
ᑕᗩᑭí丅ᑌᒪᗝ #24
—¡Hola!
—Hablan del restaurante. Es la habitación de Jeon Jungkook, ¿cierto? ¿La Presidential Suite A435? Usted pidió cereal, Nutri Grain, fresas, blueberries y leche, ¿cierto? —Lo estaba diciendo como para que alguien más lo escuchara.
Jimin pensó un momento antes de contestar, ya que es raro que llamara alguien que no conoce para indicarle lo que él ordenó.
—No, no he ordenado nada.
—Sí, usted me ordenó esto, no hace ni 15 minutos, señor, necesito que me confirme la información, por favor.
—Pero es que le estoy indicando que no he ordenado nada, señor. Además, ¿no se supone que si uno ordena la orden, llegue sin tener que llamar para indicarle a su cliente lo que ordenó? Es como que ilógico, ¿o usted me está queriendo ver la cara de pendejo?
El tipo colgó el teléfono.
Poco tiempo después tocan la puerta.
Jimin se levantó algo asustado, fue a ver si era su merienda; él solo ve al camarero, por lo que abrió con algo de temor.
Agarró la merienda y se encerró nuevamente.
Pasaron pocas horas.
Jungkook sale de la junta y en eso se encuentra con Cecilia, nuevamente.
—¡Oh! Qué bueno verte de nuevo, Jungkook. El destino es tan inteligente —sonríe—. ¿Dónde dejaste al flaquito? —Se le acerca.
—Mirándola— No, Cecilia, el destino no es inteligente, tú te estás queriendo pasar de lista y, si me disculpas, tengo cosas que hacer... —Caminando.
—¡Espera, Kook! ¿No te da ni un poquito de gusto verme? —le sonríe nuevamente—. Tú crees que ese omega, con quien estás, ¿es más guapo que yo? ¡Ay, por favor, Kook! Y si no quieres que lo joda a él, entonces no me huyas, porque sabes que tengo todos los medios para que se aleje de ti, ¡eh! —mirándolo y lo agarra de la camisa, besándolo.
—¡BASTA! No, si me hubiera dado gusto verte, ya te tuviera en mi cama, cosa que no pasará, ¿ok? —la alejaba bruscamente—. Sí, busca los medios que te dé la gana, a mí no me importa; cuidado y no te salga, bravito el flaquito —caminando.
—Nos volveremos a ver, Jungkook, y ese omega no será feliz contigo, eso lo veremos —se fue muy enojada.
Jungkook entra al ascensor, llega a la suite y encuentra que está cerrada por dentro y no puede abrir.
Él comienza a tocar fuerte y llamar a Jimin.
—¡Bebé! ¡Jimin, abre! ¿Por qué estás encerrado, ah? —tocaba fuerte.
Jimin abre la puerta y Jungkook entra de inmediato, mirándolo con cara de ¿qué pasó?
—Es que pasó algo raro —responde—. Yo pedí una merienda, entonces me llama por teléfono un tipo que me recita todo: el número de la suite, tu nombre, la merienda que pedí y que sí era cierto. Les digo que NO y me dice que debía confirmar lo que ordené y les dije que NO es costumbre llamar al cliente para confirmar las cosas ordenadas, así que me colgó. Al rato, llegó mi merienda; abrí, los cogí y cerré rápido. Por eso estoy así, bebé.
—Mi amor, pero ¿estás bien? ¿No te pasó nada? —Lo miraba como revisándolo—. Estás nervioso todavía, no debiste de haber abierto así, te pudo pasar algo —lo abrazaba—. ¿Te comiste la merienda? Cuando nos alistemos, bajamos a cenar, ¿sí, mi amor? Cálmate, no te pasará nada; seguramente era alguien confirmando que estaba yo en este hotel.
A la mente de Jungkook se le reveló nada más y nada menos que Cecilia.
—Pues, de seguro, es la omega loca esa que nos encontramos allá en el centro comercial, ¡te lo dije! —piensa—. Ya tu ropa está lista; podemos cenar cuando gustes.
—Cálmate, Mimi, era ella, no te lo voy a ocultar, porque no tengo ninguna razón y menos nada que esconder. Me la encontré en el lobby y me besó —mirándolo—. Le dije un par de cosas y se largó. Espero que cuando bajemos, ella no comience a joder; si no, tendré que mandar a que la boten del hotel. —Le trata de dar un beso, pero Jimin lo alejó—. ¿Qué pasó?
—¿Cómo que te besó Jungkook? —mirándolo.
—Espera, mi amor, no es que NOS besamos, ¡eh! Ella me agarró de la camisa y me besó; yo la alejé y discutí con ella. Yo no tuve la culpa —mirándolo—. Así que no te pongas así, Jimin, ¿ahora no me vas a dejar que yo te dé un beso?
—Ajá, ¿y quién me garantiza que no te gustó su beso, Jungkook?
—Yo mismo te lo garantizo, ¿quién más? A mí fue a quien besaron —mirándolo—. No me gusta y menos me importa quién me lo dio, te lo dije desde que nos la encontramos, Jimin, ¿o no? —con seriedad y Jimin más celoso todavía.
—AJÁ, de seguro va a querer hacer de todo porque te la lleves a la cama. Vete a bañar, si vamos a salir. —Jimin estaba molesto.
—Park Jimin, es mi EX, lo que es EX, es EX, no cambia nada, 7 meses, NO SON NADA, ¿entiendes? No me la pienso llevar a la cama, ¿para qué? En 5 meses NO la busqué, la voy a necesitar ahora que te tengo a ti, ¿no lo piensas así? —mirándolo—. Porque ella, sea como sea, NO ME IMPORTA. ¿Más claro lo quieres? Sí, me voy a bañar y terminas tú. ¡AH! ¡Y analiza la situación, POR FAVOR! —Jungkook tomó el bóxer de su maleta.
—¡Ajá! —incrédulo.
—¿Así piensas estar TODA la fucking noche sin yo tener la CULPA? —mirándolo serio.
—Vete a bañar, Jungkook.
Jungkook se fue al baño molesto, tirando la puerta tras de sí.
Al poco rato, salió y se alistó para salir con Jimin a cenar. Estaba rogando que Cecilia no apareciera.
Ellos bajaron al restaurante y pidieron su cena. Antes de que se la trajeran, llegó un señor con unas cajas y las puso cerca de Jungkook.
Jimin, mal pensado después de todo, creyó que eran de Cecilia para él.
—¿También te enviará regalos? —se cruza de brazos.
—Mirando a su omega y resopla—. ¿Por qué mejor no preguntas para quién son, o de quién son? U otra pregunta que NO tenga que ver con Cecilia, Jimin —serio—, no son míos, SON para usted, don odioso.
Jungkook tomaba 3 cajas, desde la más grande hasta una pequeña.
Las pone frente a Jimin, una al lado de la otra, las abre y allí había una cadenita, una sortija y unos aretes de un diamante azul.
—Espero que te gusten, fueron hechos especialmente para ti —mirándolo.
—Con la boca abierta, sorprendido—, ¿en serio? —mirándolo—. ¿Esto es lo que dijiste que no sabías cuándo dármelo?
Jungkook lo mira con mucha ternura.
—Sí, mi amor, esto es lo que no sabía cuándo dártelo, además de otras cositas que tengo por allí, que son así: ropita interior y cositas sexy que no las puedes abrir aquí —le guiña el ojo y sonríe—. ¿Te gustó? Es lindo el color. A ver, dame tu opinión, ¿sí? Tener algo único, ¿no te hace especial?
—Anonadado—. ¿Son especialmente para mí? ¿Nadie las tiene? —mirándolo— Por la luna, me encantan, Koo-Koo, mil gracias —le daba besos—. Me siento muy especial —sonríe.
—Sonríe y le acariciaba la carita con ternura—. Sí, mi flaco, es especialmente para ti; nadie más las tiene. Lo escogí azul, porque es un color fresco y tranquilizante. Así eres tú en mi vida, mi amor —le daba más besos—. Me alegro de que te gusten, ERES especial, nunca lo dudes.
—Sonríe, dándole besos—. ¿Eso soy, en tu vida, algo fresco y tranquilizante? ¿De verdad? —mirándolo.
—Sí, mi nene hermoso, eso eres en mi vida, algo fresco y tranquilizante —besos—. Además de estabilidad, profundidad, lealtad, confianza, sabiduría, inteligencia, fe, verdad, eternidad...
—Besos— Gracias por los detalles, de verdad que mil gracias.
—Aún dudas que eres lo más importante para mí, especial y que me importa un carajo que aparezca el repertorio con los que estuve y TÚ eres el mío, el perfecto, con el que siempre quiero estar, ¿ok? —besos— Así que no seas celosito, que la Cecilia no te llega ni a los tobillos con todo y como es, ¡eh!
—Más vale que no se me aparezca de nuevo, porque la voy a agarrar de los pelos y barreré el hotel con ella —besos—. Gracias, mi amorcito —sonríe.
—Hey, tranquilo, pero qué peleonero me ha salido el flaquito este, por la luna —se ríe y besos—. Si aparece, que aparezca, ¿te importa eso? No sientes seguridad en ti mismo, mmmm tan guerrero y fuerte que te ves, ¡eh! —besó y le mordía el labio.
—Bueno, sirvo de ayuda en muchas cosas, ¿o no? —se ríe dándole besos—. Siento seguridad en mí mismo, más bien NO en ella y de lo que quiera hacer...
—Shhh, lo que quiera hacer ella, no me importa; ella lo que quiere es que yo la folle y se va a ir al carajo, ¡eh! Así que no te preocupes, que joda todo lo que quiera —besos, él no sabe que en la guerra y en el amor todo se vale y Jimin es pro eso—. Mmmm, ¿que si sirves para ayudar en muchas cosas? Uff, que sí, qué —se ríe.
—Mirándolo—. De ahora en adelante las cosas cambiarán... —dándole besos—. Mmmm, sí, sé que ayudo para muchas cosas... y mmmm, ¿la cena terminó? —le mordió el labio.
—Lo mira con la ceja levantada—. Tú sí que eres bien problemático, ¡eh! —se ríe— Uhhh sí, las cosas cambiarán, eso suena muy interesante. —Piensa—. Me encanta estar contigo, así que ya estamos viviendo juntos, lo sabes, ¿verdad? —mirándolo, acariciándole la cara— La cena termina cuando tú digas, mi amor.
—Me gusta ser problemático —se mordió el labio—. Sí, lo sé, vamos a vivir juntos... ¿Conseguirás una casa mejor que la que tengo para vivir juntos, o un penthouse? —se ríe—. Mmmm entonces, pues ya terminó... Te necesito urgentemente... —Besó y le pasó la mano por encima del pene de Jungkook y se ríe, travieso.
—Deja de provocarme que NO llegamos a la suite, tú sabes que me enciendes de media manigueta y esta vez solo me rozas —se muerde el labio y seguía terminando la cena—. Yo ahora te necesito más urgente para respirar, mmmm —provocándolo—. ¿Te gustaría que vendiéramos tu casa y la mía y compráramos algo para los dos? —besos.
—Se ríe—. Mmmm, y yo te necesito aún más para vivir —se muerde el labio—. Sí, Koo-Koo, tengamos una solo para los dos, que nadie entre por esa casa, que nadie sepa dónde estamos, nada... simplemente tú y yo —provocándolo a él ahora—. ¡Vamos! —se ríe y vuelve a rozar su mano.
—JIMIN, no me hagas eso, no digas eso que después no puedo levantarme de aquí, ¡caray! —se muerde el labio—. ¿En serio me necesitas para vivir? ¿Así tanto? —besos, tratando de que Jimin dejara de provocarlo—. Mmmm entonces, sería mejor un penthouse, ¿no crees? Solo para nosotros dos, en la punta de un condominio, ¿qué tal?
—Riéndose— Sí, así tanto, así que si no estás, me muero —besos—. Claro, un penthouse es menos complicado en cuestión de tener temor que aparezca, ya sabe —piensa—. Nosotros somos un complemento —besos— mmmm vamos, te necesito —le decía al oído.
—Llama el mesero. —La cuenta, por favor —se ríe—. Mmmm, así tanto, nunca nadie me había dicho que me necesita para vivir, eso es fuerte, Mimi. —Besos— ¿De qué aparezca quién? —piensa— Me gustaría que nos mudemos pronto, ¿qué dices? —Mirándolo— Tú sabes que nosotros giramos entre nosotros, nadie más. —Besos. —Vamos, te necesito también —le decía y le mordía la oreja.
—Koo-Koo, siempre hay una primera vez —besos— pronto nos estaremos mudando y si es encerrado, solo para ti y para mí, mucho mejor —se ríe— no, no es que aparezca alguien, más bien para evitar peligros, baby —se muerde el labio y se acerca provocativo al oído del mafioso— Mmmm, si me necesitas, ¿vamos al ascensor? —le decía jadeante y suave.
Mientras le traen la cuenta, Jungkook le propone a Jimin irse a la isla por más seguridad, pero Jimin protesta porque está lejos de todo y para todo, así que tomarán en cuenta dos lugares para irse a vivir juntos: la casa que ya el mafioso Jeon le había comprado al omega o un lugar nuevo, como un penthouse en la punta de lo más alto de un condominio exclusivo y de lujo.
Después de pagar la cuenta y de Jimin estar seduciendo a su alfa, provocándolo para una rica sesión en el ascensor, salen del restaurante, directo a ese destino que ya le tenía al alfa la entrepierna, pero lo bastante dura.
Ordena que se lleven las cosas de Jimin; él toma solo sus joyas.
—Paren. Voy a entrar solo con mi omega al ascensor; espérenme en el pasillo de la suite, por favor. —Muy serio se dirige a los guardaespaldas; se retiran y ellos entran al ascensor. Lo agarra del cabello salvaje, lo comienza a besar con lujuria, pegándolo a la pared. —Mmmm, te haré el amor rico aquí, omega —acariciándolo por todas partes, mientras lo besaba pegado a la pared—. Mmmm, ya veremos lo útil que dices ser, porque ya para mí eres útil en mi vida. —Agarró sus pantalones y los quitó de una sola vez, lo despojó del tanga de un tirón y lo hizo volar por algún lado del ascensor.
La mirada del alfa se cruzó con la de su omega. Miraba su boca; tenía esos labios carnosos que tanto le gustaban con un brillo especial. Simplemente se había aplicado un poco de brillo, pero deseaba besarlo.
El imponente miembro del mafioso ya estaba en su punto y deseoso de entrar en esa cavidad que conocía bien.
Jimin acercó su cara al cuello de Jungkook y con su lengua empezó a recorrerlo. Al mismo tiempo le cogió la mano y la puso en su pantorrilla. El omega tiene unas piernas firmes, que el alfa empezó a acariciarla y a subir la mano hasta que llegó a sus nalgas, entrometiéndose entre ellas para comprobar que estaba tan mojado como se lo imaginó por ese aroma sabroso a melocotones.
Jungkook notó que su respiración era más fuerte, puso el dedo en el esfínter perfectamente lubricado y empezó a moverlo lentamente, y Jimin comenzó a gemir en su oído.
Con la otra mano, el alfa mafioso desabrochó su pantalón y liberó su pene. Se había puesto unos pantalones ajustados y creía que iban a reventar en cualquier momento.
De repente, el Koo-Koo notó un fuerte dolor en el cuello. Su Mimi le había dado un mordisco; parece que quería guerra y a ese alfa le encantan las batallas.
Dejó de tocarle y le abrió la camisa de un tirón; con una mano le tapó la boca a Jimin para que no gritara y le mordió los pezones con saña. Con la otra mano le metió un dedo en la entrada; lo tenía chorreando, le gustaba. Le seguía tocando mientras le metía dos dedos y los movía de un lado a otro hasta que se corrió. Le quitó la mano de la boca y Jungkook le pidió que la abriera. Le metió los dedos que estaban llenos de sus fluidos para que los limpiara con la lengua.
Ahora era el turno del JKBOSS. Agarró de los cabellos a Jimin y estiró de ellos, obligándolo a arrodillarse. Le pidió que sacase la lengua y despacito que fuera chupando su pene; al mismo tiempo tenía que mirarle a los ojos. Lo hacía muy bien; el alfa estaba a punto de explotar, por lo que le sujetó la cabeza y se lo metió de golpe en la boca. No podía parar y al pobre no paraban de darle arcadas. Cuando Jungkook se corrió, le puso otra vez la mano en la boca y le dijo que tragara todo. Le obedeció.
El hombre de pie escuchó una voz que le decía:
—Koo-Koo, hemos llegado, ¿estás bien?
Allí estaba Jimin sujetando la puerta del ascensor y esperando a que Jungkook saliera.
—Gracias, Mimi, estoy tan cansado que creo que me he dormido de pie.
El alfa mafioso giró la cara por un sonrojo. Jimin lo miró y le guiñó el ojo sonriendo.
Ellos salen del ascensor y van directo a su suite, se dan un baño caliente rápido, se ponen su pijama y van a descansar.
Entran a la cama, se arropan y el alfa acerca al omega a su pecho para que duerman allí, por lo que, por primera vez, así en la intimidad, lo llena de sus feromonas a limón que estaban relajando a Jimin más de la cuenta.
Comenzaron una conversación sobre su viaje en el yate al día siguiente, que debían de comprar víveres para pasar un buen momento. También Jungkook le dijo a Jimin que amaba que tuviera esa vena de hogareña, que él ame cocinar y atender a su alfa.
—Mmmm, y tú, ¿tienes venita de mamá? —mirándolo.
—¿Por qué me preguntas si tengo vinita de mamá? —extrañado con la pregunta.
Este es un tema del que ellos habían hablado antes, y por el cual habían tenido indiferencias, además de no pensar de la misma forma.
—Mmmm, porque el otro día te enojaste conmigo por eso, yo te di mi contestación y tú a mí no me dijiste la tuya, quiero saberlo, ¿o no tiene importancia?
—¿Crees que tiene importancia ahora? —mirándolo.
—Bueno, no es que tenga importancia ahora; me gustaría saber, pero no es algo que tienes que decir ahora, si no quieres.
—Mmmm, bueno, no sé si la tenga Jungkook... pero en algún momento me gustaría tener una bonita manada —sonríe.
—Tú sí que eres lo más rico; me encantas como eres, así tan dulce, pero a la vez salvaje. ¡Ay! Yo no sé, pero creo que me enamoro de ti, ¡cada día! —se pone pensativo—. Mmmm, eso está muy bien, mi amor, pero en ese momento, me imagino que te buscarás otro alfa, ¿no?
—¿Me buscaré otro alfa? No entiendo... —Anonadado.
—Mirándolo—. Y tú, ¿no te enamoras de mí cada día? Mmmm, bueno, lo digo porque como yo no puedo ser buen padre para poder tener una manada como la que deseas. Pero ya, no quiero que salgamos discutiendo, ¡por favor!
—Pues, por supuesto —besos—. Me encanta cada día cómo eres conmigo —sonríe— y cómo sabes que no puedes serlo, Jungkook, si ni tan siquiera tienes un cachorro, ¿o sí? —levantando la ceja.
—Por favor, Mimi, no te dejes de enamorar de mí, aunque sea el peor, ¿sí? Yo me esforzaré cada día para ser el mejor contigo, ¿sí? Hasta que al fin te diga, te amo —eso se lo dijo en el oído como un susurro—. Bueno, que yo sepa, no tengo cachorros, nadie ha gritado, no tengo mi amor, no me mires así. Solo es que no sé cómo sería —mirándolo.
—Sabes que para mí no eres el peor, Koo-Koo, ¡eh! —besó y lo miraba—. Bueno, entonces, si no sabes, no puedes juzgar de esa manera hasta que suceda, ¿entiendes?
—Bueno, mejor, no digo nada de algo que yo no lo sé —piensa—. Gracias, mi amor, por existir.
Después de una conversación que no fue tan efectiva o productiva, quedaron rendidos poco tiempo después, bastante temprano en realidad.
Era sábado, 28 de diciembre de 2024.
Jungkook despertó a las 6:00 a. m. y comenzó a acomodar todo en sus maletas para que pudieran irse. Jimin para nada daba indicios de despertar, por lo que el alfa se pone cualquier ropa para irse del hotel.
Uno de los guardaespaldas de Jungkook les hizo check-out y el otro bajó las maletas. Poco tiempo después, él bajó con Jimin, y se fueron rumbo al aeropuerto. El omega no se enteró, porque estaba dormido.
Ya en el vuelo, Jungkook se recostó al lado de Jimin y quedó dormido también.
A eso de las 10:00 am ya estaban en Southport; de ahí se fueron a la casa; ya Jimin estaba despierto.
—Mimi, vamos a la casa directamente, ¿ok? Envié a Rosalía para que comprara las cosas que necesitábamos; compró algunas medicinas para llevarnos —piensa— mmmm Mimi, no sé, pero antes de irnos, ¿puedes hacer un desayuno rico en lo que yo cuadro los cobros de hoy de los diamantes?
—Sonríe—. Está bien, mi amor, yo haré el desayuno, no hay problema.
—¿Y qué, mi amor, dormiste bien? Nunca te das cuenta cuando te saco de los lugares, ¡eh! Duermes como un tronco y ahí sí que pesas —se ríe y da besos—. Ya hoy es el Yate Time, ¡woOhOo!
—Se ríe—. Sí, dormí bien y no, ni cuenta me doy cuando me llevas.
Entre risas, ya casi llegaban a la casa.
Jungkook comenzó a enviar algunos mensajes y unos correos para ir adelantando los cobros, y en el transcurso hizo un gran avance.
Llegaron a la casa y Jimin comenzó a hacer el desayuno para ambos.
La mafia Black Mamba es prestamista.
Un tipo de un casino importante en Las Vegas llamado "The Bellagio" les debía más de 80 millones de dólares. JKBOSS no ha podido recuperar ni la cuarta parte de ese dinero, por lo que envió a uno de sus más locos caporegime, JHope, para hacer ese cobro expreso junto a algunos de sus independientes.
Como el mafioso debe estar para cualquier situación, tuvo que dejar a un lado lo de los diamantes para resolver el cobro de esos préstamos.
Suena su celular y es nada más y nada menos que el tipo malapaga.
—¿Quién habla? —pregunta el tipo.
—Soy quien te está robando —ríe burlón.
—Entraste a mi bóveda y quiero felicitarte. Ahora estás muerto —se atreve a amenazarlo—. ¿Me quieres decir cómo esperan salir? ¿Crees que voy a permitir que salgan de mi casino con bolsas llenas de mi dinero?
—No, usted lo sacará por nosotros —JKBOSS, contesta muy tranquilo—. Como le estaré informando, su gerente en este momento tiene un poco más de 160 millones de dólares en su bóveda. Habrá notado que solo estamos empacando la mitad; dejaremos la otra mitad en la bóveda. Si sacas mis 80 millones, conservarás los suyos. Es el trato. Si no quiere cooperar, volaremos todo el dinero. Los hombres de la bóveda colocarán 6 maletas en el ascensor; tres de sus guardias recogerán las maletas y las sacarán del casino. Si tardan más de 20 segundos para llegar al casino o si intentan hacer algún cambio, volaremos el dinero de las maletas y el de la bóveda. Cuando se aleje la camioneta y el dinero esté seguro, mis hombres saldrán del hotel. Una vez que estén a salvo, recuperará su bóveda.
—He cumplido con todas tus condiciones, ¿de acuerdo?
—Sí —cuelga, así sin más JKBOSS.
Jungkook le da las últimas instrucciones a JHope, a su regimen e independientes que están en el operativo y se desliga de eso. Sigue en lo suyo con lo de los diamantes y se comunica con ACE que es quien hace eso el fin de semana.
Solo quiere pasar un rico desayuno con su omega y un paseo en yate sin interrupciones.
Mientras Jimin está en las últimas preparaciones, Jin lo llama a su celular.
¡Hola Roommates!
Espero que todo esté bien y la estén pasando felices ʕ • ́؈ • ̀)
Aquí tenemos un nuevo capítulo, delen mucho amor, espero que lo disfruten y no se olviden regalarme ★'s y comentar que tal les pareció.
¡Hasta el próximo capítulo!XOXO♥ ᒍOᗩᑎ
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