Capítulo 13: Manosear

La tarde se deslizaba lentamente hacia la noche, y el ambiente en la casa era denso con una tensión palpable. Chosen había intentado distraerse con la televisión, pero los ecos de las recientes humillaciones y destrucciones aún resonaban en su mente. Se sentó en el sofá, su mirada perdida en el vacío, sintiéndose atrapado en un ciclo interminable de dolor.

Dark entró en la habitación sin hacer ruido, su presencia imponente llenando el espacio. “¿Por qué estás aquí sentado como si el mundo se estuviera acabando?” preguntó, su tono sarcástico. “No hay tiempo para la tristeza. Debes aprender a disfrutar de la vida.”

Chosen lo miró de reojo, sintiendo una mezcla de temor y desdén. “No estoy triste. Solo estoy tratando de procesar lo que ha estado pasando,” contestó, intentando mantener la calma.

“¿Procesar? Eso suena débil. Lo que necesitas es un poco de diversión,” Dark respondió, acercándose más a Chosen, su mirada intensa. “Y creo que tengo una forma de hacerlo.”

Sin previo aviso, Dark se arrodilló frente a Chosen y tomó su muñeca con fuerza. “Solo quiero que te relajes un poco. Después de todo, somos amigos, ¿verdad?” dijo, su voz suave pero cargada de una amenaza subyacente.

“Dark, suéltame,” Chosen dijo, intentando liberar su mano, pero la presión de Dark lo mantenía en su lugar. La sonrisa de Dark se ensanchó, como si disfrutara del juego que estaba a punto de comenzar.

“¿Por qué? No estás disfrutando de nuestra amistad. Quizás un poco de contacto físico te hará sentir mejor,” Dark sugirió, acercándose más, su mano recorriendo lentamente el brazo de Chosen. Chosen se estremeció ante el toque, sintiendo una incomodidad creciente.

“¡Para! No me toques,” Chosen gritó, tratando de retirarse, pero Dark no lo soltó. La risa burlona de Dark resonó en la habitación, como un eco de su desprecio.

“¿Por qué te asustas tanto? Solo estoy jugando. ¿No se supone que eso es lo que hacen los amigos?” Dark insistió, acercándose más, su mano ahora deslizando los dedos sobre la piel de Chosen. La sensación hizo que Chosen se sintiera vulnerable.

“Esto no es un juego. Solo me estás incomodando,” Chosen protestó, su voz temblorosa mientras intentaba mantener la distancia, pero no pudo evitar sentir el poder que Dark ejercía sobre él.

“¿Extraño? ¿Por qué no te dejas llevar?” Dark preguntó, con un tono burlón que enrarecía aún más el ambiente. Con un movimiento rápido, deslizó sus dedos por el cuello de Chosen, provocando que este se estremeciera.

“¡No! Por favor, no hagas esto,” Chosen suplicó, sintiendo que su corazón latía con fuerza. “Esto no es lo que quiero.”

Dark se inclinó más cerca, su aliento caliente contra la piel de Chosen. “Solo quiero que aprendas a disfrutar de la cercanía. Hay muchas formas de mostrar afecto,” dijo, acariciando su mejilla con la yema de los dedos. El toque era firme, casi dominante, y Chosen sintió una oleada de incomodidad.

“No, esto no es afecto. Esto es… es abuso,” Chosen dijo, sintiendo la necesidad de resistir. “No me trates así.”

Dark dejó escapar una risa burlona. “Ah, sí, el abuso. Siempre tan dramático, Chosen. Solo quiero que veas las cosas desde una perspectiva diferente. Lo que estoy haciendo no es dañarte; te estoy mostrando lo que es realmente la cercanía.”

Con un rápido movimiento, Dark se inclinó hacia adelante y lo empujó hacia atrás, colocándose de tal manera que Chosen se sintió completamente acorralado. “Ves, esta es la verdad: nadie va a protegerte como yo lo hago. Así que, ¿por qué no disfrutar un poco?”

La respiración de Chosen se aceleró, y sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas. “No puedes seguir así. No es justo. Solo quieres controlar todo en mi vida,” protestó, su voz quebrándose.

“Controlar es lo que hago porque nadie más lo hará. Eres un desastre, Chosen. Y te lo he dicho antes: este mundo es cruel. Es mejor que aprendas a sobrevivir a mi lado,” Dark afirmó, su tono bajo y amenazante, la distancia entre ellos se reducía a cada palabra.

“Yo no quiero sobrevivir así. Quiero vivir. Quiero ser libre,” Chosen respondió, la ira y el dolor mezclándose en su voz.

“¿Libre? Eso suena ridículo. No sabes lo que es la libertad. Eres un tonto que necesita protección,” Dark dijo, acercándose aún más, el espacio entre ellos volviéndose opresivo. Su mano se deslizó por el muslo de Chosen, una caricia provocadora que hizo que Chosen se tensara.

“¡Basta! No quiero seguir así. No voy a dejar que me trates de esta manera,” Chosen gritó, su voz resonando en la habitación. Sentía la desesperación apoderándose de él mientras Dark lo sujetaba.

Dark se detuvo, su mirada fría y dura. “Entonces, ¿qué harás al respecto? ¿Dejarás que tus palabras sean solo eso? Palabras vacías, Chosen.”

“Estoy cansado de tus juegos. Lo que estás haciendo no es amor. Es manipulación, y no voy a quedarme de brazos cruzados,” Chosen declaró, sintiendo una chispa de determinación dentro de él.

“Entonces, ¿vas a luchar? ¿Te atreverás a enfrentarte a mí?” Dark preguntó, sus ojos llenos de desafío mientras su mano continuaba manoseando con insistencia, provocando que Chosen se sintiera atrapado entre el deseo de alejarse y el miedo a la reacción de Dark.

“Sí. Te enfrentaré. Porque tengo derecho a ser quien soy, sin tu control,” Chosen afirmó, sintiendo que finalmente se estaba levantando, aunque el roce de Dark lo desestabilizaba.

Dark sonrió, una sonrisa oscura que hizo que el corazón de Chosen se hundiera. “Esto apenas comienza, Chosen. No subestimes lo que soy capaz de hacer.”

Con esas palabras, Dark se dio la vuelta, dejándolo solo en el sofá, pero algo había cambiado dentro de Chosen. La idea de luchar por su propia libertad comenzaba a tomar forma, y aunque la batalla estaba lejos de terminar, al menos ahora sabía que debía resistir.

El eco de la mano de Dark todavía ardía en su piel, pero Chosen se comprometió a no dejarse vencer. La lucha por su libertad apenas comenzaba.