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🏴 𖠵 ˓ O3

Jimin entró en el departamento de Jungkook, a pasos temerosos pues sabía que la invitación de su amigo a charlar se debía a que lo abandonó en el club. La mirada de Lee era asesina. Tras tomar asiento en el sofá, el joven de mejillas abultadas se atrevió a hablar.

— ¿Cómo has estado, Kook?

— Me metiste en un lío muy grande —le gruñó.

— ¿De qué hablas?

Quizás hacerse el desentendido no era la mejor idea, no conociendo el temperamento del joven, además eso sería muy cínico de su parte.

— Me abandonaste en el club, con un hombre que... —Jungkook chasqueó la lengua.

— ¿Cuál es el problema? Admito que no debí dejarte, pero creí que ese chico querría bailar contigo y yo era un problema.

—  Jimin, ese hombre es un policía, y, en concreto, el comandante de la policía de Seúl.

El muchacho de mejillas abultadas boqueó, sus ojos grandes, y la sorpresa plasmada en su rostro.

— Yo no lo sabía.

— Lo sé, yo tampoco lo supe sino hasta que... oh diablos.

Las mejillas de JungKook se tiñeron de un rojo furioso, calientes y avergonzadas por los recuerdos que se aglomeraron en su cabeza.

— ¿Qué sucede, Kook?

— Cometí un muy estúpido error —se quejó como un niño pequeño haciendo rabietas—. Yo... me acosté con él.

"Y lo disfruté demasiado", quiso completar, pero ya era bastante vergonzoso decir que intimó con un policía como para explicar cuan bien estuvo.

— Oh, por Dios —jadeó su amigo—. Kookie... ¿en qué pensabas?

"Pensaba en lo bien que se sentiría... en realidad, no estaba pensando mucho en ese momento"

— Estaba ebrio y... ese fue el resultado.

— Pero, ¿cómo te acostaste con un policía sabiendo que...?

— Es que no lo sabía, no al menos hasta haber dejado que me desvistiera.

Jimin se mantuvo pensativo, formando el escenario y los eventos de esa noche, intentando entender porqué el buen juicio de su amigo no funcionó, mas no quería imaginarse a su amigo teniendo sexo con otra persona.

— Él está tras mis padres, Jimin... y me estaban buscando. Su amigo le llamó cuando estaba conmigo, no contestó y dejó un mensaje en la contestadora, le dijo que había encontrado al hijo de Jeon Sehyun, y le dijo mi nombre.

— ¿Por qué te buscan? Desde hace años que no te involucras con la mafia.

— Creo que no me buscaban a mí.

— ¿Mark?

Jungkook asintió.

— Mi hermano es el que heredaría el negocio de mis padres, y claro que es el más involucrado en la mafia, yo no les sirvo de nada.

— ¿Y si buscan sacarte información?

— De mis labios no saldrá nada que ponga en peligro a mi familia, ya deberían saberlo.

— ¿Hay algo más? Luces muy preocupado.

— El Comandante Kim TaeHyung, estoy trabajando en un caso suyo, soy la defensa del delincuente —murmuró con fatiga.

— No tienes nada de suerte —se burló el otro al escuchar las diversificadas tragedias que le deparaban a la vida de JungKook.

Suerte...

Claro, la suerte era una maldición en ese momento.

La pregunta realmente era: ¿menospreciaba tanto al destino por poner al comandante en su camino?

La respuesta era no, simple y llanamente no.

Jungkook ingresó en la estación de policía, se acercó a la secretaria del comandante y le hablo:

— Soy Lee Jungkook, estoy trabajando en un caso del comandante y necesito las pruebas periciales del caso 4579.

— Un momento por favor, necesito el permiso del comandante.

La muchacha, alta, cabello castaño rizado, de figura curvilínea y una falda casi minúscula, así como su escote. JungKook se preguntaba cuál era el código de vestimenta ahí dado que permitían que una joven vistiese cual si fuera una... Daba igual, no era su problema.

— JungKook —escuchó la voz de Taehyung a su espalda, acompañado por el repiqueteo de los tacones de la mujer al regresar a su lugar—, ¿me necesitas?

"Mucho...", de nuevo, el libido de JungKook hablaba. No podía ser culpado, ver a Taehyung vistiendo de policía era como una fantasía erótica, un deleite para la vista que podía llevarse lejos la razón y reemplazarla por deseo.

— Necesito las pruebas periciales del caso, Comandante, y si puede el caso completo.

— Sígueme —pidió antes de caminar de regreso a su despacho.

Con nerviosismo, JungKook siguió al mas alto hasta el despacho, ahí lo vio tomar una carpeta con el número de caso para luego entregársela.

— Es una copia del expediente —le informó.

— Gracias, ¿está bien si lo devuelvo en un par de días?

— Tienes hasta el jueves, después de eso, el juicio comenzará.

— Se lo agradezco, Comandante.

— ¿Ya no soy Taehyung para ti? —burló el policía con la intención de verlo sonrojado, así de bonito como aquella noche.

Jungkook bajó la mirada apenado, algo molesto porque el otro trajese a colación un tema tan delicado como ese en un lugar así. Era divertido, pero sólo ponía su mente en una posición complicada.

— Aquí eres el Comandante Kim, ¿o no? —le respondió.

— Aún puedes llamarme Taehyung o Kim TaeHyung—dijo tomando al bajito por la cintura, sus manos firmes sobre el cuerpo ajeno.

— No sería correcto.

Claro que no era correcto, y aún así cada vez que se veían recordaban el cómo se conocieron, sus caricias y roces mientras las palabras quedaban relegadas. Eran como una bomba de tiempo. Se atraían, al menos sexualmente hablando, y resultaban ser como un magneto. Sabían que eran... opuestos, por no decir oponentes en un juego similar a la ruleta rusa, pero eso no les detenía para acercarse, ni les disminuía el deseo.

— Me pareces curioso, JungKook. Dices que no es correcto, pero eres un abogado, muñequito mafioso —comentó con cierto deje de gracia en la voz.

JungKook agradecía que la puerta estuviese cerrada porque la boca de Taehyung parecía soltar detalles delicados sin miramientos.

— Me siento muy intrigado por saber la razón de que decidieras ser abogado.

— ¿Quieres saber si voy a sacar de la cárcel a cada mafioso que encierres?

— Es un buen punto.

JungKook sonrió, era tierno que al menos se interesara en su vida, aún cuando eran como el agua y el aceite.

La diestra del policía viajó desde la media espalda de JungKook hasta su trasero, le dio un apretón algo coqueto que hizo brincar al bajito.

— Puedes indagar, muy limitadamente, sobre mi vida si me invitas un café ya que hemos comprobado que el licor solo daña mi pobre juicio —dijo mirando al policía a los ojos.

— ¿Y si te quiero ebrio de nuevo?

— No me quieres ebrio, me quieres en la cama, y si soy sincero prefiero estar del todo sobrio entonces.

TaeHyung sonrió de medio lado, tan atractivo que le quitó la respiración a JungKook. Sus labios chocaron bruscamente, pero a ambos les gustó, sus lenguas entrelazándose, ansiosas por volver a rozarse. Era increíble como un solo beso podía llevarlos a perder la cordura y dirigirlos a los límites de la pasión.

— Comandante Kim —jadeó JungKook una vez que se separaron, sonrojados y jadeantes—, debo irme y preparar mi defensa para liberar a ese delincuente.

El policía gruñó no queriendo dejarlo libre, sus manos separándose costosamente de la cintura ajena mientras que sus labios se quejaban por volver a unirse con la dulce boca del joven.

"Después de la primera vez, ¿por qué aún te deseo?"

Y sucedía que ambos sentían lo mismo. Cada vez que se veían, añoraban volver a enredarse en el cuerpo del otro, era una necesidad que rayaba en lo insano. Ninguno lo entendía, pero parecía ser que así funcionaba la atracción.

— ¿Por qué quieres liberar a un narcotraficante? ¿trabaja para tu padre?

— Lo hago porque lo conozco, así como conozco lo que hace con el dinero que gana.

TaeHyung lo miró ceñudo, sin saber a qué exactamente se refería, lo que aumentaba su curiosidad sobre el pequeño muñeco.

— Taehyubo, ¿puedo saber por qué la policía me busca? Te diré que en toda mi vida muy pocas veces he tenido problemas con ellos, además de que mi historial está limpio.

— ¿Limpio? —Taehyung quiso reír.

— Por poco creíble que suene así es. Aún así te diré que no me estás buscando a mi.

— ¿De qué hablas?

— Digo que te equivocas si crees que algo sobre mi te llevará a la mafia. Yo no soy a quien tu gente está buscando. Tenlo en mente y busca por otro lado.

— ¿Y si yo sí quiero buscarte a ti? ¿qué harás si soy yo quien continúa buscándote?

JungKook se mordió el labio inferior reprimiendo una sonrisa.

— Cuando encuentres la dirección de mi apartamento, avísame, y te estaré esperando.

Gracias por leer♡︎

🍄: Minnh-aye

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