¿Cómo llegaron hasta ese punto?

Bueno, la cena dio inicio luego que Akira mandó a su hija y nieto a servir y atender a la visita. La mesa revosa de deliciosos platillos, en lo que ponían la mesa, sin dejar que Yachi ayudara, la anciana le comentó que su nieto preparó la comida casi toda en totalidad. Y no cabe duda que Yoshiro fuera quien preparo todo, él chico es un magnífico chef además de la gran pasión que pone en ello. Akira y su hija, solo hicieron el postre dejándole lo demás al chico. Yachi escuchaba y respondía a las anécdotas de la mujer.

Pensó que sería alguien difícil de tratar pero todo lo contrario, la juzgó mal y se arrepiente. La mayor es alguien amable y simpática aunque no cabe duda que es una persona que no habla con tabú. Es una mujer que sin miedo pregunta y da su opinión a los demás, Yoshiro solo le dijo que si no se sentía cómoda con las preguntas que le hacía la anciana se las hiciera saber y la ayudaría.

Entre pláticas amenas y divertidas, la cena se llevaba a cabo con total normalidad, saboreo cada bocado que daba a su plato, sin dejar de pensar que su pareja es un experto cocinero.

— Vaya... La comida estuvo deliciosa. Me sorprendió mucho que sepas cocinar bien, mocoso.

— Gracias abuela, aprendí de mi madre, fue ella quien me enseñó muy bien.

— Lo sé, tú y tu madre saben cocinar de maravilla — alago.

— La comida estuvo muy rica — alegó contenta la rubia.

— Nee~, gracias Yachi. Y fue aún más deliciosa con tu presencia a mi lado — de forma tierna y con un aura rosa y flores, rodea al par.

Hanako la madre de Yoshiro, apreciaba la escena con ternura y Akira con un una mirada que desprendía fuego y maldad se preparó para dar su próxima jugada. Aprovechando que su hija dejaba el comedor para limpiar los trastes sucios.

— Entonces, par de tortolitos — habló, asustando a Yachi en el proceso—. Me hablaran un poco de su relación.

Oh, ya recuerda como fue que llegaron hasta ahí.

Luego de una extensa charla de su noviazgo, preguntas y respuestas de lo más normales, como se conocieron, citas, regalos, amigos y pasatiempos juntos. Creyó que las preguntas serían más subidas de tono, la conversación era de lo más normal, no se notaba algún tipo de malicia en las palabras de Akira o bueno, eso pensó en ese instante.

— Mmm, solo tengo una pequeñita cuestión que hacerles — de manera solemne hablo.

Los nervios inundaban a Yachi, en cualquier momento se desmayaria ; sabía que preguntaría la anciana y no quería escucharla.

— ¿Ya se dieron su primer beso? — el tono cantarin que dio fue lo último para hacer explotar la mente de la rubia.

— Si, no dimos nuestro primer beso, sentí que toque el cielo al juntar mi labios contra los de Yachi-chan, ¿no es así, cariño?...¡Aah cariño, estas bien!

Yachi se desmayó de la incredulidad y luego de haber hecho trizas su cabeza. Hanako salió de la cocina, riendose de los chicos. Yoshiro trataba de ayudar a su linda novia. Mientras tanto Akira se llenaba de orgullo ¿por qué? Simple, ese fue su plan desde un principio, hacer malenter las cosas para la chica y cayera en su forma de apreciar a la gente. ¿Rara? Si, pero sincera. Esa joven hace feliz a su nieto y ella se lo agradece.

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— Perdón por todo ese alboroto. Es solo que mi cabeza explotó — una vez más se disculpaba, avergonzada por malentender las cosas.

— No tienes porque disculparte, bonita. Mi abuela es un tanto rara y te tenía planeado eso sin que yo lo supiera antes.

— Aún así. Además debo agradecer por dejarme quedar a dormir. Creo que deberias dormir en tu cama, en vez de mi Yoshi.

— Tienes razón debería de dormir en mi cama — se levanto tomo la manta que cubría a Yachi, la destapó. Se acostó de lado, mirando fijamente a Yachi, para después volver a cubrirse con la manta —. Voy dormir en mi cama pero no te dejaré dormir en otro lugar que no aquí justo a mi lado — susurró, deposito un beso en la frente de la rubia —. Te amo — finalizó, estampando sus labios con los de la contraría, fundiendose en un beso amoroso.

— Te amo Yoshi.

La puerta de la habitación fue abierta, Akira se asomó y dijo.

— Yoshiro, tengo condones por si necesitan.

— ¡Abuela!

Yachi dejo de funcionar.

Solo tengo una cosa que añadir.

Los Kurosaki son una familia muy rara.

Si notas alguna falta de ortografía, no dudes en comunicármelo.

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