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—Jacob besó a Bella...

Alice me dijo por el teléfono, me había hablado sobre todo lo de los neófitos, y luego me soltó esta bomba. Sentía mi corazón romperse, empecé a llorar, me sentía miserable.

Colgué la llamada y me deslicé en la pared hasta terminar sentada en el suelo.

Cubrí mi cara con mis manos.

Desearía nunca haber venido a Forks.

[...]

Estaba cosiendo un par de telas, tenía múltiples llamadas de Jacob, algunas de Bella.

Tenía algunas lágrimas en mis ojos mientras hacía un vestido, era de un color celeste verdoso, me había inspirado en los días nublados de Forks, el vestido era largo, estaba haciendo un buen trabajo.

Escuche como alguien tocaba la puerta, me levanté de mi asiento frente a mi máquina de coser y fui hacia la puerta, al abrirla me encontré con un chico joven, no llevaba camisa, y su cabello estaba revuelto. Era obvio que conocía a Jacob.

—Jacob te envía esto...–Me dio unas flores–Y dice que lo siente mucho...

Tomé las flores, realmente eran hermosas.

—Gracias... ¿Cuál es tu nombre?–Mi voz sonó más ronca de lo que pretendía, había llorado toda la noche, así que no pude evitarlo.

—Seth–Él sonrió.

—Muchas gracias por venir hasta aquí... dile que debió haber venido él, y que no está perdonado.

Él me miró sorprendido y yo cerré la puerta.

Camine hacia mi habitación mientras le iba quitando los pétalos a las flores que me había traído Seth.

Cosí los pétalos al vestido en la parte del corsé.

Tire los residuos en la basura y le tome algunas fotos a mi trabajo.

Estaba recopilando fotos de toda la ropa que había hecho hasta ahora, deseaba tener una beca en Milán, para una de las mejores universidades de diseño de moda del mundo.

Sonreí satisfecha, y envié las fotografías. Mañana sería mi graduación y quería ya pronto obtener la respuesta.

Esperaba que fuera una positiva.

[...]

—A los cinco años, nos preguntaron que queríamos hacer al crecer. Respondiamos cosas como astronauta, presidente, o en mi caso una princesa.

Era la graduación, estaba sentada con Jasper y Alice, nos habíamos sentado algo lejos de Bella y Edward. Estaba vestida igual que los demás aquí, pero debajo de la toga tenía puesto el vestido que terminé ayer.

Jessica hacia su dichoso discurso, el cuál debía admitir que no era nada malo, Angela me había contado de lo que se trataba antes de entrar a la ceremonia.

—A los diez años preguntaron otra vez. Respondiamos roquero, o vaquero, o en mi caso ganadora de una medalla de oro. Pero ahora hemos crecido, pero ahora hemos crecido, quieren una respuesta seria, bueno, ¿qué tal está? ¿Quién diablos sabe?–Todos aplaudieron, incluyendome–Este no es el momento de tomar decisiones duras sino el de cometer errores, tomar el tren equivocado y perderte en algún lado. Enamorarnos, mucho. Estudiar filosofía con lo que no se puede tener una carrera. Cambiar de idea y cambiar otra vez porque nada es permanente. Cometamos todos los errores posibles, así cuando nos pregunten qué queremos ser, no tendremos que adivinar... lo sabremos.

Todos aplaudimos.

[...]

Estábamos en la casa de los Cullen, me había desecho de mi toga y birrete y solo me quedé en el vestido, el cual muchas personas ya habían elogiado.

Estaba hablando con unos compañeros, tal vez había llegado tarde a comparación de ellos a Forks, quizá no me habían aceptado al inicio, pero ahora nos llevábamos bien, tal vez porque ya no importaba Forks, estaba segura que al menos la mitad de las personas aquí irían a la universidad en otro estado. Dejarían todo atrás, por ello es mejor dejar todo arreglado.

Era divertido, liberador, no puedo creer que hace pocos días lloraba, y hoy me sentía más normal, como si todo hubiera regresado a la normalidad.

¿A quién quería engañar?

Aún sentía ese vacío dentro de mi, pero no quería verlo, no quería escuchar su voz, quería estar bien, quería estar con gente a la que si le importara.

Y Bella llegó junto a mí. Me abrazó con fuerzas y yo la abracé de vuelta.

—Perdón, fui grosera y malvada, y egoísta, no merecías que te hablara así, lo siento...–Ella murmuró.

—Yo también lo siento, debí de haber contestado tus llamadas, debí de darme cuenta de que en ese momento estabas preocupada y que el momento era solo tuyo, lo lamento–Nos separamos u ella vio mi vestido.

—Lo amo, los pétalos quedan espectaculares.

—Gracias, lo terminé ayer...

—¿Lo mandaste en tu solicitud?

Sonreí.

—Si, estoy algo preocupada... digo, se que soy buena, pero no sé si a ellos les encante mi trabajo.

—Les encantará, créeme.

No la culpaba de lo que pasó con Jacob, claro que no, aunque un pedazo de mi quería odiarla, sabía que no podía, no había sido su culpa, Jacob fue quien la besó.

Tomé su mano y nos dirigí a la cocina. Preparé unas bebidas mientras ella reía ligeramente. Chocamos nuestros vasos cuando terminé la mezcla y bebimos, ambas hicimos cara de asco después de un sorbo.

—Esto está fuerte Tay.

—Se supone que así es–Reí.

Alice llegó.

—Tay, tengo algo que mostrarte, ven conmigo.

Asentí y corrimos escaleras arriba.

[...]

Bajábamos de las escaleras cuando Alice tuvo una visión.

—Alice, ¿qué viste?–Pregunté.

—La decisión se ha tomado...

Bella y Jacon llegaron junto a nosotros. Ella tenía una pulsera con un lobo de madera en el.

—¿Qué ocurre?–Cuestionó Jacob, mirándome de arriba a abajo.

—No irán a Seattle–Aseguró Bella.

—No, ellos vienen para acá.

[...]

—Lindo vestido–Habló Jacob cuando nos quedamos solos, Alice, Bella y Edward se habían ido a buscar a Carlisle y a Esme, y sus amigos estaban en la cocina.

—Gracias...–Murmure.

—Supondre que esos son los restos de mis flores.

—Lo son...

—¿Las rompiste?

—Algo así, si.

—¿Por qué?

—No lo sé, ¿por qué besaste a Bella?

Él me miró culpable, sin saber que decir.

—Olvídalo Jacob, no sé que duele más, estar contigo... o sin ti.

Camine hacia la sala.

[...]

—Llegarán en cuatro días.

—Esto será un baño de sangre.–Se sentó Carlisle en la mesa.

—¿Quién planeó todo esto?–Preguntó Edward.

—En mi visión no reconocí a nadie... tal vez a uno.

—Conozco su cara, es de aquí... Riley Biers–Dijo después de leer su mente–Él no empezó esto.

—Quién haya sido se mantiene alejado...

—Por ello no aparece en tus visiones...–Comprendí.

—De cualquier forma un ejército viene y no somos los suficientes como para defender la ciudad.–Informó Jasper.

—Esperen, ¿de qué ejército hablan?–Cuestionó el lobo.

—Neófitos, de los nuestros–Aclaró Carlisle.

—¿Qué buscan?–Preguntó uno de los amigos de Jacob.

—Pasaron algo para olfatear a Bella. Una blusa roja.

—¿Buscan a Bella? ¿Cuál es su propósito?

—Es una pelea muy fea, Jacob. Se perderán vidas.

Jacob miró a sus amigos.

—De acuerdo, nos apuntamos.

—No. Los matarían a todos, no quiero.–Dijo Bella.

—Yo no te pedí permiso.

—Edward...

—Es más protección para ti.

—Jacob, ¿Crees que Sam accedería... a un acuerdo?–Preguntó Carlisle.

—Si así podemos matar a algunos vampiros...

—Aumentará nuestro número. Los neófitos no saben que existen, será una ventaja.

—Eres buen estratega, rubio.–Ambos reímos.

Escuché a Jacob gruñir, y a Edward reír por lo bajo.

—Necesito cordinarlo–Se levantó Carlisle.

—Carlisle, es arriesgado–Trató de detenerlo Bella.

—Debemos entrenarnos. Jasper sabe lo que se requiere para pelear con neófitos, pueden acompañarnos.

—Bien, digan donde y cuando–Dio unos pasos hacia el frente.

—Jake, no saben en lo que se están involucrando.

—Bella, esto es lo que hacemos. Deberías estar feliz, miranos, trabajando juntos, ¿Recuerdas que tu querías que nos lleváramos bien?

Cuando Carlisle salió de la sala me acerqué a Jasper.

—Quiero ayudar.

—No podrías, ellos son neófitos.

—¿Y?

—Son fuertes, incluso más que nosotros.

—No quiero ser inútil.

—No lo eres.

—¿En serio? Quisiera verlo.

Él y Alice compartieron una mirada.

Suspire y mire hacia los lobos, a Jacob. Él me devolvía esa mirada que no lograba descifrar.

Después mire a Edward y a Bella, ella estaba preocupada, y él la abrazaba junto a su pecho.

Voy a ayudar.

No sé cómo, pero lo haré.

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