ᑕᗩᑭí丅ᑌᒪᗝ #23
—Ellos, todos, quieren un diamante rojo. En la casa de la isla, muy custodiado, tengo un diamante rojo. Cuando hicieron la explotación en la mina de aquí de Australia, encontraron un diamante rojo al que llamé "Argyle Phoenix"; es un diamante raro de 1,56 quilates... y están tras de él —mirándolo—. ¿Nos vamos así, bebé? —se refería a la vestimenta.
—¿Y no has conseguido otro igual, Koo-Koo? —Jimin no dejaba de mirarlo.
—No, solo otros pedazos pequeños que encontraron al limpiar el lugar donde lo sacaron, pero es el único en el mundo en este momento. Yo puedo vender ese diamante en 2 millones de dólares si quiero ahora mismo —mirándolo—; es un extraño ejemplar.
—¿Y por qué no entregas ese pedazo? —mirándolo—, ¿por qué te quedaste con eso, Jungkook?
—Mi amor, me quedé con eso, porque es mío, es de mi mina, ¿por qué tengo que entregarlo a alguien que le da la gana de tenerlo? Eso no es así, el diamante es mío y de nadie más; mientras siga custodiado en mi isla, lo demás no me importa.
—Jungkook, pero dale los pedazos pequeños, dile que es lo único que tienes y ya. —Jimin estaba ya estresado.
—No, mi amor, no puedo hacer eso. Además, yo les dije que lo subasté y ya no lo tengo. Pero insisten. Después lo entenderás, ¿sí? Mejor vamos a salir, para que no se nos haga tarde —mirándolo.
—Ok, no diré nada más —el omega se molestó, en cierta manera—. ¡Vamos!
—¿Te enojaste conmigo? —mirándolo y lo agarra de la mano—. Jimin, escúchame, ¿te enojaste conmigo? —Se detuvo en la puerta antes de salir.
—No me enoje, pero ¿qué quieres que diga, Jungkook? —mirándolo—. Solo tú sabes por qué no lo darás, o lo que sea. Vámonos, ya tengo hambre.
—Eso es una respuesta de enojo —resopla y se llena de paciencia—. Mimi, te confesé lo de mi diamante, te dije que era mío, que no lo quería dar porque es mío; prefiero hacerte a ti la mejor joya del mundo con ese diamante que dárselo a unos hombres que no saben obtener las cosas por sus propios medios, ¿entiendes? —salen de la suite— Pero está bien, quedamos así, si quieres, contigo enojado —caminan al ascensor—. Ya voy a llevarte a comer —resopla.
—Pero Jungkook, no hablo de eso, me dijiste que encontraste un pedazo pequeño, entrégale ese maldito pedazo y quizás todo merme un tiempo y trata de que te encuentren uno IGUAL y ellos no joden, ¿mantiene en riesgo tu vida? —mirándolo.
—Mi vida está en riesgo con o sin diamante rojo, ¿entiendes? Quizás sea una estrategia darle un pedazo; dirán que es lo único que tengo, eso no me garantiza nada, Jimin, pero si es lo que piensas que es mejor, ¡lo haré! —caminaban.
—Te están buscando por el diamante, Jungkook, entiende tú —mirándolo— y no, no pienso que sea lo mejor, pero te busco alternativas —resopla—, solo pienso que, al ser un ejemplar extraño, pueden tener ese pedazo, conseguir hasta más de 2 millones de dólares y se reparten los billetes, listo.
—Mirándolo y piensa—. Sí, Mimi, me buscan por eso y, por más, quieren secuestrarme a cada rato para que les dé dinero. Ellos quieren dinero y el diamante; ni tan siquiera se preocupan por un diamante negro más grande que tengo, solo el rojo. Tienes razón, mi amor, ya veré qué haré cuando llegue a Queensland, ¿sí? Te prometo que te cuidaré mucho siempre. —Besos.
Mientras ellos estaban metidos en su conversación. Le comienzan a llegar a Jungkook mensajes de texto y correos electrónicos.
—Te puedo dar una idea, puedes entregarle un pedazo de cada color, así no joden por par de años, quién sabe, solo es una sugerencia —piensa— Koo-Koo, creo que yo puedo entrar a la mafia y los jodo a todos. —Miraba a Jungkook riéndose, le estaba buscando el lado gracioso al momento— Mmmm, ¿por qué tantos mensajes corridos? ¿Todo bien?
—Tú no vas a entrar en nada, ¡eh! Así que NO inventes, Jimin, tú ayudas con tus opiniones de afuera, más nada, ¿qué te crees? ¡JUM! —mirándolo y le da una nalgada—. Ya sabes, mi amor, hoy es viernes, no estoy en Queensland y se hacen la mierda todos, no pueden vivir sin mí, ¡joder! —resopla y comienza a contestar— Al parecer no me puedo largar de casa, con lo que me jode que escriban cuando estoy trabajando —molesto.
—Oh, pero como quiera estoy adentro por ti —se ríe, dándole besos—. Contesta, pero tranquilo, deja de hacer coraje.
—Mirándolo y da besos a su omega—. Soy el peor por mantenerte conmigo cuando te puede pasar algo por mi culpa —piensa.
Jungkook seguía contestando a sus hombres que estaban trabajando en Queensland.
Salen del ascensor al lobby del hotel; en eso Jimin se da cuenta de unos hombres de aspecto extraño y para nada confiables. Él agarra la mano de Jungkook fuerte y se asusta un poco.
—¿Pasa algo, baby? —Sin quitar la mirada del celular, seguían caminando.
—Es que veo unos hombres muy raros, extraños y poco confiables, y no me gusta Koo-Koo...
Jimin, a pesar de ser una ladilla en el culo, también es asustadizo. Por lo que trata de enfocar bien, para decirle a su alfa todo sin fallar.
Por su parte, el mafioso Jeon abre un nuevo correo electrónico para escribir las descripciones de los hombres. Era un método de supervivencia, ya que el teléfono celular podían destruirlo, pero los correos electrónicos siempre iban a estar ahí para que sus hombres dieran con él o con los que le vayan a hacer daño, no solo a él, sino también a su omega.
—Mimi, escucha, debes decirme los detalles correctos, no puedes fallar. Dime, ¿dónde están, cómo son y cómo están vestidos, por favor? Vamos a seguir caminando como si nada y ve diciéndome tranquilo y en voz baja. —Jimin realmente estaba asustado, otra situación de terror para él.
—Bueno, están aquí, en el lobby, cerca de la estatua de oro, que está en las escaleras. Uno tiene un pantalón color negro con una camisa negra y, el otro tiene jeans oscuros con camisa y una gorra negras con un diseño color verde. Son más altos que yo, pero más bajos que tú —piensa— y son de tez blanca, ambos...
Jungkook escribía todo lo que Jimin le decía que había a su alrededor y las personas.
—¿Tienen armas, la cara tapada? ¿Nos están mirando ahora? —Se dio cuenta tarde de que hizo mal en no traer guardaespaldas—. ¡Mierda! ¿Por qué no ha llegado el auto? —molesto, pero mantiene la calma.
—No, no tienen las caras tapadas, amor, y de armas, no las veo. Y no, no nos están mirando ahora. Uno se cambió de posición, hace como si estuvieran hablando —mirando a su alfa y le daba un beso—. Debemos disimular que no nos fijamos en ellos —sonríe Jimin, actúa como si supiera todo lo que hace.
—Ok, gracias, bebé, envié todo —abraza a su omega y comienza a darle besos, como si nada pasara—. Todo estará bien, ¿sí? Mandé a pedir unos guardaespaldas; ya estarán con nosotros en el centro comercial.
Después de todo, llegó el carro negro asignado. Jungkook hace entrar a Jimin de inmediato; es ahí cuando respira por la seguridad de su omega.
—¡Ya estás a salvo, mi amor! —El alfa resopla y pone una mano en la cabeza, apoyando el codo en la ventana; parece muy preocupado, todavía.
—¿Puedes decirme, al menos, cuál es tu preocupación?
—Mirándolo y lo abraza—. ¡Ya, tranquilo! Mi preocupación eres tú, mi amor. De nuevo están buscándome, quieren arreglar unas cuentas conmigo; son unos tipos hindúes. No acepté su pago; como no me han pagado, les reclamé y ellos prefieren hacerme la guerra —mirándolo.
—¿Y cómo es que no te dieron tu pago completo? ¿Le quitaste la mercancía?
—No me pagaron, ellos me enviaron a una mujer hindú virgen para mí como pago de los diamantes. Como ellos no me pagaron, mandé a buscar mis diamantes de vuelta y les molestó; ellos dicen que pagos son pagos —mirándolo.
—Pero los pagos con mujeres hindis vírgenes no son pagos —mirándolo—, ¡por la luna! Si quieren material, que paguen; si no, pues que no jodan, así de sencillo. Además, tú tienes quien te pague de esa manera —mirándolo y se muerde el labio, luego se ríe pícaro.
—Se ríe y besos—. Mmmm, ¿tienes ganas de tener lujuria, bebé? A ver, ¿con qué me paga mi omega virgen? —le dice al oído, sensual—. Por eso mismo, amor, porque se la devolví, es el problema. Tras que pasé un gran trabajo para enviarla de vuelta a India, Taemin me la llevó a la casa. Yo espero que ella no diga o no recuerde dónde yo vivo —piensa.
—Mmmm, sí —Jimin se ríe—, yo te pago con todo lo que quieras —riéndose—. ¡Ay, baby! No sé, pero siento que vas a tener que vender la casa y conseguirte otra, por precaución, ¿entiendes?
—Besos. —Mmmm, a mí me entraron ganas de que me paguen ahora, ¿cómo ves?
Jungkook se muerde el labio y su mano bajó a la entrepierna de Jimin, acariciándole la intimidad y el omega rápido abrió un poco sus piernas.
—Mmmm, más fácil, mi nene —besándolo—. ¿Vender mi casa? ¡Ay, no me digas algo así! —piensa—. No quiero irme de mi casa, ¡me gusta! Mmmm, entonces me mudo contigo, ¡jum!
—Mmmm, me imagino las ganas de pago que quieres —besos—. Bueno, Jungkook, consíguete otra parecida, pero fuera de ese lugar; aunque esté custodiada, puedes llegar por agua, ¿entiendes? Porque ya la omega puede decir dónde vives —se le sentaba encima de frente y seguían los besos, todo esto dentro del auto—. Puedes mudarte conmigo, ¿por qué no? —le mordía el labio y su mano bajaba por el pecho de su alfa.
Alfa y Omega tenían la adrenalina de lo ocurrido a tope.
Jimin quitó su short, pero se dejó su pequeño bóxer en forma de hot pant puesto. Le gustaba que Jungkook rozara su pene entre su bóxer y su ano, con gusto. La provocación que le daba a su alfa con ese potente olor a melocotón que emanaba de su lubricante natural embriagaba y cegaba a ese macho alfa que tenía debajo de él.
Jungkook guía su pene en su máxima potencia a la entrada lubricada de su omega, lo penetra sin aviso, dándole una nalgada después para que supiera que debía brincar encima de su falo, de la deliciosa manera que lo hace y que a él le gusta.
No dedicaron una gran parte a sus necesidades, solo a disfrutar de una follada rápida, pero sabrosa, para seguir su día y bajar la adrenalina del momento que habían pasado. Entre besos y pasión, llegaron juntos a un clímax exquisito, en donde ambos recuperaban las respiraciones, uno acostado en el pecho del otro. El alfa rudo, pero romántico, era lo más que Jimin disfrutaba.
—Mi exquisito omega que me tiene enamorado, ¡mierda! —Ríe y besos— Sabes que me mojaste todo, ahora que haremos, ¿ah? —Sonríe y él mismo le coloca la camisa a Jimin— Mmmm, tengo algo que darte, pero voy a esperar a después de la junta —sonríe y piensa— Vamos ahora a almorzar y luego al centro comercial —besos.
—Se ríe—. Mmmm, no sé, pero mi alfa tiene la culpa de que lo haya mojado todito —se muerde el labio—. ¿Qué tienes que darme?
—Por favor, llévanos al Central Shopping Centre —dándole órdenes al chofer y mirando a su omega después—. Ah, sí, ¿yo tengo la culpa? Pero qué yo te hice, ¿ah? —se ríe—. Sí, Mimi, tengo algo que darte por la Navidad y por cumplir 3 semanas juntos —mirándolo—. Aunque no somos novios, ¿qué somos?
—Tienes la culpa, porque me das en ese punto exquisito de placer —besos—. Koo-Koo, somos de todo, dependiendo de la ocasión y lo que necesitamos.
—Ay, eso así no me gusta, o somos o no somos, ¡jum! —piensa—. Somos todo y a la vez nada, pero ¿sabes qué? No me importa, porque igual YO mando en ti, ¡ya dije!
—Somos todo, porque fíjate, ahora soy tu omega, pero hace horas atrás era tu abogado asesorándote, luego puedo ser tu amigo, ¿ves? De todo un poco —levanta la ceja—. Me mandas, ajá —se ríe.
—Mirándolo— Mmmm, me gusta más el de omega a tiempo completo; lo demás debería ser medio tiempo, ¡eh! Ah, ¿no mando? ¿Seguro?
—Mmmm, admito que soy tu omega tiempo completo, lo demás es por ratito —besos.
—Eres mi omega a tiempo completo, eso es lo más rico que has dicho en el día de hoy —se ríe y besos.
Entre conversación, besos y risas, llegaron al centro comercial.
—Llegamos al centro comercial, ¿todavía estás mojadito? —Se ríe y besó; el auto se estacionaba.
—Mmmm, investiga si lo estoy o no —se ríe provocándolo.
—¿Ah, en serio? Ven acá, mierda.
Lo agarra y acuesta en la parte del asiento vacío, lo coloca de lado, le abre sus lindas nalgas, le echa el pequeño bóxer para el lado y le posó la boca en el esfínter, succionándolo con insistencia. Incluso los dedos de vez en cuando para escucharlo gemir. Era música para sus oídos.
Terminaron haciendo el amor de nuevo, se limpiaron, se acomodaron todo, listos para un almuerzo y compras.
Ellos se bajaron en el Central Shopping Centre; ya los estaban esperando dos guardaespaldas allí. Ellos fueron a almorzar, comieron rico y pasaron un buen momento.
Cuando van a pasear por las tiendas, llega esta omega.
Esta omega se llama Cecilia y era una de las tantas que el alfa mafioso había estado por algún tiempo, 7 meses para ser exactos, que se la encontraran. No fue una buena opción, porque solo hizo enojar a Jimin. Las cosas que decía y lo sarcástica que estaba siendo con él provocaron el enojo del omega.
Jungkook, literal, la corrió de su lado con solo mirarla, ya que Jimin, que es omega dominante, en cualquier momento la arrastraba por todas partes.
—Bueno, bebé, vamos a seguir viendo, no has comprado nada —sonríe y lo toma de la mano dándole besos.
—Si quería ella darte el beso en la boca, me avisas, ¡JUM! —enojado—. ¡Vamos!
—¿Estás enojado conmigo? Pero es que yo no hice nada, le hablé como le hablé, serio, no hice nada que le diera motivos de nada, Jimin —mirándolo y caminaban—. Solo vas a mirar, mi amor, no vas a comprar nada, ¿no te gustó nada?
—No, enojado, no; celoso, sí, ¡JUM! —mirándolo—, apenas hemos entrado, amor.
—No estés celoso, mi amor. Ella y yo no dejamos en el invierno, más o menos julio o agosto, algo así. Esa omega no me importa para nada, espero que no te haya intimidado —mirándolo—. Mmmm, bueno, espero que compres; quedamos en que íbamos a comprar, ¡eh! —sonríe.
—Intimidarme, no... me dieron celos, te tocó mucho —mirándolo—. Mejor vamos a comprar, antes que me dé algo.
—Besos— Mmmm, tú sabes quién de verdad me toca más, ¿no? —sonríe— Tú eres el único que yo miro, ¡eh! —mirándolo— Estás muy celoso, ahí, como la ves toda despampanante, alta, con cuerpo esbelto, así bien pechugona y no sé qué carajo, ya sabes lo que te he dicho ya de mis anteriores, así que ni te preocupes, baby, tú eres mi mejor omega.
Entraron a la tienda y Jimin no quería comprar, pero después se emocionó y compró todo lo que vio que le gustó. Ropa y, sobre todo, muchos zapatos.
Cuando estaban pagando las cosas y pidiendo que llevaran todo al aeropuerto, a Jungkook volvieron a llegarle muchos mensajes sin parar a su celular.
—¿Otra vez? —pone los ojos en blanco.
—Resopla— Sí, otra vez me están jodiendo mi paciencia; después no quieren que me encabrone, por la luna. A mí que no me gusta decir palabras groseras frente de ti, ¡me enojan!
En eso Taemin llama, pero a Jimin.
—Ahora es Taemin —piensa y le contesta—. ¡Hola!
—¡Hola! Minnie, sé que estás con Jungkook, ¿por qué no contesta su teléfono? ¿Está en reunión o ya salió? ¿Puedes darle el celular?
—No, no estamos en reunión... te lo paso —le daba el celular—. Es Taemin —mirándolo y Jungkook contestaba.
—Dime...
—Jefe, se presentaron unos hombres a la isla. Dijeron que eran amigos tuyos. Solo que no encuentro registrado el permiso de helicóptero y menos de lancha por mar; es muy extraño, porque no se identificaron, solo dijeron que volvían después, aunque no le dijeron que allí vivías tú. Todo se está tornando extraño.
—De seguro están buscando algo. Nadie puede ir allí si no están registrados sin permisos de helicóptero o lancha. Desde que devolvimos la mercancía, todo está cada vez peor —se aleja de Jimin.
—El tipo de India me llamó y dijo que quería los diamantes de vuelta, que era un pago justo lo que envió. Están las cosas peores desde entonces, pero ¿sabes qué? Aún no creo que sea por el "Argyle Phoenix". Deben estar buscando a alguien más. Mónaco e India están jodiendo mucho, ¿qué hacemos? ¿No ha pasado nada por allá? Cuida a mi hermano, ¡eh!
—¿Y qué crees que estén buscando entonces? Matarme, obviamente —piensa—. Amenázalos y diles que, si no dejan de joder, voy a tomar acción. Bueno, Jimin vio dos tipos raros y yo rápido llamé a los guardaespaldas, pero no ha pasado nada. ¡Cuido a mi omega con la vida, imbécil!
—Imbécil, yo sé que lo cuidas, pero tú sabes que todo puede pasar y no quiero que le vaya a pasar algo a la luz de los ojos de mis papás, ¡eh! Espero que no pase nada y puedan volver bien. Yo pienso que lo que quiere es dinero y diamantes. Voy a optar por hacer negociaciones: al de India le envío la mitad de los diamantes por la mitad del precio y a los de Mónaco que dejemos las cosas así y no les cobraremos más lo que deben, ¿qué crees? No quiero que te maten, JK, y menos que te secuestren. ¿Tú sabes cómo se pondrá mi hermano? Imagínate.
—Eso lo sé, imbécil, así que te controlas conmigo —molesto—. ¿A ellos no se les cobrará? Pero no seas imbécil, Taemin, NO haremos más tratos con ellos y punto. Pues, si es por el Argyle, imbécil lo buscarán.
—Si no te hago nada, solo te estoy diciendo qué hacer, ¡caray! Además, ¿qué hacemos con la seguridad de la isla? ¿Doy órdenes de que al que se vea sospechoso lo tumben? Mierda, JK, pero ¿qué hago con Mónaco e India? ¿Último trato con ellos y ya, no más diamantes para ellos? Jefe, sé que si quieren el Argyle lo buscan, pero no es lo que quieren en este momento, lo sé.
—Sí, sube la seguridad de la isla. ¡Nada! Ningún tipo de trato con ellos. No, y entonces, según tu intuición, ¿qué quieren, Taemin?
—Dio el visto bueno para subir la seguridad. —Ya le di el comando a la seguridad de la isla para que la refuercen. JK, sabes lo que viene después de esto, ¿verdad? Ya Mónaco e India están jodiendo; sabes que será peor. A ti, JK, y a tu dinero, eso es lo que quieren, porque no creo que sean los mismos que buscan a Argyle. Ahora los que buscan a Argyle están tranquilos, aunque no debemos bajar la guardia.
—Ok —resopla—. Mira, Taemin, tú les vas a decir que NO hay trato por no tener el pago y que, si no quieren que los fusile, entonces que se queden quietos, porque ellos no cumplieron con el trato y punto; se lo dices así de claro, no me importa que haya guerra.
—Ok, jefe, lo que usted diga, no hay problema. ¿Algo más que tenga que hacer? ¿Mañana hacemos los cobros juntos? ¿Tienes a Jimin viviendo en tu casa, JK? Perdona que pregunte, pero es mi hermano.
—ACE, qué mucho tú jodes, ¿tú te crees que yo lo expondría a tanto riesgo a Jimin, anormal? No, así que deja de preguntar tanto por tu hermano, que él está mejor, así me maten a mí. No sé si llegue mañana a tiempo para los cobros, así que hazlo en caso de que no llegue.
—No es que joda, JK, pero carajo, me preocupo por él y deja de decir que te van a matar, loco —resopla—. Cuídalo y ya. Bueno, ya que estás con Minnie, voy a interpretar que haré todo yo solo este fin de semana, ¿no? Cualquier cosa me avisas o yo te hago saber. ¿Algo más que quieres que haga? Me voy para terminar con las transacciones de hoy. Por cierto, quedó un pequeño diamante amarillo; te lo dejaré en tu casa, ¿ok?
—Bueno, se habla de la realidad. Sí, exacto, interprétalo de esa manera. No, pero estén pendientes de todo y cada cosa, Taemin, y cualquier cosa me avisas. Me avisas dónde vas a dejar el diamante amarillo exactamente, por favor.
—Bah, es la realidad de nosotros más bien. De todas maneras, yo te llamo cualquier cosa; estaré pendiente. Sí, yo te aviso en dónde lo dejaré. Por cierto, antes que me olvidé, me enviaron un mensaje. Ahora, ya llegó al hotel lo que enviaste a hacer para Jimin con los diamantes azules que quedaron del fin de semana pasado, ¿ok?
—Ok, perfecto, gracias por eso, Taemin.
—De nada, JK, para eso estamos; sé que a mi hermanito le gustará mucho.
—Espero que le gusten, Taemin. Bueno, hablamos entonces, gracias y cuídate —colgando y volvía con Jimin.
Jungkook y Jimin fueron por un helado e iban saliendo del centro comercial.
El alfa le dijo que era muy probable que iba a vender su casa y se iba a vivir con él, que iba a seguir sus instrucciones por primera vez. Jimin sonrió triunfante.
Las compras de Jimin fueron 25 pares de zapatos, 3 bolsas y 8 trajes, por un total de $10,089 dólares. Realmente no fue más, porque el omega entró a una tienda con precios módicos, pero era su favorita.
Van al auto agarrados de la mano. Cuando iban de camino al hotel, Jungkook le dice a Jimin que podía ir a caminar o a la piscina del hotel, además de estar listo para cenar. Que él iba a estar no más de 2 horas en la junta.
Al poco rato, llegaron al hotel.
Jungkook y Jimin subieron a su habitación; el omega iba a descansar en lo que el alfa bajaba al "salón de conferencias" del Hyatt.
Las cosas las llevaron al avión en el aeropuerto; solo Jimin se quedó con algunas cosas, por si acaso las necesitaba.
Pasó una hora y Jungkook se fue sin despertarlo.
Antes de comenzar la conferencia, Jungkook estaba solo acomodando sus papeles. Cuando entra una omega rubia, de baja estatura, con un escote con grandes pechos, se acerca seductoramente. Sonreía como si encontrarlo allí hubiera sido un premio.
—¡Buenas tardes! ¿Quién es usted? No tengo en mi lista a ninguna omega que venga a la reunión —extrañado el JKBOSS.
—He venido porque él me envió, quiere que yo venga a trabajar con usted y robe su secreto.
Ya Jungkook sabía que, para dar más problemas a su vida, a esa omega la había enviado su enemigo, Dimitri, el boss de la mafia italiana Cosa Nostra. Hace rato no le daba esas sorpresas.
—¿Y para qué necesita mi secreto? Su truco es magnífico —Jungkook se ríe burlón—, se esfuma y reaparece al instante del otro lado del escenario, mudo, pasado de peso y, a no ser que me equivoque, ebrio —sigue la risa—. Eso es asombroso, ¿no? Y a ti, ¿Maya?, te gusta aplaudirle debajo del escenario, ¿verdad? —se burla de los fracasos de su jefe.
—No lo está destrozando. Está obsesionado con usted y sus logros siendo tan joven. No piense en otra cosa. No le complace nuestro éxito a Dimitri y ya me fastidié. No veo futuro con él. Él me envió para hurtar sus secretos, pero en realidad vine a ofrecerle los de él.
—Es la verdad, ¿no? —Jungkook con una sonrisa socarrona.
La omega no supo más qué decir y se sentó hasta atrás en el salón de conferencias.
Ya Jungkook había hablado con sus hombres sobre ella, así que la tenían vigilada. Él ya no tiene nada que hablar con ella y menos le seguirá el juego.
Volvió a lo suyo; ya estaban llegando todos para dar comienzo, por lo que mandó a sacar a la omega enviada por Dimitri del salón. Debía prevenir; no sabía si decía la verdad o no.
Una hora después, Jimin despierta y pide una merienda a la habitación, mientras se pone a ver la TV.
En eso suena el teléfono de la habitación y eso era muy extraño.
¡Hola Roommates!
Espero que todo esté bien y la estén pasando felices ʕ • ́؈ • ̀)
Aquí tenemos un nuevo capítulo, delen mucho amor, espero que lo disfruten y no se olviden regalarme ★'s y comentar que tal les pareció.
¡Hasta el próximo capítulo!XOXO♥ ᒍOᗩᑎ
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