— Han el señor en Lee esta casa.— informó Youngjae desde la puerta viendo al menor quien comía papitas de una bolsa mientras leía un libro, solo asintió y vio salir a Choi de la habitación.

Espero un momento antes de pararse y salir del cuarto al que el llamaba cárcel la casa casi siempre estaba sola y solo había silencio mucho silencio Lee se encerraba en su oficina y desde la discusión de hace 6 dias no habían hablado, si ya llevaba  prácticamente 10 dias allí encerrado quería marcharse pero de allí no tenía escapatoria no podía correr de quien sabe donde estaba ubicado ese lugar hasta su casa. Hizo el libro a un lado y solo se vió una vez al espejo, podría verse peor.

Al bajar se encontró con las mucamas que terminaban de colocar platos sobre la mesa, una mesa enorme en la que solo comía Lee cuando estaba en estaba en casa y claramente sabíamos que comía en la punta de la mesa, y Jisung solo se sentó en el lado derecho y frente a el una silla libre al igual que todas las que sobraban.

— Viniste.— murmuró y sonaba algo extrañado.

— Youngjae me convenció.— dijo sinceramente.

Luego de eso no mas que los ruido de los cubiertos golpeando sobre el platos era lo único que se escuchaba hasta que el menor rompió el silencio.

— MinHo-

Antes de que pudiera terminar el mencionado lo interrumpió.

— Se lo que vas a decir no me gusta hablar mientras estamos comiendo.— carraspeó y bebió de su vaso.

Ese pequeña esperanza de que quizá le dijera algo luego de casi 10 dias encerrado allí se esfumó por completo al obtener esa respuesta hasta se estaba poniendo de mal humor.

— Mañana en la noche a las 8 ven a mi habitación y responderé algunas de tus preguntas.

Como siempre estaba serio y su rostro no denotaba ninguna emoción, bien con eso se sentía mas aliviado el azabache.

Al terminar de comer el primero en retirarse fue Minho sin decir una palabra más, tan pronto teminaron las tres mucamas de antes retiraron todo de la mesa y Jisung volvió a su habitación, nunca había estado impaciente por hablar con alguien, nunca nadie lo había hecho esperar para tener una conversación el siempre los había hecho esperar pero Minho. El es diferente.

El día parecía ir patéticamente lento pero por fin ya era mañana y de noche.

Cuando dieron las 8 estaba más nervioso que nunca en su vida, lo cual era sumamente extraño, la sola idea de estar con Minho solos en una habitación hizo que su imaginación volará un poco. Quiza mucho. Habían pasado 6 años en los que no se habían visto y Han nunca logró superar ese enamoramiento por Minho no importa cuantas personas conoció con cuantos mas se acostó. Ninguno era como Minho.

Y todo eso era una tortura sobre todo los primeros dias que rompió con el, se quiso convencer de que no estaba enamorado de Minho pero el dolor en su corazón decía lo contrario. No se arrepintió de haberlo terminado las cosas iban a ser peor si no lo dejaba ir.

Estaba frente a la puerta con la cabeza revuelta y los nervios de punta "es el mismo perdedor de la secundaria" se repitió tratando de convencerse de ello. Minho nunca fue un perdedor solo sabe jugar con la mente de las personas.

Dos toques en la puerta y gritaron desde adentro un "pase" y sin dudar mucho entró. Oh vaya ¿Nunca se quitaba esa ridícula ropa? Camiseta blanca metida por dentro de los jeans ajustados que marcaban sus perfectos muslos, las mangas de la camisa arremangadas dejando ver su caro reloj una pequeña pulsera plata, dos anillos en su mano de derecha y el cabello ligeramente revuelto. Jisung se quedó sin aire y comenzaba a fallarle el sistema.

Concéntrate se repitió ignorando la repentina sequedad en su boca y el pequeño calorsito en su cuerpo.

¿Vamos que de malo podía pasar?.

Soltó un suspiro y comenzó hablar.

— ¿Porque me trajiste aquí?. — ese era el interrogante mas grande en su cabeza.— y porque mataste a mis amigos...— pregunto tratando de descifrar la expresión del contrario. Jisung siempre fue muy difícil de leer.

— Tus amigos ya estaban muertos.— respondió como si no fuera la gran cosa.— Al llegar a Italia los soldatos de Ferrari los estaban esperando, a ti los de Luigi te estaban rastreando para cuando volvieras a Italia iban a secuestrarte y matarte era su venganza con lo que tu padre le hizo a esa chica.— su voz sonaba fría como siempre.— Hana, se metió con alguien de russos para vender droga ¿Creías que sus padres le compraban sus lujitos? Perdió una cantidad significativa de dinero y en este lado de las cosas pagas con sangre, iban a violarla, tortularala y descuar-

— Cállate, ya lo entendi.— susurró con una mano en el pecho, moliendo su labio inferior contra sus dientes ¿De verdad pasaría todo eso? De no ser por Minho estaría muerto.

— El otro chico estafó a una mujer de los Colombo, no son muy poderoso pero todo por venganza.— se encogió de hombros.

— ¿Cuando podre irme?.— molio su labio contra sus dientes ya era costumbre cuando estaba nervioso.

— Nunca ora sei mio(ahora eres mio).— respondió sin rodeos y sin la mínima pizca que lo que decía era broma.

— Entonces no es broma, nunca me dejarás salir de esta casa.— afirmó con algo de disgusto en su voz.

— Podrás salir siempre y cuando sea conmigo, y tendrás que decir que eres mi prometido. Esa es la única condición para que salgas.— escuchó una risa divertida por parte del otro chico la cual desapareció al instante al ver el semblante del otro de un hombre quien se estaba quitando el reloj. Oh no estaba bromeando.

El pelinegro espero otra burla, o alguna queja. El azabache no dijo nada al respecto.

— Entonces no me trajiste aquí para vengarte de mi padre.— el pelinegro negó.— ¿Me trajiste aquí para hacerme tu juguete sexual o algo así?.— el contrario negó un tanto divertido acortando la distancia que había entre ellos.

— No te haré nada si no quieres. — habló con voz ronca que le hizo estremecer. Basta concéntrate.— Nunca te haré daño ¿entiendes eso? Ahora eres mío, y no soy el mounstro que crees que soy, a ti nunca te lastimaria.— con los nudillos le acarició la mejilla y demonios, estaba odiando cada segundo.

Estaba odiando el hecho de otra vez comenzar a caer por Lee.

— ¿Entonces porque me trajiste? ¿Porque quieres que sea tuyo?¿De tu propiedad?¿Solo por eso?.— murmuró viendo la poca distancia entre ellos estaba muy tentado a lanzarse a besarlo. No, debía controlarse.

Su autocontrol se estaba llendo muy a la basura cuando Minho le tomó por las muñecas sin ser agarré brusco pero fuerte como si quisiera evitar que el contrario escapara, y lo inmovilizo. Su cerebro se quedó en blanco y no quería de nuevo caer a lo mismo habían muchas que no sabía sobre Lee todavía tenía muchas dudas. Pero todos esos pensamientos también se fueron a la basura cuando el contrario se inclinó posando sus labios fríos del pelinegro posados en su cuello de inmediato se estremeció y su cuerpo se relajo solo por eso. Como es posible, es ridículo.

— Si solo por eso.

Habló sobre su cuello repartiendo mas besos lentos y húmedos por todo su cuello un camino de besos hasta su barbilla. El calor en el cuerpo del pequeño comenzó a hacerse mas fuerte por esa simple acción. Los besos continuaron y el pelinegro no vaciló mucho y fue directo a por los labios del chico le soltó de la muñecas para dejar un agarré fuerte en la delgada cintura del contrario, se esperaba una patada en las bolas pero el azabache en ningún momento se negó, a lo que estaba haciendo el mayor. Fue todo lo opuesto pues también comenzó a corresponderle el beso y colocarle las manos en el pecho. No era beso exactamente tranquilo o lleno de amor como en las películas, era un beso hambriento que solo le demostraba al otro cuanto lo necesitaba en ese momento.

¡Gracias por leer! <3

🍄:minnh-aye