1.
6 años
Risas inundaron la habitación de una peculiar pelirroja, quien reía a carcajadas con Robin, su enfermera.
Las risas cesaron poco a poco y la curiosidad de la menor la había estado matando en los últimos días.
Guió su mirada hacia la puerta de la habitación.
—¿Quien es la niña de enfrente?— Preguntó Max.
—Su nombre es Jane, hace poco la trasladaron aquí junto con su doctor y enfermero.— Respondió Robin mirando a la pequeña.
—Casi nunca la visitan, verdad?— Preguntó con cierta preocupación.
—Al parecer no.—
—¿Estará triste?— Robin miró a la pelirroja con ternura.
—¿Quieres visitarla?— Propuso la mayor. Max asintió frenéticamente.— Termina tu desayuno primero.— Ordenó.
—Pero no me gusta el jamón.— Se quejó.
—¿Por qué? Es muy rico.—
—Porque viene de los animalitos.— Hizo un puchero.— No quiero comer animalitos.— La mayor suspiró.
—Bien, solo termina tu fruta. Luego hablaré con Nancy sobre tu dieta.— La menor sonrió.
—Gracias, Rob.— Atrajo a la mencionada del cuello y la abrazó con fuerza.— Eres la mejor.— Robin rió.
—No conseguirás chocolates con halagos.— Max la soltó.
—Retiro lo dicho, la mejor es Nancy.—
Ambas rieron.
Al terminar, la pelirroja fue hasta donde Robin y tomó su mano.
—¿Me llevarás?— Preguntó con una dulce sonrisa. Robin asintió.
Salieron de la habitación y caminaron hacia Steve, el enfermero de Jane.
—Hey.— Lo llamó Robin. Él se viró y sonrió.
—Hey, Robin.— Saludó.— ¿Necesitas algo?— Preguntó para luego mirar a Max, quien también sonrió.— Mejor dicho, ¿necesitan algo?— Max asintió.
—Quiero conocer a Jane, ¿puedo entrar?— Pidió.
Steve miró a Robin en busca de alguna explicación. La rubia sonrió.
—Es una costumbre de Max saludar a los pacientes.— Explicó.— De hecho, ya tiene un par de amigos por esta zona.— Comentó.
—Oh ya veo.— Respondió Steve.— Suena tierno. Claro que puedes pasar.— Estiró su mano para tomar la de Max.
Ella aceptó gustosa.
—Nos vemos en un rato, Rob.— Le aseguró la pequeña.— No mueras sin mi.— Le lanzó un beso. La rubia rió.
—Pides mucho, enana.— Le devolvió el gesto.
—¿Lista?— Preguntó Steve. Max asintió.
—Siempre lista.—
El joven abrió la puerta dejando ver a una pequeña de pelo corto dibujando en la camilla. Al darse cuenta de la presencia de alguien, levantó la vista y frunció el ceño confundida.
Max sonrió ampliamente.
—¡Hola!— Saludó Max con emoción. La castaña frunció aún más el ceño causando que Steve riera.
—Jane, ella es Max. Es la paciente de enfrente y me pidió dejarla entrar para... ¿Para qué era?—
—¡Para que no este triste!— Sonrió aún más.
—Oh sí, para eso. ¿Necesitas que salga o me quedo aquí?— Preguntó Steve hacia Max.
—Como quieras esta bien.— Se encogió en hombros.
La castaña miró como el mayor tenía la intención de irse, intentó detenerlo con un gesto pero fue inútil, el chico salió dejando a las pequeñas solas.
—¿Te gusta tu habitación?— Preguntó la pelirroja mirando su alrededor con una sonrisa.
—No es una habitación porque esto no es un hogar.— Contestó la otra mirando su regazo.
—Oh. Para mí lo es. Paso casi todos los días aquí, menos los fines de semana, esos días Robin y yo vamos al departamento a ver películas.— Miró a la castaña.— ¿Por qué no es un hogar para ti?
—Por que tiene muchos aparatos.—
—¿Por su apariencia?— La castaña asintió.— Robin me dijo que los alrededores no definen un hogar, si no la compañía.— Jane ladeó la cabeza.
—Eso no cambia para mí. No me visitan muy seguido así que no tengo compañía.— Respondió con cierta tristeza.
—¿Y que hay de Steve? Él te cuida.— Dijo Max intentando animarla.
—No es lo mismo.—
—¿Puedo ser tu compañía?— Preguntó con inocencia.
—¿Por qué lo serías?—
—Porque los amigos que tengo están por ser trasladados para estudios y sería muy divertido que tú me acompañaras a hacer travesuras por ahí.— Sonrió.— Solo si quieres, si no quieres mi compañía yo lo entiendo.— Dijo comprensiva.— Pero igual te aseguro que no te arrepentirás.— Sonrió con malicia causando una risa por parte de la castaña.
—Estás loca.— Dijo divertida.— Y eso me agrada.— Sonrió por primera vez haciendo que un leve sonrojo apareciera en Max.
—¿De verdad?— Preguntó asombrada. La castaña asintió.— Pensé que realmente no aceptarías.— Confesó.
—Me hace falta una amiga.— Ambas niñas sonrieron.
—¡Eso! Te queda bien la sonrisa.— Dijo Max. Rieron.
——————
—¿Viste la cara de Steve? Seguramente no lo esperaba!— Rió la pelirroja.
—¿Y que hay de Billy? Casi muere!— Rieron con fuerza.
—Max Buckley.— Se escuchó una voz detrás de ellas.
—Jane Hopper.— Otra voz más.
Las menores hicieron una mueca y giraron lentamente encontrándose con la mirada fulminante de Robin, Steve y Billy.
—Rayos.— Dijeron al unisono.
—Sí, rayos.— Dijo Robin mirando a Max con advertencia.
Ambas habían planificado una broma para Steve y Billy, la cual para ellas fue todo un éxito.
Sí, habían pasado un par de meses desde que se conocieron, pero encajaban tan bien una con la otra que no tardaron mucho en hacer de las suyas. Y por lo tanto, se tenían aprecio.
—Supongo que ya sabes las consecuencias.— Max asintió ante las palabras de Robin.
—Lo sé. ¡Pero no castiguen a Jane!— Pidió haciendo un puchero.— Fue mi idea, ella no tiene la culpa.— Bajó la mirada.
—Eso no es verdad. Ambas tenemos la culpa.— Habló Jane.
—Ambas recibirán un castigo.— Anunció Billy.
—No se podrán visitar en una semana entera.— Dijo Steve.
—¿Qué? No por favor.— Pidió Max.— Otra cosa.—
—No.— Dijo Robin.— Es el castigo y lo aceptarás.— Max suspiró.
—Está bien, ¿puedo hablar con Max antes?— Preguntó Jane.
Los mayores se miraron y asintieron.
—Te esperamos afuera, Jane.— La castaña asintió. Salieron dejando a las pequeñas solas.
—Lo siento.— Habló primero Max.
—¿Uh? ¿Por qué?— Preguntó confundida.
—Te metí en problemas.— Dijo apenada. La castaña se acercó a ella.
—No es tu culpa, yo también ayudé en la broma.— Tomó su mano.— La semana pasará muy rápido ya lo verás.— Besó la mejilla de la pelirroja en forma de despedida.— Nos vemos luego.—
—Eh...sí, h-hasta luego.— Dijo la otra con un leve rubor.
La castaña salió de la habitación dejando a una pequeña pelirroja con una gran confusión.
"¿Por qué me arde la cara?" se preguntaba a ella misma.
Robin entró interrumpiendo las dudas de la menor.
—¿Cuando dejarás de hacer esto? Estamos en un maldito hospital! No en un parque de diversiones. No puedes hacer este tipo de cosas en un lugar donde la gente tiene que descansar.—
—Yo solo quería divertirme con Jane—
—Busca otra manera. No quiero más bromas o me harás enojar y sabes cuanto odio castigarte.— Dijo Robin mirando a la menor.
—Lo l-lamento— Soltó un sollozo. La mayor suspiró.
—No llores, enana.— Acarició su mejilla y limpió un par de lagrimas.— Solo quiero que hagas la promesa de no volver a hacerlo, y que sea de verdad.— Max asintió.— Bien, ya no llores, se te quita lo guapa.— Bromeó.
—Yo siempre seré guapa.— Siguió el juego.
—No lo dudo.— Rieron. Robin abrazó a la menor.— Te amo.— La pelirroja correspondió su abrazo.
—También te amo, Rob.—
—Realmente necesito que mejores tu comportamiento, por favor.— Pidió.
—Lo haré, te lo prometo.— Se abrazaron con más fuerza.
Si bien Max sabía que ella y Robin no tenían conexión de sangre, no le impedía considerarla su familia.
————————
—¡Te extrañe!— Gritaron Jane y Max al verse luego de una semana.
—Solamente fue una semana.— Comentó Steve viendo a las menores abrazarse.
—Shh son adorables.— Dijo Nancy quien estaba junto a él y Robin.
—Claro, como a ti no te hicieron nada.— Comentó Billy haciendo un puchero.
—Nuevamente me disculpo por eso.— Dijo Robin algo apenada.
—Anda, que no es tu culpa.— Le dijo Nancy colocando una mano sobre el hombro de la rubia. Robin le sonrió.
Los demás miraron la escena con una sonrisa cómplice, incluyendo a las pequeñas quienes las miraban con cierta emoción.
—Ya pueden besarse.— Se escuchó la voz de Max causando risas por parte de los chicos.
—¡Max!— Se quejó Robin ruborizada. Nancy apartó la mirada sonrojada.
—Pienso igual.— Dijo Jane riendo y tomando la mano de la mencionada.
—Me encanta este par.— Rió Steve.
—Tú deberías besar a Billy.— Sonrió Max.
Las sonrisas de los chicos desaparecieron y las chicas rieron en venganza.
—Par de mocosas.— Susurró Billy con una sonrisa.
—¿Max y yo podemos ir a mi habitación a dibujar?— Preguntó aún sin soltar a la pelirroja, quien mantenía un leve rubor en sus mejillas.
—Claro, pero no hagan travesuras.— Dijo Billy.
Las menores asintieron y corrieron a la habitación.
—¿Cuanto apuestan a que Max se enamorará?— Preguntó Billy.
—Yo apuesto a que Jane caerá primero.— Dijo Nancy.
—¿Qué? Max tiene un corazón de pollo, te aseguro que ella será la primera.— Afirmó Robin.
—Hagamos esto más divertido.— Dijo Steve.— ¿Aún tienes tu pizarra?— Se dirigió a Robin.
—Claro, ¿por qué?— Steve hizo una seña para que lo siguieran.
Los chicos se dirigieron hacía el lugar de mantenimiento donde Robin guardaba su pizarra.
———————
—Bien, tenemos dos equipos, el Team Max y el Team Jane.— Anotó el castaño en la pizarra.— Obviamente yo soy Team Jane, es fácil de deducir que la más callada es la que cae.— Dijo él.
—Exacto.— Dijo Nancy chocando el puño con él. Los otros dos rodaron los ojos.
—Ve al punto, Steve.— Dijo Billy.
—Cada que veamos una señal por parte de las chicas será anotado aquí y depositarán dinero si su niña muestra tal señal.— Apuntó la pizarra y un tarro vacío.— Cada quien apostará por una de ellas y al final, si alguna declara estar enamorada primero, ese Team se quedará con las apuestas.— Sonrió.— ¿Jugarán?—
Los demás se miraron mutuamente hasta sonreír.
—Jugaremos.— Afirmaron.
Y es ahí, como la gran apuesta había empezado.
Con el tiempo, más enfermeros y doctores se unieron a dicho juego.
Y tú, ¿lo jugarías?
<><><><><><><><><><>
Hey!
¿Qué team son? :)
Y weno... Este es el primer capítulo. Tengan cuidado con las edades, en este cap tienen 6 y al siguiente tendrán más y así hasta llegar a una cierta edad
Sillie es real!
Y!
Sin más que decir: CHAO BYE!
By:Muffinisaurus_Rex8
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro