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ᑕᗩᑭí丅ᑌᒪᗝ #1

Queensland, Australia.

Sus mañanas a veces no son tan placenteras. Cuando desde hace 8 años no sabes la hora en que te acuestas o te despiertas. A cualquier hora hay cosas que hacer; no hay noción del tiempo para alguien que debe dirigir dos mundos.

Son las 3:00 am y Jungkook se está aseando para salir de su mansión. El helicóptero lo espera; había dormido solo 3 horas, y su humor estaba ahogante para él mismo.

Descansar, eso ya no existía para él.

Su celular no para de sonar; lo ignora mientras va por sus botas militares y sus guantes.

No le da tiempo para un café, así que solo toma sus cosas, agarra su arma automática, se la pone en su espalda y sale de la casa.

Iba pensando, camino al aeropuerto, cómo es que su independiente 017 lo había traicionado de esa forma. Llevaba trabajando para él desde su inicio como BOSS; era uno de los más confiables, pero no había tolerancia, no iba a tener compasión con él.

Era sábado, 7 de diciembre de 2024.

Llegan al aeropuerto; todavía las luces alumbran el cielo tras una noche nublada. Con su escolta, entra a uno de sus helicópteros para hacer su misión. Al menos, allí lo estaban tratando bien; un café y esa vista lo alegrarán un poco. 

Después de 2 h de vuelo. Ya, JKBOSS, había descansado un poco, por lo que estaba listo para hacer lo que era su deber.

Llega en el helicóptero a un terreno baldío lejos de la ciudad.

Se baja con ese porte seguro y sobrio, y vuelve a ponerse sus guantes negros para no dejar rastros de su presencia. Frente a él hay dos de sus caporegime, Taehyung y Suga, aguantando a un independiente que, según, es de su familia.

JKBOSS, se detiene frente a él y se cruza de brazos.


—HABLA, antes de que te corte la lengua —saca su fardeer [cuchillo utilizado por la mafia]—. ¡HABLA, maldición!


El tipo no habla, solo suplica por su vida.


—No hablas, pues te termino de silenciar, infeliz, conmigo no se juega y lo sabes. Llevas en la familia 8 años y la lealtad es primordial.


JKBOSS comienza a golpearlo como si se tratara de un saco de boxeo; no tardó en salpicar sangre por todos lados.


—Independiente 255, átalo por una pierna del auto, AHORA —ordenó.

—JKBOSS, no me mates, te lo suplico. La "policía" me capturó y me hicieron hablar, me torturaron; solo mira las marcas —le muestra.

—Eso no es problema mío, LEALTAD, ANTE TODO. Si te hacen hablar, ¿qué tienes que hacer? ¡DIME! —Tomándolo de la cara ensangrentada.

—To...tomar la K01 y morir, por la lealtad, por Black Mamba —asustado y llorando.

—El alfa lo agarra de los cabellos—. ¡ESOOOO! —le aplaudía—. Lo sabes y, ¿por qué carajo tiraste la mierda de tu boca? ¿Sabes cuántos millones perdí? ¡NO TIENES PERDÓN, POR BOCÓN! —De una patada con sus botas militares lo tumba al suelo pedroso—. Ahora se te van a quitar las ganas de hablar. Independiente 255, arrastrarlo hasta que solo le queden los huesos y, después, sabes dónde dejar sus restos.


El que va manejando el auto espera que el independiente 255 suba y arrastran al traicionero por todo el terreno accidentado, escuchándose gritos de dolor que se alejaban de a poco del BOSS, quien se quita los guantes, los mete a su bolsillo del pantalón y sube al helicóptero con una elegancia peculiar.

En Black Mamba, los independientes con número del 00 al 020, son a los que más confianza les tiene JKBOSS. Él no asesina sin motivos y, mucho menos, con sus propias manos, pero traicionar con la "Policía" solo merece amanecer con un tiro en la frente.

Eran las 8:30 a. m., tocaba llegar a la empresa y hacer el trabajo legal del día; hoy iba a ser un día productivo.

ˏˋ°•*⁀➷ ೃ⁀➷

El alfa es joven a pesar de tener tantas responsabilidades. Posee una casa lujosa en la Gold Coast, además de una casa llamada "Mandalay House" en la isla privada de The Whitsundays, donde la utiliza para eventos y reuniones de la alta sociedad. También es divertido, familiar y buen amigo.

Comenzó el verano en Australia. Jungkook organiza una reunión en su casa Mandalay House, en la isla privada, para presentar un nuevo socio y abogado de la firma, llamado Park Jimin de 23 años, quien es nada más y nada menos que el hijo menor y omega de su mano derecha en JP Park Min-Ki.

Jimin es un chico divertido, serio y le gusta la buena vida. Estaba estudiando para ser abogado criminalista en la Seoul National University [SNU], que es la universidad más prestigiosa de Corea del Sur y una de las principales a nivel mundial. El omega estuvo por 6 años fuera de Australia.

Jungkook no lo recuerda, pero la referencia de su padre y hermano, eso le bastaba; además era un omega, eso sonaba interesante.

Eran las 8:00 p.m. y comenzó la fiesta y nombramiento de Jimin con invitados reconocidos y de alto nivel social de Queensland.

Pasaban así las horas y él no hacía acto de presencia.

Jungkook estaba molesto; a él le gusta la puntualidad ante todo.

Se acercó a Taemin y le entregaba una copa de vino de alta gama "Bressia Ultima Hoja".


—¡Ten! Y bueno, ¿no piensa llegar tu hermano? —Estaba realmente enojado—. Sabes que ODIO la impuntualidad de la gente, ¿no?

—Disculpa, Kook, pero el vuelo se le retrasó. Llega como a eso de las 10:00 p.m. En lo que se cambia, pues como a las 11:30 p.m. estará aquí. Se me había olvidado decirte —tomando un poco de su copa de vino.

—Pues, debió ser lo primero que me hubieras dicho, Taemin —mirándolo—. Y, ¿qué pasó con los diamantes que se iban a exportar ayer y no se pudo hacer la entrega? Sabes que ME ENCABRONA, no cumplir —serio.

—¡Discúlpame! Yo le expliqué que los puertos estaban cerrados, ni idea por qué, pero ya salieron hoy, a eso de las 6:00 de la tarde. Confirmado que van en camino.

—¿A qué hora llega Taemin? Quiero saber la hora, porque por ningún motivo esos diamantes deben extraviarse, ¿me escuchas? ¿En dónde los escondieron? —Se preocupa por todo.

—Mira, llegan a eso de las 9:00 de la mañana; ya ellos estarán pendientes. No te preocupes, Kook, yo hice todo como me indicaste. Son unas cajas selladas con cinta adhesiva color amarillo; están bien escondidos.

—Ok, confío en ti. Sabes que, si falla algo, me quedo con tu pescuezo, ¡eh! —Lo agarra de la corbata y después lo suelta como arreglándolo todo—. Y bueno, ¿qué me dices de tu hermano? ¿Sabe bien de leyes? Mira que necesito un buen abogado.

—Sé que me matas —pone los ojos en blanco—. Ya hice todo como me dijiste; saldrá bien. Minnie, sabe mucho de leyes; ese omega se puede meter en líos si busca de más —mirándolo—. ¿Estás seguro de tenerlo en la empresa?

—Me alegro de que lo sepas; sabes que para mí no existen los errores, las cosas se hacen bien o no se hacen —sigue con lo mismo—. Muy bien, que sepa demasiado de leyes es lo que me interesa y, si busca más allá, esa es la idea —mirándolo—. ¿Por qué me preguntas eso? Dime por qué dices eso, Taemin.

—Ya, tranquilízate, hombre. ¿Hoy no tienes con quién pasar la noche? —Se ríe por lo bajo —. Solo te pregunto, Minnie solo jode, es un niñito acostumbrado a sacar de quicio a cualquiera —mirándolo—. Estás advertido.

—¿No quieres pasar la noche conmigo, imbécil? —Serio mirándolo—. Pues, que joda todo lo que quiera, que saque de quicio a cualquiera, eso a mí no me intimida, no sé para qué lo dices, porque sabes cómo y quién soy yo, ¿o no Taemin? —Con el ceño fruncido—. Yo soy quien manda y yo tengo la última palabra, así que... —Toma de su vino.

—Con razón estás histérico —se burla—. Solo digo, Kook, es que mi hermanito...uff. —Mirándolo.

—Mejor me voy a hacer relaciones públicas; en lo que tu hermanito le da la gana de aparecer, llámalo o haz algo, que el helicóptero lo espera hace horas. Nos vemos en un rato; avísame cuando llegue.

—Ok, cualquier cambio te aviso, don cariñoso...


Jungkook se fue a hablar con los invitados, mientras el homenajeado llegaba.

Pasaron pocas horas.

10:00 p.m., al fin, Jimin arriba en Gold Coast Airport después de un vuelo atrasado en Sídney y más de 16 h de vuelo.

El omega estaba cansado, pero debía hacer todo rápido: alistarse para tomar un helicóptero rumbo a la actividad.

Tomó su equipaje y un taxi hasta su casa en la 1/55 Cronin Avenue Main Beach, la cual, después de 6 años fuera de Australia, adquiere con anticipación a su llegada.

El omega se alistó lo más rápido que pudo, ya que su ropa estaba encima de su cama. Salió de la casa rumbo al aeropuerto para tomar el helicóptero que lo llevaría a la isla The Whitsundays.

Después de unos minutos llegó a la Mandalay House.

11:50 p. m. Jimin se baja del helicóptero y se incorpora con los demás a la fiesta.

Poco tiempo después. Jungkook hizo la presentación y nombramiento de su puesto en la compañía, hubo felicitaciones, saludos y anuncios, y ya, al fin, estaba todo el mundo relajado.

Jimin tomaba aire fresco fuera de la casa para relajarse. Cuando Jungkook se acercó, Jimin se asustó.

—¿Te asusté? Tenga para que se refresque —le da una copa de vino.

—¡Gracias! —Mirándolo y tomando un poco de la copa—. Estaba mirando esta bella vista.

—Fue un placer —toma de su copa, sin dejar de admirar a ese omega hermoso—. Cuéntame de ti; veo que tu familia es cercana a mí, pero tú en lo absoluto.

—Soy así, para mí no es fácil ser abierto con gente que no conozco —suspira—. Bueno, ya vine a hacer lo que me pidieron; es hora de irme. Estoy muy cansado.

—Bueno, si no eres abierto con todo el mundo, conmigo lamentablemente sí, te lo digo, para que después no te sorprendas —mirándolo—. Puedes quedarte aquí, es muy tarde, todos se quedan siempre, no acepto respuesta negativa —con seriedad.

—Espera, nuestra relación es de trabajo. No tengo que ser abierto con usted —mirándolo—. No me voy a quedar, porque no tengo ropa y, en mi casa, estaré cómodo. ¡Buenas noches, Sr. Jeon! —Caminando.

—Espere usted —agarra a Jimin del brazo, deteniéndolo—. No dejaré que se vaya a esta hora, prometo que estará cómodo —insistía—, y como dices, nuestra relación es de trabajo, pero tienes que ser abierto conmigo, lamentablemente, cuéntame de ti.

—Frunce el ceño—. ¡Suéltame! Estoy acostumbrado a ir solo a todas partes. ¿No tiene omega? Déjame en paz —mirándolo—. Por última vez, le diré: solo seré abierto con usted en el trabajo y trataré de que nadie sepa que hago cosas negativas. Lo único que debe saber es que tengo 23 años, me llamo Jimin y estudié leyes, ya está.

—Se ríe—. Tanto alterarse y, sin darse cuenta, me está contando sus cosas. Y no, no tengo omega, ¿tengo cara de viejo acaso? —Piensa—. Tienes la misma edad que mi hermana, ¿la conoces? —La actitud de Jimin, no le gusta—. Debes ser educado con tu jefe y hacer lo que él te diga.


Jungkook insistía en conocer a Jimin, tenerlo cerca; en realidad, sus ojos lo habían atrapado. Y cuando le gusta alguien, no se salva de él, pero este sentimiento es diferente a otras ocasiones. El BOSS ya se estaba dando cuenta.

Y no sabía si podía aguantar a Jimin con esa mala actitud, o eso era lo que le llamaba la atención.


—No le estoy contando nada, no entiendo su emoción —cara de indiferencia—. Y no, no conozco a su hermana, disculpe esa y otras más —mirándose las uñas—. Además, mi mamá me enseñó a no quedarme en casa de extraños, como usted, Sr. Jeon.

—Dígame, Kook, para usted soy Kook —mirándolo—. Mmmm, pues, la verdad, tu hermano es mi amigo hace años, yo te recuerdo poco y creo que aún jugabas con muñecas —sonrisa de lado—. Y no estás en casa de extraños, soy tu jefe, es una orden que te quedes, olvídate de los peces de colores y ya está.

—Bueno, Sr. Kook, quizás jugaba con muñecas en ese entonces...


Jimin lo miraba y, como a él, le gusta llevarle la contraria a la gente. Seguía llamándolo señor.


—Y exige demasiado y yo soy poquito para las exigencias personales. Solo acato las laborales. ¡Bonita noche, Sr. Kook! —Jimin vuelve a caminar en dirección a donde está el helicóptero.


Jungkook estaba por perder la paciencia; esa pulguita saltarina estaba dando más líos que sus enemigos en la mafia. Fue a detenerlo de nuevo; no lo iba a dejar ir tan fácil.


—¿Dónde va? Le digo que no va a ninguna parte, se quedará aquí. Y si eres poquito para las exigencias personales, LO LAMENTO, pero a mí no me importa un bledo. Exigente es mi otro apellido —mirándolo—. Mmmm, en la actualidad, ¿juegas con muñecos alfa?

—Y, ¿por qué? —Pone los ojos en blanco—. Exígele a los demás, a mí no —mirándolo—. Ya me cansé de hablar, disculpe, pero estoy muy cansado —bosteza.

—Ven, te llevaré a descansar al paraíso...


Jungkook, a todo esto, solo lo miraba, pero este tipo no se ríe ni con una docena de payasos. En toda la conversación, solo una vez se carcajeó.


—¿Necesitas que te cargue a la habitación?

—La verdad es que su amabilidad me está asqueando y no pretendo sacar mi hostilidad, así que buenas noches, Sr. Jeon —regresaba por el camino de nuevo.

—No me hagas tú sacar mi hostilidad, te ofrezco mi casa para que descanses, soy amable y, eso es mucho decir, así que no me obligues a cargarlo, ¡eh! —Lo aguanta del brazo.

—NO tiene que cargarme —hace que lo suelte—, hágame el favor...no soy su juguete para que me dé órdenes —miraba a Jungkook—. ¿Será que ya me puedo despedir?


En este punto, no se sabe cuál de los dos se soportaba menos. Jungkook era de nacimiento, pero se encontró con el colmo de su zapato.


—No, ¿para qué te vas a despedir, Jimin? Bueno, pues deje el berrinche y vaya a descansar, ¡vamos! —Lo agarra de la mano—. Es que yo jamás lo he tratado como juguete, estás equivocado, ¡eh! Solo estoy siendo amable.


Jungkook intentaba caminar, pero Jimin pretendía quedarse en el mismo lugar. No tuvo otro remedio que llevarlo en hombro, como un saco de papas caminando rápido, y sus guardaespaldas iban detrás.


—Lo que me está causando son ganas de golpearlo, ¿a dónde me lleva? ¿Esos quiénes son? —Jimin miraba para todos lados.

—Te estoy llevando a su habitación y ellos son mis guardaespaldas, ¿por qué? —Resopla—. Tranquilo, ya te pondré en el suelo.

—¿Qué? ¿Guarda, qué? —Sorprendido—. ¿Tan millonario eres?

—¿Puedes bajar la voz, Jimin? Parece que tienes un altoparlante en la garganta. —Resopla—. Y bueno, se puede decir que soy un poco millonario, ¿por qué? Estás nervioso, siento tus nervios. ¿Quiere algo de comer?

—NO tengo que hablar a tu gusto. No quiero nada de usted, solo quiero irme a dormir. ¿Qué sientes, mis nervios? Lo que siente son las ganas de abofetearlo que tengo. Quiero ir a DOR-MIR a mi casa.


Llegaron a la habitación y, como Jimin estaba volviendo loco a Jungkook, lo tira a la cama, sin lastimarlo, pero es que realmente le había colmado la paciencia.


—¡Ya puedes dormir! Y respétame, no tienes que andar ofreciendo golpes. ¿Algo que se te ofrezca? —Jungkook no dejaba de mirarlo; ahora se dio cuenta del cuerpo tan hermoso que tenía—. Ah, y no intentes irte, ¡eh!

—Qué delicado es con los omegas —incorporándose en la cama—. Entonces, USTED tenga respeto conmigo. Que NO quiero nada. —Jimin, también estaba harto de él—. Ajá, no puedo irme, ni que me fuera a amarrar.

—Me obligaste a tirarte, ¡eh! Me estabas gritando en el oído, Jimin. —Mirándolo—. Yo estoy teniendo respeto; es más, hasta amable estoy siendo. Lo que pasa es que, por andar gritando y con sus cosas, no se da cuenta —seguía mirándolo y Jungkook, con esa única mirada sexy, estaba ya desconcertado a Jimin—. Y no, para nada, ¿para qué te voy a amarrar? Solo le digo que no intente irse, a menos que quiera nadar, o quizás que lo detengan en la puerta.


El alfa caminaba de lado a lado y, por un intercomunicador, pidió ropa, cosas de aseo personal, además de agua y frutas para Jimin.


—¿Ya te calmaste, omega?

—Ay, sí, yo lo obligué. No me interesa que me dé explicaciones. —Jimin seguía peleando solo—. ¿Ya puede retirarse? —Se quitó un jacket que tenía.

—Claro, me retiro. Mañana desayuno temprano, no llegues tarde, ¡eh! Despierta a las 8:00 a.m. ¡Que tenga un lindo sueño! Una de las señoras le traerá todo lo necesario. ¡Descansa! —Lo miraba por última vez y se retiró.


No pasaron ni 10 minutos, cuando alguien toca y entra. Era una beta que venía con un carrito en donde traía ropa nueva de dormir, interior, todas las cosas de aseo, además de agua y fruta.


—¡Buenas! —Solo sonríe—. Aquí le traigo lo que necesita —colocaba todo en su lugar y a Jimin le dio ganas de preguntar por ese chico.

—¿Le puedo hacer una pregunta? —Mirando a la beta.

—¡Oh, claro, dígame! —Mirándolo y seguía acomodando todo.

—¿Quién es él? —Mirándola.

—¿El señor? Bueno, él es un joven de 28 años que es uno de los más millonarios del mundo; es dueño de la minera más grande del mundo que está aquí en Australia. Además, tiene un negocio de no sé qué cosa, pero al parecer muy exitoso, ¿por qué? —Mirándolo—. Usted, ¿quién es?

—Se supone que seré socio y abogado de esa empresa, pero no entiendo por qué él se comporta así conmigo, obligándome a quedarme —suspiró.

—No es normal que el señor haga eso con los omegas, es más, aquí no se quedan personas que él no conoce, es raro, debe ser, porque quizás le interesa, o eres una buena compañía. Si no lo conoce, no entiendo tampoco qué hace aquí —mirándolo—. Es una casa completamente sagrada para el Señor; hay espacios confinados y mucha seguridad aquí. Usted también la tiene frente a su puerta.

—Ah, me imagino, con razón dijo que no intentara irme —murmurando—. Bueno, ni yo tampoco entiendo qué hago AQUÍ, pero gracias de todos modos, señora —sonríe y toma las cosas para ir al baño.

—Cualquier cosa que necesites, solo habla por el intercomunicador; alguien vendrá a asistirlo lo antes posible. El desayuno es a las 8:00 a.m. ¡Que descanse! ¿Algo más que necesite?

—No suelo desayunar tan temprano, pero gracias. Y no, no necesito nada más...

—Me retiro. —Sale de la habitación.


Jimin se estaba dando una ducha de agua tibia y relajándose un poco.

Mientras Jungkook se estaba despidiendo de su amigo Namjoon.

En la pequeña conversación, Namjoon estaba burlándose de Jungkook, porque tenía un arañazo en el cuello que Jimin le había hecho, pero él ni cuenta se dio.

Jungkook comenzó a contarle que el hermanito de Taemin era bien salvaje y que le colmaba la paciencia, pero que intentó tirarle la labia bonita y que el omega no se dejó, que lo llevó a una habitación, le cerró la puerta y lo custodió.

Además, que no podía sacarse ese cuerpo de la cabeza.

Por obvias razones, Namjoon le dijo que era un loco, porque eso aquí y en la China se llamaba secuestro y, que si Taemin y Min-Ki se enteraban, se iba a buscar un problema.

Jungkook solo lo ignoró, le dijo que no era un secuestro, que solo quería conocerlo más, ser más cercanos, ya que iban a trabajar juntos, que eso no era nada malo. Solo dijo que lo quería observar, contemplar y estudiar su anatomía.

Namjoon se fue en el helicóptero rumbo a casa tiempo después de reírse y no creer en las palabras de Jungkook.

Jungkook entró a la casa y fue directo a la habitación de Jimin. Ingresó y estaba acostado, por lo que él fue a darse un baño, se acicaló y volvió a la habitación del omega con la bata del baño y medio mojado.

Había entrado por una puerta secreta y Jimin ni se enteró; se sentó en una silla a mirarlo. Él le había enviado una batita cortita y una tanga. Jimin se mueve mucho, tiene un mal dormir, por lo que ya solo le quedaba una poca de sábana puesta.

Jungkook se levanta de la silla y se acerca más, con ganas de tocar, pero solo lo miraba. Se sentó con cuidado en la cama y le tocaba el cabello con cuidado.

¡Hola Roommates!

Espero que todo esté bien y la estén pasando felices ʕ • ́؈ • ̀)

Aquí tenemos una NUEVA HISTORIA, delen mucho amor, espero que lo disfruten y no se olviden regalarme ★'s y comentar que tal les pareció.

¡Hasta el próximo capítulo!XOXO♥ ᒍOᗩᑎ

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