Un nuevo día, un lindo y caluroso día...

Seungmin despertó, y al ver la hora, entró en pánico, ¡Ya era muy tarde!

— ¿¡Cómo mierda te quedaste dormido Kim Seungmin!? — Se repetía mientras se vestía, y obviamente, tenía que ir a la escuela.

Al terminar de vestirse, salió corriendo de su casa directo al colegio. Al llegar se dio cuenta de que las puertas estaban cerradas, se sorprendió bastante.

— ¿Seung? ¿Qué haces aquí? — Una voz conocida le habló, se dio media vuelta encontrando a Jeongin.

— Ah... eras tú. — Una línea se formó en sus labios y miraba un punto exacto, estaba pensado, pensaba en cómo decirle a su amigo que se había equivocado. — ¿Cómo te lo digo sin que suene estúpido?

El pelicastaño vivía cerca de aquel edificio llamado "Escuela", por lo que no era muy raro encontrarlo de vez en cuando.

— Pues... hoy me desperté y me di cuenta de que era tarde, así que vine corriendo hacia la escuela pensando que había clase. — Se golpeó repetidas veces, se sentía un completo idiota, y más cuando el contrario comenzó a reír. — Te vuelves a reír y te meto un papel en la boca. — Eso fue lo justo y necesario como para que Jeongin se quedara callado con una expresión de miedo.

— Uis... alguien amaneció con el pie izquierdo, y de mal humor. — se volvió a burlar.

El pelirrojo tomó un papel del suelo con ganas de tirarlo a la cara del castaño, un grito agudo salió de la boca de Jeongin.

— ¡Seungmin! Suelta eso y deja a Innie. — El más alto le quito el papel y lo botó a un tacho de basura.

— Los novios, se salvaron los novios. — Frunció el ceño, cruzándose de brazos mientras veía a Hyunjin y a Jeongin juntos.

Por otro lado tenemos a un pelinegro el cual hablaba por teléfono con MinHo.

— ¿Por qué debería confiar en usted? Siempre que salgo con usted lo único que hace es decir cosas raras. — Su entrecejo se frunció, aunque el mayor no pudo verlo.

— Pero Sungie.~ — Se quejó ante la respuesta.

— Nada de peros, yo no saldré con usted.

— Entonces... a las cinco de la tarde estaré en tu casa.

— ¿Qué? Pero yo di.- — Ni siquiera termino su frase ya que el rubio le cortó. — Agh... maldito Minho.

El podía decir algo así, aunque por dentro estaba emocionado, sería una salida de aquellos dos.

Ya eran las una de la tarde, faltaban cuatro horas y Jisung ya estaba escogiendo su ropa, simplemente quería parecer desinteresado pero a la vez verse bien para Lee MinHo.

Ya estaba listo, se había bañado y se había puesto algo cómodo y lindo, se pasó casi toda la tarde frente al espejo y apenas bajó, su madre lo molestó.

— Uh~ ¿Acaso vas a salir con aquel chico? ¿Lee... minco?

— Lee MinHo, si mamá, voy que salir con él, pero como amigos. — Frunció levemente el ceño mirando a la mayor.

— A ese chico le gustas, y también te gusta a ti. — Un sonrojo se apoderó de su cara.

— ¡Ya! ¡Mamá! Ya hablamos de esto. — Se escuchó una risa por parte de ésta.

Y el timbre sonó, Jisung sintió como su estómago se revolvía y sus piernas temblaban, estaba nervioso.

Se dirigió a la puerta para encontrarse con aquel chico, tenía una linda rosa entre sus manos, y una sonrisa ladina adornando su rostro.

— Hola Jisungie. — Se acercó a éste para dejar un beso en su mejilla.

El menor se quedó helado, ni siquiera pudo responder a ese saludo y MinHo simplemente soltó una suave risa.

— Antes de que salgamos quiero darle algo a tu mamá.

— ¿A mí? — La señora Han se acercó a ambos y el rubio le entregó la rosa.

— La última vez que nos vimos, le entregué una rosa no tan linda, pero esta vez le entrego una rosa linda como su hijo.

— Oww, eres tan lindo. — Acarició su cabello. — ¿Por qué no eres como él? — Regaño a su hijo, el cual todavía seguía avergonzado.

— Mejor vamos. — El menor tomó la mano de Lee y salió de ahí, pero el comentario de este lo puso aún más nervioso.

— ¡Adiós suegra! — Gritó el rubio a la mujer que estaba en la puerta, la cual, al escuchar eso, simplemente se despidió con su mano.

— ¡Hyung!

— ¿Qué? Pronto será mi suegra. — El pelinegro rodeó los ojos mientras que este solo reía — Por cierto, se que nunca lo digo, pero siempre te ves maravilloso.

— ¿uh? ¿En serio cree eso? — Los ojitos del menor comenzaron a brillar.

— Sip, pero te verías mejor sin nada. — El pequeño brillo desapareció y sus mejillas se tornaron de un lindo color rojo.

— Sus comentarios raros no faltaban. — Sintió como unos brazos lo rodeaban.

— Perdóname. — Hablo el mayor abrazando a Sung. — Pero me gusta ver como te sonrojas con mis palabras.

Ya tenemos portada de la historia, está muy bonita♡︎
Gracias por leer :D

🍄: Minnh-aye