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2.

13 años

—¿Cómo te sientes?— Preguntó una preocupada pelirroja hacia Jane. La castaña rió levemente.

—Max, me hacen este tratamiento dos veces por mes, sabes que estoy bien.— Sonrió.

—Tenía que asegurarme.— Se encogió en hombros.

—¿Te preocupas?— Preguntó Jane con una sonrisa. Las mejillas de Max se tornaron rojizas.

—Sabes que no necesitas preguntarlo para saberlo.— Dijo con sinceridad.

—Aww eres una ternura.— Pellizcó la mejilla de la pelirroja, quien hizo una mueca de dolor.

—Tú eres una enana.— Apartó la mano de la contraria. Ésta la miró indignada.

—Ya creceré.— Aseguró.

—Solo en tus sueños.— Bromeó Max.

La castaña estuvo por contestar pero la entrada de un chico castaño las interrumpió.

—Lamento interrumpir su nube del amor.— Dijo haciendo que Jane rodara los ojos.— Pero Nancy llegó y quiere hacerle un chequeo a Max, así que, fuera de aquí zanahoria.— Apuntó la puerta. Max asintió.

—Te veré en un rato, enana.— Besó la frente de Jane en forma de despedida.

Steve rió por lo bajo al notar el típico rubor en Jane. Sacó su pequeña libreta y apuntó "Sonrojo número 20 de la semana".

—Nos vemos en un rato.— Dijo la pelirroja para luego salir.

Steve miró a Jane con una sonrisa de picardía.

—¿Qué?— Preguntó Jane.

—Nada. No pasa nada.— Dijo Steve sin eliminar esa sonrisa.

—No sonrías así.— Entre cerró los ojos.

—Sonrio como quiero.— Miró sus uñas.— "Eres una ternura"— Imitó la voz de la castaña, quien con un sonrojo en sus mejillas le lanzó lo primero que encontró.

—¡Cierra la boca, Steve!— Gritó causando risas por parte del mencionado.

—Deja de negar lo que sientes.— Dijo divertido.

—Calla.— Pidió ignorándolo.

—Como sea.— Se encogió en hombros.— Sé que lo aceptarás y vendrás a decírmelo, algún día.— Volvió a sacar su libreta y anotó "Negaciones obvias: 17".

—Dejame en paz.— Pidió la menor sacándole la lengua.

Las risas de Steve no se hicieron esperar.

Mientras tanto, en la habitación de enfrente, se encontraba la dichosa pelirroja con su doctora, Nancy.

—¿Te gusta Robin?— Preguntó la menor cuando Nancy revisaba su pulso.

—Me preguntas lo mismo cada que vengo.— Rió.— Sabes que si.—

—¿Cuando se lo dirás? Sabes que no me niego a la idea de que seas mi segunda madre.— Dijo con una sonrisa.

—Ya se lo he dicho.— Confesó sorprendiendo a Max.

—¿¡De verdad!? ¿Cuando? ¿Qué te dijo?— Preguntó con curiosidad.

—Sí, hace una semana.— Sonrió con algo de tristeza.— Sabes como es ella. Dijo que también le gusto pero que no está interesada en una relación.—Max la miró.

—¿Es por mi, verdad?— Preguntó.— Ella cree que si está en una relación tendrá que descuidarme.— Suspiró.— Lo siento.—

—Oh. No es tú culpa. Yo la entiendo, tiene prioridades contigo y amo eso, amo que sea tan dedicada con lo que quiere.— Sonrió.

—Realmente serías una segunda madre muy genial.— Sonrió igual.

El resto del chequeo transcurrió con tranquilidad, la situación con su delicado corazón no había cambiado mucho en los últimos 2 años. Y eso era una buena señal.

—Bien, seguimos teniendo buenas noticias. No hay impedimentos de momento, sigue manteniéndote en esa dieta y continua con tus ejercicios diarios.— La menor asintió.— Nos vemos luego, pequeña.— Se despidió y salió de la habitación.

La pelirroja se dejó caer sobre la cama con los ojos cerrados, una sonrisa y una sola cosa en mente.

"Ella es tan linda..." pensó Max recordando cada rasgo de la castaña.

—¿Y esa sonrisita? ¿A qué se debe?— Escuchó una voz junto a ella.

Abrió los ojos y para su sorpresa era Jane. Un rubor cubrió sus mejillas.

—No es n-nada.— Contestó nerviosa.

—Di la verdad, Maxine.— Dijo con una sonrisa causando que el estómago de la pelirroja se revolviera.

—N-no pasa nada.— Volvió a responder. La contraria la miró no muy convencida.— Espera.— Dijo de pronto.— ¿No deberías estar en tu habitación luego de la quimio?— Preguntó.

—Debería.— Respondió.

—¿Y que haces aquí?— Preguntó causando un sonrojo en Jane.

—Quería saber si todo estaba bien.— Dijo un tanto apenada. Max rió con suavidad.

—Estoy bien, no te preocupes.— Posó su mano sobre la de Jane.— A éste ritmo ambas saldremos juntas de aquí muy pronto.— Sonrieron.

—¿Juntas?— Preguntó la castaña.

—Juntas.— Afirmó.

Sonrieron mutuamente.

Sus vistas eran directas hacia sus ojos, cada una atrapada en un trance, formando una burbuja alrededor de su ambiente.

—Tus ojos son lindos.— Dijo Jane en voz baja.

—Los tuyos lo son más.— Indagó Max.

—Claro que no, los tuyos son más hermosos.— Halagó sintiendo sus mejillas arder.

—Te puedo asegurar que tus ojos son muchísimo más hermosos.— Dijo Max con una sonrisa.— Y tus mejillas te hacen ver realmente adorable.—

—Basta.— Pidió la más baja cubriendo su cara con sus manos. La pelirroja rió.

—Ve a tu habitación antes de que Steve o Billy no te encuentren descansando como deberías.— Retiró las manos de la castaña, tomó un mechón del cabello de Jane y lo colocó tras su oreja.

—Pero quiero que me acompañes.— Hizo un puchero.

—Bien... Pero solo un rato.—

Jane sonrió y la abrazó con fuerza.

—¿Alguna vez te he agradecido por lo que haces por mi?— Preguntó Jane sobre el hombro de Max.

—No.— Rió aún sin soltarse.

—Gracias por todo.— Susurró apretando su agarre.

—No hay nada que agradecer, enana.— Besó la mejilla de la contraria.

Permanecieron en ese abrazo cálido, lindo y tierno.
Tal vez ellas no lo notaban pero en aquel abrazo decían y demostraban muchos de los sentimientos que solían evitar o negar.

Al terminar con su abrazo se tomaron de la mano y caminaron hacia la habitación de Jane.

—¿Te duele algo?— Preguntó Max una vez que Jane se recostó en la camilla.

—No. Estoy muy bien, no te preocupes.— Sonrió.

—¿Segura?—

—Muy segura.—

—Bien.— Dijo no muy convencida. Jane rió con suavidad.

—De verdad estoy bien. Tú estás aquí y eso me hace sentir bien.— Tomó la mano de la pelirroja, la cual juró sentir como su corazón se aceleraba.

Guardó silencio y se dedicó a observar a la contraria.

Sin previo aviso la puerta se abrió y dos personas entraron.

—¿Will? ¿Mamá? ¿Qué hacen aquí hoy?— Preguntó confundida soltando la mano de Max.

—Salí temprano del trabajo y vine a verte lo antes posible.— Dijo Joyce sonriendo.

—Pero obviamente no podía olvidarme a mi.— Dijo Will con una sonrisa victoriosa. Se acercó a su hermana y la abrazó.

Joyce hizo lo mismo.

"Creo que no debo estar aquí" pensó Max mirando la escena.
Se levantó del banquito y comenzó a caminar hacia la puerta.

—¿A donde vas?— Escuchó a Jane preguntar.

—A mi habitación, no quiero interrumpirlos.— Dijo con amabilidad.

—Oh. Bien. ¿Vendrás más tarde?—

—Tenlo por seguro.— Guineo el ojo.

—Te esperaré.— Sonrieron.

Joyce y Will miraban a ambas como si de una partida de tenis se tratara; miraban a Max, luego a Jane y viceversa.

Al notarlo, Max decidió irse.

—Bien, nos vemos.— Salió.

La mirada de Will cayó sobre la sonrisa boba que mantenía Jane.

—Uy, uy. ¿Qué es lo que ven mis ojos? Oh! Una Jane enamorada! De una chica!— Dijo Will con emoción. Joyce rió.

—¿Qué? ¡No! Nada que ver.— Respondió la castaña con nervios. La risa de Joyce aumentó.

—Anda. Es fácil deducirlo.— Dijo Will sonriendo.

—Ya te dije que no.—

—A mi no me puedes mentir, hermanita.— La miró victorioso.

—Tampoco a tu madre.— Dijo Joyce una vez paro de reír.

—¡Ya! Basta. No me gusta y no estoy enamorada de ella.— Cruzó los brazos.

—Dices.—

—Mamá, Will me está molestando.— Se quejó.

—Will, deja a tu hermana en paz, si quiere negar lo que es obvio es su problema.— Jane la miró indignada.

—Se suponía que me defenderías.— Volvió a quejarse.

—Nunca dije que lo haría.—

—Crueles.— Lloriqueo. Will y Joyce rieron.

——————

La rubia y la pelirroja yacían sentadas en la camilla de la menor, una junto a otra, charlando.

—Me contaron que rechazaste a Nancy, eres demasiado cruel, Rob.— La rubia hizo una mueca.

—No la rechacé en si... Solamente evité llegar a algo más.—

—¿Tengo que ver con eso?— Preguntó. Robin negó.

—En lo absoluto. Solo tengo problemas con eso de tener pareja, ya sabes, siempre hemos sido tú y yo contra todo y bueno... Salir con alguien implicaría no prestarte la atención que siempre te doy y no estoy acostumbrada a darte menos tiempo.— Explicó.— Son solo cosas que pienso pero no es tu culpa o algo así.—

—¿No le darías siquiera una oportunidad?—

—No lo sé... Es complicado.— Bajó la mirada. Max sonrió comprensiva.

—A mi me encantaría tener a Nancy como segunda madre. ¿Te lo imaginas? Ella, tú y yo de vacaciones en algún lugar turístico luego de mi trasplante de corazón. ¡El viaje perfecto!— Robin rió.— ¿Y la boda? Oh! Su boda sería perfecta.— Dijo con un brillo en los ojos.

—Detente ahí.— Pidió Robin con un rubor.

—¿Qué? ¡Llevo una vida planeando su boda!— Se quejó.

—Solamente somos amigas.—

—Si aceptaras salir con ella dejarían de ser solo amigas.—

—¿No te molesta?— Preguntó.

—¿Por qué debería? Se gustan desde antes de que yo naciera.— Respondió.— Sabes que si tú eres feliz yo también lo seré.— Recostó su cabeza en el hombro de Robin.

—Tal vez lo considere... Me gusta realmente pero no lo quiero arruinar.—

—No lo harás, confío en ti.— La mayor sonrió.

—¿Desde cuando sabes dar consejos?— Preguntó.

—Desde hoy.— Rieron.

——————

—¿Qué tienes hoy, Stevie?— Preguntó Billy una vez que todos entraron al cuarto de mantenimiento.

—Solo sonrojos y miradas de amor, no hay confirmación aún.— Suspiró.

—Joder, 7 años esperando y Jane no lo acepta.— Dijo Nancy.

—Tal vez es porque la presionan mucho.— Dijo Robin.— Max parece estar súper enamorada y lo dice indirectamente sin presionarla.— Billy asintió.

—Concuerdo totalmente.— Dijo él.

—Si no la presiono no hablará nunca.— Comentó Steve haciendo un puchero.

—Tengamos en cuenta que Jane es menos expresiva que Max, ambas ya pueden estar enamoradas y tal...pero solo cuenta si lo aceptan y lo cuentan a alguno de nosotros. A Max se le nota y Jane deja pistas pero sigue sin confirmarse.— Dijo Nancy.

—Yo apuesto a que mi hija será la primera en confesarlo.— Se oyó la voz de Joyce al fondo de la habitación.

Todos dirigieron su mirada hacia ella. Sonrió.

—¿Quien mejor para saber de Jane que su propia madre?— Steve y Nancy sonrieron.

—He de decir que Jane no lo confesara, es demasiado necia! Max lo hará primero.— Dijo Will junto a su madre. Robin y Billy asintieron con una sonrisa.

—Concuerdo con el niño.—

—Yo igual pero ¿desde cuando están aquí adentro?— Preguntó Robin.

—Desde hace rato.— Se encogieron en hombros.

—¡Agh! Como sea, esto aún no acaba.— Dijo Steve.

Todos miraron al castaño con una sonrisa.
Esperarían el tiempo que fuera necesario hasta ganar la dulce apuesta.

Y cada quien haría de las suyas...

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Hey!

El próximo capítulo será el último con cambio de edad.

¿Creen que su Team ganará?

apuesten bien, piensen bien, no se dejen engañar por mí uwu

Sillie es real!

Y!
Sin más que decir: CHAO BYE!

By:Muffinisaurus_Rex8

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