𝙳𝚎𝚜𝚌𝚊𝚗𝚜𝚘 -𝙲𝚊𝚗𝚜𝚊𝚗𝚌𝚒𝚘-
México estaba en una habitación junto a su hija, ya habían pasado 4 meses desde que se entero de su embarazo.
Rusia entró algo apurado, con el biberón de Kokoro.
Rusia-¡Ah! ¡Tu hija come mucho! ¡¿Cómo una cosa tan pequeña come demasiado?!
México-No sé, descansa, estás muy tenso.
Rusia-Tienes razón... Debería relajarme...
Rusia se sentó al lado de Kokoro, vió sus resplandecientes ojos, parecían los de México, tan coloridos y llenos de emoción. De repente, una sensación paterna invadió su cuerpo y soltó a Kokoro, era una nueva sensación, tenía miedo.
México-¿Todo bien, Rusia?
Rusia-Yo.... Tengo que... Dormir a Kokoro.
Rusia cargó a Kokoro y la llevo a su cuna, volteó para todos lados y al asegurarse de que no había nadie cerca empezó a jugar con Kokoro.
Mientras, México estaba en la habitación, le dolía demasiado el vientre, de la nada se paró y corrió hacia el baño y vómito. Rusia al escuchar eso fue rápidamente por México.
Rusia-¡¿Estas bien?!
México-Si... Solamente... Dame unos segundos, a la verga.
Rusia escuchaba a México vomitar, siempre repetía y no sabía porqué.
Rusia-¿Te sientes mal?
México-Si, ¡por cargar estos huercos! ¡En serio me la pelan todos! ¡Y tú Rusia, traeme unas papitas, me dió hambre!
Cada cierto tiempo México cambiaba de actitud, a veces estaba calmado y de la nada enojado y agresivo. Era imprescindible cuando cambiaría de actitud y Rusia tenía que soportar los cambios de humor tan repentinos que tenía México.
Aparte de todo los cambios de humor, México tenía muchos antojos de la nada y Rusia tenía que buscar el mismo dulce o antojo que tenía México, aunque el dulce no se venda o se agote, siempre tenía que encontrar el dulce.
En fin...
Un día, Rusia pensaba en esos hijos de México, él se iba a encargar de esos bebés pero también quería que los padres biológicos se hicieran cargo de su descendiente.
Hizo varias cartas y las mandó a los hogares de los respectivos padres.
Mientras hacía eso, se sentía culpable por hacer que México escapara, tal vez... Si hubiera hecho más delicados con él, no tendría ese repentino embarazo. Aun así, si él hubiera sido más delicado con México, México ya estaba embarazado desde un principio, por los variados abusos sexuales que tuvo.
Rusia-Kokoro... Yo... Voy a proteger a tu padre y tus hermanos, pero... ¿Sabes lo que quiero más en esta vida? Cuidarte y.... Ser tu padre, aun así, tienes genética de Japón, no puedo hacer nada, pero... Aun así te quiero.
En ese momento México escucho a Rusia y con curiosidad quiso saber que pasaba.
México-¿Con quien hablas, Rusia?
Rusia-¡Con nadie! Tú deberías estar en tu habitación descansando.
México-¡No voy a ser inservible!
Rusia-Ya veo, sabes, debes de dormir, no sé cómo soportas a esos niños así que te recomiendo que descanses.
México-Esta bien, pero necesito ver a mi niña.
Rusia llevó a Kokoro con México a lo cual éste se mantuvo más calmado.
México-Sabes... Ella... Es por lo cual sigo vivo... Mi rayo de luz...
Rusia escuchaba esas palabras mientras pensaba en lo que le había pasado a ese chico que lo cuidaba con una sonrisa.
Rusia quería llorar al escuchar esas palabras hasta que vió a México, no había muerto ese chico, solamente tiene miedo. Rusia fue con México y lo abrazo.
Rusia-México... Por favor... Perdoname... Perdoname por lo que hice... Te.... Amo... Y... Te amaré hasta mi último aliento por la simple razón de que... Eres el padre de mi hijo...
México-¿Me... Me prometes cuidarme y no volver a hacerme daño? ...
Rusia-Te lo prometo....
México-Gracias...
Ya habían pasado 2 semanas, la relación entre Rusia y México no pasaba de compañeros de cuarto.
Aún que Rusia amaba a México no quería molestarlo o incomodarlo. Aparte de que la relación de Rusia y México se había vuelto más estrecha, la relación entre Kokoro y Rusia era como padre e hija.
Rusia siempre consentía a Kokoro, la chiflaba con todo lo que quería Kokoro, siempre que iban a un lado, Rusia le compraba todo lo que quería.
Kokoro extendía la mano a lo que quería y Rusia lo compraba.
Un día, Rusia, México y Kokoro estaban en el centro comercial, estaban buscando ropa y juguetes para Kokoro y los bebés que venían, hasta que Kokoro le interesó un juguete algo caro.
Rusia-¿Qué pasa, Kokoro? ¿Te interesó esto?
México-Ay wey, esta muy caro esa madre, esa muchachita esta muy consentida.
Rusia-Vamos, mira su carita, por favor.
México-No... Kokoro ya tiene demasiados juguetes y no son baratos.
Rusia-Lo sé, pero... Si me dejas comprarle a Kokoro esos juguetes... Te compraré todos tus antojos.
México-Maldición... Bien, solamente UNO.
Rusia-¡Claro!
Rusia sonrió y fue, junto a Kokoro, a la juguetería. Compró varios juguetes para Kokoro y para los bebés. Rusia estaba demasiado feliz al ver la sonrisa de Kokoro.
Cada vez que veía la sonrisa de Kokoro, sentía la misma sensación que sintió al conocer a México, una sensación de alivio y amabilidad salía de esa sonrisa. Tal vez no pudo proteger a México, pero protegería a Kokoro con sus puños, era su querida hija... Su pequeña...
Rusia se sentía en una familia, amado y querido por alguien.
México-Veo que quieres mucho a Kokoro...
Rusia-Si... Es... Mi pequeña.
México-Gracias Rusia, sabes... Parece tu hija, la cuidas mucho y la consientes demasiado, parece que es tu hija.
Rusia-Jajaja, bueno, yo la siento como mi hija, es mi niña, me he encariñado demasiado.
México-Vamos Rusia, vamos a dormir.
Rusia-¡Espera! ¿Vamos a... Dormir juntos?
México-Si, ¿por qué no? Me siento seguro contigo.
Rusia-Bueno, si tú deseas.
Esa noche Rusia y México durmieron juntos, como una pareja. Por fin ya no se sentía vacío.
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𝖴𝖿, 𝖽𝖾𝗌𝖽𝖾 𝖾𝗅 𝗂𝗇𝗂𝖼𝗂𝗈 𝗆𝖾 𝗌𝖾𝗇𝗍𝗂́𝖺 𝗌𝗂𝗇 𝗂𝗇𝗌𝗉𝗂𝗋𝖺𝖼𝗂𝗈́𝗇 𝗁𝖺𝗌𝗍𝖺 𝗊𝗎𝖾 𝗉𝗈𝗋 𝖿𝗂𝗇 𝗉𝖾𝗇𝗌𝖾́ 𝖾𝗇 𝗅𝖺 𝖿𝖺𝗆𝗂𝗅𝗂𝖺 𝖽𝖾𝗅 𝖾𝗇𝗏𝖺𝗌𝖾 𝖽𝖾 𝗅𝖾𝖼𝗁𝖾.
𝖢𝗈𝗆𝗈 𝖾𝗅 𝗆𝖾𝗆𝖾 𝖷𝖣:
𝚅𝚘𝚝𝚎𝚗 ☆
𝙶𝚛𝚊𝚌𝚒𝚊𝚜 𝚙𝚘𝚛 𝚕𝚎𝚎𝚛 ✎
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