Capitulo 6
—¿Qué fue lo primero que te dije?
Shinobu se encontraba atendiendo las heridas de Ame. Llegó por la mañana después de dos días de retraso en su misión, cosa que molestó a Tomioka. Ella no tenía ánimos de hablar sobre lo sucedido en la misión pero como los pilares tienen sus contactos, Tomioka se enteró rápidamente de la situación y del porque llegó en ese estado que le causaba pena de solo pensar que llegaba a usar su apellido de forma adoptiva.
—Deja de regañarla Tomioka-san, ella necesita atención.
—Estoy bien señorita Shinobu. — intentó alejar sus manos de su cuerpo. —No necesito nada de esto.
—Cariño, llegaste con la cabeza abierta y un par de heridas en los brazos. Claro que necesitas cuidados médicos.
Logró alejarla unos cuantos centímetros insignificantes.
—Agradezco mucho los cuidados, pero estoy bien. — vió de reojo a Tomioka. —Quiero evitar problemas. — lo último murmuró para que solo ella lograra escuchar.
—Pero estás en mí finca y aquí se hace lo que diga, así que me dejas atenderte.
—Ella dijo que no.
—No te metas Tomioka-san.
Mordió su labio. Quería evitar el problema pero al parecer lo ocasionó.
—Nadie pidió de tu ayuda.
—Mi deber es atenderla.
—Oigan...— se levantó de su lugar.
—¡Ahora no, Ame!— se volvió a sentar en la cama.
No podía hacer nada, regresó a la misma posición de la última vez cuando Tomioka interrumpió su encuentro con los chicos en la enfermería. Hablaba y la callaban, incluso parecía que se molestaban más, escuchaba sus pisadas molestas con gran fuerza en sus oídos que la ponían peor de lo que ya estaba, comenzó a sentir una presión en su pecho y negó varias veces con la cabeza. No quería tener ansiedad en ese momento ya que lo empeoraría todo. Trató de calmarse pero no funcionaba hasta que comenzó a toser.
—¿No te puedes-... Estás llorando?
—¡Déjala Tomioka-san!— Kocho se acercó. —¿Estás bien?
Negó con la cabeza, cubrió su boca con su antebrazo. Comenzaba a jadear.
—¿Qué tiene?
—¿No miras? Está teniendo un ataque de ansiedad por tu culpa.
—¿Mía? Pero tú fuiste quién comenzó todo esto.
—¡No me metas en tus problemas internos!
Se volvió a levantar para defenderse. ¡Lo que faltaba! Que ellos pelearan mientras que Ame sufría de un ataque de ansiedad que empeoraba al escucharlos gritar.
«Cálmate, cálmate por favor. Tú ocasionas los problemas y por tu culpa estás así» Intentaba controlarse pero no lograba hacerlo.
Como había dicho, su desesperación es su ansiedad y entre más grande se haga el asunto más grave será el ataque.
—No te quedas atrás porque se supone que serías quién la sacaría de este enrollo y yo la veo igual que hace tres años.
—¡Ya dejen de pelear, por favor!— chilló, había logrado controlar su agitación por unos segundos. Voltearon a verle. Sus mejillas estaban húmedas y sus brazos temblaban.
—¡Ame!
Chocaron entre sí, Kocho logró empujarlo de su camino y salió de la habitación. Tomioka se acercó y frotó su espalda.
—Cálmate y respira.
«¿Cómo me pide respirar sino puedo?»
—¡Hey, mírame! Acá estoy. Regula la respiración. — negó con la cabeza. —Debes de hacerlo.
—N-No puedo...
Shinobu no tardó en regresar con una jeringa, tomó su muñeca e inyectó el contenido rápidamente.
—Mírame Ame, el medicamento hará efecto en unos segundos pero necesito de tu ayuda. Trata de calmarte, no lo hagas por mí ni por Tomioka-san, sino por ti. Se que puedes hacerlo, confío en ti.
Hizo el intento y como mencionó Kocho, el medicamento comenzó hacer efecto y poco a poco volvió a la normalidad.
—Esa es mi chica, pero ya no llores. ¿Estás bien?— asintió, se sentó a su lado y acarició su mano. —Todo está bien.
—Gracias. — Tomioka rodó los ojos.
—Como sea. Después de esta escenita por parte de ambas ¿Cómo fué que recibiste el ataque?
—Yo...— lo miró.
Recordó sus palabras en la finca mariposa de la vez que había tenido su última pesadilla “No le digas nada a Kocho”, negó con la cabeza.
—No lo sé...
—No lo sabes, que gran respuesta. Gracias por tu mejor aportación Tomioka. — fingió una sonrisa.
—No seas así con ella después de lo que acaba de pasar por nuestra culpa.
—¿Nuestra?
—Sí. Porque se estresó cuando nos vio discutir y eso le causa ansiedad. Al menos tengo la valentía de aceptar mis propios errores.
—Así, como sea. ¿Puedes dejarnos un momento a solas? Tengo cosas privadas de que hablar con mi tsuguko contando el echo de que soy su tutor.
La peliroja asintió, Kocho suspiró y salió de la habitación.
—Lo lamento mucho, Tomioka-sensei.
—Un lo siento no arreglará nada, está bien, tal vez Kocho tenga razón, tal vez. Pero eso no quita el echo de que fracasaste en la misión.
—Logré acabar con el demonio.
—Pero avergonzandome en tu estado. — frotó su nariz con las manos. —Como sea. Quita esa expresión para irnos a la finca sin problemas, Kocho se encargará de terminar de atenderte y no quiero quejas, ni tampoco que le cuentes algo sino nunca volveré a darte permisos para venir aquí ¿Entendido?
—Entendido.
Colocó su mano en su cabeza y revolvió su cabello, se dirigió hacia la puerta y se detuvo cuando iba abrirla.
—Una cosa más, no vuelvas a tener estás escenitas porque quien le va mal es a mí y no a tí. Te espero afuera y no quiero verte con los chicos de la enfermería.
Miró sus manos y luego hacia la habitación ahora vacía. Podía imaginarse la silueta de ambos pilares discutiendo.
—Esto es mi culpa, estoy siendo débil cuando no debí serlo. — observó con deteniendo sus muñecas heridas y rasguñadas por ella misma que ya no se notaban.
“Debo ser mejor, si esto me vence me convierto en perdedora y si soy una, eso convierte a Tomioka-sensei en perdedora también y no puedo permitir eso”
Doble capítulo porque ando inspirada ❤️
Disculpen si hay errores ortográficos, lo escribí entre la madrugada y mi horario escolar. Igualmente, si hay dudas dejenlas en alguna parte de la historia y las respondo en una chanza :)
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