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★°○『 Ꮯᾰ℘!ɬʊʆꪮ 7 』○°★

[Narrador/a POV]

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Todos estaban en la sala, acomodándose para ver una película juntos. La atmósfera era tranquila, como si los eventos del día anterior estuvieran momentáneamente olvidados. Green, aún algo distante pero intentando acercarse de nuevo al grupo, decidió unirse también.

Sin embargo, justo cuando iba a sentarse en un rincón del sofá, alguien llamó a la puerta. Yellow fue a abrir, y para sorpresa de todos, allí estaba Rust, sosteniendo una bolsa con corndogs en una mano y una sonrisa despreocupada en el rostro.

—¡Hey! Espero no estar interrumpiendo algo —dijo Rust con un tono relajado, entrando con confianza—. Vine a ver a Blue.

La sorpresa en la sala fue inmediata. Blue parpadeó, claramente nervioso.

—Ah, Rust… Lo siento, olvidé avisarte que... —miró su pie vendado con cierta incomodidad—. Bueno, tuve un accidente, y las cosas se complicaron un poco.

Rust dejó la bolsa sobre una mesa y se acercó a Blue rápidamente, su expresión de preocupación era genuina.

—¿Un accidente? ¿Qué pasó? ¿Estás bien?

Antes de que Blue pudiera responder, Rust lo abrazó con firmeza, algo que dejó a todos los presentes en silencio, especialmente a Green, que se había quedado congelado a un lado del sofá.

Cuando Rust terminó el abrazo, miró directamente a Blue.

—¿De verdad estás bien? ¿Te duele mucho?

Blue sonrió un poco, intentando calmar la situación.

—Estoy bien, de verdad. Fue algo pequeño... bueno, más o menos. Pero ya estoy mejor.

Mientras hablaban, Green, que hasta ese momento había estado tratando de mantenerse al margen, dio un paso al frente y se colocó a un lado de Blue, casi invadiendo su espacio personal. El movimiento fue tan repentino que todos en la sala lo notaron.

Rust levantó una ceja, confundido por la acción de Green.

—¿Y tú? —preguntó Rust, con un tono más frío esta vez, mirando a Green de reojo—. ¿Qué haces aquí?

Green cruzó los brazos, fingiendo indiferencia.

—Nada que te importe.

La tensión en el aire era palpable. Rust lo miró con algo de desdén, mientras Blue parecía completamente perdido, mirando a ambos sin entender qué estaba pasando.

—Rust, él es… —Blue intentó intervenir, pero Rust lo interrumpió.

—No importa quién sea. Si él fue el que causó ese “accidente” del que hablas, no sé si debería estar aquí.

La mandíbula de Green se tensó, y miró a Rust con una mezcla de enojo y orgullo herido.

—No tienes idea de lo que pasó, así que no te metas.

Rust dio un paso más cerca, como si estuviera dispuesto a enfrentarlo.

—Sé lo suficiente. Y si Blue se lastimó por tu culpa, entonces tal vez deberías estar más preocupado por arreglar las cosas que por quedarte aquí parado.

Los demás, que hasta ese momento habían estado observando en silencio, comenzaron a murmurar entre ellos, incómodos con la confrontación. Second finalmente dio un paso al frente, colocándose entre ambos.

—Ya basta, los dos. Esto no es momento para pelear.

Rust suspiró, mirando a Blue con una expresión más tranquila.

—Blue, si necesitas algo, estaré aquí. No quiero causarte más problemas.

Blue asintió, aún nervioso, mientras Rust retrocedía un poco. Green, por otro lado, simplemente bufó y se cruzó de brazos, claramente molesto pero sin decir nada más.

La película quedó olvidada, y la tensión en la sala se sentía como una cuerda a punto de romperse. Blue solo deseaba que las cosas volvieran a la normalidad, pero sabía que, con Green y Rust en el mismo espacio, eso sería casi imposible.

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El silencio en la sala era tan denso que parecía imposible romperlo. Rust se sentó en un sillón cercano, con una actitud relajada, aunque de vez en cuando lanzaba miradas furtivas hacia Green. Por su parte, Green permanecía de pie, con los brazos cruzados y una expresión de disgusto evidente, como si estuviera buscando algo que decir pero sin encontrar las palabras adecuadas.

Blue, nervioso, trató de aliviar la situación.

—Bueno, ¿qué tal si comenzamos con la película? —propuso con una sonrisa tensa, mirando a todos en la sala.

Yellow asintió, siempre intentando mantener la paz.

—Sí, es una buena idea. Todos necesitamos relajarnos un poco.

Second se levantó para ajustar el proyector, mientras Red y Reuben intercambiaban miradas incómodas. Nadie mencionó lo obvio: Rust y Green claramente estaban en un enfrentamiento silencioso, y Blue parecía atrapado en medio.

Mientras la película comenzaba, Rust aprovechó la oportunidad para inclinarse hacia Blue, hablando en voz baja:

—Si necesitas algo, solo dímelo. No te esfuerces demasiado con ese pie.

Blue asintió, agradecido, pero sintiendo la presión de la presencia de Green, que no le quitaba los ojos de encima. Rust lo notó y sonrió con un aire despreocupado, como si estuviera disfrutando de la incomodidad de Green.

Green, incapaz de contenerse más, tomó asiento al lado de Blue, casi rozándolo, lo que hizo que Rust arqueara una ceja.

—¿Seguro que quieres quedarte aquí? —preguntó Green, mirando directamente a Rust con una sonrisa falsa—. Pareces más un tipo de… ¿venta de corndogs que de películas?

Rust soltó una pequeña risa sarcástica.

—Pues mira, siempre es bueno variar un poco. Además, pensé que sería un buen momento para pasar tiempo con Blue. Ya sabes, con alguien que lo valore de verdad.

La indirecta fue clara, y el ambiente en la sala se volvió aún más tenso. Blue miró a ambos, sintiéndose atrapado entre ellos.

—¡Ya basta! —interrumpió Second, levantando la voz y deteniendo la película—. Si van a estar peleando como niños, háganlo fuera. Este es un momento para relajarnos, no para sus disputas tontas.

Green y Rust se miraron con disgusto, pero ninguno dijo nada más. Rust, con un aire triunfante, se recostó en el sillón, mientras Green apretaba los puños, claramente molesto por la situación.

La película continuó, pero Blue apenas podía concentrarse. Su mente estaba dividida entre el enojo de Green y la inesperada visita de Rust. Sabía que Green aún tenía sentimientos por él, pero también entendía que Rust había estado ahí para apoyarlo en momentos difíciles.

Al terminar la película, Rust se levantó con calma, estirándose.

—Bueno, fue un gusto verlos a todos —dijo, dirigiéndose principalmente a Blue—. Espero que te mejores pronto. Si necesitas ayuda, sabes dónde encontrarme.

Antes de irse, Rust se inclinó ligeramente hacia Blue, como si fuera a darle un abrazo, pero Green se interpuso, poniéndose de pie abruptamente.

—Creo que ya escuchó suficiente, ¿no crees?

Rust lo miró con una sonrisa desafiante.

—Por supuesto. Que tengas una buena noche, Green.

Y con eso, Rust salió de la casa, dejando una atmósfera cargada tras de sí.

Green se giró hacia Blue, su expresión una mezcla de enojo y frustración.

—¿Por qué lo dejas actuar como si fuera tan cercano a ti?

Blue suspiró, ya cansado de todo el drama.

—Porque lo es, Green. Es un buen amigo, y no tiene nada que ver contigo.

Green apretó los dientes, pero no dijo nada más. En lugar de eso, subió a su cuarto, cerrando la puerta con un golpe.

Blue, agotado, miró a Second, quien negó con la cabeza.

—Tienes que hablar con él. Si sigue así, esto solo va a empeorar.

Blue sabía que Second tenía razón, pero en ese momento solo quería descansar. El problema con Green tendría que esperar… al menos un poco más.

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Blue subió a su habitación en silencio, su mente dando vueltas en torno a lo que acababa de pasar. Aunque trataba de negarlo, los sentimientos por Green seguían ahí, enterrados pero vivos, como una llama que nunca había logrado apagar del todo. Pero ahora, después de todo lo que había pasado, le dolía más que nunca que Green no lo viera de la misma manera.

Blue se dejó caer en su cama, mirando al techo. Rust había sido amable y atento, pero su corazón no podía ignorar que Green estaba en su mente, incluso en los peores momentos. Rust era alguien seguro, pero con Green todo era más complicado.

—¿Por qué siempre tiene que ser tan difícil contigo, Green? —murmuró para sí mismo, apretando las sábanas con frustración.

Mientras tanto, Green estaba encerrado en su cuarto, los audífonos colgando alrededor de su cuello y el teléfono olvidado en la cama. Su mente estaba completamente distraída con la imagen de Blue y Rust juntos. Aunque intentaba convencerse de que no le importaba, había algo en esa escena que lo había perturbado más de lo que quería admitir.

—No es asunto mío —se dijo en voz baja, tratando de convencerse—. Blue puede hacer lo que quiera. Ya no somos nada.

Pero aunque sus palabras sonaban firmes, su corazón decía otra cosa. Había una sensación punzante en su pecho, una mezcla de celos y arrepentimiento que no podía sacudirse. No quería aceptar lo que sentía, porque hacerlo significaba enfrentar sus propios errores, y Green no era bueno enfrentando sus sentimientos.

Con un suspiro pesado, se levantó de la cama y se acercó a la ventana. Desde allí podía ver el bosque iluminado por la luna, un lugar donde solía pasar tiempo con Blue en el pasado. Recordó las risas, las conversaciones y cómo Blue siempre parecía tan genuinamente feliz a su lado.

—No soy el mismo de antes —se dijo a sí mismo—. No puedo ser esa persona para él.

Pero una parte de él sabía que lo que más temía no era no ser suficiente, sino que Blue ya no lo viera como alguien importante en su vida.

De repente, un golpe suave en la puerta lo sacó de sus pensamientos.

—Green —la voz de Yellow se escuchó del otro lado—. Blue quiere hablar contigo.

Green frunció el ceño, sintiendo que su corazón se aceleraba.

—No tengo nada que decirle —respondió con frialdad, aunque sabía que no era verdad.

Yellow suspiró, pero no insistió.

—Como quieras, pero al menos piénsalo. No siempre va a estar dispuesto a intentarlo.

Green escuchó cómo Yellow se alejaba, dejando la casa en silencio nuevamente. Pero la inquietud dentro de él no desapareció. Caminó de un lado a otro en su habitación, tratando de ignorar las palabras de Yellow y el hecho de que Blue quería hablar con él.

Finalmente, incapaz de soportar la tensión, Green salió de su cuarto. Caminó lentamente hacia la habitación de Blue, su mente en un torbellino de pensamientos contradictorios. Quería hablar con él, pero no sabía qué decir.

Cuando llegó a la puerta, se quedó inmóvil por un momento, dudando. Podía escuchar un leve murmullo desde adentro, probablemente Blue hablando solo o pensando en voz alta, algo que solía hacer cuando estaba nervioso.

Green levantó la mano para tocar la puerta, pero se detuvo a medio camino. En lugar de eso, apoyó la frente contra la madera, cerrando los ojos.

—¿Por qué no puedo simplemente dejarlo ir? —murmuró para sí mismo.

En ese momento, la puerta se abrió lentamente, revelando a Blue al otro lado. Sus ojos se encontraron, y durante un segundo, ninguno de los dos supo qué decir.

—Green… —Blue fue el primero en hablar, su voz suave, casi temblorosa—. ¿Qué estás haciendo aquí?

Green abrió la boca para responder, pero las palabras no salieron. En lugar de eso, se quedó allí, mirándolo, como si intentara encontrar una respuesta dentro de los ojos de Blue.

Finalmente, suspiró y apartó la mirada.

—No lo sé —admitió en voz baja—. Solo… quería asegurarme de que estás bien.

Blue parpadeó, sorprendido por la honestidad de Green. Durante un momento, sintió una chispa de esperanza, pero la apagó rápidamente, recordándose a sí mismo que Green siempre encontraba una forma de alejarse.

—Estoy bien —respondió, aunque no era del todo cierto—. Gracias por preguntar.

Green asintió, pero no se movió. Había algo más que quería decir, algo que estaba luchando por salir. Finalmente, lo miró a los ojos otra vez, su expresión más suave de lo habitual.

—Blue, yo…

Pero antes de que pudiera terminar, el sonido de pasos en las escaleras interrumpió el momento. Ambos miraron hacia el pasillo y vieron a Rust, que había regresado con una pequeña bolsa en la mano.

—Olvidé mi chaqueta —dijo Rust, mirando a ambos con una sonrisa ladeada, aunque sus ojos parecían analizar la situación—. ¿Interrumpo algo?

Green dio un paso atrás de inmediato, cerrándose nuevamente.

—No, para nada —respondió con frialdad, alejándose hacia las escaleras—. Haz lo que quieras.

Blue quiso detenerlo, pero Green ya se había ido, dejando a Rust en la puerta y a Blue sintiéndose más perdido que nunca. Rust, por su parte, aprovechó el momento para acercarse.

—¿Estás bien? —preguntó, mirándolo con preocupación sincera.

Blue asintió lentamente, pero en su mente, solo podía pensar en lo que Green no había terminado de decir.

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Blue se quedó allí, en el umbral de su puerta, mirando cómo Green se alejaba por el pasillo. Su corazón latía con fuerza, y aunque intentaba convencerse de que era mejor no dar más importancia a lo que acababa de pasar, había algo dentro de él que no podía ignorar. No entendía lo que Green sentía, ni por qué parecía tan distante, pero había visto algo en su mirada que le hacía pensar que, tal vez, no todo estaba perdido.

Rust, al verlo tan callado, dio un paso más dentro de la habitación, con una expresión comprensiva.

—Blue... ¿estás seguro de que estás bien? —preguntó suavemente, casi como si temiera presionar demasiado.

Blue suspiró y se dejó caer en la silla cerca de su cama. Aunque la respuesta de Green le había dado algo de esperanza, sentía una desconexión profunda entre ellos. Algo había cambiado, y no estaba seguro de qué había sido.

—No lo sé, Rust —respondió, mirándolo con una mezcla de frustración y tristeza—. No sé qué está pasando con él, pero... me hace sentir que estoy persiguiendo algo que ya no existe.

Rust se sentó junto a él, mirándolo con una sonrisa suave pero sincera.

—La gente cambia, Blue. Puede que Green esté lidiando con cosas que ni él mismo entiende. Tal vez lo que siente por ti ahora no es lo mismo que antes, pero eso no significa que no puedas llegar a comprenderlo.

Blue miró a Rust, un poco confundido por sus palabras. A veces, la forma en que Rust veía las cosas le parecía tan simple, pero al mismo tiempo tan sabia.

—Pero yo no quiero que sea tarde para nosotros. No quiero quedarme solo con los recuerdos de lo que éramos —dijo Blue, su voz quebrándose un poco al final.

Rust le dio un suave golpe en el hombro.

—Y no lo estarás. Pero no puedes forzar las cosas. Si Green tiene algo que decir, te lo dirá cuando esté listo. Y si no lo hace, quizás debas empezar a pensar en ti mismo primero.

Blue asintió lentamente, aunque no podía dejar de pensar en Green. La idea de que él ya no lo viera de la misma manera lo desgarraba. Pero también sabía que no podía seguir esperando indefinidamente. La vida, después de todo, no se trataba solo de esperar que las cosas volvieran a ser como antes.

—Gracias, Rust —dijo Blue, esbozando una ligera sonrisa. Agradecía tener a alguien que no solo lo entendiera, sino que también supiera cómo calmar sus pensamientos.

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[Continuará...♡]

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