00 | Aʀᴏᴍᴀ
Era lo mismo de nuevo.
Se había perdido otra vez.
Ir sola a comprar alimentos no era una buena idea, al menos ya iba de regreso pero estaba perdida, hace años que había empezado a olvidar las cosas incluso la más mínimas.
Sus distracciones fueron mirar aquellas personas de cabelleras rubias o de ojos esmeraldas, le daba una sensación extraña, una inquietante.
A veces en sus sueños había alguien que le hablaba, alguien donde le decía que la amaba sobre todas las cosas para después escucharlo como sollozaba y pedía que ella estuviera bien.
Eso le daba un poco de tristeza, nunca podrá ver su rostro.
Sus pasos eran apresurados, tenía hambre y quería volver a casa para descansar del trabajo.
Los minutos pasaban y paso por una cafetería, dentro de unas calles más estaba su hogar. Sintió una gran tranquilidad en volver al camino principal, al pasar por las mesas sintió un aroma bastante conocido.
Ese olor tan amargo y desagradable, volteo hacia donde provenía y miro al chico.
Pareciera que tenía como su edad, rubio de ojos esmeraldas, diviso los libros que yacían en la mesa donde el está, ¿Estaba leyendo?.
Esa misma sensación extraña había vuelto, esa inquietud le trataba de decir algo. Sentía como que ya lo conocía pero no lo recordaba.
Finalmente su mirada se postró en ella, al parecer se dio cuenta de su presencia.
Se estremeció un poco pero vio como su mirada se volvió pálida, su cigarrillo lo había dejado caer.
El estaba en shock.
Sus piernas se movieron por si solas, estaba yendo hacia el chico, había algo que la estaba llamando por dentro, sin embargo, él solo tomo sus cosas y salió corriendo.
Miró como su figura desapareció entre esa multitud de personas, miró el dinero que había dejado en esa mesa.
Era bastante rápido y algo bajo... eso fue lo que pensó.
Algunas personas la miraban, no sabían que había pasado ni mucho menos ella.
Finalmente su querida amiga Elaine salió del local, se sorprendió verla ahí con tantas bolsas en la mano.
— Eli, querida.. ¿Que haces con todo eso? –la peliplateada parpadeo unos segundos y movió a su cabeza a los lados– ¿Necesitas ayuda con eso?
— Hola.. yo no sabía que trabajabas aquí
Sintió como las cálidas manos de su amiga eran puestas sobre sus hombros.
— Eli... te dije que trabajaba por acá hace una semana... –su tonalidad de voz era tan tranquila pero a la vez sentía un poco de preocupación–
— Ouw... yo... lo siento.. lo olvide de nuevo –bajo un poco su mirada algo apenada, apretó un poco sus manos que tenía las bolsas–
— No te preocupes, vamos a ayudarte a dejar las bolsas en tu casa, si? –la joven asintió mientras ella llamaba a su pareja para que la ayudarán a cargar unas cuantas bolsas–
Durante todo el camino, no dijo nada. Solo escucha como el de ojos rojizos y la de ojos color miel andaban bastante cariñosos.
Cómo sería esa sensación, ¿Se sentirá bien?. Unas cuantas miradas echaba hacia ellos para entenderlo.
Finalmente había llegado a su respectivo hogar, después de ayudarla aquella pareja se despidió bastante feliz.
Se había quedado sola de nuevo, no era un problema porque después de todo lo olvidaría al día siguiente.
Sin demorar más, comenzó a comprar todo lo que había comprado, si lo demoraba más no lo iba hacer. Miró algunos productos para preparar su cena, aún seguía pensando en ese chico.
¿Por qué había huido de ella?, ¿Se conocían?.
Sobretodo ¿Por que ese aroma del cigarro es bastante peculiar?, lo encontraba demasiado nostálgico.
Si ir a las consultas médicas para su chequeó mensual era bastante molesto, eso también lo era.
Solo porque no sabía.
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