Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Tras el Paraíso {OneShot}

KookDan & JimiVa

Cuenta la historia que el primer hombre y padre del género humano hecho del polvo de la tierra por un hálito divino corría solo por su entorno en su morada y mansión feliz, aquel paraíso llamado Jardín Secreto de Biwon. En el germinan del suelo toda clase de árboles agradables a la vista y apetitosos para comer, además del árbol de la vida y del árbol del bien y del mal un gran cerezo en el medio del jardín.

Un hermoso rio de aguas cristalinas salían para regar todo el jardín. Fue entonces que fue puesto aquel hombre a quién bautizaron KookDan, no tenía edad exacta, pero él siempre tenía el mismo aspecto desde el primer día, aunque había pasado tiempo desde que lo dejaron allí. Su misión era cultivar y cuidar al jardín Secreto de Biwon y tenía un mandato por Cheonjiwang Bonpuri en donde le dijo: "Puedes comer de todos los árboles del jardín, más del árbol de cerezo del bien y del mal no podrás arrancar ni una sola flor de modo alguno, si lo haces morirás".

Después que Bonpuri creara a la mujer de una costilla de KookDan, tras hacerlo dormir e infundirle el sueño letárgico, ya que no era bueno tenerlo solo mucho tiempo, se dieron cuenta que habían cometido un error.


—Algo aquí anda muy mal —Mirando aquella persona acostada en una manta — ¿Se supone que era mujer? —Rascándose la cabeza y Bonpuri lo miraba extraño.

—¿De qué hablas? Es una mujer lo que creé —Seguro de sí mismo Bonpuri.

—Ven a ver por ti mismo si no me crees, volviste a cometer un error, ¿cómo lograste ser Rey Celestial? Si sigues cometiendo tantos errores vamos a hacer un mundo distorsionado —Miraba a Bonpuri con cara de preocupación.


El Rey Celestial Cheonjiwang Bonpuri se acercó al ser que había creado de la costilla de su hombre, solo logró agarrar sus largos cabellos preocupado, pero muy pronto se le formó una sonrisa en su rostro, una neurona comenzó a funcionar y le dio una brillante idea.


—Voy a resolver esto ya mismo, solo cierra los ojos, esto no lo puedes ver —Entre risas entrecortadas, no sabía si iba a ser buena idea lo que haría, juntó sus manos y se hizo su voluntad, convirtió a ese ser en lo que quería — ¡Listo Yunbok!, arregle mi pequeño error —Sonreía como si nada hubiera pasado — Mira ahora.


Yunbok, lo miraba con cara de incredulidad y el ceño fruncido, ya no creía en su Rey Celestial. Se acerca a aquella frágil y delgada silueta acostada en la manta y lo seguía viendo igual.


—Venga acá Rey, pero ¿usted no se verifico la vista el otro día? —Con seriedad — Yo sigo viendo lo mismo —Se agarraba el cabello — No hacemos nada con esa persona así, ¿usted entiende? —Resopla y daba vueltas por el lugar — Ok, usted es mi Rey, le debo un respeto, a ver, ¿qué fue lo que arregló del error? —Mirándolo atento.

—Ya iba a mandarte a las pailas del infierno si seguías hablándome de esa forma, respeto Yunbok, respeto —Molesto — No puedo hacer más, solo busque una solución, y procuré que ese ser pudiera concebir y con eso está todo resuelto, ¿viste que fácil? —Sonríe orgulloso.

—Rey, con todo el respeto que usted se merece —Con un poco de miedo, después de la amenaza — Yo sigo viendo otro hombre, en nada veo el cambio, ¿cómo es que va a concebir? —Con los ojos saltados de la impotencia.

—Yunbok ya lo veras después, con el tiempo, tranquilo, no pasará nada, después en sus herederos remediaran mi error y aquí no ha pasado nada, ¿entiendes? —Mirando con una sonrisa — Solo creé un doncel, nadie se dará cuenta, relájate, a penas KookDan sabe lo que es caminar y comer.

—Te estas volviendo loco Rey, no lo puedo creer, pero amo como resuelves el HORROR cometido. —Solo pudo reírse a carcajadas.


El Jardín Secreto de Biwon tenía una sola entrada custodiada por un ángel y que sus límites estaban marcados de un terreno escarpado y cubiertos de la espesura del bosque que hacen imposible todo acceso. Sobre sus cumbres crecen los cedros, los pinos, los abetos y las coposas palmeras, levantando a una altura inaccesible su magnífica frondosidad que ofrece la perspectiva de una selva.

KookDan y JimiVa -Como le había llamado el Rey Celestial — los padres del género humano residieron en el Jardín Secreto de Biwon, en una plácida y bella isla llamada JeJu que se transformó en su morada. Los dos estaban desnudos, el hombre y su doncel, sin avergonzarse uno de otro.

Pero como todos los compañeros, siempre es difícil la adaptación. A KookDan, JimiVa lo estaba volviendo loco, todo lo cuestionaba y hacia al final lo que quería.

De entre todas las criaturas vivientes, extraordinarias y nuevas para la vista, que paseaban por el paraíso, destacaban dos: "De forma mucho más noble, de elevada y erguida estatura, semejante a los dioses, teniendo por atuendo la desnuda majestad del pudor virginal parecían los señores de aquella creación y parecían dignos de ella, porque en su mirada divina se reflejaba la imagen de su glorioso creador, la verdad y la sabiduría...estas dos criaturas no eran iguales, aunque eran del mismo sexo, él formado para el valor y la apreciación; JimiVa, para la ternura, para las dulces atractivas gracias; KookDan, para el Rey Celestial únicamente; JimiVa, para Rey Celestial en él. Su ancha y hermosa frente, su mirada sublime, anuncian que está destinado a dominarlo todo. JimiVa con serenidad, hasta el inflexible talle, juega con sus cabellos de oro siempre con una corona de hojas, que ondea dispersamente los juguetones hilos de su cabello.

JimiVa, últimamente se sentía atraído al árbol de cerezo, aquel del bien y del mal, amaba las flores y las plantas silvestres, pasaba todo el día corriendo por todo el jardín, jugaba con los animales y su risa se escuchaba a kilómetros de distancia. KookDan se le acerca mirándolo con el ceño fruncido.


—¿Qué tanto le miras al cerezo? Sabes que te dije que no puedes ni tan siquiera acercarte, ¿lo olvidaste? —Mirándolo con ternura, si JimiVa le sonríe, ya se lo ganó.

—No, nada, nada, solo que lo veo taaan grande, tan hermoso, me gustaría tener una de sus flores, seguramente quedara muy bonita en mi corona de hojas, ¿no crees? —Sonríe.

—¡NO lo mires, NO hables así de ese árbol! —Con severidad — Estás loco, ¿quieres morirte? —Mirándolo — Si cometes una estupidez asegúrate que te mueras TÚ solo, ¡eh! —JimiVa lo miraba con un puchero, sabía la gravedad de la situación, pero su sueño solo era tener una flor, solo una.

—No lo toqué, juro que no lo toqué, estaba jugando con tigrito y él se acercó, solo yo miré y nada más, no me grites, por favor —Baja la cabeza — Vas a estar enojado conmigo, ¿otra vez? Todos los días te enojas, gruñón, loco, insoportable... —Le saca la lengua y hace reír a KookDan.

—Usted no toque y seremos buenos amigos, ¡lo juro! —Levanta la mano en promesa.

—Oye KookDan, ¿qué significa realmente este árbol? Es bello, gigante y de flores rosadas tan hermosas, delicadas... —Se sentaba en el suelo al estilo indio y miraba a KookDan que se sentaba en una piedra — KookDan cuéntame, siempre me esquivas el tema, ¡ash! —Cruza los brazos poniendo los ojos en blanco.

—JimiVa, es que tu solo preguntas y preguntas todo el día, tantos porqués me vuelven loco, ¿me ves cara de saberlo todo? —Piensa — mejor no me contestes —Ríe — te voy a decir algo para que no estés de pesado preguntando y desde ahora te lo diré, no me preguntes más sobre eso, ¿ok?

—¡Eres insoportable, lo grito a los cuatro vientos! —Se ríe luego de gritar — Cuéntame que después te vas y te haces el loco, estaré atento —Lo miraba atento.

—Por increíble que parezca, los pétalos tienen un significado muy distinto al que pensabas. Uno a primera vista piensa en belleza o algo femenino; sin embargo, estos pétalos representan lo efímero que puede ser la vida, es decir, que la vida es pasajera y de corto tiempo. De hecho, existe una palabra en japonés que describe el acto de la caída suave de los pétalos: hanafubuki. De igual forma, son un símbolo de los guerreros samurái. Estos pétalos representan su forma de ver la vida, la cual era vivir con sinceridad y con belleza interior.

—Wow, ¿en serio? Chanfleee, cada día aprendo algo sorprendente de aquí, todo tiene una historia, gracias KookDan, ¿te puedo dar un besito? —Sonríe y se levanta yendo a donde él.

—Hey tú, detente, de espacio, tú eres como un salvaje, calma, ven con calma —Ambos se ríen — ¿sabes cómo dar un beso? ¿Quién te enseñó?

—Claro que sé, vine con esas instrucciones, para que lo sepas, ¡eh! Ven acá... —Lo agarra de la cara y le da un beso en los labios, tan inocente como él era, pero bastante salvaje — ¡Ya está! —Se limpia con la mano y se ríe — Me voy, iré a recoger frutas y vallas para la cena, ¿ok?

—Ve mi loco favorito y NO toques nada que no debes, ¡eh! Te esteré vigilando —Sonríe.

—¡Te veo más tarde! —Sale corriendo torpemente y solo hace reír y suspirar a KookDan.


Así vagaban desnudos sin esquivar las miradas del ángel ni del Rey Celestial, porque no pensaban en el mal; así pasaban asidos de la mano, esta pareja la más hermosa que haya caído en brazos del amor: KookDan, el mejor de los hombres que de él nacieron; el más hermoso de sus hijos, JimiVa...junto a ellos jugueteaban alegremente todos los animales de la tierra que después se convirtieron en bravíos, todos los que se cazan en los bosques, en los desiertos, en las selvas y en las cavernas.

Un día, KookDan se quedó dormido debajo del Árbol de la Vida descuidando a un travieso JimiVa corriendo por los alrededores.

JimiVa, fue a tomar agua al río y cuando volvió, cerca del árbol de cerezo había un conejo diferente, majestuoso, de orejas largas y ojos color esmeralda, captó la atención de JimiVa al instante. El conejo saltaba y se sentaba encima del gigante árbol de cerezo, JimiVa escucha una voz que le hablaba bonito y melodioso le insistía a tomar flores del cerezo para él, hasta que la tentación pudo más y tomó flores del cerezo, levantando a KookDan con lo rápido que estaba cambiando todo a su alrededor.


—¿JIMIVA QUE HICISTE? ¿QUÉ TIENES EN LAS MANOS? ¡No puede ser, no puede ser! Dame eso... —Tira las flores al piso y lo toma de la mano — Pecamos JimiVa, ¿por qué no me hiciste caso? —Alterado.


Debido a su desobediencia, al pecar a instancias del Rey del Mal -convertido en conejo- de arrancar las flores prohibidas del árbol del bien y del mal, KookDan y JimiVa fueron expulsados de su hogar paradisíaco, impedidos para siempre a regresar allí por querubines y la hoja llameante de una espada.

KookDan, aunque JimiVa había traicionado su confianza igual lo protegía de todos los cambios abruptos que estaba presentando su antiguo hogar. Ellos tuvieron que irse corriendo sin mirar atrás, ahora si se avergonzaban de su desnudez, llegaron a un lugar en donde encontraron ovejas y las usaron para hacer algo de ropa, mientras JimiVa hacia ropa, KookDan buscaba madera y algo para comer, su vida comenzaba a ser difícil y agotadora.

Pasaron algunos días, todo era agotador para ellos, se ensuciaban y hasta sudaban mucho, comenzaban a nacer deseos carnales que nunca hubieran experimentado. Todavía se sentían extraños, después de haberlos sacado de su área de confort.


—JimiVa, ¿a dónde vas con esa canasta? —Levantando la ceja.

—KookDan no me molestes, soy grande y puedo ir a donde yo quiera, ¿ok? —Molesto — Y no me sigas, ¡déjame en paz!

—Sabes que tengo que estar detrás de ti, TODO lo haces como tú quieras y NO puede ser. Nos botaron del paraíso por tu culpa, ¿y también quieres que NOS muramos tan rápido?, ¡no te pases! —Agarrándose la cara.

—¡DEJAME EN PAZ! Vete a llenarte de sangre y ven en la noche apestoso que NO te voy a aceptar en el pesebre, ¡eh! —Molesto — Y no me sigas, vete por otro lado.


KookDan se hizo el que se fue por otro lado y luego fue detrás de JimiVa, ya comenzaba a tener atracción por él y su actitud de niño engreído y sus miles de caras lo hacían llenar de amor y ternura. Cuando lo llegó a visualizar, se escondió detrás de un árbol y cuando vio que JimiVa tomó en sus manos una fresa del árbol, le gritó.


—¿JIMIVA QUE HICISTE? —El pobre de JimiVa soltó la canasta de frescas y voló por el aire, tenía cara de pánico — Es broma, es broma, ¡cálmate! —JimiVa comenzó a correrlo por todas partes — Solo bromeaba, tranquilo, no me vayas a matar, ¡por favor! —Cae de rodillas, JimiVa con la canasta comienza a darle con ella en la cabeza — ¡Auuuuuu! JimiVa te pasas, ¡te pasas!

—Eres un bruto KookDan, sabes que tengo miedo a cometer otro error, ¡mala persona! —Hace un puchero tierno.

—Tranquilo JimiVa, ¡perdóname! —Lo abraza — No importa de donde nos saquen, sea de buena o de mala manera, siempre estaremos juntos, me crearon para ti y tu naciste para mí, por eso es por lo que amarnos es tan fácil —Se funden en un beso.


FIN

Autora: JKJMSHIPᒍOᗩᑎ-'ღ'-

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro