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愛 ໑ O5

- Que fue lo que le paso. - pregunto el pelinegro, cruzándose de brazos viendo al hombre frente a el, quien era el señor luciano, quien se había convertido en el médico personal de MinHo pues desde que el señor Lee ya no estaba a cargo del negocio el sucesor paso a ser hijo el mayor.

- Tuvo un colapsó pero esta bien, supongo que para el fueron demasiadas cosas por procesar, y la opción que tomó su cuerpo fue esa, dejalo descansar unas horas y que se alimente bien fue un poco fuerte y necesita energía, estará bien no te preocupes si pasa algo más de inmediato llámame.- se levantó y le hizo una pequeña reverencia.- me retiro pasa buena noche Lee.

Dicho eso el hombre abandonó la oficina, el mencionado solo quedó allí sin ninguna expresión en su rostro, quería ver como seguía el chico pero estaba seguro que lo único que ganaría serían varios insultos, pero no hizo nada malo solo le dijo la verdad y es mejor que se enteré ahora porque si no eso complicaría las cosas en un futuro.

Mientras en la otra habitación, había una anciana viendo al chico quien dormía plácidamente le había colocado unos paños de agua fría en la frente pues el chico estaba sudando frío y su cuerpo había perdido su temperatura natural pero para suerte del chico vino el doctor quien le inyectó algunas cosas y eso pareció comenzar a calmarlo, comenzo a despertar y ya había perdido la cuenta de cuantas veces se había quedado dormido.

- Oh despertaste querido. - la anciana le sonrió con ternura y le retiró el pañuelo de frente, la cual toco y también toco ambas mejillas, al chico no pareció molestarle pues solo le sonrió de golpe recordó lo que había pasado hace algunas horas y eso hizo que sintiera una punzada en su corazón.

- ¿Donde estoy...Que hora es?. - pregunto con voz con ronca y la señora dejo los trapos en una cubetita y hablo.

- Estas en Italia en la mansión Lee, y son 7 de la noche ¿Te sientes mejor? Te preparé algo de comer seguro tienes hambre. - se levantó de la silla en la que estaba sentada y la voz del chico la detuvo.

- ¿Y Minho?.

- Oh el esta en su oficina ¿quieres verlo? Voy a llamarlo.- hablo de manera muy amable que haría que el corazón de Yang se derritiera de no ser por lo que escucho.

- ¡No! ¡No! No quiero verlo...- negó rápidamente y la señora solo asintió saliendo de la habitación.

El azabache suspiro viendo el techo y miro a su alrededor estaba en una habitación lujosa pero no tenía de ver a detalle, sentía su cuerpo muy débil a decir verdad, pero tenía muchas dudas y preguntas que seguro el idiota ese no le iba a responder no tenía escapatoria ¿Que mierda iba hacer solo en ese lugar? Su padre estará preocupado, sus amigos muertos ¿Acaso si había alguien buscándolo? Rebusco en su ropa pero no tenía teléfono, su estupido teléfono.

La señora llevaba una bandeja en un platillo llevaba sopa, en otro comida un poco mas pesada como arroz carne y vegetales, un budín de postre y una bebida natural, la señora marie prefería eso a esas gaseosas asquerosas como las llamaba ella, vió Lee salir de su oficina y parecía tener cara de frustración.

- ¿Como esta él?.

- Esta bien parece que todavía tiene miedo, ah y dijo que no quería verte asi que por ahora déjalo, luego hablen como personas civilizadas no se que paso o que le dijiste pero se puso realmente mal.

Asintió y al menos por hoy lo iba a dejar o ese era el plan.

Era de madrugada ¿Como lo sabía el menor? Un reloj de pared algo antiguo le dió entender la hora, no podía dormir, todavía tenía demasiado miedo y si por eso ya había rato, pero no tenía sentido seguir, a decir verdad lloraba porque se sentía solo y ¿Desprotegido? No confiaba para nada Lee y por donde estaban y por lo que mencionó en las tardes no era algo bueno, ninguna persona normal por así decirlo viviría en medio de la nada y tendría un avión privado y un lugar para que te aterricé.

Si ningúna personal normal.

Dudoso muy dudoso aún así decidió salir se la habitación y la casa no estaba por completo en penumbras pero la iluminación era muy poca ¿Porque querer una casa tan grande viviendo solo? Incógnitas de gente millonaria ahora que lo pensaba porque en su casa habían tantas áreas restringidas, tantos cuartos que segun el no estaban en uso.

- ¿Que estas haciendo?.

La voz de alguien mas le hizo pegar un brinco en su lugar y era Lee ¿Que acaso también dormía con esos trajes? Y el se había quedado pensando a mitad de uno de los pasillos.

- No puedo dormir y tampoco quiero estar encerrado en esa celda. - se cruzó de brazos.

El contrario masajeo su cien como si hubiera estado teniendo un mal día ¿El estaba teniendo un mal? Ya habían pasado veinte cuatro horas desde que lo secuestraron ¿Y el estaba teniendo un mal día? Dios eso era ridículo.

- ¿Porque me trajiste aquí? ¿A que te dedicas? ¿Quien eres realmente?. - hablo el azabache ganando una mirada por parte del contrario.

- No haces preguntas ¿Recuerdas?.

Soltó una risa sin la mas mínima gracia y se acercó al pelinegro, quien ya presentía otro golpe pero esta vez de ninguna manera iba dejar que lo golpeará.

- Es que... No lo entiendo ¿Que eres? ¿Narcotráficante? ¿Sicario? Pff ni siquiera suena creíble en la secundaria solo eras un perdedor, es imposible seas algo eso no podrías. - Negó levemente con la cabeza y con una sonrisa algo cruel en sus labios.

- ¿Y tu? Te crees un santo todavía, vamos cariño se la clase de persona que eres y no has cambiado, siempre fuiste así, te crees superior a los demás pero tienes miedo, aún con eso no impedía que te aprovecharás de tu belleza para manipular a las personas o pisotearlos ¿Cierto? Pero conmigo fue diferente ¿No es así?. - le tomó de la muñeca y su otra mano la posó en su cintura. - Era el nerd el rechazado, el marginado pero nunca te permití que me trataras como ellos.

- Chico listo, aún así nunca dejaste de ser un perdedor, claro eres diferente a ellos y por eso me gustabas tanto, me gustaba que no eras fácil de manipular que no estabas a mi disposición cuando yo quería eres diferente, siempre con esa máscara de niño bueno que no rompía ni un plato. - le acarició la mejilla con la yema de sus dedos pero pronto apartó su mano. - que al parecer nunca se te cayó la durante la secundaria ¿No te cansadas de usarla? Que todos te miraban como el niño bueno, el alumno estrella, el ejemplar, Y oh vaya los rumores el que hablará mal ti de manera misteriosa dejaba de hacerlo y te veían con miedo, Todos te temían. - hizo una pausa y le sonrió con despreció.

Sentía como el contrario ejercía fuerza en el agarré en su cintura y su muñecas, pero era lo de menos y por fin prosiguió hablar.

- Menos yo.

Se soltó del agarré del pelinegro, quien tan pronto se soltó lo volvió a tomar pero esta vez obligándolo a que lo viera, no quería ser brusco con el y menos lastimarlo pero el pequeño gusano ese, sabía que palabras usar cuando hablaba con el.

- ¿Y tu? ¿No te has cansado de usarla? Es increíble como has mantenido tu puesto de angelito desde hace 6 años ¿no te cansas? Es como cargar con un peso enorme, hasta donde estas dispuesto a llevar tu mentiras ¿Para conseguir que? Me sorprendes, y si tienes razón nunca temiste y seguiste conmigo sabiendo la clase de mounstro que era y si se por eso fue terminaste conmigo crees que no me di cuenta no soy idiota los rumores se esparcieron muy rápido no pude hacer te acobardaste tuviste miedo, pero todavía no tengo claro de que no era a mi nunca me temiste...

Le acarició la mejilla y recorrió el rostro del contrario el cual se encontraba extrañamente algo pálido, anteriormente sus mejillas estaban rojas, pero a medida que el pelinegro iba hablando el color iba abandonando su rostro. Por último le acarició los labios.

- Somos dos demonios de un mismo infierno.

Finalizó posando sus ojos en los otros orbes oscuros los cuales tenían un brillo extrañamente particular. El menor sentía como el corazón se le estrujaba y fugaces recuerdos venían a su mente pero no era momento de recordar además que estaban borrosos y el asi prefería dejarlo, no era momento de recordar eso, no ahora.

- Ese hombre... - susurró tan bajo que el mayor no logró escuchar.

- ¿Que?.

- Estoy cansado me voy a dormir.

Le apartó las manos al otro chico y camino rápido de nuevo a la habitación, al estar allí se tiro directo a la cama boca abajo, suspiró y nuevo, algunas lágrimas brotaron de sus ojos.

Pero no entendía porque.

Ese extraño sentimiento en su pecho causo eso, una mezcla de: nostalgia, impotencia y rabia.

Wow esa tensión joder, díganme que ustedes tmb la sintieron.

🍄: Minnh-aye

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