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Capitulo 7

—Listo. — cortó la venda. —Ya terminamos.

—Muchas gracias, ¿Ya me puedo ir?

—Oyakata-sama solicitó la presencia de Tomioka-san en la sede así que no te preocupes por él. Sabes que puedes tenerme confianza.

Kocho era alguien cercana a ella y desde que Kanae se fué se hicieron más unidas. Sabía que en una de las personas a las que podía confiar su vida era a ella.

“No le digas nada a Kocho

Ya le ha fallado lo suficiente a Tomioka como para seguir haciéndolo, aunque la mayoría no fuera su culpa él le hacía sentir que sí. Negó con la cabeza y juntó sus manos.

—Nada relevante, solo quiero irme a casa.

—Descansa mientras Tomioka-san regresa.

—No, estar aquí es...— suspiró. —¿Puedo subir un rato al tejado?

—Claro, pero hazlo con cuidado.

—Gracias. — se levantó de la cama y salió de la habitación.

Si hablaba perdería la confianza en la palabra de Tomioka, él ya no querría volver ayudarle y la sacaría del equipo. Si quería recuperar la confianza que perdió debía cumplir con al menos eso aunque fuera consiente de que también le está mintiendo a alguien importante.

«Tomioka-sensei es mi tutor, si el dice algo es porque tiene razón, por más cariño que le tenga a la señorita Shinobu prefiero quedar bien con uno que con otro»

Cuando se encontró arriba se recostó en el tejado. Necesitaba pensar en todo lo que ha sucedido en menos de un mes, del como unos chicos que ni conoce le han causado tantos problemas todo por querer ayudar.

Cerró los ojos, sus oídos comenzaron a enfocarse en el ruido que provocaban las pisadas de quienes viven allí. Debian ser nueve sonidos pero solo habían ocho.

—Lamento interrumpir. — se incorporó rápidamente, el rojizo estaba al lado suyo. —Pero las niñas dijeron que le trajera esto. — le extendió una bola de arroz.

—Gracias...— la tomó y se alejó, si quería enmendar las cosas debía seguir con lo que el un inicio le indicaron.

—¿Está todo bien? Oí que llegaste mal de la misión.

—Todo bien, nada de que preocuparse.

—¿Cree que podamos hablar ahora? Sin interrupciones, claro.

Sintió una pulsada en su cabeza, quería creer que era por las heridas y no por otra cosa.

—¿Señorita Ame?

—Quiero mi espacio, por favor. — lo alejó. —Sino se te ofrece algo más puedes retirarte.

—Es que enserio ocupo hablar con usted de algo importante.

—Si es sobre los cazadores o algo referente a su hermana está la señorita Shinobu y los demás pilares, que esté con ellos no significa que también esté enterada de sus asuntos.

—No es nada sobre el cuerpo, ni de demonios, ni de mi hermana. Es algo privado.

Colocó una mano en su cabeza, apretó los labios.

—¿Está bien? Está temblando.

—Estoy perfecta. — mintió, se puso de pie. —Tengo cosas que atender, adiós.

No le gustaba ser grosera ya que sabía lo que se sentía que alguien se comportara así, pero era la única manera de alejarlo. Era como debía comportarse desde el inicio, tener distancia entre personas ajenas.

—Pero ¿Por qué?

Estaba en la oficina de Tomioka. Era el día en que Mitsuri y Shinobu saldrían a su expedición, había ido para avisar que saldría más tarde cuando Tomioka le negó el permiso.

—Te dije que si cumplias con la misión te daría permiso.

—Derrote al demonio.

—Veamos. — sacó papeles de una carpeta. —Aquí dice que no acabase con él hasta el tercer día, lo dejaste huir dos veces y además estabas pasando vergüenza ajena corriendo a inicios de combate. Tienes quejas por tu conducta, este es buena, “Señorita misteriosa sufría un ataque de pánico a mitad de un evento gritando sobre un mounstro que habitaba en el lugar. También que tuvo una pelea con el dueño de un dojo debido a que defendía sus ideas”

Se quedó callada, ella recuerda la historia de otra manera. La habían tachado de loca cuando apareció el señor dueño de un dijo diciendo que estaba metida en brujería, fue cuando intentó decirles que no era así.

—Entre otras cosas que sucedieron en cuatro días. — volvió a guardar los papeles. —¿Algo que decir en tu defensa, Ame? Y por favor, no comiences a llorar porque eso te iría mal. — negó con la cabeza.

Aquello no lo recordaba lo suficiente, solo que entró en un estado de miedo irracional y salió corriendo a la primera buscando ayuda, era a primera vez que le aterraba estar frente a un demonio que no tuvo control sobre su cuerpo, como si alguien tomara su lugar y ella se undiera en su ser.

—Eso creí. Al parecer debo hacer otros métodos para que esto funcione.

—No, espere... Yo...

—¿Cuales son tus argumentos? Tu rostro está en todos los medios posibles ¿Por qué crees que Oyakata-sama me citó? No fue para hablar maravillas sobre convertirte en pilar. Cuatro años, fuiste la primera en entrar a los cazadores de mi equipo sin ocupar más de un año de experiencia, pude haberte mandado a otra parte, pudiste haber muerto en la selección final y no lo hiciste porque me encargué de que no te desmayaras en plena prueba.

—No sé que fue lo que sucedió. Quería acabar con el demonio, estaba dispuesta a matarlo el mismo día que llegué pero...

—Ese es el problema, los peros. Estabas muy bien hasta que fuimos aquella misión en la montaña con Kocho, ¿Qué te sucedió?

—No lo sé.

—Vaya respuesta. Tenías más de tres años entrenando, rara vez llegaste a tener ataques y solo al inicio fueron las pesadillas, el tratamiento disminuyó por lo mismo que te recuperabas ¿Para qué sirvió sacarte de aquel lugar si estarías así? ¿De qué sirvió que Kanae invirtiera dos años en tí?

—¡Lo siento! He echo todo lo que he podido para no fallarle a nadie, ni a las hermanas Kocho ni a ti.

—¡No lo es suficiente!

—¡Ya lo sé!— respondió.

—No te pongas a llorar porque te verías muy infantil. Cuando trabajas en equipo o cuando tengas pareja surgen las peleas y se ve mal llorar en ello.

—¿Puedo irme?

—No, estamos hablando así que te quedas. — mordió su labio. —Esto que hiciste tiene consecuencias Ame, he sido amable contigo durante mucho tiempo defendiendote de Shinazugawa, de todo aquel que quiera causarte problemas. Pero se acabó, no quería decirte nada porque Kocho me amenazó en que tomaras reposo, ya estás bien, tus heridas están bien, así que es momento de que te responsabilices de tus acciones. Oyakata-sama te quiere en la sede mañana por la mañana para discutir sobre lo sucedido pero esta vez irás sola, sin Kocho, ni Tsuyuri, ni nadie. ¿Entendido?

¿Ir a la sede sin compañía? Las únicas veces que ha ido sola fue cuando pasó la selección final y la segunda vez fue para preguntar sobre su tratamiento. Oyakata-sama era alguien que transmitía calma con solo tener su presencia, pero cuando se cita a alguien que no es pilar para tener una charla con él era de preocuparse.

—¿Qué si me entendiste?— asintió con la cabeza. —Ya puedes irte, era todo lo que tenía que decir. Si me disculpas dejo trabajar con mi papeleo.

Talló sus ojos y salió de la oficina. Fue directo a su habitación y apenas entró se sentó en el suelo.

«No llores, no llores. Estás así por tu culpa y ahora te toca calmarte sino quieres terminar peor que hace una días»

Respiró varias veces, echándose aire con sus manos hasta que logró calmarse. Se levantó y comenzó a caminar tratando de recordar los ejercicios que le había dado Kanae hace mucho tiempo cuando se encontrará en esa situación.

“Tomioka-sensei está en su derecho de enojarse, yo me metí en esto y yo daré la cara mañana frente a Oyakata-sama. Ya fue suficiente acto infantil de mi parte”

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