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Estaba dándole de comer a la bebé con su biberón mientras ella me miraba con sus enormes ojos color miel, sentí la presencia de alguien detrás mío.

—Diría que se parece a ti, pero se que no es posible–Bromeó Emmett.

—No, yo soy adoptada... ah, y no soy hermana de Bella–Reí.

—Hablando de la bella durmiente, Edward está ahora con ella, debe de alimentarse antes de ver a la bebé.

—Okay, bien–Asentí.

Después entraron a la habitación los demás Cullen junto a Jacob, Rosalie me quitó casi de inmediato a la bebé, era algo deprimente verla así con Renesmee, al menos al entender que ella desearía que la bebé fuera suya, aunque ella no pueda tener hijos.

—A ella le agradas–Dije para hacerla sentir bien, ella sonrió.

Fui hasta la cocina para limpiar el biberón y de paso limpiar un poco de vomito que había dejado La Niña en mi camisa. Suspire cansada mientras miraba el techo, los niños no eran mucho lo mío, se notaba, y ni siquiera estaba segura de querer hijos, entonces esto era mi práctica.

Práctica que estaba fallando.

Al menos desde mi punto de vista.

Alice llegó hacia mi con sus perfectos movimientos y me entregó una camisa, como si hubiera estado leyendo mis pensamientos, lo extraño es que me había guiñado un ojo antes de volver a donde estaban los demás.

Revise la prenda antes de cualquier cosa; era una de las camisas de franela de Jacob.

Sonreí, aunque maldecía a Alice por dentro por tal ocurrencia de hacerme usar la camisa de Jacob como último recurso.

Me metí al baño y me cambie la blusa que tenía por su camisa de franela, me acordaba de verlo seguido con ella, por lo que supuse que era su favorita (o su única camisa, ya que rasgaba la mayoría a la hora de transformarse en lobo.

Revise mi reflejo, me veía fabulosa, obviamente, pero la camisa me quedaba grande, más de lo que esperaba. Me arremangué lo más que pude y me hice una coleta alta, ahora si parecía mamá, ama de casa de tres hijos.

Salí del baño y me volví a la sala, la mirada de la mayoría cayó sobre mi, pero yo ignoré las miradas y solo caminé hasta sentarme en el sillón.

—¿Y esa camisa?–Me preguntó Emmett divertido.

—Es de Jacob–Resumí.

—Si, hasta acá llega el olor a perro que desprende–Se burló también Jasper.

Bufé y me crucé de brazos.

—Cállense.

Jacob se sentó junto a mi.

—Te queda bien, mejor de lo que me queda a mi.

—En eso tienes razón.

Él rio y yo lo seguí.

—¿Tenías idea de que Alice haría esto?

—Lo sospeché cuando le pidió a Leah que le trajera una de mis camisas y no me dijera nada.

—Bella y Edward ya vienen–Anunció Alice.

Jacob, intentó tomar mi mano, pero yo salí antes de que pudiera hacerlo.

—Los amigos no se toman de la mano.

—Depende de que tipos de amigos.

—Nosotros somos de los normales–Salí de la casa y baje las escaleras al verlos venir hacia la casa, Bella se veía como uno de los Cullen, de cierta forma perfecta.

Corrí a abrazarla, pero Edward me detuvo.

—Nada de abrazos hasta que Bella pueda controlarse perfectamente con los humanos.–Rodé los ojos.

—Suenas como papá.

—Tal vez sea porque ahora soy papá Taylor–Sonrió y yo le devolví la sonrisa.

—Sigues aquí–Dijo Bella mirando detrás mío al lobo.

—Y tú también. No esperaba que lucieras tan... tu. Excepto por los ojos raros.

Bella empezó a olisquear el ambiente, como en busca de algo extraño.

—Taylor... ¿por qué hueles tan... mal?

—Oh, es que traigo la camisa de Jacob–Ella me miró curiosa, mientras que Edward me miró de la misma forma en que me habían visto sus hermanos antes en la casa.

—Vaya... ya entiendo a lo que todos se referían, los lobos en serio apestan.–Reímos. Edward se acercó a Bella y pasó un brazo por su cintura.

—Ustedes se ven muy bien juntos–Admitió el lobo.

—¿Quieres conocer a nuestra hija?–Le preguntó Edward a su esposa después de un incómodo, pero pequeño silencio.

—Es linda, pero suele vomitar mucho, Carlisle cree que podría ser reflujo o algo así–Dije arrugando la nariz.

—Supongo que ya has tenido muchas experiencias así.

—¿Por qué crees que uso esta camisa?–Ambas reímos y nos dirigimos a la casa.

Apenas entré noté como los Cullen estaban acomodados alrededor de la bebé, cosa que la ponía feliz, porque tenía una enorme sonrisa en su pequeño rostro.

Edward y Bella entraron después de mi y de Jacob y llegaron hasta la bebé.

—Rose...–Ella se dio la vuelta para enseñarle a Bella su hija.

Bella miró a la bebé algo atontada antes de que Rosalie se la pasara. Bella la cargó y Renesmee estiró su mano para transmitirle sus recuerdos, como lo había hecho antes con todos nosotros.

Aún recordaba sus recuerdos de mi, al parecer sin importar que Bella hubiera despertado, nuestro vínculo seguía intacto de cierta forma.

—¿Qué fue eso?–Preguntó Bella.

—Te mostró el primer recuerdo que tiene de ti.

—¿Me mostró como?–Murmuró aún sin despegar la vista de su pequeña.

—Como leo los pensamientos, como ve Alice el futuro. Es su don.

La bebé rió.

—Estuve inconsciente dos días.

—Su manera de crecer es inaudita–Explicó Carlisle.

—Hace un día era súper pequeña, por suerte le había hecho unos mamelucos lo suficientemente grandes–Dije.

—Bueno ya, es mi turno de cargar a Nessie.

—¿Nessie?–Preguntó Bell confundida.

—Es mi apodo para la bebé.

—¿Le diste a mi hija el apodo del monstruo del lago Ness?

Trate de no reír.

—Bella tranquila–Le dije. La bebé alzó sus brazos hacia mi y Bella lo notó, algo extrañada.

—¿Por qué hace eso?

—Porque la bebé quiere estar con su mamá–Afirmó Carlisle en voz baja.

—¿Qué? ¿A qué te refieres?–Edward tuvo que detenerla para que no se abalanzara sobre mi. Rosalie tomó a la bebé por precaución.

—La bebé creo un tipo de vínculo muy fuerte con Taylor, la necesita como si fuera su mamá.

—Pero no lo es, yo soy su mamá, no Taylor.

—Bella, yo... yo tampoco entiendo esto–Admití.

—Pero esto no es su culpa–Intervino Alice–La niña necesitaba una madre mientras tu no estabas, y de cierta forma escogió a Taylor.

—Deberías estar agradecida–Jacob se puso al lado mío, listo para pelear contra Bella si ella se movía aunque fuera lo más mínimo.

—¿Por qué debería?

—Además de que ella ha hecho de madre todo este tiempo, alimentándola, atendiéndola aunque no debería, sino fuera por ella y el tratado ahora Renesmee no estaría viva.

—¿A qué te refieres? ¿A qué se refiere?–Preguntó Bella al aire para que alguien le contestara, algo enojada.

—Bella, gracias a que Jacob se imprimó de Taylor, y que la niña la escogió para protegerla, los lobos no pudieron acercarse, ya que su vínculo es como el de una madre con su bebé, es fuerte e irrompible, los lobos no pueden matar a los descendientes de otros lobos "sin razón"–Le explicó Edward.

Bella volvió a mirarme, tenía algo de resentimiento en sus ojos, pero también notaba cierto agradecimiento, era verdad, si no fuera porque la bebé me había escogido, tal vez no estaría viva en este momento, ahora hasta sospechaba que lo había hecho a propósito, de alguna manera, para lograr vivir, como si supiera cuál sería su destino si no lo hacía.

Mire a Bella firmemente, tratando de no asustarme por su nueva condición, como si fuera más fuerte que un vampiro, y no solo cualquier vampiro, sino una neófita.

Ella asintió y cerró los ojos antes de volver a abrirlos y hablar.

—Lo siento Tay. Gracias por salvar a Renesmee.

Sonreí.

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