Se sentía aburrido, no podía moverse aún porque aquella ruidosa máquina seguía moviéndose a su alrededor. Hizo un ejercicio de respiración para no perder la tranquilidad ni la relajación que había obtenido desde el principio ni bien entró a la sala.

Pensó en que aún tenía tiempo de cambiarse por unas prendas más presentables para ir a la entrevista con la banda en aquella radio. Hasta ahora todo iba bien.

Salió de aquella sala en silla de ruedas escoltado por un enfermero —simple protocolo— debía llevarlo hasta la habitación que tenía indicado solo para él. Dónde debía descansar unos cuantos minutos luego de la sesión como siempre. Sojoon lo esperaba allí algo nervioso por culpa de los incesantes mensajes llegando a su celular.

Se acomodó en la camilla, tenía puesto ese horrible pijama blanco que le daba el hospital. Solo quería cambiarse y largarse de allí. Suspiró recibiendo el vaso de agua que Hyori le tendió junto a las pastillas.

—Debo salir un momento —se excusó el chico. HoSeok lo miró con curiosidad, aparte de ser su asistente, era su amigo y sabía que algo lo tenía nervioso.

—¿Puedo preguntarte algo? —la pregunta repentina de la enfermera lo sacó de sus pensamientos. Lo miró con cautela y él asintió— ¿Por qué no quieres que ellos lo sepan? De todos modos lo sabrán tarde o temprano, no es como si puedas esconder el hecho de… perdón, hablo mucho, otra vez.

A HoSeok se le hizo divertido el hecho de que la actitud de la chica fuera tan positiva todo el tiempo. Era como una luz brillante en medio de la oscura neblina. Así como a él lo veían los demás. Se sintió tonto por un momento, esa chica se había ganado su confianza a tal punto que era normal quedarse hablando de cualquier cosa.

Era amable y simpática. Hablaba mucho y siempre se mostraba entusiasta. La mejor parte, no lo trataba ni lo veía como la celebridad mundial que era, sino como Jung HoSeok la persona, el humano, un chico simple de Gwangju que amaba el baile, la música y la vida. Realmente agradecia tenerla a su lado en esos difíciles momentos.

—Siento interrumpir —ambos voltearon a ver a un nervioso Sojoon entrar a la habitación— Hobi, debemos irnos, ahm, nos requieren en la empresa.

Hyori miró su reloj de muñeca por un segundo y cercioró el pulso y temperatura del castaño.

—Otros diez minutos más mientras puedes cambiarte, pero todavía necesito que te quedes para revisar lo último, luego pueden irse.

—Gracias Hyo.

La chica sonrió a ambos, se colocó alcohol en gel en sus manos y tomó la tablilla con la parte del paciente saliendo de la habitación y dejándolos solos.

—¿Qué pasa, hombre? Tienes una cara de muerte.

Sojoon no sabía cómo decirle.

—La entrevista se canceló. Al parecer —rascó su nuca algo tenso— hubo un problema con Yoongi hyung y quiere que todos estén en la sala de reunión.

Hobi le pidió que lo ayudará a levantarse, se metió al baño de la habitación con la intención de vestirse con su ropa. Al salir, tomó su celular revisando los mensajes. No había ninguno que fuera alarmante o que le avisará que su compañero necesitase algo. Solo unos mensajes irrelevantes en el chat grupal.

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Llegó al enorme y majestuoso edificio de Big Hit, entraron en el estacionamiento subterráneo para dejar la camioneta allí. HoSeok se sentía algo cansado luego de la sesión y agradecía que aquella entrevista de radio se haya cancelado, solo rogaba en sus adentros que aquella repentina reunión o lo que sea con sus compañeros de banda se termine rápido y así, poner una excusa para ir a dormir un par de horas.

Bajó del ascensor junto a Sojoon quien se veía más nervioso que de costumbre, mucho más ahora que llegaron a la empresa. Soltó una risita golpeando levemente el hombro del chico llamando su atención.

—¿Qué tienes? has estado muy intranquilo.

No le respondió, habían llegado a la sala donde la gran mayoría estaba reunido. Solo faltaba él.

Lo primero que vio fue los rostros de tragedia de Yoongi y NamJoon, mientras los demás parecían perdidos o simplemente sin saber que pasaba allí. De la misma manera en que él estaba, preguntándose porque el ambiente se torno tan denso de un momento a otro.

—Llegué, perdón por la tardanza, el tráfico de Seul —explicó sentándose al lado de JiMin.

Yoongi levantó su rostro en su dirección, no tenía uno bueno, lo conocía perfectamente como para saber que algo lo estaba perturbando de forma abismal y con NamJoon no había tanta diferencia.

—Yah, hablen, para qué está reunión —preguntó Jin algo ofuscado por la espera y la sorpresa.

El moreno miró a su mayor esperando una señal, un asentimiento y soltó lo que parecían fotocopias de unos papeles. De unos resultados de hospital. Resultados que HoSeok reconoció al instante haciendo sus ojos abrir como platos con sus nervios alterándose. Su secreto al fin sería descubierto.

—¿Qué es eso? —la pregunta del maknae acaparó la atención de todos con las miradas en aquella mesa donde los papeles estaban.

—Hoseok podría explicarnos.

Pero en vez de sentir temor, una molestia abrumadora lo arrollo por completo, esos papeles estaban en su casa, en la intimidad de su hogar, lugar donde no todos accedían y supo que alguno de ellos —deducía por los rostros quienes— fueron los que revisaron sus cosas y se apoderaron de ellas como si tuvieran el mínimo derecho.

—Se atrevieron a entrar a mi casa y esculcar mis cosas —se levantó, hablando con un tono de voz bajo pero que denotaba su enojo extremo.

Yoongi bufó, indignado por tal reacción, también poniéndose de pie. Con todos los demás integrantes confundidos por tal situación.

—Te preocupa más que revolvamos tus cosas a ¡esto!

—¡Ustedes no tenían derecho!

—Un momento —Seokjin levantó sus manos también de pie, como interponiéndose entre ambos— ¿Por qué el escándalo?

—¿Qué pasa? —Jimin también se colocó de pie un tanto nervioso, volteó hacia el castaño quien tenía los ojos vidriosos sin apartarlos del pálido— ¿Hyung?

—Se los dices tú o le decimos nosotros —la guerra de miradas entre ellos era tan pareja que ninguno daría el brazo a torcer. HoSeok negó observando cómo NamJoon les indicaba a los demás que leyeran aquellas fotocopias.

De la misma manera, en que el pálido y el moreno en su momento cuando leyeron esos resultados se encontraban los demás. Un tumulto de emociones en que no sabían cómo reaccionar o expresar, el pensamiento fugaz de que se trataba de una simple y malísima broma de muy mal gusto.

—¿Qué… significa… —los ojos TaeHyung iban de un lado a otro en el papel, sin entender una sola palabra, pero si carcomiendole una.

—Cáncer —sentencio en susurro JiMin.

—¿Qué? —SeokJin los observo anonadados.

Un silencio atroz los invadió, a pesar de que eran ellos siete en la sala, en la puerta y en el pasillo de afuera se encontraban parte del staff y asistentes escuchando todo. Era demasiado devastador escuchar esa noticia.

—No hyung, usted no —chilló JungKook con sus ojos llenos de lágrimas lanzándose a abrazar muy fuerte a HoSeok.

—¿Por qué no nos dijiste nada? —la voz del mayor de los siete se escuchó un tanto distorsionada por el nudo en su garganta. Silencio.

Un silencio que HoSeok no estaba dispuesto a romper. Aún estaba en brazos del menor de todos quién lloraba con su rostro escondido en su cuello. Se atrevió a corresponder aquel abrazo porque sabía lo sensible que era el pelinegro, y lo sobreprotector con todos sus hyung.

Suspiró susurrándole al oído que todo estaría bien, cuando él mismo no sabía si realmente sería así. Esnifó separándose del cuerpo musculoso del chico dedicándole una tenue sonrisa cuando se miraron a los ojos.

—Hace más de un mes y medio me detectaron leucemia, al principio no quise aceptarlo, pero con tantas cosas que nos ha pasado y la presión de Bang PD-nim tuve que acceder a la radioterapia.

—Sabe que pudimos acompañarlo, hyung —hablo por primera vez NamJoon— ha sido demasiado egoísta cuando nosotros siempre nos decimos todo.

No sabía que decir, comprendía la molestia de todos, la sorpresa y desazón. No los culparía. Pero tenía miedo y pensó que esto sería un trámite rápido como los que se hace al ir a pagar un servicio.

—Pero, aquí dice que usted está en tratamiento y que apenas es un bajo nivel —Jimin tenía una tenue sonrisa en sus acolchonados labios abordada por la esperanza de que aquellas sesiones dieran rápidamente sus frutos.

HoSeok no sabía cómo decirles lo que le había dicho su oncólogo antes de volverse allí. Suspiró.

—En partes, si, si estoy en primeras instancias —miró sus zapatos antes de proseguir con duda— pero al parecer no está funcionando, hace un mes estoy y no hay cambios que sean buenos.

—Podrías hacer otros tratamientos —sugirió TaeHyung relamiéndose los labios sintiendo el sabor de algunas lágrimas que habían caído por su mejilla.

HoSeok negó. Alterando los nervios de uno.

—¡Te harás esa mierda de quimio o el puto tratamiento que sea! —vociferó un Yoongi sumamente cabreado— lo harás y saldrás vivo de esto —sus pálidas mejillas estaban empapadas de lágrimas, era la primera vez en mucho tiempo que explotaba así, se veía muy mal.

—Yoongi.

—¡No! —se acercó a él hasta tenerlo a solo centímetros de su rostro— escúchame bien, no voy a dejarte, no vamos a dejarte ni a bajar los brazos. Harás lo que sea para curarte y seguir a nuestro lado —su voz se escuchaba ronca a causa del llanto— así deba llevarte en brazos, maldita sea que lo harás.

Sentir orgullo y admiración era poco, sentirse mal fue lo principal, no se daba cuenta que de todas formas los terminaría lastimando cuando ellos eran muy importantes en su vida. Eran, no solo sus compañeros o amigos, ellos siete eran sus hermanos, su familia.

Dejó caer por su rostro las lágrimas, se atrevió a abrazar fuerte a su pálido amigo, sintiendo a los segundos la tensión en su cuerpo y el llanto desconsolado de este, contadas veces lo había visto llorar y esas eran una de las más desgarradoras para él.

Los demás tampoco se hicieron esperar y se unieron a un abrazo grupal que al castaño le supo tan reconfortante sintiéndose tranquilo y en paz, en su hogar.

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