como plato dejando caer el cigarrillo al suelo, se sentía tan pequeño.
Tenía los mismos sentimientos de lo que había pasado con su madre.
Pasaron los días, lo seguía pensando varias veces. Su hermano que a simple vista lo veía tan preocupado le preguntó que le pasaba y duró como dos horas contándole lo que sentía.
Sentía tristeza, impotencia por no buscarla porque le entró el miedo que lo haya olvidado, entonces se dio cuenta de algo que no sabía el mismo.
Las palabras de su hermano lo dejaron estático, el se estaba enamorando de ella. Tantas veces negándolo se quedó callado.
— Deberías estar con ella y crear nuevos recuerdos, ¿no lo crees?
— No lo sé –agacho su mirada– Aún tengo miedo, sabes.
— Deja ese miedo, dile como te sientes pero también debes escucharla –cruzando los brazos, el solo asintió levemente porque tenía razón– En cuanto a tu no "enamoramiento"
— No estoy enamorado de Elizabeth.
— Aja, solo ve con ella.
— Gracias Zel.
Esa misma tarde fue a comprar una cámara y un cuaderno, quería ayudarla al menos es lo que sentía.
Al día siguiente decidió buscarla en su salón. Quería saludarla, al menos saber si aún eran amigos.
Ahí la vió en el pasillo, estaba confundida será que estaba empezando a olvidar.
— Eli –este la llamó por comunmente lo hacía, volteo la chica y por unos minutos se quedó mirando parecía un silencio bastante incomodo empezó a tenerle miedo si lo había olvidado– No te preocupes, soy Meliodas, un amigo tuyo...
— Me... ¿Meliodas? –esta empezó a fruncir el ceño, trataba de recordar ese nombre– Y-Yo...
— No te esfuerces, vale? –tratando de calmarla– ¿Te perdis–
La peliplateada lo agarro de los brazos, está tenía unas ganas de llorar. No sabía que hacer para que no llorará y tratar de calmarla.
— Mel –habia recordado su nombre, le dio una sensación de tranquilidad pero aún tenía miedo–
— Tranquila Eli –empezo a abrazarla mientras le acariciaba el cabello, sentía una parte de culpa por no haberla buscado por varios días– Todo estará bien.
— ¿Estarás conmigo siempre?.
— Si, te lo prometo –este la abrazo con un poco más de fuerza, algunos murmullos se escuchaban pero que importaba eso– Haré todo lo posible para que siempre recuerdes todo.
La acompaño hasta su salón, la pareja de la chica le había dado una mirada de mala gana al ver qué estaba ahí pero no era importante, después de todo en la salida se las arreglaban.
— Cuídate y si necesitas algo, me llamas o me mandas mensaje –esta asintió levemente– Bien, iré a mi salón.
Después de unas horas se reunieron en su lugar de siempre, al parecer ambos tenían hora libre.
Asia el rubio empezó a explicarle algo, le enseño la cámara y el cuaderno de notas. Sería como su propio diario o algo parecido para anotar todo lo que hablaban en sus días.
Asi que le dio a elegir el tema pero ko le agradó mucho.
Besar.
La palabra besar era algo que lo encontraba bastante estúpido, algo asqueroso pero no podía decirle eso.
Mencionó que en su grupo de amigos tenía que aguantar como sus compañeros se besaban con sus respectivas parejas y el solo estaba como de espectador. Eso es lo que había explicado él hacia la chica.
Para ella era lo más maravilloso del mundo, en los inicios de una relación pero había algo más.
Pero para ella ese tema lo había sacado porque quería algo más y era sobre el rubio, si ella quería besar esos labios que posiblemente tendrían un sabor a cigarrillo.
El solo frunció el ceño porque sabía perfectamente que algo andaba mal en la relación de ella y su novio por como lo había dicho en sus palabras.
— Mel ¿Puedo hacerte una pregunta?.
— Ya me hiciste una pregunta –miro como hacia un puchero la peliplateada– bueno, bueno ¿Cuál es tu pregunta?.
— Si una persona tiene una relación con alguien pero se besa con alguien más ¿es considerado como infiel? –por un segundo el de ojos esmeraldas se quedó paralizado ya que era bastante obvio que si era como infidelidad– ¿Mel?.
— Es algo obvio que si Elizabeth.
— Ya veo.
— ¿Por qué? ¿Acaso tu... –entre cerró sus ojos– Ya veo, ¿Quieres besar a alguien sin que se de cuenta Maelo?.
Está dio una leve risita.
— Mel, se llama Mael.
— Si, bueno, como sea –le dio una mirada curiosa a la de ojos de heterocromia– ¿entonces?.
— No lo sé, no quiero sentirme mal.
— Si no quieres sentirte mal, termina con él –solo miró como ella lo estaba pensando– ¿No te va bien con Mael?.
— No es eso, es solo que siento.. siento que solo somos amigos.
— Supongo que tiene sentido, si sientes eso.. ¿Por que no se lo dices?.
— Se lo toma como una broma –dio un suspiro algo cansado–
— Deberías hablarlo con ese tono serio que usas cuando yo debo dejar de fumar.
— ¿Crees que debería decirlo?, ¿Y si se me olvida?
Pudo divisar la mirada de la joven que tenía miedo y preocupación.
— Pues estaré para recordarte lo que tengas que hacer, te prometí que haría todo lo posible para que recuerdes –hablo con tranquilidad mientras ella dio una sonrisa– Además para eso tenemos la cámara y el cuaderno.
— Está bien, siempre confiaré en ti Mel.
Para el verla feliz era lo más reconfortante. Era lo más bello en este mundo, daría lo que fuera para que esa sonrisa se mantuviera así de sonriente.
Después de todo se había encariñado.
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