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ᖇᗴᗷᎥᖇ丅ᕼ-ᑭᗩᖇ丅ᗴ 2☆ *: ・ ゚

—Ya me... —Se gira, mirándolo— ¡Ah, mi gordo hermoso!


Jimin de prisa fue a donde Jungkook, agarrando rápido a Michelangelo, dándole muchos besos, y el omeguita estaba emocionado, porque veía a su mamá.

Esa escena le sacó una sonrisa al doctor Jeon.


—Sonríe— Ajá, ¿qué me ibas a decir? —mirándolo con la ceja levantada— Oye, que come ese niño, ¿ah? Es hermoso tu bebé; creo que yo no le caigo bien; me mira serio.

—Que ya me estabas haciendo esperar mucho —jugando con su bebé—. Está con leche y comiditas para bebés, solo tiene 5 meses. Gracias por alagar a mi príncipe. Mmmm, es su manera de hacer pases, serio, si les caes bien, se llegará a reír contigo, si no, pues no le caíste bien.

—Lo siento, tardé porque el paciente anterior entró en una crisis y tuve que intervenir —mirándolo y después a Michelangelo—. Mmmm, pues, creo que no le caí bien, aún no se ríe conmigo —pensando—. Uh, si come solo eso, está pesadito y es grande para los meses que tiene —sonríe.

—Ah, pues no sé qué decirle —seguía llenando de besos a su bebé— Sí, él come muy bien, gracias a la luna. ¿Yoongi no le dijo si había comido? Bueno, de seguro que sí —sonríe.

—Me va mal, porque no me quiere el Michelangelo —hacía puchero—, que bueno que come bien, así siempre estará saludable —piensa—. No, no me dijo si comió, pero le dejó un biberón. ¿Nos vamos a la terapia? ¿Quieres aquí o en el jardín? —mirándolo.

—Ok, igual, cuando a él le dé hambre, llora —mirándolo—. Sí, comencemos la terapia, pero hoy mejor aquí, para que el nene no pase calor.

—Sonríe—. Bueno, nos quedamos aquí. Si así deseas, vamos a sentarnos, ¿está bien? Tú en tu cama y yo aquí estaré bien —Jungkook se sentó en un sillón que hay en la habitación.


El doctor Jeon comenzó su terapia.

Jimin estaba feliz y parlanchín, y tener a su hijo allí le hacía todo más ameno. Contó cómo había pasado la noche tranquila, que había comido y no había tenido pesadillas.

El Omega tenía tormentosas pesadillas recurrentes a raíz de aquella fatídica noche en la que vivió su infierno. Habían mejorado y le confesó al doctor Jeon que desde que comenzó a hablar con él no solía tenerlas todos los días. Además, que era la base del comienzo de su recuperación, ya que le tiene confianza.

En la terapia abarcaron temas sobre su papá, quien dejó a su mamá cuando él tenía 4 años y no había convivido realmente nada, cómo su abuelo reemplazó ese papel y cómo lo educó.

Jimin, estaba feliz por el privilegio de tener a su pequeño junto a él, en esos momentos en que estaba con sus terapias y en camino a la rehabilitación. Solo por ese pequeño omeguita que está comenzando a vivir y lo necesita tanto.

La terapia pasó sin contratiempos; hablaron mucho sobre Michelangelo; el doctor Jeon quería saber qué significaba ese pequeño para él, aunque fuera producto de algo que no pidió.

Lo comprobó; Jimin ama a ese pedazo de persona más que su vida, que luchará por él y para él, así que debía tener al bebé en las terapias. Iba a dar pasos gigantescos en el estado emocional de Jimin.

No le importa romper las reglas, contra todo y todos. Él iba a sacar a ese Omega con aroma a mocha de esa situación y estaba dispuesto a ofrecerle muchas cosas para que ninguno de los dos se alejen de él. Era un secreto, pero ese par ya le habían calado su pecho en tan poco tiempo.

Se sentía su alfa, protegiendo a sus omegas.

El doctor Jeon le dio más tiempo a Jimin de estar con su gordo. Los dejó a solas en lo que él iba a llenar el expediente en el área de enfermería. Allí la enfermera Milano le coqueteó y le hizo insinuaciones; hasta lo amenazó, porque vio cuando entró a un bebé al hospital. Simplemente, la ignoró y fue a buscar al bebé para entregárselo a Yoongi.

Un rato después, la enfermera Salazar, que era como su cómplice, lo ayudó a entrar comida de la calle, para que Jimin pudiera comer cosas que le gustaban; así subía de peso y se mantenía saludable. Además, le envió unas flores a Jimin.

Jimin desde que comenzó las terapias con el doctor Jeon y que hayan incluido a Michelangelo, lo estaba haciendo muy bien; con libertad y tranquilidad hablaba de sus problemas con fluidez.

Las únicas que se empeñaban en perturbar su paz, eran la doctora de la Garza y la enfermera Milano, todo porque Jungkook lo trataba como un príncipe. Ellas simplemente lo odiaban por eso.

A pesar de todo, los días iban pasando bien en aquella habitación, ya no tan fría, pero solitaria la mayor parte del tiempo.

Jimin dormía la gran parte del tiempo; los medicamentos lo ponen bastante relajado y lo hacía con facilidad.

Como todos los días, la enfermera Milano, tenía las ganas de joder.

Por lo que, con toda la maldad, lo movió de tal forma que parecía un terremoto, lo asustó a tal novel, que Jimin se levantó gritando. La enfermera Milano se reía, que le faltaba tirarse al piso para seguir burlándose de Jimin.


—Sigue riéndose, la enfermera Milano—. ¿Qué te pasó, Omega? —Más risas.

—¿Qué le pasa? ¿Por qué me despierta así? Mi sesión NO es ahora —tenía el corazón demasiado acelerado.

—¿A mí? No me pasa nada, yo no te desperté, ¿qué soñabas? ¿Sabes qué hora es? Mmmm, imposible, los locos de aquí nunca saben los días que viven —se ríe—. ¿Y qué, eres VIP aquí, o qué?

—¿Para qué me levanta? Soy loco como tú dices; deberías de joder menos.

—Te hice una pregunta, loco, ¿eres VIP aquí o qué? —mirándolo—. Y sí, me gusta sacarte de tus casillas, me gusta joderte —se ríe—. ¿Y qué pasa?

—Jimin, se levantó y se le acercó—. Loca eres tú, y no soy VIP, simplemente me cambió de un maldito cuarto, y si tienes ganas de joder, pues busca a quien más jodas, a mí no me jodas, si estoy loco, ¡preocúpate! El día menos pensado me da una loquera y no vives para contarlo —bien pegado a su cara, si parecía de mente.

—Hey, hey, despégate, ¿qué te pasa? Vuelve a tu cama si no quieres que te eche a dormir sin sueño, ¡eh! —sería y lo agarra del brazo llevándolo de vuelta a la cama—. Y te quedas ahí. Ah, sí, vaya, se me olvidó que el papasote Jeon es locura con su pacientito.

—Park la empujó, que por poco la estampa contra la pared—. ¡No me tiene que tocar! Échame a dormir y tú te jodes, porque me recordaré al despertar que fuiste tú. ¿Se te olvida de que aquí hay cámaras, anormal? —mirándola.

—Jimin, me estás colmando la paciencia tú a mí, ¡eh! Así que sea la última VEZ en que me pongas un dedo encima, ¿ok? Y si sigues anormal, porque eres TÚ, no yo, te echaré a dormir y por lo menos en 3 días NO serás normal. Tranquilito —molesta.

—¡PUES, QUE SEA LA ÚLTIMA VEZ QUE ME LEVANTES DE ESA MANERA! Procura no volver a acercarte; la próxima vez, no respondo, te lo estoy advirtiendo.

—CÁLLATE, JIMIN, mejor baja la voz, o te tapo la boca, ¡eh! —molesta—. ¿Nunca te han metido en un cuarto sin ventanas y sin entrar luz? Pues deja la mierda, así que no me amenaces y ESTATE QUIETO —estaba furiosa.

—NO ME CALLO, ¿POR QUÉ ME TENGO QUE CALLAR? HAZ LO QUE QUIERAS, MILANO, PEORES COSAS HE PASADO. ¡QUE ME ENCIERRES SIN VENTANAS Y SIN LUZ ME DARÍA IGUAL! ¡ME QUEDO QUIETO CUANDO ME DEJES EN PAZ! —Lo tenía histérico ya.

—¿Ah, no te importará? —se ríe—. Pues qué bien, BUENA idea me has dado. Cuando te pongas difícil, allá te llevaré, a ver si te enderezas. Y sigue gritando, sigueee, que te van a medicar y no seré YO —lo seguía jodiendo, ya lo tenía a punto de una crisis.

—¡HAZ LO QUE TE DÉ LA GANA! NO ME IMPORTA, MILANO. NI QUE FUERA LA PEOR COSA DEL MUNDO. CUANDO PASES LO PEOR DEL MUNDO, ME AVISAS. TÚ NO SABES MÁS QUE REBAJARTE Y JODER A LOS DEMÁS, NO ERES NINGUNA ENFERMERA, ERES UNA PORQUERÍA DE PERSONA, NO ESTÁS EN MI POSICIÓN.


La enfermera Milano no se iba a llevar una amonestación o que la despidieran del trabajo, así que le convenía silenciar al Omega que tenía una crisis frente a ella.

Fue a donde Jimin y le tapó la boca, con nada de delicadeza.


—¡Que te CALLES te digo! —le sacó la mano tan fuerte, que lo tiró al piso.


En eso, llegó corriendo la enfermera Salazar, y Milano se hizo la que no rompe un plato, mientras que miraba a Jimin con desprecio y no movió un dedo para levantarlo del suelo.


—¡Jimin! —fue a donde él, ayudándolo a levantarse— ¿Qué es lo que pasa? —dirigió su mirada seria a Milano, que se fue de inmediato— ¿Jimin, estás bien?

—¡NO! NO ESTOY BIEN, NO QUIERO ESTAR AQUÍ, NO QUIERO VIVIR AQUÍ, NO QUIERO ESTAR AQUÍ, YO NO QUIERO —gritando.


La enfermera Salazar no dejaba de abrazarlo, tomó su celular y le envió un mensaje a Jungkook que viniera urgente.


—Tranquilo, Jimin, no grites así, por favor —entraban enfermeros—. Váyanse, por favor, ya el doctor Jeon viene, déjenlo solo, ¡está conmigo! —llagaba personal de todas las unidades, al escucharlo gritar de esa forma—. Jimin, mírame, por favor, toma un poco de agua, cálmate, ¿sí?

—¡NO QUIERO ESTAR AQUÍ! ¡NO QUIERO! ¡NO QUIERO!


Jungkook llega corriendo a la habitación, muy preocupado y angustiado. Jimin estaba bien, había progresado mucho, no entendía qué pasaba.


—¿Qué pasa, Salazar? ¿Por qué grita tan feo? ¡Déjame abrazarlo, por favor!


Salazar se aleja de Jimin y ahora el doctor Jeon es quien lo abraza confortablemente. Él sabía que estaba en crisis.


—No sé, yo lo escuché gritar y cuando llegué estaba Milano aquí. Solo vi que lo dejó caer, pero ya Jimin estaba gritando, ¿le pondremos un calmante?

—¡Milano! —se mordió la lengua, y todo por no decir nada—. Salazar, por favor, busca el calmante y el agua, ¿sí? Trataré de hablar con él, pero no creo que haga de mucha ayuda; si no llora, no se calmará —estaba preocupado tanto, que Salazar nunca lo había visto de esa forma.

—Ok, ya vuelvo... —salía de la habitación.

—Jimin, mírame, ¿sí? ¿Qué pasa? ¿Qué sientes? —Le preguntaba por si tenía dificultad de respirar; era un ataque de pánico—. Háblame, tranquilo, sin gritarme, por favor.


El doctor Jeon lo acostó en la cama y, como todo un profesional, se acostó a su lado, abrazándolo fuerte. Y como todo un alfa, interesado y protector, lo llenó de sus feromonas a café americano.


—No quiero... —en susurros—. No quiero... —dijo hasta comenzar a llorar.

—¿Qué no quieres? Tranquilo, solo llora, ya estoy aquí; nadie, ni nada, te hará daño, ¿sí? —no lo dejaba de abrazar para nada—. Todo estará bien, nadie vendrá a molestarte más, ¡sobre mi cadáver! ¿Quieres descansar, quieres dormir así junto a mí para que nadie te moleste?


Jimin, sin parar de llorar, se aferra mucho a ese alfa tan confortante que le abrazaba hasta el corazón.


—Llora lo que quieras, lindo, ya nadie te molestará así —lo pegaba a su cuerpo y con su aroma lo calmaba. Era mejor que un tranquilizante biológico.


En eso Salazar llega y otra enfermera también.


—¿Doctor, está todo bien? ¿Necesita ayuda? —mirándolo, era la enfermera Anderson.

—No está bien, no le daré nada... dame el agua, Salazar, por favor... deja otra por si acaso. Hoy no habrá sesión. Necesita descanso luego de esta crisis. Y voy a dar órdenes de quiénes van a entrar a este cuarto y quienes NO. Estaba mejorando —estaba molesto, pero Jimin ya se estaba durmiendo.

—Doctor Jeon, no le vamos a poner calmante, solo lo dejarás dormir, ¿verdad? —mirándolo—. Se está durmiendo ya. Anderson, ¿puedes retirarte? —La mencionada no se movía y Jungkook estaba molesto.

—Sí, así se quedará... cualquier cosa; más tarde se le puede administrar la dosis para que descanse —Jungkook, se levantó, acomodó mejor a Jimin y lo arropaba—. Nadie entrará, solamente Salazar y yo —mirando a Anderson—. ¡Vamos!

—Doctor Jeon, cálmate, no vayas a cometer un error, ¡eh! —mirándolo asustada, sabía que iba a donde Milano.


Jungkook estaba molesto, no solo porque seguramente perdió el avance con Jimin, sino, porque sabía que lo hicieron por su culpa, porque son personas sin escrúpulos que por celos hacen daño a otros.

Estaba decidido a no dejar a nadie cerca de su Jimin. Salazar es su única confianza en ese hospital.

Pero sacará a Milano del área; la sacará.

Aunque ahora estaba peleando con Anderson.


—Pues NO la quiero en esta área, tiene que llegar hasta el límite de este cuarto, ni se le ocurra mirar... se pasó con mi paciente, lo agredió y me es suficiente la situación. ¡Vamos!


El doctor Jeon salía de la habitación de Jimin con ambas enfermeras, todavía muy molesto. Pensó que podía protegerlo a toda costa. Esto no debió pasarle. Es lo único que daba vueltas en su cabeza.


—¡Jungkook! —lo agarra y lo aleja de Anderson—. Jungkook, quiero que te calmes, si vas a decir que la saquen de esa habitación, que sea con calma, no te veas muy obvio, ¡eh! —Salazar estaba preocupada.

—Lo siento, Salazar, pero no puede ser posible que le haya hecho semejante cosa y ahora pueda perder TODO lo que logré... necesito un café, sin duda alguna.

—¿Te busco café? —mirándolo—. Tranquilo, doctor, esperemos que no haya desmejorado, ojalá y se levante mejor. ¿Aún sigue en pie lo de la excursión del sábado? ¿A dónde lo llevarás? Jimin me hizo el comentario de que tú no te merecías a alguien como él.

—Sí, por favor, el grande. Tengo pensado llevarlo a la playa y espero que resulte esto —resoplando—. ¿Por qué hizo ese comentario? ¿Cómo va a saber si es mejor o peor, si apenas me está comenzando a hablar...?

—Resopla—. Tranquilo, Jungkook, no quiero que te me traumes tampoco, debes comprender un poco, ¿sí? Sé que te gusta Jimin, que te importa, que es especial para ti, —mirándolo—. No sé por qué lo dice, pero dice que tiene demasiados problemas y que tú te mereces algo mejor. Ya verás cómo lo de la playa resulta. Trátalo como príncipe, ¿sí? —sonríe un poco—. ¿Cómo quieres el café?

—Que sea expreso, ya sabes cómo suelo tomarlo bajo enojo —resoplando—, ojalá todo resulte...

—Tranquilo, yo te busco el café, baja las revoluciones y habla con Martín, dile que cambie a Milano de esta área y la ponga en intensivo mental y listo, sin tanta explicación, que te descontrolo a un paciente bajo tratamiento y que no la quieres cerca.

—Sí, es lo que haré, voy a hablar con Martín y le diré que lo haga...

—Bueno, espero que lo hagas antes de que te vayas, ¡eh! —mirándolo con la ceja levantada—. Entonces, ¿qué hago cuando llegue? Veo si está bien y cuando despierte, le pongo calmante para que duerma toda la noche, ¿o dejo a Jimin tranquilo?

—Solo quiero que estés pendiente, que cuando despierte, coma y le des el calmante para que duerma toda la noche.

—Está bien, doctor Jeon. Cuando te traiga el café, compro la cena para Jimin y le doy el calmante a las 7:00 p m. ¿Quieres que le diga a Martín que venga?

—¡Gracias, Salazar! Dile a Martín que lo espero en mi oficina.


No pasó mucho tiempo cuando llegó Martín a la oficina del doctor Jeon. Hablaron de lo sucedido con la enfermera Milano y la situación actual de su paciente.

Jungkook habló con el director de enfermería sobre la situación; quedaron en buenos términos, ya que por lo que pasó a Milano la suspendieron sin sueldo.

Los días siguientes, Jimin estaba siempre asustadizo, nervioso, trataba mal a su doctor, no quería que le regalara nada, casi no probaba alimento. Ha estado deprimido por el simple hecho de sentirse especial y él no quiere sentir eso, porque cree que no se lo merece.

No acepta al Doctor Jeon ni como amigo. Rechazó sus excursiones; solo se limitaba a hacer sus terapias en la habitación. La última vez, el doctor Jeon había comprado ropa para él, cositas para pasar el día; estaba muy feliz, pero cuando llegó a casa lo tiró todo a la basura. Él también necesitaba sentirse especial, los sentimientos por Jimin y su bebé cada día florecían, pero los rechazos también le hacían mal a su corazón, aunque no se lo expresara de esa forma.

Jungkook sabía que lo que estaba sintiendo podía traerle problemas en el hospital, pero no solo eso, también a su corazón. La persona que estaba comenzando a amar no tenía ganas de una relación, no tenía ganas de salir adelante, pero por ese amor que siente por Jimin y su bebé, perdería todo, por ganarse su corazón y crear una manada con ellos dos.

Palabras como estas eran las últimas cosas que el alfa con aroma a café americano le decía a Jimin después de sus terapias:

«Una última cosa que quiero decirte, ya que sé que no has comido, me gustaría que estuvieras a dieta, pero de pensamientos malos, de personas destructivas y de cosas que no te convengan.»

Así siguieron pasando los días.

Jimin estuvo en huelga de comida casi 3 semanas. Bajó mucho de peso, pero cuando comenzó a comer de nuevo, lo estaba haciendo muy bien.

Sobre las terapias, unos días buenos y otros malos, pero ya a estas alturas había más buenos.

El primer mes [Ago-Sept] en el Centro fue sobrepasado; el doctor Jeon estaba feliz, porque había mejorado mucho, aunque la relación entre ellos no era nada buena.

Así seguían pasando más días. Llegó octubre...

Jimin pasó su cumpleaños #26 en el centro internado. Ese mismo fin de semana, cuando lo vino a visitar su familia, le trajeron un pastel para cantar y Michelangelo estaba muy emocionado.

Pero no solo tuvo esa mini fiesta familiar, el doctor Jeon le hizo la mejor fiesta del mundo. Fue todo un proceso de amor y bondad.

"Sueños hechos realidad"

Hace unas semanas, Jungkook se acercó a Yoongi con una idea brillante y un corazón lleno de amor. Se acercaba el cumpleaños de ese omega con aroma a mocha que él adoraba tanto.

Sabiendo lo especial que era este momento, Jungkook decidió que tenía que ser una celebración que Jimin nunca olvidaría. Pero aquí estaba el giro: el Alfa quería que fuera una sorpresa. No sería una tarea fácil, ya que él planeaba sacar a Jimin del hospital y reunir a familiares y amigos cercanos.

Organizar una celebración así, sin que esa persona especial se entere, ¡ya sabemos lo complicado que puede resultar! Con ayuda de Yoongi, ¡todo es más sencillo y relajado!

Yoongi, aceptó este desafío con entusiasmo y compromiso. Comenzó a trabajar en colaboración con Jungkook, escuchando sus ideas, sueños y expectativas para este día tan especial.

A medida que profundizaron en su visión, quedó claro que un elemento crucial de la celebración sería un espectacular photocall. Jungkook quería que fuera el centro de atención, un lugar donde los invitados pudieran capturar momentos inolvidables y celebrar el cumpleaños de Jimin.

"El secreto siempre está en los detalles"

La elección de colores fue uno de los aspectos más emocionantes del proceso de planificación. Jungkook, con su buen gusto innato, optó por una paleta de colores en azul y dorado. Estos colores no solo representaban la personalidad del homenajeado, sino que también simbolizaban la elegancia y la celebración.

El azul evocaba un sentimiento de calma y serenidad, mientras que el dorado añadía un toque de brillo y lujo.

El photocall, adornado con una impresionante variedad de globos en tonos azules y dorados, se convirtió en una obra de arte por sí mismo. Los globos danzaban en el aire, llenando la habitación de alegría y emoción.

Lo que hizo que este photocall fuera aún más especial fue la incorporación de un marco decorado con pinzas y luces. Este marco se convirtió en un punto focal donde los invitados podían colocar las fotos que se tomaron con la cámara instantánea, creando un rincón lleno de recuerdos y risas.

"El día del cumpleaños sorpresa con todo el amor del mundo"

Aunque la lluvia amenazaba con interrumpir la celebración, no permitieron que nada empañara este día tan significativo. La idea original era celebrarlo en la terraza de un precioso hotel en Miami Beach, aunque, por la lluvia, esto no fue posible, así es que finalmente lo organizaron en un salón íntimo y muy bonito.

Los familiares y amigos que vinieron de parte de Jimin fueron recibidos con una decoración que les robó el aliento. Habían creado un ambiente tan especial que todos los invitados se sentían parte de algo verdaderamente único.

Las risas llenaron la sala mientras los invitados posaban frente al photocall y luego colocaban las fotos en el marco con pinzas y luces. Cada clic de la cámara capturaba la alegría y la emoción compartidas por todos los presentes. La fiesta fue un rotundo éxito y Jimin fue el más feliz del mundo. Por primera vez, Jungkook conoció una sonrisa auténtica, conoció un brillo especial en sus ojos y, por primera vez, un:

«Gracias por hacerme sentir especial»

Los invitados se sentían honrados de haber sido parte de esta celebración tan especial. Jungkook y Jimin, junto con sus seres queridos, crearon recuerdos que durarán toda la vida. Esta historia es un testimonio de cómo los pequeños detalles, la planificación cuidadosa, la creatividad y el amor pueden transformar una celebración en un evento extraordinario.

Más días pasaron. Jimin se veía mejor, tranquilo.

Cuando a mediados de octubre comenzaron a molestarlo psicológicamente entre Milano y la doctora De la Garza, todo para que creyeran que estaba loco e internarlo en el psiquiátrico y alejarlo del doctor Jeon de una buena vez.

Era miércoles, octubre 23, 2024.

Ese día, la terapia no estuvo muy buena, además de que había dejado de comer de nuevo y casi no hablaba. Después de un gran avance, seguramente retrocedió un montón.

A eso de las 5:30 pm, Salazar iba a llevarle la cena a Jimin, pero Jungkook decidió llevársela personalmente. Él nunca imaginó que cuando entrara a la habitación iba a encontrar a Jimin con el diario en el piso, el bolígrafo en la mano y todo bañado en sangre.

No sabía cuánto tiempo llevaba así, pero ya se veía mal, estaba en estado de shock, por lo que el doctor Jeon asumió que había perdido ya 15% de su sangre, tenía palidez, piel fría y con mucha sudoración (diaforesis), rápido se quitó sus zapatos, le quitó los cordones, y como pudo con la misma sábana le hizo un torniquete en el muslo, amarrándola con los cordones de los zapatos, apretándolo fuerte para que se detuviera el sangrado.

Después de tratar de estabilizarlo, de su celular llamó a emergencias y luego llamó a Salazar para que viniera de inmediato.


—¡MALDICIÓN! ¿Alguien me puede explicar qué le pasó? ¿AH? —Molesto, rabioso—. ¿NADIE vino a verlo en toda la fucking tarde? No sé cómo pudo pasar esto, ¡NO LO ENTIENDO! —Jungkook desesperado, tratando de ayudarlo.


De inmediato llegaron los de emergencias; lo acostaron en la camilla para terminar de estabilizarlo, antes de llevarlo a la sala de emergencias.

Jungkook estaba que le arrancaba la cabeza a cualquiera que le haya hecho daño. Intentó acabar con su vida y eso no era aceptable, no lo era, porque él todos los días le salvaba la vida.

Cuando se llevaron a Jimin, Jungkook comenzó a hablar con Salazar, recogieron el diario de Jimin y decidieron revisar las cámaras para reunir evidencias y llegar a la conclusión de que fue lo que realmente pasó.

Salazar se encargó de todo; fue a llamar a la familia de Jimin y luego iría a ver las cámaras de seguridad.

Jungkook abrazó el diario como si no hubiera un mañana e iba a toda prisa detrás de Jimin con la esperanza de que todo estaría bien.

Llevaron a Jimin a sala de emergencia; tenía un shock hipovolémico, le pusieron oxígeno, tuvo reposición de volumen mediante la administración de sangre por vía intravenosa; le pusieron un suero de dopamina para recompensar más rápido el líquido perdido. Controlaron las constantes: presión arterial, frecuencia cardiaca, frecuencia respiratoria y saturación de oxígeno. Para ello se utilizaron aparatos específicos denominados monitores, como también el control de la diuresis.

Uno de los indicadores de que el paciente está recuperándose y el aporte de líquidos es adecuado es la recuperación de la emisión de orina. Por lo que le colocaron una sonda vesical. Además, le limpiaron y saturaron la herida. Ya estaba más estable.

En eso, Salazar se reúne con Jungkook.


—¿Jungkook, cómo se encuentra? —acariciándole el cabello a Jimin.

—Está en un shock hipovolémico, ya están recompensando bastante, está un poco más estable que hace un rato. ¿Qué has averiguado?

—Pues, Milano y la doctora han estado entrando a la habitación a molestarlo por más de 1 semana. Ya tengo el video y puedes verlo cuando quieras. Llámame a los familiares y vienen para acá —mirándolo.

—¿Qué mierda hace entrando Milano cuando no debe estar en esa área? Y la doctora de paso —resoplando—. Por favor, le dices a Martin que necesitamos hablar. ¿Y cómo lo tomaron los familiares?

—Jungkook, no lo sé, pero se escucha claramente cómo lo están molestando, le dicen cosas, se ríen, ¡ya los verás! —resopla—. ¿Qué vas a hacer con la doctora? Martin puede hacer cualquier cosa con Milano. Los familiares estan mal, el amigo estaba histérico, pero lo calmé y le dijo a la mamá de Jimin: bueno, un caos, estaban buscando con quién dejar el nene para venir.

—¡Esto se debe resolver, y es ya! No sé qué haré con la doctora, porque ella se irá hasta el cuello. Que la de la risa no era ella, ya la conozco. Voy a sacar a Jimin de aquí, porque ni Milano, ni la doctora harán nada contra él, aunque me lleve el regaño del siglo, pero haré las cosas, ahora sí, a mi manera. Definitivamente que Jimin tuvo una crisis; de seguro una de las dos lo molestó al grado de llegar a estos extremos. Necesito que me des el diario de Jimin, por favor. Quiero leer si dejó algo escrito de lo que haya pasado.

—¿Lo sacarás de aquí? Bueno, allá ustedes que se entiendan —resopla—. No, ellas estaban por allá en el psiquiátrico, no sé qué hacían en esta parte. Jungkook, ten cuidado, que tú sabes qué puede ser tu palabra contra la de ellas. No quiero que salgas perdiendo tú —mirándolo—. ¡Aquí lo tengo! —dándoselo, ella lo tenía guardado debajo de su scrub—. Ojalá que despierte pronto.

—Tengo que saber qué hacer, Salazar, aunque sea un secreto, necesito llevarlo a casa, aunque parezca que está aquí. La familia la visitará aquí, pero en mi casa tendrá más libertad y mamá estará con él. Puede salir; no tendrá limitaciones. Es lo que quiero para Jimin, por favor, ayúdame, ¿sí?

—¿Cómo dices, Kook? ¿Quieres llevártelo de aquí, internado? —Sorprendida—. Mi amor, pero si te agarran, perderás todo. Tú lo sabes, ¿verdad? —preocupada— Jungkook, yo te quiero y te puedo ayudar, pero debes tener cuidado, ¿me lo prometes? ¿Y qué haremos para traerlo los domingos? —mirándolo—. ¿No le dirás a su familia que te lo llevas a tu casa? ¿Y el nene?

—Sí, es lo que quiero, nadie tiene que saberlo, solo tú serás la que lo vas a atender. Ellos creerán que Jimin estará internado con el nene, ¿entiendes? Pues, yo le dejaré este mes completo, que lo tenga. Y para venir el domingo, pues hacemos los arreglos de entrar de la manera más oculta posible.

—Jungkook, creo que te interesa demasiado el niño, no quiero tampoco que te decepciones. Con calma, ¿sí? —mirándolo—. Ok, yo sola la voy a atender. Mmmm y cuando te lo llevas, ¿tan pronto salga de aquí? Y al bebé, la ropa, las cosas, ¿se las iras pidiendo? —ella tenía tantas preguntas—. Jungkook, hay que pensar muy bien donde ir a verse con su familia; no podemos subir al piso 6. Lo veo peligroso, aunque nadie de la semana trabaja los domingos, pero no sé, hay que ver qué hacemos, ¿sí?

—Tranquila Salazar... yo pensaré todo de aquí a que Jimin salga, ¿ok? Y te diré todo cómo lo haremos. Los domingos no preocupan tanto como en la semana, ¿entiendes? Por lo del nene, pues iré pidiendo una maleta pequeña con sus cosas, al menos ropa; ya luego iré viendo cómo hacemos con lo demás.

—Confío en ti, Jungkook, no confío en la gente. Estaré esperando tus indicaciones para actuar —sonríe—; te voy a ayudar en todo, cuenta conmigo.

—Eso haré, Salazar, leeré el diario...

—Mirándolo—, bueno, yo me quedaré aquí, porque yo quiero saber qué dice el diario —resopla—. Pero Jungkook, ¿qué fue lo que se cortó? —Piensa.

—Lo que pasa es que Jimin se incrustó el bolígrafo en el muslo, cogió una vena y superficial una arteria y estaba desangrándose; debe conocer los puntos de venas y arterias para que quedara justo ahí —resopla—. Siento muchas cosas, Salazar, y si después se quiere ir de mi vida, pese a todo esto, no voy a retenerlo, aunque me duela, pero quiero ayudarlo, me preocupa más de la cuenta, me gusta mucho —sincerándose, antes de leer el diario.

—Jungkook, sé que te dolerá más de la cuenta si él se va después de todo esto, pero tienes razón, para retenerlo, si se quiere ir, le deseas buena suerte. Pero déjalo ir sano —mirándolo—; sé que te preocupas, que te gusta mucho y que lo quieres ayudar; tienes un corazón de oro. Ojalá que después que él se vaya, sigas bien y tú satisfecho que hiciste el bien. Ve con calma; dile a tu corazón que aún no sienta nada.

—Ay, Salazar, quizás sea tarde decirle eso a mi corazón. Pero bueno, no te preocupes.


El doctor Jeon, después de llenar sus pulmones de aire y sacarlo con pereza, tomó el diario para saber que había escrito en ese último momento en que tomó la decisión de acabar con su vida. Se le estrujó el corazón leyendo, pero la peor parte lo hizo llorar.

«...No aguanto más esta tortura mental, por favor, necesito irme de aquí, ¿nadie lo entiende? Me estoy volviendo loco y nadie se da cuenta; no puedo seguir con esta situación agobiante; por la luna no puedo, por favor, necesito alejarme de aquí...»

Esas fueron las últimas palabras escritas por Jimin antes de intentar quitarse la vida. Lo había escrito hoy mismo. Por lo tanto, confirmaron una vez más lo que veían en las cámaras y lo que ese par de desgraciadas le estaban haciendo hace una semana.

Ellos iban a actuar, las cosas no se iban a quedar así y, con más razón, Jungkook iba a llevar a cabo su plan, cueste lo que le cueste.

Jimin despertó e iba mejorando poco a poco. Iba a quedarse en esa habitación el resto de su estadía en la clínica.

Las cosas no siempre salen como las personas planifican, pero por algo pasan las cosas.

Jimin jamás quiso recibir la ayuda del doctor Jeon e incluso su relación iba a ser meramente doctor\paciente.

Después de la conversación entre Jimin y Salazar, en donde volvió a rechazar la ayuda de Jungkook. La enfermera lo dejó solo en la habitación y Jimin tomó su diario para escribir como se sentía y lo que pensaba.

Más días pasaron.

El doctor Jeon le dio la terapia a Jimin, como de costumbre, con su bebé. Todo normal, pero siempre el trato era como doctor y nunca iba más allá como para tratar de convencerlo de algo que no valía la pena hablar.

Así fueron pasando los días y las semanas.

Era sábado, noviembre 9, 2024.

Lo dieron de alta a Jimin del Centro de Salud Mental.

El doctor Jeon le deseó lo mejor del mundo y mucha fuerza para seguir adelante. Él sabía que ese iba a ser el último día que lo vería.

Se despidió de Jimin y mientras él caminaba para irse, Jungkook lo seguía con la mirada. Cuando ya no le vio más, respiró hondo y siguió con su trabajo. La vida debía continuar, aunque ese Omega se haya llevado su corazón.

Jimin había llegado solo a su casa en un taxi. Yoongi y su mamá Mina se pusieron felices al verlo en la casa después de 3 meses internado y hablar de su omeguita consentido, que, si antes lo amaba, ahora lo amaba intensamente...

Pocos días después de estar en la casa con su bebé, retomó sus dos trabajos, se hizo un nuevo estilo de cabello, se compró ropa nueva y él se renovó para seguir su nueva vida.

Dos semanas pasaron.

Era sábado, noviembre 23, 2024.

Jimin estaba en su mejor momento con su trabajo de vendedor, por lo que iba a tener una nueva cliente a quien citó en el "Epicure Gormet Market & Cafe". Él estaba un poco fuera de ruta, pero cuando terminó con la señora, fue directo a su camioneta para buscar la ropa que le dejaría. Al regresar, se la dejó con el recibo y se retiró. Cuando vuelve al estacionamiento, justo al lado de él se estacionó un auto muy elegante. Jimin cerró la cajuela y cuando se bajó el chico del auto, era nada más y nada menos que el doctor Jeon. Jimin se puso nervioso de momento y dejó caer la libreta con todos los recibos; él sin saber que era Jimin, los recogió y se los devolvió.


—Tenga, se los recogí todos —sonríe—. ¡Que tenga un buen día!


Jungkook lo miró. Se quedó como un tonto pervertido mirándolo, pero es que se le hacía conocido y su lobo se lo confirmaba, mientras Jimin le giraba la cara.


—¡Gracias, buen día...!

—Espere, perdone que lo moleste, es que me recuerdas a alguien —mirándolo—, pero no sé si seas la persona, su aroma es, ¿me conoce usted a mí?

—Sí, yo sí sé quién es usted... —mirándolo.

—¿Eres Jimin? —mirándolo—. ¡Gusto en verte! —sonríe—. ¿Cómo estás? —extendiéndole la mano cortésmente.

—Sí, soy Jimin... —mirándolo—, también es un gusto verte, estoy bien y usted, ¿cómo está? —me daba la mano.

—Es que estás cambiado, el pelo y todo —mirándolo—. Te ves muy bien y me alegras. Yo estoy igual que siempre, trabajando, en mi casa y, lo mismo todas las semanas, vine aquí a comprar algo para mi mamá. Y ¿cómo está, Michelangelo? Debe ya estar muy grande. Oh, mira, él es Namjoon, Namjoon, él es Jimin.

—Mucho gusto, Jimin —sonríe y le da la mano.

—Mucho gusto, Namjoon —le extiende la mano y mira a Jungkook—. Bueno, dicen que vida nueva, pues, un cambio nuevo. Michelangelo está bien. ¿Cómo está tu mamá?

—Me alegra que lo hayas tomado muy en serio, la nueva vida te ha dejado mucho mejor y me agrada que sea así —sonríe—. Mi mamá está bien, está en casa, gracias por preguntar. Ay, muéstrame una foto del bebé, por favor, y si no hay molestia. Ya debe tener como 9 meses, ¿verdad? —mirándolo—. ¿Y sigues haciendo lo mismo?

—Sí, era lo mejor —sonríe—. Me alegro de que esté bien. Le envías saludos de mi parte —buscaba una foto del nene en su celular—. Sí, ya está grande, ya está caminando —se lo mostraba—. Sí, sigo haciendo lo mismo.


Hablaron un poco más sobre Jimin, cómo iba después de salir de la clínica. A Jungkook le importaba mucho ese tema. Quería que siguiera bien, aunque fuera lejos de él. Tuvo que despedirse porque admitía que le dolía el corazón. Cada vez era más perfecto y su corazón enamorado no podía ser correspondido. Se despidieron y era mejor así.

Cuando Jungkook entró al café por la comida de su mamá, Namjoon corrió a donde Jimin para dejarle el número de teléfono personal de Jungkook para que lo llamara siempre que lo necesitara y que, por favor, le llevara el bebé de vez en cuando, ya que lo amaba tanto, como si fuera su hijo. Jimin pidió la dirección de Jungkook, pero sin más se despidieron y se fueron.

Seguían pasando los días normales. El reencuentro hizo efecto en el omega, pero estragos en el alfa.

Jimin seguía bien y nunca flaqueaba; su esfuerzo ha estado dando frutos. Mientras que Jungkook no dejaba de pensar en él.

Más de dos semanas tardó Jimin en analizar todas las cosas que Jungkook le había dicho, le había expresado, los sentimientos del alfa y el buen papá que sería para Michelangelo, porque sí, no conocía a nadie que amara tanto a ese bebé como Jungkook.

Renacer: el camino de la oscuridad a la libertad personal. El lema de Jimin, después de pensar en lo que se merece. El proceso de aceptación personal es sin duda desgarrador y difícil de procesar.

En esas dos semanas, Jimin realmente fue afrontando una renovación personal que lo llevó a vivir una experiencia única en donde el dolor le reveló su más noble propósito, pero que debe estar dispuesto a abrazarlo para poder continuar con su camino.

Y así lo hizo; las siguientes dos semanas estuvo investigando cómo sería una adopción, cómo era estar con un alfa y cómo prepararse para un nuevo cachorro. Lo hacía porque, si decidía en comenzar con Jungkook, debía de hacerlo bien, no cuanto tardaría.

Y tardó, pero tardó para bien.

Un par de maletas, una mochila, un bebé anclado en su cadera y una puerta frente a él. Esa era la puerta que lo llevaría a la felicidad y no tenía dudas. Sonriendo, tocó el timbre y el único sorprendido fue Jungkook cuando abrió la puerta. Muchos aplausos salen entre los árboles y un alfa con un mar de lágrimas de alegría.

Todo el mundo lo sabía, pero el encuentro debía ser especial y, por eso, Jungkook debía ser el que recibiera esa sorpresa, porque no solo recibió un beso en los labios de parte de Jimin, sino que un pequeño llamándolo papá y extendiendo sus bracitos para que lo cargara. A partir de ahí ya era una manada.

Pasaron las fiestas navideñas juntos.

En el 2025, pasaron muchos buenos acontecimientos. Lo primero que hicieron fue darle un segundo apellido a Michelangelo. No lo adoptó, por medio de un abogado. Simplemente pasó a ser su papá y eso nadie lo iba a discutir. Se casaron a mediados de año y ya a finales esperaban su primer cachorro juntos.

Jimin ahora cuenta su testimonio, ya que en el camino de la oscuridad solo hace falta soltar nuestra idea de nosotros mismos para recobrar el respeto y la libertad personal y emocional.

Lo quemaron vivo, le segaron la vida.

Pero lo importante no es salir "con vida", sino ver qué se hace con la nueva vida que resurge.


Las nubes blancas, la brisa que pasa...

Agitando los pétalos de las flores, es como si nos hubieran estado esperando.

Cuando esta puerta se abra, cuando esté cerca de ti

Te diré todo esto.

Seré especial para ti

Especial solo para ti (para ti)

Para ti (para ti), para ti.

Quiero estar a tu lado.


La leyenda del Ave Fénix relata la historia de un ave capaz de renacer de sus propias cenizas. Jimin, con la capacidad de encontrar soluciones a situaciones adversas, y como el Ave Fénix, REBIRTH.


FIN

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