𝟎𝟏𝟒 ┊ 𝓛𝓪 𝓹𝓵𝓪𝔂𝓪
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Llegamos a la playa.
Nos acercamos al grupo de lobos, pero algo a lo lejos llamó mi atención.
—¿Quién es la bebé?–Le pregunté a Jacob.
—Es la impronta de Quil, se llama Claire–Lo miré extrañada y asqueada.
—Es una bebé.
—Si, eso es algo raro, pero nuestros genes detectan inmediatamente a nuestra pareja ideal, sin importar su edad.
—¿Entonces alguien se podría imprimar de un anciano o algo por el estilo?–Él rio.
—No estoy seguro de ello, pero si, podría ser.
—¿Y qué pasa cuando alguien se imprima de un bebé o un niño?
—Pues, los protegen como hermanos mayores, mejores amigos, hasta que en cierto punto cuando crecen, se les trata como pareja, siempre y cuando la otra parte quiera.
—Debe ser difícil para ambos, él tiene que esperar por ella, y ella no tiene la capacidad de vivir una vida más normal–Nos miramos ambos, nosotros tampoco teníamos esa posibilidad, estábamos destinados y atados de cierta forma.–Iré al agua.
—¿Segura? Esta helada.
Asentí y me quite la ropa, quedando solo en mi traje de baño, camine hacia el agua y empecé a nadar.
[...]
Jacob's pov:
Estaba sentado junto a los demás, veíamos con recelo a todos los que ya tenían a sus improntas, se veían felices, y a pesar de yo tener a la mía, no se sentía igual, en especial porque había sido un idiota con ella.
Voltee a ver a Taylor, ella estaba tomando conchas junto a Claire, se veían muy tiernas juntas. Sonreí sin poder evitarlo, sintiendo cierto calor en el pecho inundandome.
—Ella es muy linda–Dijo Leah, voltee a verla.
—No quiero seguirla cagando con ella–Admití.–Creo que me odia, debería odiarme.
—No creo que ella te odie Jacob–Habló ahora Seth–Solo no quiere seguir saliendo lastimada.
—Y eso lo entiendo... ahora.
—¿Por qué estabas tan obsesionado con Bella?–Suspire ante las palabras de la mayor de los Clearwater.
—No lo sé, solo creí que podría ganarme su corazón en cierto punto.
—Si te soy honesta, creo que era más como un reto para ti, una competencia contra ese Cullen.
Sabía perfectamente a que se refería, voltee a ver de nuevo a Taylor, seguía buscando las caracolas, estaba seguro de que las usaría para uno de esa ropa que hace.
Había tratado de evitarlo, pero ahora ya no podía.
Sentía algo por Taylor, algo más grande de lo que puedo controlar.
Mierda.
Ella se irá.
Me levante de mi lugar, me quité la camisa y me arremangué el pantalón, caminé hacia ella y me acerqué a ambas. Taylor estaba de rodillas en la arena para poder buscar mejor, tenía que admitir que se veía de puta madre.
—¿Puedo ayudar?
Taylor volteó a verme y sonrió.
—Claro Ceniciento.
Me incline junto a ellas y empecé a recoger las caracolas.
[...]
Taylor's pov:
Después de recoger todo empezamos a irnos a casa, bueno, yo iba a casa de Jacob para recoger mi auto y después irme a casa.
Noté como de un momento a otro, sin avisarme, tomó mi mano. Traté de no voltearlo a ver y no reaccionar de ningún modo, pero mi cuerpo me delataba.
Comenzamos a caminar en dirección a su casa junto a algunos otros de la manada, muchos jugaban y se divertían, otros se preocupaban con sus improntas y un pequeño sector, como Leah y Seth, iban solo hablando entre ellos, ninguno tenía impronta aún.
Seguí de la mano con Jacob, pero ninguno comentaba nada, ni éramos participantes de las conversaciones de los demás.
Llegamos a un punto de reunión y cada quien se fue por su lado, yo seguí a Jacob a su casa.
—Gracias por ayudarnos a recolectar hoy–Murmure tratando de romper el silencio.
—De nada.
—Si, son para una colección que pienso hacer de verano.
—Tienes que apurarte un poco porque ya es verano–Él me miró burlón y yo le di un leve golpe en el brazo, sacandole una risa.
Saque una de las conchas y la admire, era hermosa, tenía un cierto toque morado en la superficie y tenía la forma de la típica concha de película.
—Esa es linda–Dijo él.
—Si, Claire la escogió y me la dio.
—Eres muy buena con los niños.
—La verdad no, pero es que siempre hay niños que sientes ganas de protegerlos aunque no te agraden.
—Eso nunca me ha pasado.
—No hay muchos bebés por aquí, al menos que yo haya visto... ¿Qué pasaría si Sam y Emily tuvieran un bebé? Me refiero, ¿qué pasaría con Leah?
Él se lo pensó por un momento.
—Yo espero por el bien de Leah que para ese entonces ya haya encontrado a su impronta.
—¿Se dice igual para chicos y chicas, impronta?
—Generalmente no hay chicas lobo, entonces no hay un término acertado.
Llegamos a su casa, seguimos hablando en el porche.
—¿Por qué no?
—No lo sé, tenemos genes diferentes a los humanos, tal vez estos reaccionan más a los hombres.
—Entonces Leah es especial–Afirme.
—Si lo es, creo que hace mucho que esta comunidad no veía a una mujer lobo.
Nos quedamos en silencio, viéndonos a los ojos.
—¿No quieres quedarte a cenar? Hoy vendrán los Clearwater y la señora Clearwater cocina de lo mejor.
—No gracias, tengo que ir a casa con papá. Con todo eso de la boda quiere pasar más tiempo conmigo antes de "que su hijita se vaya"–Reímos ambos.
—Yo también quisiera pasar tiempo contigo antes de que te vayas...–Admitió con dificultad después de unos minutos, se notaba rojo y avergonzado.
—Yo... tengo que ir a Seattle en unos días para comprar cosas para la universidad, tal vez tu...
—Si.
—Ni siquiera terminé–Sonreí divertida.
—No me importa, solo quiero estar contigo.
No entendía muy bien qué estaba pasando con él, pero no me quejaba.
—Bien, eh... ¿te envío mensaje con los detalles más tarde?
Él asintió. Yo me acerqué a él y le di un corto abrazo.
—Cuídate Ceniciento.
Jacob se rio por lo bajo y yo me fui a mi auto.
Empecé a manejar a casa, no muy segura de todo lo que había ocurrido en pocas horas. Tenía que llamar a Bella y contarle esto, también a Alice, principalmente a Alice porque no quería interrumpir la luna de miel de Bella, debía estar muy ocupada.
Empezó a llover a mitad de camino, lo cual me obligó a usar los limpiaparabrisas.
Llegué a casa después de unos minutos y me estacione, baje del auto, y entré a mi casa.
—¡Papá, llegué!
—Que bien que llegaste, iremos a cenar hoy.
—¿A dónde?–Le pregunté.
—Vamos a Port Angeles–Lo miré extrañada.
—¿Por?
—Se me antojo salir.
—Dime la verdadera razón.
—No estaba de ánimos para cocinar hoy.
Reí.
—Papá, ese viaje nos tomará una hora mínimo.
—Por eso hay que irnos ahora, toma tus cosas y vamos.
Él salió de la casa, suspire y lo seguí. Papá a veces era muy flojo, y ahora tenía que hacer un viaje de una hora por su flojera.
Bueno, al menos saldríamos un poco de Forks.
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