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ᑕᗩᑭí丅ᑌᒪᗝ #7

—¡Hola! —Sonríe.


Jungkook se sienta frente a Jimin, como si nada hubiera pasado, como si desaparecerse fuera parte de él, y el pobre de Jimin, todavía asustado por su culpa.


—¿Dónde carajo te metiste? —Mirándolo, alterado—. ¿Por qué te fuiste así?

—Mirándolo—. Pero, ¿qué pasó? ¿Por qué te pones así? —Desconcertado—. Solo me fui por un momento, Mimi, te dejé cuidando.


Saca una bolsita de color rojo y la deja en sus piernas.


—¿Por qué no me lo dijiste? —Resoplando—. ¿Y esto?

—Lo siento, no te pongas así, ¿sí? —Se acerca y le da besos—. Ábrelo, es para ti; espero que te guste.

—Ok... —Resoplando, abrió la cajita y se quedó asombrado—. Por la luna no, esto es mucho, son Cartier. ¡No! O sea, Jungkook...no... tenías que hacerlo...

—Mirándolo—. No quiero saber si es mucho, no quiero saber si debía o no hacerlo. Yo solo quiero saber si te gustaron o no. Me gustaría verlos siempre que puedas, ¿sí?


Jungkook, no se reconocía, pero no le importaba en realidad. Es la primera vez en 28 años que se daba esta oportunidad, así que lo seguirá haciendo como hasta ahora. Por lo que seguía mirando a Jimin, se levanta, toma la cadenita y se la coloca en su cuello, muy tierno él.


—¡Ya! Te queda muy bonito. —sonríe y vuelve a sentarse.

—¡Gracias, está muy bonito todo, Kook, la verdad! —Mirándolo.

—¡De nada! Las cosas se le regalan a la gente especial —sonríe y le llega otro email que lo estaba contestando—. Vamos a bañarnos para ir a cenar con el abogado. Espero que la noche no sea tan larga de trabajo. —Lo besa en esos labios pomposos que tanto le gustan.

—¿A quién le contestas? —Son celos o quería saber más del alfa—. Ok, vamos —mirándolo.

—Es otra confirmación de mercancía llegada hoy; me lo confirman a través de emails. ¡Sí, vamos! —Lo agarra de la mano—. Ahí están la sortija, pulsera y aretes; no los vayas a extraviar, ¿ok? —Iban al auto para ir al hotel.

—¿Cuánta mercancía haces? ¿De dónde la sacas? ¿Algún día saldrás? —Guarda sus otros regalos en su bolsa.

—Entran en el auto—. Bueno, a la semana tráfico más de $20 millones en diamantes, que los vendo el doble o el triple, todo depende. Yo no se los robo a nadie —Él siempre recalca que no es ladrón—, los saco de mis minas, tengo varias en el mundo —mirándolo—. Algún día saldré, ¿de dónde?

—¿No tienes miedo de que alguien te delate con la policía, Kook? Pues, qué si saldrás de ser eso... traficar tus diamantes, la mafia, todo eso...

—Más miedo tengo de que me maten a que me delaten, ¿sabes por qué? Porque es más probable la muerte que el encierro —así de crudo él—. Quizás sí, si tengo alguna razón fuerte en mi vida, lo haría, me alejaría directamente de la mafia, aunque no me podré desligar de ella nunca. ¿Por qué?


Jimin lo mira y se queda sin palabras.


—Solo pregunto... ¿Cuál sería esa razón tan fuerte que podría hacerte salir? — curioso el omega.

—Piensa—. Quizás una persona especial, a la que ame mucho y me dé razones de más para seguir aquí sin provocar que me maten, o quizás una enfermedad, que me entierren a 2 metros bajo tierra, pero es muy probable que lo deje por una persona especial —mirándolo—. A veces, tener muchos millones no te hace feliz; siempre hay que complementar con más cosas que uno las carece. No sé si me entiendes.

—Lo miraba—. Quiero pensar que te entiendo, no sé...

—Sonríe—. Sé que no me entiendes, pero no te preocupes por eso, ¿sí? —Le acaricia los cabellos—. ¿Te gustaría cenar en el hotel o que vayamos a fuera?

—No, está bien cenar en el hotel...


Jungkook y Jimin van de regreso al hotel. Después de un baño y un poco de cariño, fueron a cenar al "Feast International Gourmet Buffet" del hotel.

Al culminar la cena, fueron directo al "Telepresence Room", en donde iban a tener la reunión sobre el caso de Roberto Quintero. La reunión se extendió hasta las 11:30 p.m., pero al fin llegaron a un acuerdo y entendimiento.

Después, Jungkook y Jimin fueron a un merecido "Couples Treatment Room" para pasar un momento relajado en el spa.

Así pasó el miércoles.

Era jueves, 12 de diciembre de 2024.

Fueron al Tribunal de Primera Instancia de Sídney para el caso a las 9:00 a. m.; fue extenso, pero al final Roberto Quintero salió libre bajo palabra y sin ningún cargo.

Ese mismo día, después del juicio, se regresaron a Queensland. Jungkook dejó a Jimin en su casa, pero con su vigilancia, como siempre.

Era viernes; solo se vieron en el trabajo. Jimin no supo de Jungkook en toda la noche; eso era raro para él.

Era sábado, 14 de diciembre de 2024. En todo el día Jungkook no había escrito, no había llamado y, mucho menos, había ido por la casa, por lo que Jimin estaba un poco bajonado.

Jin lo invitó para irse de fiesta esa noche a un club. Jimin no quería al principio, pero después se alistó.

—¿Estás listo para pasar la mejor noche de todas? —Jin le sonríe a Jimin, que no le devolvió la sonrisa—. ¿Se puede saber qué te pasa? Todo el día has estado pensando, ¡caray!

—No, nada... tranquilo... ya estoy listo para pasarla BIEN —sonríe—. ¡Vamos! —Se terminó de arreglar el maquillaje—. ¿Listo?

—¡CLARO, MINNIE! Estoy listo, hoy sí que vamos a ver a alfas guapos, ¡WoOhOo! —Jin, emocionado—. Estoy pensando a qué club vamos a ir. Mientras vayamos en el auto veré qué hay bueno hoy — buscaba en su celular—. Oye, ¿al jefe ya se le aguantaron las ganas de joder?

—Bueno, Hard Rock Café, está como a 25 minutos de aquí, podemos verificar ahí —mirándolo y sonríe—. Ni idea, no sé nada de él, así que seguro que sí se le bajaron las joder. ¡Vamos! —Buscando sus llaves.

—Bueno, vamos al Hard Rock, quizás allí el ambiente está bueno. Espero que no haya bandas, así no están allí los greñudos y sucios surfers —se ríe Jin—. Mmmm, es raro que haya desaparecido así, o haya dejado de joder. Ayer en el trabajo, ¿no te jodió? —Caminaban al auto.

—Se ríe—. ¡Estás loco, Jin! Estuvo jodiendo lo normal, pero más con el trabajo, nada más —entraba al auto.

—Se ríe—. Bueno, quizás encontramos un greñudo para nosotros, ¿qué crees? —Ya iban de camino al lugar—. Insisto en que es raro que él no siga jodiendo. No sé, pero como que necesitamos un lugar de más glamour. Estamos muy costosos, vestidos —Piensa.

—Ay, Jin, ya déjalo quieto, luego aparece y estás histérico, quejándote de que no te gusta, ¡quién te entiende! ¿A qué otro lugar? Yo lo que quiero es tomar y bailar, nada más.

—Ay, no seas tan odioso. Vamos a tomar y bailar al Hard Rock, ¡yay! Necesito emborracharme hoy por la pérdida de mi bolsa —se ríe—. Y tú, ¿por qué te vas a emborrachar?

—Porque ese alfa me hace falta —se ríe.

—IMBÉCIL, MINNIE —Jin se burla de su amigo.


Ellos se fueron directo al Hard Rock Café, se estacionan y entran sin pensarlo. Había buen ambiente y música; no tardan Jimin y Jin en buscar su trago e ir a bailar.

Como a eso de las 10:00 p.m., Jungkook estaba con Namjoon en su casa, pero en el área del bar. Había estado llamando a Jimin hace una hora y no contestaba; estaba muy molesto.


—¿Qué rayos te pasa? —Nam lo miraba con la ceja levantada.

—Llevo una hora llamando a Jimin y no me responde.


Jungkook le marcaba al guardaespaldas que se supone que está vigilando a Jimin.


Ya te mando al carajo, JK, ¿tú sabes lo que tú jodes? —se ríe.

—El GE, contesta—. ¿Sí, señor?

—¿Puede decirme la ubicación de Jimin ahora mismo?

—Está en el Hard Rock Café de la Surfers Paradise Blvd, está con Jin, su amigo, par de chicos alfas y betas que se han unido a ellos. Jimin está con un Martini Apple en la mano; es lo que ha estado tomando desde que llegó.

—¿Cuántos martinis se ha tomado?

—Tal vez unos 5 en dos horas, ¿por qué, señor, alguna indicación?

—Procura que NO se mueva de ahí, ¿ok? Y si hace algún movimiento de irse, me lo indica; iré para allá ahora.

—10/4, señor, y no se preocupe, estamos en contacto. ¿Algo más, señor?

—NO, eso es todo, ¡gracias! —Colgando—. ¿Te quedas o vienes conmigo? —le pregunta a Namjoon.

—¿Por qué rayos me voy a quedar? Yo voy contigo, no sé qué locura vas a hacer. Cabrón, deja a ese omega en paz —mirándolo.

—Si pudiera dejarlo en paz, lo hubiera hecho, Nam —con seriedad le contesta. Buscaba sus llaves y salía a pasos rápidos.

—Sale corriendo tras de él—. Pero espera, ¿cómo es que no puedes, qué carajo te pasa? Ayer y menos hoy, en todo el día te dio con joderlo. ¿Cuál es el problema de joderlo? Si se está divirtiendo, idiota, vamos a joder con nosotros, ¿sí? —Entra en el auto antes que arranque sin él.

—Porque estuve ocupado ayer, Nam. Estos asuntos, él NO los sabe, por lo tanto, necesitaba estar solo, aparte de que estuvimos aquí haciendo las transacciones. Jimin me dijo bien claro que no tocaría mi casa viendo las cosas que suceden allí. Pero no sé qué carajo me pasa con ese omega que me pone mal.

—Es sencillo, JK, Jimin te gusta, te importa y te interesa, eso es lo que no te acabas de meter a la cabeza, ¡eh! —Mirándolo—. Pero ¿tú no dijiste que él sabía de tus mierdas? Aquí está su hermano haciéndolas contigo, o sea... ¿Qué ese omega no sabe, que te gusta?

—Sabe, pero no del todo, Nam —mirándolo—. No sabe cómo lo hago, de qué manera, cómo son las cosas; solo sabe lo que yo hago, no los involucrados. Y NO quiero que Taemin lo vea involucrado, ¿entiendes? Sí, si me gusta, lo admito, me fascina, me vuelve loco.

—Piensa—. Esto es algo complicado, ¡la verdad! Y tú, como los locos, metiéndote a buscarlo en los lugares en que puedes correr peligro tú. Te pueden matar, anormal; piensa mejor las cosas. Yo sé que no lo quieres involucrar, eso está bien, pero si se llega a enterar Taemin y Min-Ki que te estás metiendo con su omega, les dará el ataque. Creo que ya el corazón te hace tucu-tucu cuando estás en estas loqueras. ¡Por la luna! —resopla.

—Qué me importa. La verdad, no me interesa. Además, NO voy solo y tú lo sabes. Cállate, Namjoon, cuando tú pases por lo mismo, de seguro me dirás: "Cabrón, te entiendo".

—¡POR LA LUNA! Creo que mi amigo perdió la cabeza, ¡se enamoró! —Resopla—. Si te matan, te juro que me muero contigo, ¡eh! Imbécil, cuídate.


Llegan al Hard Rock Café.

Jungkook se estaciona y, por supuesto, todo el mundo queda babeado con el auto.


—¿JK, no lo vas a llamar antes de entrar ahí? —Mirándolo—. ¿O qué rayos piensas hacer?

—Namjoon, ¿tú te crees que con la música va a escuchar?

—Resopla—. Voy a bajarme contigo, no te dejaré entrar ahí solo, ¡eh!


Ambos se bajan del auto; omegas y betas estaban babeados por ellos. Entran serios, sin mirar a nadie, y comienzan a buscar por todos lados a ver si los veían.

Jungkook lo divisó a lo lejos en la pista de baile.

Jimin bailaba con un alfa de lo más sensual.

Cuando Jungkook llega a donde él, lo saca por el brazo de la pista de baile y lo lleva a un lugar de mesas en el área VIP.

Jimin estaba gritando porque no sabía quién era, hasta que lo vio.


—¿Qué te sucede? —Molesto—. ¿Ahora dará el espectáculo del año, Sr. Jeon?

—¿El espectáculo del año? —Mirándolo sin ninguna expresión—. ¿Acaso estoy gritando o haciendo un espectáculo? Te estuve llamando más de 30 veces, no me contestaste, aquí estoy, ¡buscándote! Así que vámonos de aquí AHORA —le agarraba la mano para caminar y Jimin se rehusaba.

—Estás equivocado, NO me iré contigo —se soltaba—. Vine con Jin y con él me voy. Además, te desapareciste por más de 24 horas, así que yo hago lo mismo, Sr. Jeon, que cuando le da la gana aparece, atiende y cuando no, pues ignora. Con su permiso. —Caminaba hacia donde estaba.

—Lo agarra del brazo—. A mí no me importa con quién viniste; te vas conmigo ahora. No aparecí porque estuve ocupado en cosas de las que no te gusta hablar; me desocupé y quise buscarte y TÚ te largaste de fiesta, ¿no? No es que NO me dio la gana de llamarte o verte; te vas conmigo, Jimin, ¡VAMOS! Ahora dime tú, ¿te hice falta en 24 h? ¿Te preocupaste por mí? ¿A qué no pensaste si me habían matado?

—Disculpa, Sr. Jeon, para otras cosas llamas; al menos, podía haberse comunicado y decir: "Estaré ocupado, así no lo joderé a lo que me desocupo". Cállate, Sr. Jeon, usted no sabe ni lo que dice. Me voy a seguir de fiesta, allá usted sí quiere seguir viendo —se soltaba y continuaba el camino.

—Lo agarra de la cintura y lo trae de nuevo a dónde estaban—. Ya deja de decirme, Sr. Jeon, soy KOOK, SOY KOOK. —Resopla—. Perdona por no llamarte, en eso fallé, pero eso no te daba derecho de irte de fiesta y yo, sin saber nada, estés tomando y BAILANDO con alguien más. YO NO ESTABA con omegas. ¿Qué no sé lo que digo? TÚ sabes que en cualquier momento me matan, tú lo sabes, hay que ser realistas. Cuando me muera, no me vengas a llorar, ya que estás despreciando el momento conmigo.

—Esas amenazas conmigo no van, Sr. Jeon. Y basta de dañarme la noche; yo no se la dañé a usted. Vuelvo a decir, si me disculpa, sigo con mi asunto... —Volvía a caminar.

—¡Tú me obligas a hacer cosas que no quiero! —Resopla.


Jungkook le hace señales a uno de los guardaespaldas para que se lleve a Jimin al auto.

El alfa va donde Namjoon que se encargue de Jin, y él camina a su auto. Allá estaba peleando Jimin con el guardaespaldas, sentado en el auto, porque no podía salir.

Jungkook llegó al auto y entró. Jimin estaba rabioso y bien alterado.


—¿Ya ves lo que provocas? Ahora te vas conmigo, aunque no quieras —enciende el auto y arrancaba—. Nos vamos a donde yo quiero ahora.


Jungkook manejaba con seriedad; Jimin estaba rabioso, y así, de la nada, comenzó a darle golpes e insultarlo.


—¡Te odio! ¡Te odio! ¿Por qué me persigues? ¡Déjame en paz! No quería venir a Australia; déjame vivir mi vida y hacer lo que me plazca.

—¡Cálmate! ¿Por qué te pones así? ¡Por la luna! En ningún momento te estoy tocando o maltratando —mirándolo y el omega le seguía golpeando, pero fuerte—. Me estás golpeando fuerte en la cara, me vas a marcar. —Por poco tienen un accidente—. ¡JIMIN, YA BASTA! ¿Por qué rayos me odias? Yo no te he hecho nada. Si no querías venir a Australia, no era por mí, así que no la cojas conmigo.

—No me dejas en paz, ¿por qué no me dejas beber y disfrutar mi vida?

—¿Por eso me odias? ¿Jimin, por eso? Ya veo que ni tan siquiera te importan mis detalles contigo, que las cosas que pasaron en Sídney las olvidaste. Ni tan siquiera mi regalo, que imagino que no volviste a ver. No me importa si no te dejo beber o disfrutar; ya basta con lo que has bebido y con lo que le has culeado al tipo aquel. —Iban rumbo a la casa de Jungkook.

—Ay, por la luna, que le culeé y que ocho cuartos, solo bailamos —resoplando.

—Jimin, lo estabas haciendo, estabas bailándole de espaldas, rozándole la pelvis. NO DIGAS MENTIRAS, ¡yo te vi! Ni a mí me has hecho eso cuando hemos estado juntos —mirándolo—. ¿Lo conocías acaso?

—¿Para qué necesitas que te roce? Así te pones cuando me penetras... Ningún omega te ha durado como yo...

—NO QUIERO QUE LO HAGAS CON NADIE, ni con ropa, ¿ME ENTIENDES? Me encabrona verte haciendo eso, Jimin. Ajá, solo YO debo penetrarte, ¡nadie más! Por eso eres todito mío, así de fácil.

—¿En qué parte de mi cuerpo dice que soy propiedad del Sr. Jeon? Deja las estupideces, Jungkook.

—¡Oh, ahora hablo estupideces! Primero me dice que me odia; segundo, que no lo dejo en paz. Ahora hablo estupideces, soy lo peor de este mundo, ya deben venir a sacar el AK-44 y matarme de una buena vez. —Resopla.

—¡LO QUE SEA, Sr. Jeon!


Jungkook no dijo nada más en lo que quedaba de camino.

Llegaron a la casa del alfa y aún había gente allí, por lo que él procuraría que Jimin no bajara al club.

Se estacionó y, antes de que él se bajara, ya el omega había bajado.


—Hey, ¿a dónde vas?


Jungkook estaba tratando de aguantarlo; ya estaba algo borracho.


—¿Cómo que a dónde voy?


Jimin seguía caminando, entrando a la casa y derechito al lugar donde había licor; quería tomar más.

Cuando el omega bajó al club, vio a tres de los amigos de Jungkook teniendo sexo y se quedó en shock.


—¡JIMIN! —Cuando llegó, lo que ve, no le gustó—. Oh, la luna, vámonos de aquí, por favor. —Lo agarra de la mano para subir—. Vamos, Jimin — tratando de que él no viera lo que estaban haciendo—. Jimin, no mires para allá. ¡Vamos, vamos! —Casi llevándoselo arrastrado.

—¡NO! ¿Por qué? Fíjate, ¿por qué no nos unimos a la fiesta?


Jimin fue quien lo empujó por completo, sentándolo, y se le sentó encima a horcajadas y lo besó.


—¿Qué, al final, lograste tu objetivo? Que yo estuviera aquí contigo, teniendo sexo como los demás, ¿no?


Jimin le mordía el labio y acariciaba el pecho por encima de su camisa; llegaban sus manos a casi su miembro, que ya lo tenía palpitante.


—¡BASTA, JIMIN! No tenía este tipo de intenciones —tapándolo de atrás, que no se le viera nada—. Vámonos de aquí, ¡AHORA! —Se levantaba con Jimin encima y le subía jeans; ya lo tenía a mitad de nalga y tenía una tanga—. Yo podré ser hijo de puta, el peor, pero NUNCA tendría sexo contigo de esta forma, ¡eh! Así que te calmas, que esa no era mi intención. Sube ahora mismo. —Molesto, lo agarra del brazo y hacía que subiera.

—¡Salvaje! Entonces, ponte a pensar que, si me vas a seguir trayendo a tu casa, asegúrate de que no vea esas cosas. Puedo soportar cualquier cosa, menos eso —mirándolo—. Subo cuando se me da la gana —buscaba algo de tomar—. Y hazme el favor, así como me mandas a mí a hacer cosas, pues dile a esa gente que se vaya... así de rápido —chasqueando los dedos.

—Sube, ahora te digo Jimin, yo les diré que se vayan, ¡pero subeee! —Molesto—. No te preocupes, que para la próxima te llevo a la isla, ¡eh! —Resopla—. YA BASTA, se acabó la fiesta, es hora de LÁRGARSE, ¡buenas noches! —Le prende la luz y los manda a irse. Ellos, molestos, se iban parando, tomaban tragos y se iban—. Ya, ahora tú subes y PUNTO, Jimin —lo imitaba chasqueando los dedos.

—¡Estúpido! — susurraba y se iba.


Jungkook, que iba detrás de Jimin, se reía cada vez que el omega iba de lado a lado y se metía en la habitación que no era.


—¿Estás perdido, acaso necesitas ayuda? —Mirándolo sonriente.

—No me causa gracia —dijo enojado, y seguía caminando.

—Pero ¿quién se está riendo? Solo te ofrezco ayuda, ya que no sabes a dónde vas. —Seguía caminando detrás de Jimin—. Oye, ¿te llevo? —Se ríe y lo agarra en brazos directo a la habitación. Jimin no la había visto y se quedó impresionado.

—¡Por la luna! —mirando la habitación—. Ya veo por qué te gusta tanto esta casa.

—Me gusta esta parte de la casa más que cualquier otra; paso mucho tiempo en mi habitación, solo pensando, analizando y viendo mi futuro —mirándolo—. ¿Te gusta? Mmmm, tú me gustas cómo estás vestido. —Mordiéndose el labio.

—Estás aprovechándote de mi embriaguez, ¡eh! —mirándolo—. Puedes bajarme...

—¿Aprovechándome? Pero es que no te he hecho nada, solo te pregunté si te gusta mi habitación y que me gusta tu ropa. —Resopla y lo baja con cuidado—. Creo que debes bajarte de esas plataformas si no quieres romperte un pie. —Mirándolo, Jimin tenía unas botas con plataforma.

—Peor he estado yo y aún sigo en estas cosas, ¡eh! —Aunque igual se quitaba las botas y se tiraba en la cama—. Mmmm, qué rica —se mordía el labio.

—¿Te gusta beber? Mmmm, creo que eso cambiará un poco luego de hoy, ¡eh! —Se sube encima del omega mirándolo—. No te muerdas, que me dan ganas de besarte —seguía mirándolo fijo—. Mmmm, ese cierre, ¿baja bien? —Se refiere al que tiene la camisa de Jimin en el centro; al parecer abría de par a par.

—Ajá, ¿quién dice que eso cambiará? —Mirándolo—. Sí, él baja bien, ¿por qué?

—Yo digo que cambiará y ya. —Mirándolo.


Jungkook le fue bajando el cierre sin dejar de mirarlo, hasta que la camisa se abrió en dos, dejando al descubierto sus pezones. Bajó los jeans y salió a la luz un bóxer mini tanguita, se mordió el labio y comenzó a besarlo. Bajaba por el cuello, recorriendo todo su cuerpo hasta el vientre; entre besos lo hacía una y otra vez, haciéndolo gemir con tan solo besos.


Mmmm —jadeaba el omega—. Y, ¿por qué lo dices, Sr. Jeon? —Se mordió el labio — Mmmm...

—Porque me gustaría que algunas cosas cambiaran, más a mi gusto.


El alfa se muerde el labio y seguía besándolo en su torso; no aguantó más y se pegó a esos pezones que lo volvían loco, haciéndole de todo, succionándolos, mordiéndolos, apretándolos. Tenía al omega jadeante y gimiendo a tope.


—Me encantas, Mimi. ¿Te gusta? Mmmm, dime si te gusta. —Jadeante y Jimin disfrutándoselo todo.

—Mmmm, me gusta, alfa, me gusta —gemía y entrelazaba sus dedos en el cabello del alfa—. ¿Qué cosas cambiarían?


Jimin lo subía y lo besaba mordiéndole el labio, le quitaba la camisa e iba por el pantalón.


—Casa, carro, costumbres, deberes, mmmm y quizás de estatus —le hablaba sensual—. Y cero, ponerte borracho como ahora...

—Jimin, le quitó el pantalón—. Cállate, estás loco de remate, mejor fóllame. —Le mordió el labio, le quitó el bóxer y le masajeaba el falo.

Jungkook no perdió el tiempo; ya Jimin estaba lubricado, así que en dos segundos lo volteó y lo penetró, se la dejó ir toda, entraba, salía y chocaba con sus huevos en sus nalgas, muy rico.

Jimin le dijo que quería la lechita en las nalgas, así que cuando iba a terminar, se la sacó y se las bañó de rica leche caliente.

—¡Por la luna! —El omega se estaba recuperando de ese excitante momento.

—Jungkook, lo acercaba a él—. Mmmm, ¿sabes qué es lo bueno de hacértelo? Se te bajó la borrachera —sonríe y besos—. A ver, cómo aquí soy el que da órdenes —con la ceja levantada—. Te vas a quedar aquí conmigo el fin de semana —besos—. ¡Me encantas, omega! —mirándolo.

—Se ríe—. Mmmm, entonces quiero beber más —le mordía el labio—. No me importa, yo no soy domable. ¿Qué fin de semana? Ya mañana... ya hoy es domingo. —Con la mitad de su cuerpo encima de él—. Mmmm, ¿será posible que NO me levantes a las 8:00 a. m.?

—¿Qué vas a beber tú? A dormir mejor —se ríe y lo besó. Él seguía acariciándole el culo—. Pues, yo sí te domaré, ya verás, no me subestimes, no me conoces bien. —Besos—. Puede ser posible que no te levante a las 8:00 a.m., puede ser. Yo, si me tengo que levantar temprano, es domingo de trabajo —sonríe.

—Mmmm, bueno, después no te quejes, ¡JUM! No me domarás; si sigues así, tendrás dolores de cabeza de mi parte... haz un día sin trabajo, ¡caray! UN DÍA —se acomodó en el pecho de Jungkook.

—Besos en la cabeza—. Cuando logre domarte, pensaré en no trabajar un día —pensaba en voz alta—. ¿De qué me voy a quejar, a ver? No tendré dolores de cabeza con usted, así que tranquilo y duérmase en mi regazo; me encanta que lo haga. —Se escuchó tan tierno para Jimin.

—AH, pues, qué lejos lo veo —se ríe—. Vamos a dormir —se acomodaba mejor y una de sus piernas quedaba entre las piernas del alfa.

—Bueno, si lo ves lejos, quiere decir que no te importa que deje de trabajar tanto, pero bueno, así son los omegas. Vamos a dormir. Que descanses, lindo omega —Besos—. Que sueñes bonito. —La mano de Jungkook estaba en el culo de Jimin, acercándolo a él.

—Le pone un dedo en la boca—. Shhhh... dijiste que nos fuéramos a dormir. —Le dio un beso mordiéndole el labio y, volvió a acomodarse.


Jungkook y Jimin quedaron dormidos al poco rato.

Era domingo, 15 de diciembre de 2024.

La señora que se encarga de la casa de Jungkook llegó a limpiar el club y a hacerle desayuno.

El alfa, como siempre, duerme pocas horas y tenía que despertar temprano para trabajar.

Se despertó a regañadientes, desayunó solo un poco; no tenía mucha hambre. Luego se fue a trabajar en la sala de estar para que nadie molestara.

En eso estaba hablando con un cliente de una transacción y Jimin lo escuchó.

¡Hola Roommates!


Espero que todo esté bien y la estén pasando felices ʕ • ́؈ • ̀)


Aquí tenemos un nuevo capítulo, delen mucho amor, espero que lo disfruten y no se olviden regalarme ★'s y comentar que tal les pareció.


¡Hasta el próximo capítulo!XOXO♥ ᒍOᗩᑎ

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