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07


ㅡJinnie. ㅡllamó en un susurro al menor mientras lo movía suavemente con la mano, tratando de despertarloㅡ. Despierta.

ㅡMjm. ㅡlogró responder el menor, aún con los ojos cerradosㅡ. No molestes, Kim, tengo sueño. ㅡdijo, acomodándose más en la cómoda cama que tiene el agradable olor de Namjoon.

ㅡTengo cosas que hacer y no puedo dejarte aquí. ㅡexplicó el mayor, sentado a un lado de Seokjin, viéndolo quejarse.

Seokjin abrió lentamente los ojos con pereza, tenía mucho sueño y esa cama se estaba volviendo adictiva para él.

Se encontró con la imagen de Namjoon recién duchado, vistiendo unos pantalones negros y sin camisa, definitivamente no se aburriría nunca de eso.

No pudo evitar dirigir su mirada al torso del mayor, no estaba totalmente tonificado, pero no estaba para nada mal.

ㅡ¿Qué miras? ㅡpreguntó el pelinegro con una sonrisa y la ceja enarcada.

El castaño quitó la mirada rápidamente, dirigiéndola hacia otro lado de la habitación. Namjoon ríe ante el leve nerviosismo del menor, colocándose una camisa.

ㅡIré a dejarte a casa, tengo que ver a mi madre hoy. ㅡvolvió a hablar.

ㅡ¡Eso es genial! Tu madre es un encanto, tengo mucho de no verla. ㅡexclamó Seokjin. La verdad es que la madre de Namjoon había sido como una segunda madre para él, siempre fue muy atenta y cariñosa.

Había dejado de verla desde que Namjoon desapareció de su vida, algo de lo que siempre se arrepiente.

ㅡ¿Quieres ir conmigo? ㅡpropuso el mayor, viendo como Seokjin ordenaba la cama.

ㅡ¿En serio?

ㅡClaro, le gustará verte después de tanto tiempo.

Seokjin lo pensó un momento, él también tenía cosas que hacer.

ㅡTengo que ir a mi casa también... Podríamos encontrarnos luego de eso.

ㅡHagamos algo. Pasamos por tu casa, haces lo que tienes que hacer y vamos con mi madre, ¿te parece?

El rubio asintió con emoción, aunque en su mente vagaba el pensamiento de que podría ser mala idea pasar a ver a su mamá en compañía de Namjoon.

Seokjin entró a su apartamento, encontrándose con Taehyung en la cocina haciéndole el desayuno a cierto chico que pasaba demasiado tiempo ahí.

ㅡ¡Jin, viniste! ㅡsaludó Taehyung al ver a su compañero de piso entrar por la puertaㅡ. Estoy haciendo el desayuno, ¿quieres?

ㅡHola Taehyung. Hola Jungkook. ㅡsaludó el rubioㅡ. Comeré después, Tae, gracias. ㅡle respondió con una sonrisa.

ㅡ¡Jungkook, amigo!ㅡsaludó también Namjoon, entrando luego de Seokjin.

ㅡNo eres mi amigo. ㅡdijo el más bajo con mal humorㅡ. Ustedes me cambiaron, los odio.

ㅡIré a ducharme y a preparar mis cosas. ㅡavisó el rubio, desapareciendo por la puerta de su habitación.

Los presentes simplemente asistieron.

ㅡVamos, Kook, no seas rencorosoㅡdijo Namjoon, rodeándolo con sus brazos de forma amistosa por la espalda.

ㅡNo, quítate.

ㅡLamento que nos hayamos olvidado un poco de ti. ¡Además! Pasas demasiado tiempo aquí.

ㅡEso es cierto. ㅡse metió el pelinaranjaㅡ. Tampoco he visto que quieras salir de aquí. ㅡríe.

ㅡAhora resulta que nadie quiere estar conmigo.

ㅡEres un llorón. ㅡríe Namjoon, abrazándolo con más fuerteㅡ. No te enojes~

ㅡ¡Bien! Pero ya suéltameㅡdijo con el ceño fruncido Jungkook.

Ambos chicos arreglaron ese pequeño problema que ni siquiera era un problema, simplemente Jungkook quería más atención por parte de sus amigos, aunque últimamente tampoco quería despegarse del pelinaranja, lo traía un poco loco.

Seokjin no paraba de sentirse ansioso, ir con su madre siempre lo hacía sentir ansioso, pensando en que había sido una mala idea ir con el pelinegro, no sabía cómo iría a reaccionar su madre al saber que había dejado el trabajo.

Una hora de camino después, Namjoon se estacionó fuera de la casa del menor, teniendo miles de sensaciones al ver esa casa en la que entró muchísimas veces sólo para pasar las tardes junto a su ex mejor amigo, tardes en las que la habitación del menor se llenaba de bromas, risas, llantos, abrazos.

Sintió su corazón acelerarse, sintiendo la lejana sensación de nostalgia.

ㅡVendré en un momento... Tú solo quédate aquí. ㅡordenó el menor, bajándose del auto del pelinegro.

ㅡ¿No prefieres que te acompañe? ㅡpreguntó el mayor, recordando la forma en la que la madre del menor lo trataba.

ㅡRegresaré rápido. ㅡdijo el rubio, antes de dirigirse rápidamente hacia la puerta de su casa.

Seokjin entró usando su propia llave, encontrándose con el mismo jodido panorama de siempre, latas y botellas de alcohol regadas en toda la sala, un desastre que se había cansado de recoger. Definitivamente mudarse había sido una de sus mejores decisiones.

ㅡMamá, estoy aquí. ㅡanunció en la entrada de la cocina, encontrándola de la misma formaㅡ. Dios, esto es un desastreㅡsusurró.

ㅡDilo más fuerte, idiota. ㅡespetó con molestia el que ahora es el novio de su madre.

Seokjin rodó los ojos, soltando un suspiro, odiaba a ese hombre, era igual o peor que su madre. Por eso jamás avanzaban ni salían de la mierda y miseria en la que vivían.

ㅡAquí está el dinero. ㅡdijo, tirando un sobre lleno de billetes a la mesa.

El hombre agarró dicho sobre con rapidez, sacando el dinero y contándolo, frunciendo el ceño.

ㅡAquí falta dinero.

ㅡLo sé. ㅡdijo, sintiendo un poco de miedoㅡ. Estoy desempleado justo ahora...

ㅡ¿Cómo se te ocurre quedarte sin trabajo sabiendo cuales son tus obligaciones? ㅡespetó con furia el hombre, tirando el sobre hacia la mujer.

ㅡSabes que esto no alcanza para el tratamiento. ㅡdijo su madre, mirándolo seriamente.

ㅡ¿Qué esperan que haga? ¡De verdad que no me alcanza! Sería bueno que buscaran un trabajo también.

ㅡ¿Qué dijiste? ㅡdijo el hombre, acercándose al menor que trataba de no quebrarse por el miedoㅡ. Esa es tu obligación con tu madre.

ㅡSi tan sólo no lo gastaran en sus vicios podría ser suficiente.

ㅡMe tienes harto, estúpido insolente. ㅡdijo el hombre con enojo, agarrando el cabello de Seokjin y tirándolo al sueloㅡ. ¡Solo tienes que traer el maldito dinero! ㅡgritó antes de proporcionarle una patada en un costado de su cuerpo.

Seokjin estaba cansado de esos abusos, sin embargo, seguía sintiendo miedo, no sabía de lo que sería capaz ese hombre, siempre fue violento y a su madre nunca le importó que lo fuera.

Namjoon se encontraba un poco ansioso en su celular para pasar el tiempo, no paraba de pensar en que Seokjin ya había tardado un rato, trató de ser paciente, pero algo dentro de él lo estaba molestando.

Esperó un poco más hasta que decidió bajarse de su auto y encaminarse hasta la casa del menor.

Se detuvo frente a la puerta aún dudando si debería tocar o no, al final de cuentas, él no tenía nada que hacer ahí, pero unos gritos al interior de la casa lo hicieron entrar, buscó con la mirada rastros menor hasta que llegó a la cocina, encontrándose con una escena que le hizo sentir tristeza y enojo puro.

ㅡ¿¡Qué mierdas está pasando aquí!? ㅡexclamó fuerte y con enojo el pelinegro, viendo que el hombre tenía a Seokjin agarrado de la camisa, iba a golpearlo.

ㅡ¡Namjoon, espera afuera! ㅡordenó el menor después de que su padrastro lo soltara.

ㅡ¿Tú quién eres y por qué entras a mi casa de esa manera? ㅡpreguntó el hombre, alejándose de Seokjin y dirigiéndose hacia el pelinegro.

ㅡAh, es el noviecito de Seokjin de hace unos años. ㅡinterrumpió la madre de Seokjin sin expresión alguna.

ㅡEspera, no me digas que... ㅡel hombre empezó a reír, viendo a ambos chicosㅡ. No me digas que le vas a los hombres. Lo que faltaba.

ㅡJin, nos vamos. ㅡdijo con voz dura, caminando hacia donde se encontraba Seokjin, agarrando su mano para sacarlo de ahí.

ㅡEspero que esto no se repita, hijo, sabes que es tu deber. ㅡhabló la mujer, haciendo que ambos chicos se detuvieran.

ㅡA la próxima que le toquen un pelo... Los denuncio, y no me importa una mierda que sean sus padres. ㅡdijo Namjoon antes de salir hecho una furia de ahí, sacando a Seokjin finalmente.

Seokjin iba sangrando levemente de la nariz, su padrastro había logrado golpearlo un par de veces, su camisa iba hecha un desastre, pequeñas gotas de sangre la manchaban.

Se sentía mal, no pensó que las cosas podrían ponerse de esa forma, pensó que tal vez, solo tal vez su madre lo defendería, pero después de lo sucedido, claramente jamás pasará.

Sin decir nada, el menor se metió en los asientos traseros del auto, buscó entre sus cosas una camiseta limpia. Namjoon lo miraba con tristeza, se notaba a leguas que el menor quería llorar, no estaba muy seguro de lo que debía de hacer.

Luego de cambiarse, Seokjin escondió su rostro entre sus manos, alejando las ganas de llorar, respirando profundamente para calmarse.

Namjoon entró y se sentó a su lado, en silencio, aún un poco enojado, pero tenía que tranquilizarse, Seokjin lo necesitaba.

ㅡJinnie. ㅡllamó el pelinegro, obteniendo una mirada después de unos segundosㅡ. Ven. ㅡpidió, estirando sus brazos, agarrando al menor para recostarlo en su pecho.

Sin ningún tipo de protesta, Seokjin se dejó caer totalmente en los brazos de Namjoon. Cuando eran amigos, amaba hacer eso, sentirse tan querido y apoyado en los brazos del pelinegro era una de sus cosas favoritas, lo calmaban totalmente, y al parecer, eso no había cambiado.

ㅡEsa gente no te hará daño de nuevo. ㅡsusurró Namjoon, tomándolo con fuerza, sintiendo los suaves sollozos del menor.

ㅡEstoy tan cansado de todo. ㅡlogró decir el rubio en voz baja, sintiendo las suaves caricias de Namjoon en su cabello.

ㅡ¿Por qué te hacen eso?

Seokjin guardó silencio, definitivamente no quería hablar del tema, ya estaba demasiado avergonzado.

Negó levemente, dando a entender que no diría nada sobre eso. Pasaron unos cuantos minutos hasta que Seokjin logró calmarse.

ㅡDeberíamos irnos, tu mamá nos está esperando. ㅡdijo Seokjin, separándose del pelinegroㅡ. Gracias. ㅡhabló, viéndolo a los ojos, luego salió del auto para sentarse en el asiento de copiloto, esperando a que Namjoon tomara el asiento de conductor.

Lo que quedaba de viaje fue en silencio, ambos estaban en su mundo, con mil pensamientos en sus mentes.

Al llegar, Seokjin tenía otra expresión, claramente escondiendo lo que en verdad sentía, pero no podía llegar a la casa de Namjoon con su peor cara, claro que no, esa mujer siempre fue muy buena con él y verla de nuevo lo hacía sentir de mejores ánimos.

Namjoon tocó un par de veces la puerta, siendo abierta a los pocos segundos, dejando ver a una mujer bajita con una gran sonrisa, recibiéndolos.

ㅡ¡Jinnie! ㅡdijo con emoción la mujer, rodeando rápidamente con sus brazos al menorㅡ. Mírate que grande estás ya, eres todo un hombre.

ㅡEs bueno verla, señora Kim. ㅡdijo Seokjin abrazándola con cariñoㅡ. Usted no se queda atrás, se ve igual que la última vez que la vi.

ㅡSí mamá, también estoy feliz de verte. ㅡinterrumpió el pelinegro, viendo la escena.

ㅡSilencio. Jinnie tiene mucho de no verme. ㅡhabló la mujer, abrazando a su hijoㅡ. Vamos adentro, estoy preparando el almuerzo, está casi listo. ㅡsonrió a ambos chicos, dejándolos entrar a la casa.

La señora Kim se dirigió directamente a la cocina. Seokjin miraba la casa, sintiendo nostalgia, se veía igual en su mayoría, pocas cosas habían cambiado.

ㅡJin, sube tus cosas a mi habitación, iré en un momento. ㅡdijo Namjoon antes de dirigirse en donde se encontraba su madre.

Seokjin obedeció, sabía en donde estaba la dicha habitación. Entró, observando lo ordenando que estaba, sonriendo con diversión, era obvio que estaba limpio, Namjoon no vive ahí.

Dejó su mochila en una esquina, dirigiéndose hacia la cama del pelinegro, encontrándose con dos montañas de ropa perfectamente doblada, pero hubo algo que le llamó la atención, haciéndolo reír fuertemente.

ㅡMi mamá dice que... ¡Suelta eso! ㅡexclamó el mayor al ver que el menor tenía entre sus manos su ropa interior, y no cualquier ropa interior, sino las que tenían dibujos y fotos de gatos, porque si, Namjoon tiene de esos.

ㅡNo puede ser que aún uses de estos. ㅡdijo riendo, extendiendo la prenda con sus manos para verla mejorㅡ. Esto definitivamente le quitaría las ganas a cualquiera.

ㅡPor Dios, no entiendo cuál es tu obsesión con mi ropa interior.

ㅡ¿Disculpa? Esto realmente es ridículamente tierno, no puedo pasarlo por alto.

ㅡYa, solo dame eso. ㅡdijo el pelinegro, acercándose hacia el menor que seguía riendoㅡ. No me obligues a usar la fuerza.

Seokjin sonrió con picardía, de cierta manera eso le había parecido caliente. Extendió su mano con la prenda, haciéndole señas al mayor para que intentara quitárselo.

Namjoon sin pensarlo mucho, se acercó hacia Seokjin, agarrándolo con fuerza de la cintura, quitándole la prenda.

Cuando estuvo a punto de hacerse a un lado, Seokjin pasó un brazo alrededor de su cuello, atrayéndolo con fuerza, mientras que con la otra mano bajaba peligrosamente hacia su entrepierna, haciéndolo cerrar los ojos al contacto por el placer.

ㅡJin... Espera, mi madre nos está esperando ㅡsusurró con un poco de dificultad, sintiendo la mano de Seokjin presionando con más fuerza en la zona.

ㅡRelájate, solo debemos ser silenciosos. ㅡle dijo el menor sobre los labios del pelinegro, a punto de tocarse.

Namjoon quiso controlarse, pero Seokjin se había convertido en un tipo de debilidad para él, ahora mucho más porque ya probó sus labios.

Sintió el deseo arder en su piel, Seokjin no dejaba de tocarlo, pensó en la posibilidad de que su madre entrara a su habitación y los encontrara de esa manera, pero eso lo hacía más emocionante.

ㅡA la mierda todo. ㅡdijo Namjoon.

Cargó al menor y lo posicionó en un mueble de su habitación, quedando a la altura justa, le sonrió con picardía antes de empezar a besarlo con fuerza, sintiendo los labios de Seokjin acoplarse perfectamente con los suyos, metió sus manos en su camisa, tocando su suave piel, subiendo poco a poco hasta encontrarse con sus pezones, rozándolos ligeramente, haciendo suspirar de placer al otro.

Seokjin se sentía en el mismo cielo, los labios de Namjoon eran tan adictivos, suaves, delicados, dándose cuenta de lo mucho que se había perdido por no haberlo hecho desde antes. Las manos del pelinegro pellizcaban sus pezones, al mismo tiempo que bajaba sus labios hacia su cuello.

Estuvieron tocándose por unos segundos más, Seokjin movió sus manos en el mueble en el que estaba sentado, tratando de sostenerse para no caerse, y sin darse cuenta, algo cayó al suelo, causando un sonido de cristales rotos.

Había tirado sin querer uno de los perfumes del pelinegro, cortando totalmente el momento que estaban teniendo.

ㅡ¡Namjoon!, ¿está todo bien? ㅡgritó la señora Kim desde el inicio de las escaleras al escuchar el ruido.

El pelinegro miró alarmado el suelo, encontrando el pequeño desastre que se había creado, mientras que Seokjin había empezado a reír por la notoria expresión de preocupación en su cara.

ㅡ¡Si, mamá, no te preocupes, vamos en un momento! ㅡrespondió Namjoon desde la puerta de su habitación.

Namjoon negaba con diversión al ver toda su alfombra manchada de perfume.

ㅡLo siento. ㅡríe el menorㅡ. Lo limpiaré ahorita mismo.

ㅡ¡No! Deja eso, vas a herirte. ㅡlo detuvoㅡ. Mejor bajemos.

ㅡ¡Espera! ㅡexclamó Seokjin.

Namjoon se detuvo de inmediato al escuchar a Seokjin, pero sin darse cuenta, éste ya se encontraba besándolo de nuevo, sintiéndose a gusto con eso, tal vez no se cansaría de sentirlo.

ㅡAhora si, vamos. ㅡdijo el rubio, dándole una sonrisa de inocencia al mayor tan pronto separó sus labios de los contrarios.

El pelinegro sentía que le faltaba el aire, ¿cómo es que Seokjin puede actuar tan natural después de que algo sucedía?

No lo entendía, solo sabía que en ese momento tenía ganas de tener a ese rubio atrevido totalmente para él.

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