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Su relación avanzó como antes, los mismos miedos encubiertos bajo coqueteos, su romance y sentimientos manifestado por medio de besos. Ninguno se atrevía a dar rienda suelta a aquellos sentimientos amorosos, el miedo y lo muros que crearon no les dejaban hacerlo. Aún así, eran felices, parcialmente, con la situación. No eran una pareja convencional, ni siquiera se podrían llamar pareja, y quizás el término amantes era mas propio.
Esa noche en particular, Jungkook estaba en su departamento, sentado sobre la cama mientras sus ojos repasaban cuidadosos sobre los documentos que Taehyung le entregó en la tarde. Un nuevo caso sobre un violador en serie, algo nuevo para Jungkook que siempre trabajaba en casos relativos al narcotráfico. Eran cerca de las nueve, y el muchacho recordó que su jefe esa noche estaba de turno, por lo que debería encontrarse en su despacho en la estación de policías. Tomó su celular y por inercia marcó el número de Kim, sus deseos le traicionaban. Timbró un par de veces antes de que pudiese escuchar esa voz ronca que era el cielo para Jungkook.
— ¿Necesitas algo, Kook?
— Quería... preguntar sobre el caso que me mandaste.
— En los documentos no consta el registro médico del acusado, y según tengo entendido estuvo en un hospital psiquiátrico.
— Kook —llamó con un tono ligeramente jocoso— ¿para qué me llamaste? Te envié su ficha a tu correo, te lo dije antes de que te fueras, y las mentiras no se te dan muy bien.
Jungkook quiso esconderse bajo las mantas de la vergüenza, aunque colgar el teléfono sería más efectivo si no quería escuchar la burlona voz de su amante. Bajo golpes mentales, el muchacho reprendió a su torpe cerebro que no lograba formular una mentira decente ni por una vez en su vida.
— Lo olvidé.
La justificación en tono nervioso fue aún peor que la ya mala mentira.
— ¿Me extrañabas?
— No —respondió rápido, algo que delató su tercera mentira de la noche.
— Pues yo sí.
A veces, esas respuestas tan contundentes y cínicas hacían sonrojar a Jungkook tanto que sus mejillas ardían.
— ¿Qué estás haciendo ahora?
— Estoy en mi cama —respondió.
Taehyung sonrió ladino, entonces su cerebro comenzó a maquinar una deliciosa forma de torturar a Jungkook o a sí mismo.
— ¿Con pijama o desnudo?
— ¿Por qué quieres saber si...?
— Responde, mi amor.
— Con pijama, tonto.
— ¿Y te molestaría quitarte la ropa?
Jungkook frunció los labios, confundido y preocupado de que, tal vez, Taehyung estuviese ebrio aún cuando el médico le prohibió hacerlo mientras tomaba medicamentos.
— Sé porqué me llamaste, Jungkook —le dijo con tono ronco—. Me extrañas tanto como yo lo hago, ¿me equivoco?
— Tal vez.
—Entonces, por mentirme, recibirás un castigo.
— ¿Un castigo? ¿cómo?
Taehyung sonrió amplio.
— Quítate la ropa, Jungkook —ordenó, y su tono no admitía resistencia.
Entre suspiros, Jungkook se quitó el pequeño short celeste pastel y la camisa de dormir color blanco con bordes en tonos pasteles. Estaba desnudo completamente.
— ¿Sabes que hace frío? —farfulló Jungkook apenado.
— Te calentarás dentro de poco, despreocúpate.
Cuando el muchacho quiso cubrirse con mantas por el frío, la siguiente orden del policía llegó:
— Me gustan mucho tus pezones, se ven demasiado bien cuando los dejo rojos e hinchados. Tócatelos.
JungKook lo hizo guiado por el morbo de la situación, su propio cuerpo comenzando a calentarse al advertir las perversas intenciones de Taehyung. Llevó su zurda hasta su pezón izquierdo para comenzar a masajearlo, entre apretones fuertes que le sacaban jadeos que seguramente su amante del otro lado de la línea podía escuchar y se deleitaba con ellos.
— Eso es, mi amor, hazlo como si fuera yo.
Un gritito salió de los labios del chico cuando sus dedos tiraron de la punta de su sensible pezón hasta que una corriente eléctrica le recorrió el cuerpo. Hizo lo mismo con su otro pezón y, a medida que el pudor le abandonaba, los sonidos que salían de su boca se hacían cada vez más bulliciosos.
— Toca tu pene, sé que está duro.
Y no se equivocaba, su miembro estaba erecto y rojo, delirante porque la mano de Taehyung le tocara.
— Mmgh... Taehyung —gimió el joven abogado cuando entre su mano atrapó su pene y empezó a acariciarlo de abajo hacia arriba.
— Eso, mi pequeño, quiero escucharte gimiendo mi nombre.
El tono grave del policía denotaba su propio estado de excitación, su hombría estaba tan dura y dolorida contra la tela de su pantalón, y dado que su hombro aún estaba en cabestrillo no podía tocarse a sí mismo mientras escuchaba a Jungkook gemir con descaro.
— Agh... mmm.
Jungkook se retorcía en la cama, empujaba sus caderas contra su mano cegado por las placenteras sensaciones, y su propio agujero comenzó a humedecerse de la ansiedad.
— Te necesito —jadeó Jungkook.
— Yo también —confesó el mayor sin vergüenza.
— Por favor, ¡ah!
— Quiero que chupes tus dedos, y luego llévalos a tu entrada.
Lo hizo, lamió sus dedos retirando la humedad que de su miembro salió para reemplazarla con su saliva y llevarlos hasta su intimidad, acarició su entrada antes de insertar un dedo, le tomó unos segundos acostumbrar a su cuerpo antes de insertar un segundo dígito y luego un tercero que le hizo gemir con fuerza. Taehyung quiso tocarse, tomar su miembro y simular que era el apretado agujero de Jungkook, pero su maldita herida se lo impedían. Tomando una resolución que quizás su médico reprocharía, dejó el celular sobre su escritorio para poder quitarse el cabestrillo, con su mano izquierda tomó su celular y lo llevó a su oreja, mientras que la diestra se dirigía a inmiscuirse bajo sus pantalones.
— ¿Cuántos dedos te has metido ya? —cuestionó con cinismo.
— Mmgh... t-tres.
— ¿Crees que puedas con cuatro?
Jungkook se mordió el labio inferior, e instantáneamente insertó un cuarto dedo bajo un grito que complació a su amante. El sonido húmedamente obsceno que producían sus dedos y su agujero llegaba hasta oídos de Taehyung, tan morboso como podía ser el policía se encontraba encantado con ello.
— Dime, ¿tus dedos son suficientes?
— Mmgh, no —jadeó quejumbroso—. Te necesito a ti.
— Lamentablemente no puedo ir contigo. Me encantaría ayudar a mi amor, pero este es tu castigo, no un premio.
—N-no, Taehyung, por favor —suplicó el joven empujando sus dedos más profundo.
—Sé bueno, bebé, y te prometo que te regalaré un excelente orgasmo la próxima vez que nos veamos.
—No, yo lo quiero ahora —dijo como niño caprichoso.
Taehyung sabía que Jungkook siendo tan arrebatado no le haría ni un poco de caso, y lo esperaba. Dado que ni cuando estaban juntos Taehyung se doblegaba completamente a merced del policía, mucho menos ahora que bien podía tener su orgasmo sin que el otro lo reprimiera.
— Kook —advirtió en tono fuerte.
— Voy a correrme —chilló el joven antes de que su blanca esperma brincara desde su pene hasta caer sobre su vientre y un poco en las mantas de su cama.
— Eres un niño muy desobediente.
— Mmgh... Tae —jadeaba mientras sus dedos eran retirados de su húmedo agujero.
— No aprendes si no es con castigos, ¿no es así?
Jungkook sólo gimió en respuesta.
— La próxima vez que te vea en mi oficina, te voy a follar sobre el escritorio. Es una promesa, Jungkook.
El muchacho sonrió amplio imaginándose a sí mismo con el cuerpo doblado contra el escritorio, con su culo parado y con el grueso miembro de Taehyung dentro. El mero pensamiento le hizo desear ir en ese preciso momento a la estación para que su amante cumpliese su promesa.
Taehyung acarició más su miembro hasta que logró correrse, su esperma saltó hasta su buró manchando un par de hojas que ahí tenía, la placentera sensación le recorrió el cuerpo como electricidad, echó su cabeza hacia atrás mientras un sonido gutural se escapaba de su garganta.
— Tú también mereces un castigo, Taehyung —mencionó con voz mimosa.
— ¿Yo?
— Eres malo conmigo.
— ¿Malo, precioso?
"Porque me haces quererte tanto... pero no me dejas decírtelo"
— Sí, malo. Porque no me dejas cuidar de ti mientras estas herido.
"Tengo miedo de decirte que te quiero, esas palabras podrían ser el final entre tú y yo si es que tú no me quieres... pero pueden ser también el comienzo de lo que mi corazón necesita para dejar de sufrir, sólo si me quieres tanto como yo te quiero"
— Eso lo podemos arreglar, sabes que puedes ir a mi departamento a cuidarme las veces que quieras.
"Pero yo no sólo te quiero para suplir mi calentura, o para cuidar de mis heridas, te quiero, Jungkooo, y todo lo que la palabra implica"
El capitulo de hoy: uff ellos no paran
Gracias por votar y leer!
🌻: Minnh-aye
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