✰°•『 Ꮯᾰ℘!ɬʊʆꪮ 7 』•°✰
[Narrador/a POV]
Mientras Blue intentaba retomar su compostura, se quedó en silencio, mirando fijamente al espacio frente a él. Las palabras de Green seguían resonando en su mente. El beso había sido tan repentino, tan inesperado, que le costaba asimilar lo que acababa de suceder. ¿Cómo debía reaccionar? ¿Era solo un impulso de Green o significaba algo más?
Decidió no quedarse allí pensando demasiado y se levantó para ir a la sala. Quizás, solo quizás, hablar con alguien lo ayudaría a entender lo que estaba sintiendo.
Al llegar, vio a Red y Purple, quienes lo miraron de inmediato al notar su expresión pensativa.
-¿Todo bien? -preguntó Purple con cautela, notando que Blue parecía más distante que de costumbre.
Blue asintió, pero su rostro delataba una mezcla de confusión y algo más, algo que no quería admitir.
-Lo de Green... -comenzó, sin saber muy bien cómo seguir.
Red, que estaba sentado cerca de Purple, miró a Blue con una sonrisa divertida, como si ya supiera lo que estaba pasando. Sin embargo, no dijo nada al respecto, dejando que Blue hablara.
-¿Qué opinas de eso? -preguntó Blue, buscando alguna forma de encontrar claridad, aunque ya sabía que nadie más podría darle la respuesta exacta.
Purple miró a Red, quien levantó una ceja en señal de que no diría nada. Entonces, Purple, con un tono suave, le respondió.
-Lo que Green hizo... no fue algo pequeño. Ya sabes, él no suele ser tan directo. Pero, también es cierto que a veces puede ser impulsivo. Quizás se está abriendo más con respecto a lo que siente.
Blue suspiró, rascándose la nuca.
-Pero, ¿y si no estoy listo para eso? Yo... no sé qué quiero, y menos con todo lo que está pasando.
Red, que no pudo evitar escuchar la conversación, se levantó y se acercó a Blue. Le dio una palmada en el hombro con una sonrisa juguetona.
-¡Vamos, Blue! No seas tan complicado. Si Green te dio un beso, es porque le importas. Ahora, solo necesitas decidir si quieres corresponderle o no. No es tan difícil, ¿verdad?
Purple, sin embargo, se mostró más serio. Observó a Blue por un momento antes de hablar.
-No te presiones. Las cosas como estas siempre toman tiempo. Lo importante es ser honesto con lo que sientes, incluso si eso significa que no sabes qué hacer en este momento. Tómate el tiempo que necesites.
Blue asintió, sintiéndose algo más aliviado, pero aún con muchas dudas en su cabeza. Sabía que tenía que hablar con Green, aclarar las cosas entre ellos, pero por alguna razón, algo dentro de él aún no estaba listo para dar el siguiente paso.
Mientras tanto, Green estaba en su habitación, recostado en la cama, mirando al techo con los ojos entrecerrados. Había actuado por impulso, sin pensar en las posibles consecuencias, pero al mismo tiempo, no se arrepentía. Solo esperaba que Blue no lo rechazara o lo mirara diferente por lo que había hecho.
La espera se hacía interminable, pero Green sabía que, tarde o temprano, tendría que enfrentar la situación.
Al final, solo el tiempo diría si este pequeño paso que había dado los acercaría más o si complicaría las cosas entre ellos. Pero, por ahora, todo lo que podía hacer era esperar la reacción de Blue, con la esperanza de que las cosas no se volvieran más complicadas.
---
Mientras tanto, Yellow se encontraba en su habitación, descansando y buscando una distracción. Después de los intensos momentos con Red, decidió tomarse un respiro. Se sentó frente a su computadora, abriendo varias pestañas en su navegador mientras escuchaba música suave de fondo. La pantalla brillaba en la oscuridad de la habitación, y Yellow, aunque parecía tranquilo, su mente no dejaba de repasar lo que había pasado con Red.
Pensaba en cómo, por un instante, todo se sintió... diferente. Como si, tal vez, había algo más entre ellos, algo más allá de la amistad. ¿Sería posible? Sus pensamientos se entrelazaban, pero Yellow trató de concentrarse en algo más para calmar su mente. Hizo scroll por las redes sociales, mirando publicaciones, videos, buscando algo que lo sacara de su cabeza.
Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos por mantenerse ocupado, no pudo evitar que su mente volviera a esos momentos con Red: sus risas, la forma en que se habían acercado sin querer, y cómo se sintió al estar tan cerca de él. Yellow frunció el ceño al darse cuenta de que ya no podía negar que algo había cambiado, aunque no sabía exactamente qué.
De repente, su teléfono vibró sobre la mesa, interrumpiendo sus pensamientos. Era un mensaje de Purple.
"Oye, ¿todo bien? Sabemos que estas cosas te dan vueltas en la cabeza... si necesitas hablar, aquí estoy."
Yellow suspiró, levantando la mirada hacia el techo. Sabía que Purple siempre estaba allí para él, pero esta vez, no estaba seguro de cómo explicarle lo que sentía. No entendía completamente lo que pasaba, y sentía que era algo que debía resolver por sí mismo.
Le respondió a Purple: "Sí, estoy bien. Solo... pensando un poco. Gracias por preguntar."
No pasó mucho tiempo antes de que Red apareciera en su puerta, rompiendo el silencio. Se asomó con una sonrisa, aunque Yellow pudo notar un toque de preocupación en su mirada.
-Oye, ¿te molesta si hablamos un rato? -preguntó Red con tono suave, cruzando la puerta con una actitud relajada.
Yellow, sin dejar de mirar su computadora, asintió con la cabeza. No estaba enojado, pero sí se sentía un poco confundido. Todo lo que había pasado entre ellos en las últimas horas lo dejaba con más preguntas que respuestas.
-Claro, ¿qué pasa? -respondió, aunque su tono era algo más serio que usualmente.
Red se acercó al escritorio de Yellow y, con un suspiro, se sentó en una silla cerca de él.
-Solo quería saber si estás bien. No quiero que sigas con la cabeza llena de cosas, como antes. Me di cuenta de que las cosas a veces se complican más de lo que deberían -dijo Red, mirando a Yellow con una expresión sincera.
Yellow lo miró por un momento, sintiendo cómo su pecho se aliviaba al escuchar las palabras de Red. Pero aún no sabía qué pensar de todo lo que había sucedido entre ellos. ¿Estaba listo para algo más? ¿O todo seguía siendo una confusión en su mente?
-Gracias, Red... -respondió con voz baja-, pero en realidad no sé qué hacer con todo esto. No sé qué siento... y no quiero que las cosas entre nosotros se compliquen más.
Red, en lugar de presionarlo, asintió, comprendiendo perfectamente la situación. No dijo nada más, simplemente se quedó en silencio, respetando el espacio de Yellow. Sabía que, a veces, el tiempo era lo que más necesitaba alguien para entender sus propios sentimientos.
Ambos se quedaron ahí, en una atmósfera tranquila pero tensa, cada uno atrapado en sus pensamientos, pero sabiendo que, por ahora, no había necesidad de apurar las cosas.
Y así, mientras la tarde continuaba su curso, la conexión entre ellos seguía ahí, invisible pero real, esperando el momento adecuado para manifestarse.
---
Red, sintiéndose un poco más curioso después de su conversación con Yellow, decidió explorar un poco más el cuarto. Sabía que Yellow necesitaba algo de tiempo y espacio para aclarar sus pensamientos, así que aprovechó que estaba solo y comenzó a revisar las estanterías y cajones de su habitación. No tenía malas intenciones, simplemente quería saber más sobre su amigo, algo que a veces lo intrigaba de una manera extraña.
Yellow no le prestó mucha atención mientras seguía frente a su computadora, inmerso en sus propios pensamientos. No le molestaba que Red mirara su habitación, después de todo, siempre habían sido muy cercanos. Sin embargo, cuando Red abrió uno de los cajones de la mesa de noche, algo en él se detuvo. En el interior, encontró un frasco pequeño con pastillas.
Red frunció el ceño al verlas. No era algo que esperaba encontrar en el cuarto de Yellow. Con cuidado, sacó el frasco y lo miró detenidamente. Las pastillas para dormir. El etiquetado estaba casi desgastado, pero podía leer lo que decía. Un sentimiento de preocupación lo invadió, ya que nunca había visto a Yellow tan preocupado por algo como para necesitar medicación para descansar.
Poco después, Yellow se dio cuenta de que Red estaba quieto frente a su mesa, con el frasco en la mano.
-¿Qué haces? -preguntó Yellow, levantando la vista de su computadora, con una expresión que reflejaba algo de sorpresa, pero no de enojo.
Red, sintiéndose algo culpable por haber curioseado, miró las pastillas en su mano y luego a Yellow.
-¿Por qué tienes esto? -preguntó, aunque no lo dijo de manera acusatoria, sino más bien como si estuviera tratando de entender la situación.
Yellow suspiró, sintiendo que era el momento de ser honesto. Se recostó en su silla y, por un momento, estuvo en silencio. No le gustaba hablar sobre este tipo de cosas, pero sabía que no podía seguir ocultando todo a su alrededor.
-A veces, mi cabeza no para de pensar en todo... -comenzó, con la mirada baja-. No es fácil desconectarme. Estas pastillas... me ayudan a dormir cuando las cosas se vuelven demasiado intensas.
Red lo miró fijamente, dándose cuenta de lo mucho que había estado callando Yellow. No solo se preocupaba por lo que sentía por él, sino por todo lo demás en su vida. Sabía que la presión era algo que Yellow no solía compartir con los demás.
-No tienes que hacer todo eso solo, Yellow -dijo Red, con un tono suave pero firme-. Si alguna vez necesitas hablar o descansar, siempre puedes contar conmigo.
Yellow lo miró, algo sorprendido por la sinceridad en su voz, pero también agradecido. No era algo que estuviera acostumbrado a escuchar de los demás, especialmente de Red. Pero en ese momento, algo cambió. Era como si todo se aclarara un poco. Al menos, sabía que no estaba solo en su lucha.
-Gracias... -susurró Yellow, sintiendo cómo una ligera sensación de alivio lo invadía.
Red dejó las pastillas en la mesa con cuidado y luego se acercó a Yellow, dándole una palmada en el hombro.
-Nosotros somos un equipo, ¿recuerdas? -sonrió Red-. Y si necesitas más ayuda para descansar, tal vez no debas recurrir a esas pastillas... Hay otras formas de relajarse.
Yellow sonrió ligeramente, aunque todavía estaba algo pensativo. De alguna manera, tener a Red cerca lo hacía sentirse un poco más ligero.
-Lo intentaré -respondió con voz baja, más tranquilo que antes.
Los dos se quedaron en silencio por un momento, mirando la pantalla de la computadora de Yellow, pero sabiendo que algo había cambiado entre ellos. Algo más fuerte que las palabras. Y por primera vez en mucho tiempo, Yellow se permitió sentir que tal vez, solo tal vez, podía dejar de luchar solo.
---
Red, decidido a sacarle una sonrisa a Yellow, pensó que una pequeña broma podría aliviar la tensión que había flotado en el aire hasta ese momento. Con una sonrisa traviesa, se metió en el closet de Yellow sin decir una palabra. Yellow levantó la mirada de su computadora, arqueando una ceja al ver que Red desaparecía tras la puerta del armario.
-¿Qué estás haciendo? -preguntó Yellow, sintiendo que Red probablemente estaba haciendo alguna estupidez, como siempre.
Red no respondió de inmediato, pero se podía escuchar el sonido de la ropa moviéndose dentro del closet. Finalmente, después de un par de minutos, Red salió, y al instante, Yellow soltó una risa sorprendida.
Red había decidido vestirse igual que él, con la camiseta básica y los pantalones cómodos, pero lo que realmente llamó la atención de Yellow fue el suéter que Red llevaba puesto. Era de un color gris claro, pero era mucho más grande de lo que debería, cubriendo casi todo su cuerpo, y con las mangas cayendo más allá de sus manos. Parecía que estaba completamente perdido dentro de la ropa de Yellow.
Red sonrió de oreja a oreja, viendo la reacción de Yellow.
-¿Qué opinas? -dijo, girando un poco para mostrar su "nuevo look".
Yellow, por un segundo, olvidó todo lo que lo preocupaba. Miró a Red, quien parecía un niño metido en ropa demasiado grande, y no pudo evitar soltar una risa. Red, con su expresión exagerada, estaba buscando la aprobación de Yellow, como si estuviera esperando una ovación.
-No tienes ni idea de lo ridículo que te ves -respondió Yellow entre risas, cubriéndose la boca para evitar reírse más fuerte.
Red se hizo el ofendido, pero no pudo evitar reírse también. Se sentó en la cama de Yellow y comenzó a hacer una pequeña representación, moviéndose de forma exagerada como si fuera un modelo de pasarela, pero todo en su actuación era completamente torpe debido al suéter grande.
-¡Mira esto! ¡Soy un modelo de alta costura! -exclamó, haciendo una pose exagerada.
Yellow, finalmente perdiendo la batalla contra su sonrisa, se rió aún más fuerte. No había esperado que Red fuera tan absurdo, pero al ver esa escena, algo dentro de él se relajó. La tensión que había acumulado en su pecho comenzó a desvanecerse, reemplazada por una sensación cálida que hacía tiempo no sentía.
-Eres un idiota -dijo Yellow entre risas, aunque no lo decía con maldad.
Red se dejó caer sobre la cama, satisfecho de haber logrado arrancarle una sonrisa a Yellow.
-Bueno, al menos logré mi objetivo -respondió, aún con el suéter demasiado grande cubriéndole todo.
Yellow, aunque avergonzado por cómo se había dejado llevar por la risa, no pudo evitar sentirse un poco más ligero. Había algo en el comportamiento de Red que siempre lograba hacerle olvidar lo difícil que podía ser todo. Y aunque sus preocupaciones seguían ahí, por un momento, el peso en su pecho parecía menos pesado.
-Deberías devolverte eso, no sé si te va a quedar -comentó Yellow, ya en un tono más tranquilo y divertido.
Red hizo un gesto dramático de derrota y se quitó el suéter, lanzándolo de vuelta al closet.
-¡Pero lo estaba llevando con tanto estilo! -se quejó, haciendo una mueca, pero finalmente se echó atrás en la cama de Yellow, descansando con una sonrisa satisfecho.
Yellow, después de todo, no podía negar que algo en ese momento le hacía sentir que las cosas, al menos por ahora, estaban bien. Y por un breve instante, se permitió disfrutar de la compañía de Red, olvidándose un poco de todas las cosas que lo preocupaban.
---
Second entró a la habitación con una expresión relajada, pero al ver a Red y Yellow, se detuvo por un momento, observando la escena con una pequeña sonrisa en su rostro. Había algo en la forma en que ambos estaban en la misma sintonía, tan tranquilos y cómodos, que le dio una sensación de ternura. No pudo evitar preguntarse, aunque sin ninguna intención de molestar, si estaban ocupados con algo más.
-¿No estoy interrumpiendo algo? -preguntó Second, su tono suave pero curioso.
Ambos se miraron y, al ver que no había nada raro ni incómodo en la situación, ambos respondieron al unísono, con una expresión relajada.
-No, no pasa nada -dijo Yellow, sonriendo levemente, aliviado de que Second no hubiera llegado en un momento incómodo.
Red, que estaba emocionado por su "nueva moda", rápidamente se levantó de la cama y comenzó a ponerse el suéter de nuevo, dándole un giro teatral mientras miraba a Second con una sonrisa enorme.
-¡Mira, Second! -exclamó, extendiendo los brazos para hacer una pose exagerada-. ¡Soy el nuevo modelo de la temporada!
Second no pudo evitar reírse ante la escena. Red, con el suéter grande que apenas le quedaba, parecía un niño disfrazado, y la actitud exagerada de Red hacía todo aún más gracioso. Aunque él no era alguien dado a ser tan efusivo, no podía negar que ver esa escena le hizo sentirse más ligero, como si el ambiente se hubiera vuelto un poco más cálido.
-Vaya, qué estilo -dijo Second, sonriendo de una forma genuina mientras observaba a Red con los brazos extendidos.
Red, orgulloso de su "nuevo look", hizo una pequeña pirueta y luego se dejó caer nuevamente sobre la cama, mirando a Yellow con una expresión triunfante.
-¿No es increíble? -dijo, dándole una mirada cómplice a Yellow, como si esperara que él también estuviera impresionado por su "elegancia".
Yellow no pudo evitar reírse de nuevo al ver la actitud tan despreocupada de Red. Aunque al principio le había parecido una tontería, ahora estaba disfrutando del momento, algo que no había hecho en un buen rato.
-Eres un tonto -comentó Yellow, pero con una sonrisa sincera, como si todo lo que hubiera estado guardando en su interior por días, de alguna manera, se hubiera aligerado en ese instante.
Second se acercó a la cama, se sentó cerca de ellos y observó por un momento el ambiente relajado. Era extraño cómo algo tan simple, como ver a Red hacer el tonto con ese suéter, podía traer algo de paz a la situación. Sin embargo, él sabía que no todo era perfecto y que había algunas cosas que todavía necesitaban ser solucionadas, pero por ahora, disfrutaba ver a sus amigos relajados.
-Bueno, parece que al menos ahora todos estamos con buen ánimo -dijo Second con una sonrisa más tranquila, mirando a ambos, sabiendo que Red y Yellow necesitaban este tipo de momentos para desconectar de las tensiones.
Red, aún con el suéter, se dejó caer nuevamente en la cama y estiró los brazos, mirando a Second.
-¿Tú qué opinas? ¿No me queda perfecto? -bromeó, sacando una risa de Yellow y Second al mismo tiempo.
Yellow, al escuchar a Red, asintió lentamente, sabiendo que aunque las cosas a veces fueran difíciles, esos momentos de simpleza y alegría con Red, como ahora, valían la pena.
---
Second, aún con la sonrisa en su rostro, miró a Red y Yellow de una forma que no pasó desapercibida para ninguno de los dos. Con una mirada algo traviesa, decidió lanzar un comentario que hizo que el ambiente cambiara un poco.
-Sabes, ustedes dos serían una linda pareja -dijo Second, con un tono relajado pero con un brillo juguetón en sus ojos.
Red, rápidamente, se giró hacia Yellow con una sonrisa amplia, como si estuviera jugando con la idea. Su mirada se volvió más pícara, y sin perder tiempo, comenzó a hablar con un tono suave, casi coqueto.
-¿Sabes, Yellow? -dijo Red con voz suave y una sonrisa traviesa-. Creo que lo nuestro podría ser algo más... especial, ¿eh? Quizás podríamos tener citas, paseos bajo la luna... y, claro, muchas risas.
Yellow, de inmediato, se sintió incómodo por el giro de la conversación. No le gustaba que Second hiciera comentarios así, y mucho menos que Red, tan espontáneo, los tomara tan en serio.
-¡Second! -exclamó Yellow, frunciendo el ceño mientras miraba a Second con algo de molestia-. ¡Eso no está bien! No hables así.
Yellow no era de mostrar incomodidad de esa manera, pero la idea de ser el centro de atención en algo tan... personal, lo hacía sentirse nervioso. Sus mejillas se teñían ligeramente de rojo, y su mirada bajó hacia el suelo mientras intentaba calmarse. No le gustaba la idea de estar en el centro de una conversación tan juguetona, especialmente cuando él no estaba preparado para esos comentarios.
Red, sin embargo, no dejó de sonreír, disfrutando de la reacción de Yellow. Aunque podía notar que su amigo se sentía incómodo, también se daba cuenta de que lo estaba tomando todo con bastante calma, algo que le hacía más fácil seguir con su broma.
-¿Oh? -dijo Red, con tono bromista, sin dejar de mirar a Yellow-. Vamos, Yellow, solo estoy bromeando... ¿no te gusta la idea?
Second, por su parte, intentó calmar un poco las aguas, viendo que la situación se había puesto un poco tensa.
-Lo siento, Yellow, no era mi intención incomodarte -dijo Second, con una ligera risa nerviosa, dándose cuenta de que quizás había cruzado una línea con su comentario.
Yellow, aunque seguía incómodo, respiró hondo y levantó la vista hacia Red y Second, tratando de recuperar su compostura.
-Está bien, pero... por favor, no hagan más bromas como esa -dijo Yellow, con tono serio pero no demasiado molesto-. No es divertido.
Red, al ver la incomodidad de Yellow, dejó de lado la broma y le dio una sonrisa más suave y sincera.
-Lo siento, Yellow, no quise ponerte incómodo -dijo Red, mientras se sentaba a su lado, dejando de lado la actitud juguetona por un momento-. Solo quería hacerte reír.
Second asintió, dándose cuenta de que, aunque era un comentario ligero, había tocado un punto sensible para Yellow.
-Está claro, lo dejaremos ahí -dijo Second, intentando cambiar el tono de la conversación-. Vamos, volvamos a disfrutar del momento.
Yellow, aunque aún algo tenso, asintió lentamente, agradecido por la comprensión de sus amigos. Sabía que, a pesar de que a veces las bromas iban demasiado lejos, Red y Second siempre estaban ahí para él. Y aunque esos momentos incómodos eran difíciles, también era una oportunidad para estrechar más su vínculo con ellos.
---
Mientras el ambiente comenzaba a relajarse después de la breve tensión, Purple pasó por la puerta, caminando sin demasiada prisa, como si fuera parte del paisaje de la casa. Al verlo, Second, que ya se había levantado, sonrió ampliamente, como si algo lo hubiera iluminado por dentro.
-¡Ah! ¡Voy a aprovechar! -dijo Second, casi como si una idea genial acabara de cruzar su mente. Se despidió rápidamente de Red y Yellow, antes de correr detrás de Purple, dejándolos a solas.
Red, que siempre estaba alerta a cualquier oportunidad para bromear, no tardó en aprovechar el momento. Con una sonrisa traviesa, miró a Yellow, sabiendo exactamente qué decir para ponerlo incómodo otra vez.
-¿Viste eso? -dijo Red en voz baja, pero lo suficientemente alto como para que Yellow lo escuchara claramente-. Parece que Second está bastante contento con su "amigo" Purple.
Yellow, al principio, no reaccionó. Sabía que Red lo estaba molestando, pero no quería caer en su juego. Sin embargo, la forma en que Red lo dijo le hizo rodar los ojos y negar con la cabeza, como si ya estuviera acostumbrado a las bromas de su amigo.
-No empieces, Red... -dijo Yellow con un tono casi aburrido, aunque no podía evitar una pequeña sonrisa que se le escapó al ver la actitud juguetona de Red.
Red, sin embargo, no se quedó quieto. Se acercó a él y, con una cara de absoluta satisfacción, añadió con tono picante:
-¿A que no puedes imaginarte a Second todo emocionado? ¡Seguro que está buscando alguna excusa para hablar con Purple! -se rió ligeramente, disfrutando de la reacción de Yellow, que lo miraba con una mezcla de diversión y ligera molestia.
Yellow, ahora que la atmósfera estaba mucho más relajada, se permitió sonreír de vuelta, aunque aún trataba de hacerse el serio.
-Deja de decir tonterías, Red -respondió con una leve risa-. Sabes que no me interesa ese tema.
Pero Red no se conformaba tan fácilmente. Siguiendo el juego, bajó la voz y añadió:
-Seguro que no... -con una sonrisa ladeada-. Pero, ¿y si te digo que los ves como una pareja perfecta? ¡Ay, qué envidia! ¡Hasta me dan ganas de formar mi propio club de "Parejas Secretas"! -exclamó en tono de broma, mirando a Yellow con los ojos brillando de diversión.
Yellow lo miró, y aunque trataba de seguir con su actitud más seria, no pudo evitar reírse levemente.
-No sé qué hacer contigo, Red -respondió con una ligera sonrisa-. Pero... gracias por al menos intentarlo, aunque sea una tontería.
Red, al ver la sonrisa de Yellow, dejó de bromear por un momento y simplemente lo miró con una expresión más suave y sincera.
-Sabes que siempre te haré reír, ¿verdad? Aunque sea a mi manera -dijo Red con una sonrisa cálida.
Yellow, aún sonriendo, asintió lentamente.
-Sí, lo sé -respondió, más relajado ahora, dándose cuenta de que a veces las bromas de Red, por más molestas que fueran, siempre lo hacían sentir mejor al final.
Red se acomodó en la cama junto a Yellow, y por un breve momento, ambos se quedaron en silencio, disfrutando de la compañía mutua. Aunque las bromas continuaban, estaba claro que su amistad se volvía cada vez más fuerte, con momentos como este que les ayudaban a seguir adelante, sin importar lo que pasara con los demás.
Red miró a Yellow de reojo mientras estaban sentados en la cama. Yellow tenía esa expresión neutral, casi aburrida, mientras jugaba distraídamente con las mangas de su suéter. Para Red, ese era el momento perfecto. Una sonrisa traviesa apareció en su rostro al recordar lo divertido que había sido molestarlo antes con las cosquillas.
-Oye, Yellow -dijo con un tono casual, inclinándose un poco hacia él.
-¿Qué? -respondió Yellow sin levantar la mirada, completamente ajeno a las intenciones de Red.
Red no dijo nada más. En lugar de hablar, de repente lanzó sus manos hacia las costillas de Yellow, moviéndolas con rapidez para atacarlo con cosquillas. Yellow dio un pequeño respingo, sorprendido, y lo miró con una mezcla de confusión y molestia.
-¡Red! ¿Otra vez? -exclamó, tratando de apartar las manos de su amigo, pero no podía evitar reírse mientras se retorcía ligeramente.
-¡Claro que sí! Estabas tan serio, tenía que hacer algo al respecto -se burló Red, riéndose mientras continuaba con su ataque.
Yellow intentó esquivarlo y resistir, pero al final terminó devolviéndole las cosquillas en defensa propia. Su rostro, que antes estaba neutral, ahora mostraba una leve sonrisa.
-¡Te estás pasando, Red! -gruñó entre risas mientras intentaba sujetar las manos de su amigo.
Ambos terminaron rodando por la cama entre risas, enredándose en las sábanas y cambiando de posición varias veces. Red, en algún momento, quedó atrapado debajo de Yellow, quien lo inmovilizó con una ligera sonrisa triunfal.
-¿Y ahora qué, genio? -dijo Yellow, respirando un poco agitado mientras sujetaba las muñecas de Red.
-¿Qué pasa? ¿No puedes con mi energía? -respondió Red con una risa burlona, ignorando por completo que estaba en desventaja.
Yellow suspiró y lo miró con una mezcla de cansancio y diversión, antes de soltarlo y recostarse a su lado.
-Eres un caso perdido, Red -dijo mientras se acomodaba de nuevo en la cama.
Red, como siempre, no podía quedarse quieto. Con una sonrisa aún más amplia, aprovechó la oportunidad para cambiar de posición y acomodarse sobre las piernas de Yellow.
-¿Qué haces ahora? -preguntó Yellow con el ceño ligeramente fruncido, pero sin sonar realmente molesto.
-Solo me aseguro de que no te aburras. ¡Estoy siendo un buen amigo! -respondió Red con una sonrisa descarada, cruzándose de brazos como si fuera lo más normal del mundo.
Yellow rodó los ojos, pero no lo apartó. De alguna forma, se sentía cómodo con la presencia de Red, incluso si era un completo alborotador. Aunque nunca lo admitiría en voz alta, momentos como este le daban un pequeño respiro de la seriedad con la que enfrentaba la vida.
Ambos se quedaron así por un rato, sin decir mucho, solo disfrutando de la compañía mutua. Aunque, claro, Red no tardaría mucho en planear su próxima travesura.
---
Red dejó caer la cabeza hacia atrás, dejando escapar un largo suspiro de alivio mientras descansaba aún sobre las piernas de Yellow.
-Uf, al menos moviste la computadora antes de que empezara mi ataque -dijo con una sonrisa aliviada, mirando a Yellow desde abajo.
Yellow, que había recuperado parte de su seriedad, le lanzó una mirada de incredulidad.
-¿Qué, querías arruinarla también? -preguntó con un tono seco, pero había un destello de diversión en sus ojos.
-¡Claro que no! -protestó Red, incorporándose un poco mientras lo miraba con una sonrisa. -Pero admítelo, si la hubieras dejado ahí, habrías sido el responsable de nuestra "gran tragedia tecnológica".
Yellow arqueó una ceja, cruzándose de brazos.
-¿Nuestra? Esa computadora es mía. Si algo le pasa, tú serías el único responsable. -Su tono era firme, pero Red notó cómo su boca amenazaba con formar una pequeña sonrisa.
-Bueno, bueno... menos mal que no pasó nada. Pero deberías agradecerme por preocuparte tanto por ella que reaccionaste rápido. Mis cosquillas son tan peligrosas como eficaces -respondió Red, llevándose una mano al pecho, fingiendo orgullo.
Yellow rodó los ojos, pero no pudo evitar que su sonrisa finalmente apareciera.
-Eres un desastre, Red.
-Pero soy tu desastre, ¿no? -respondió Red con una sonrisa pícara, inclinándose hacia él.
Yellow lo empujó suavemente en respuesta, negando con la cabeza.
-No empieces otra vez con tus bromas.
-¿Por qué no? Si sé que en el fondo te divierten -replicó Red, volviendo a recostarse sobre las piernas de Yellow, completamente cómodo.
Yellow no respondió, pero tampoco lo apartó. En el fondo, sabía que las travesuras de Red eran lo único que lograba sacarlo un poco de su propia mente. Y aunque nunca lo admitiría en voz alta, agradecía esos momentos, incluso si Red parecía incapaz de tomarse algo en serio.
---
Ocultos entre las sombras, Luck y Rosenthal observaban desde una distancia prudente la escena en la habitación de Yellow. Ambos mantenían una conversación susurrada, asegurándose de no ser descubiertos.
-¿Los ves? -murmuró Luck, inclinándose ligeramente para obtener un mejor ángulo. -Esos dos parecen de una novela romántica.
Rosenthal soltó una leve risa contenida, sin apartar la vista de Red y Yellow.
-Red nunca se rinde, ¿verdad? -comentó con tono divertido. -Es como si estuviera decidido a romper cada barrera que Yellow pone.
-Es porque tiene talento natural para ser molesto -bromeó Luck, cruzando los brazos. -Aunque admito que a veces es gracioso verlo intentar.
Rosenthal asintió, pero había un brillo de interés en su mirada mientras observaba cómo Yellow, aunque con su habitual seriedad, parecía más relajado junto a Red.
-¿Sabes? Creo que Yellow lo necesita -dijo en voz baja. -Es como si Red fuera el único capaz de hacerle bajar la guardia.
Luck se encogió de hombros, aunque una sonrisa ladina apareció en su rostro.
-O tal vez Yellow solo está acumulando paciencia para darle un sermón más largo después -respondió, medio en broma.
-Oh, por favor. -Rosenthal negó con la cabeza. -Míralo bien. Está disfrutando, aunque no lo quiera admitir.
Ambos quedaron en silencio por un momento, simplemente observando cómo Red y Yellow interactuaban. Red, con su energía y espontaneidad, parecía iluminar la seriedad de Yellow, mientras este, aunque resistente, dejaba entrever destellos de comodidad en su expresión.
-¿Crees que algún día lo admitan? -preguntó Luck finalmente, rompiendo el silencio.
-¿Admitir qué? -Rosenthal sonrió con picardía.
-Que están completamente destinados a estar juntos, por supuesto -respondió Luck, con un tono teatral.
Rosenthal rió suavemente, sacudiendo la cabeza.
-Si eso pasa, será gracias a Red. Pero, sinceramente, me divierte más ver cómo se desarrolla todo.
Luck asintió, su mirada fija en los dos.
-Tienes razón. Es más entretenido así. Además... ¿quién no disfruta de una buena historia romántica con algo de tensión?
Ambos se sumieron de nuevo en las sombras, ocultos pero atentos, mientras Red y Yellow seguían conversando y compartiendo momentos en la habitación, ajenos a los observadores secretos que disfrutaban del espectáculo desde lejos.
---
Red levantó la mirada hacia Yellow, con una sonrisa juguetona pero algo nerviosa, mientras seguía recostado despreocupadamente sobre las piernas de su amigo. Las cosquillas y el caos de antes habían dado paso a un silencio más tranquilo, aunque cargado de cierta incomodidad que Red no podía ignorar.
-Oye, Yellow... -preguntó de pronto, su voz suave pero llena de curiosidad. -¿No te molesta que esté aquí? Ya sabes, sobre tus piernas.
Yellow bajó la mirada hacia él, con su típica expresión seria, aunque esta vez parecía menos frío, casi como si estuviera reflexionando antes de responder.
-No -respondió al fin, con calma. -Mientras no hagas alguna tontería, no me molesta.
Red parpadeó sorprendido por la respuesta directa, pero enseguida su sonrisa se ensanchó.
-¿De verdad? -preguntó, bromeando mientras apoyaba los codos sobre sus piernas para mirarlo mejor. -¡Eso suena casi como un cumplido, Yellow! ¿Debería sentirme especial?
Yellow bufó, aunque un leve rubor apareció en sus mejillas.
-No exageres, Red. Es solo que, por alguna razón, contigo las cosas no parecen tan... incómodas.
Red quedó en silencio por un momento, impactado por la sinceridad inesperada de Yellow. Luego, su expresión se suavizó y una sonrisa genuina reemplazó su típica actitud burlona.
-Eso es lo más lindo que me has dicho jamás -bromeó, aunque esta vez su tono era más cálido.
Yellow rodó los ojos, pero no lo empujó ni intentó moverlo. En su lugar, volvió a recostarse contra el respaldo de la cama, dejando que Red se quedara donde estaba.
-No te acostumbres, Red.
-Oh, ya lo estoy haciendo -respondió Red con una risa traviesa, cerrando los ojos y acomodándose mejor, como si las piernas de Yellow fueran el lugar más cómodo del mundo. -Además, sé que en el fondo te gusta mi compañía.
Yellow no respondió de inmediato, pero su silencio tampoco era un rechazo. En cambio, dejó que la habitación se llenara de una tranquilidad agradable mientras ambos disfrutaban del momento, dejando que las palabras de Red quedaran en el aire, sin necesidad de confirmarlas o negarlas.
Mientras Red se acomodaba sobre las piernas de Yellow, su mente empezó a divagar. No era del tipo que podía quedarse en silencio mucho tiempo, así que pronto rompió la calma con su entusiasmo característico.
-Oye, Yellow, ¿qué te parece si mañana hacemos algo diferente? Ya sabes, algo divertido.
Yellow arqueó una ceja, mirándolo con curiosidad.
-¿"Algo divertido"? ¿A qué te refieres exactamente?
-No sé... algo que no sea quedarnos encerrados aquí. Podemos salir al bosque, ir a la granja, o incluso hacer alguna tontería como una carrera o algo. -Red hizo un gesto amplio con las manos, animado.
Yellow lo miró fijamente, dejando caer un suspiro ligero.
-Red, no sé si te has dado cuenta, pero no soy exactamente el tipo de persona que hace "tonterías".
-¡Oh, vamos! -Red se incorporó un poco, quedando medio sentado sobre las piernas de Yellow mientras lo miraba con una sonrisa traviesa. -Eso es precisamente por lo que necesitas hacerlo. ¿Qué hay de malo en relajarte un poco?
Yellow lo observó, como si estuviera evaluando sus palabras. Finalmente, habló con un tono más suave:
-Bueno, si tienes algo en mente, supongo que podríamos intentarlo... mientras no sea algo ridículo.
Red sonrió ampliamente, como si hubiera ganado una pequeña batalla.
-¡Perfecto! Entonces mañana podemos salir temprano. Quizá exploremos algún lugar nuevo o hagamos algo creativo. ¿Qué tal una competencia para ver quién puede atrapar más peces? O... ¡espera! ¿Y si hacemos un picnic?
Yellow parpadeó, algo sorprendido por la idea del picnic.
-¿Un picnic?
-¡Sí! -respondió Red emocionado. -Piensa en ello: aire fresco, comida deliciosa, yo molestándote un poco mientras disfrutas de las vistas. ¿Qué más podrías pedir?
Yellow negó con la cabeza, aunque una pequeña sonrisa se formó en sus labios.
-No sé si molestándome debería ser parte del plan, pero... está bien. Un picnic suena aceptable.
-¡Eso es! Sabía que te convencería. -Red alzó los brazos en señal de victoria antes de volver a recostarse sobre las piernas de Yellow. -Esto será genial. Te prometo que no te arrepentirás.
Yellow lo observó desde arriba, aún sin entender cómo Red lograba convencerlo tan fácilmente de esas cosas, pero tampoco podía negar que la idea de pasar un día más tranquilo y alejado de las tensiones recientes era... tentadora.
-De acuerdo -dijo finalmente, con un tono que parecía definitivo. -Pero si haces algo fuera de lugar, no me haré responsable de las consecuencias.
Red soltó una risa juguetona.
-¿Yo? ¿Fuera de lugar? ¡Jamás!
Yellow suspiró, pero no pudo evitar relajarse un poco. Quizá, después de todo, no sería tan malo dejarse llevar por las ideas de Red... solo esta vez.
---
Red no podía contener su impulso y, con una sonrisa traviesa, volvió a atacar a Yellow con cosquillas, esta vez con más intensidad y sin piedad alguna.
-¡Vamos, Yellow! ¡Ríete un poco más! -gritaba Red entre risas, moviendo sus manos rápidamente por los costados y el abdomen de Yellow.
Yellow, por su parte, intentaba defenderse, pero al mismo tiempo parecía disfrutar la oportunidad de devolverle las cosquillas con precisión. Sin embargo, su respuesta se volvió más sarcástica y, en el proceso, empezó a soltar comentarios con un tono ambiguo.
-¿Eso es todo lo que tienes, Red? Pensé que podrías durar más... -dijo Yellow con una sonrisa maliciosa, sin dejar de contraatacar.
Red, entre risas y quejas agudas, se sonrojó intensamente.
-¡No digas esas cosas, Yellow! ¡Suena raro!
-¿Raro? -Yellow lo miró con una ceja levantada, reteniéndolo con una mano mientras seguía haciéndole cosquillas con la otra. -Yo diría que tú eres el que está haciendo ruidos bastante interesantes.
Red dejó escapar un chillido más fuerte de lo usual al sentir el ataque repentino en un punto débil, y justo en ese momento, Green, Purple, y Second, que pasaban cerca, escucharon todo desde el pasillo.
-¿Qué demonios están haciendo esos dos? -preguntó Green, deteniéndose en seco mientras miraba hacia la puerta cerrada del cuarto.
-No quiero saberlo, pero suena... intenso -murmuró Purple, mirando a Second con una mezcla de curiosidad y nerviosismo.
Second, por su parte, tenía una sonrisa tensa mientras cruzaba los brazos.
-Quizá deberíamos... dejarlos solos. Parece que están muy... ocupados.
-O demasiado cómodos -añadió Green con una sonrisa pícaramente maliciosa, intentando imaginarse cualquier situación menos... inapropiada.
Mientras tanto, dentro del cuarto, Red seguía forcejeando en vano contra las manos de Yellow, que lo había atrapado en una posición en la que no podía moverse.
-¡Okay, okay, me rindo! ¡Por favor, ya basta! -gritó Red, jadeando entre risas mientras intentaba empujar a Yellow sin éxito.
Yellow finalmente cedió, pero no sin antes dejarlo con una advertencia.
-Eso te pasa por intentar meterte conmigo. Aprende tu lugar, Red.
Red se dejó caer sobre la cama, cubriendo su rostro con las manos mientras intentaba recuperar el aliento.
-Eres un monstruo, Yellow.
Yellow solo sonrió con satisfacción, acomodándose de nuevo mientras Red intentaba recuperar su dignidad. Sin saberlo, sus compañeros fuera de la habitación ya estaban construyendo sus propias conclusiones, y la conversación en la mesa más tarde sería, sin duda, bastante incómoda para ambos.
Red, todavía acostado en la cama y con la respiración agitada por las risas y el esfuerzo de las cosquillas, empezó a maquinar en su mente una manera de "vengarse" de Yellow y seguir con el juego. De pronto, una idea maliciosa le cruzó la cabeza.
-¿Qué pasaría si... saco lo prohibido? -murmuró para sí mismo, mientras una sonrisa traviesa se formaba en sus labios.
Yellow, quien lo observaba desde el otro extremo de la cama, arqueó una ceja.
-¿Qué estás planeando ahora, Red? -preguntó con tono serio, aunque no podía evitar mostrarse curioso por la actitud repentinamente juguetona de su compañero.
Red no dijo nada. En lugar de eso, se levantó rápidamente y comenzó a buscar algo entre sus cosas. Yellow, un poco desconfiado, lo siguió con la mirada, pero no se movió de su posición relajada.
Cuando Red volvió, tenía en sus manos un arma temida por muchos: una pluma.
-¿Estás bromeando? -dijo Yellow al ver el objeto.
-Oh, no estoy bromeando, amigo. Esto... esto es lo prohibido -respondió Red con una sonrisa maliciosa mientras agitaba la pluma frente a Yellow como si fuera un trofeo.
Yellow suspiró y se cruzó de brazos.
-Red, ¿de verdad piensas que eso va a funcionar conmigo?
Red no perdió tiempo. Se lanzó sobre Yellow con la pluma, apuntando a sus costados.
-¡Lo sabremos ahora!
Yellow, que en un principio intentaba mantenerse serio, no pudo evitar estremecerse cuando la punta de la pluma le rozó el cuello y luego los costados.
-¡Red, basta! -exclamó, ahora tratando de bloquear los ataques, aunque una pequeña sonrisa empezaba a asomarse en su rostro.
-¿Qué pasa, Yellow? ¿No que esto no funcionaría? -dijo Red, atacando con precisión cada punto que encontraba mientras reía como un niño travieso.
Yellow intentó empujar a Red, pero el chico estaba completamente concentrado en su misión. En un movimiento desesperado, Yellow logró girar la situación, atrapando a Red por las muñecas y quitándole la pluma.
-Ahora veremos quién manda aquí -dijo Yellow con una sonrisa peligrosa.
-¡Espera, espera! ¡Era broma! -gritó Red, intentando liberarse mientras se retorcía.
Yellow, sin piedad, comenzó a devolverle el ataque, usando la misma pluma para torturarlo.
Los gritos de Red resonaron por toda la casa, atrayendo nuevamente la atención de los demás.
Desde el pasillo, Purple y Green se detuvieron al escuchar el alboroto.
-¿Otra vez estos dos? -preguntó Purple, mirando la puerta del cuarto con incredulidad.
-Al menos se lo están pasando bien -respondió Green, rodando los ojos, aunque una pequeña sonrisa divertida se formó en sus labios.
Mientras tanto, Second apareció detrás de ellos, frunciendo el ceño.
-¿Por qué siempre parece que están en medio de un caos?
Purple y Green se miraron entre sí, luego de nuevo a la puerta, y decidieron dejarlo pasar... por ahora.
---
Red estaba atrapado, completamente a merced de Yellow, quien había logrado dominarlo y ahora lo mantenía inmovilizado sobre la cama. Yellow, con una sonrisa de satisfacción, lo sujetaba firmemente de la cadera mientras sus dedos no dejaban de atacar los costados de Red con rápidas y precisas cosquillas.
-¡Ya, ya, me rindo! -gritó Red entre risas, tratando de apartar las manos de Yellow, pero sus movimientos eran débiles por tanto reír.
-¿Rendirse tan fácil? Qué decepción, Red -respondió Yellow con su tono serio, aunque su expresión denotaba diversión.
-¡Tú ganas, pero para! -rogó Red mientras pataleaba, desesperado por librarse de la tortura.
A pesar de sus quejas, Red no podía evitar reír con fuerza, sus carcajadas resonaban en toda la habitación. Yellow, por su parte, se veía bastante relajado y disfrutaba del momento, aunque sin dejar de ser metódico en sus ataques.
De repente, Red tuvo una idea. Aprovechó un momento en el que Yellow se inclinó un poco más hacia él y logró deslizar sus manos hasta el torso de Yellow. Con un movimiento rápido, empezó a devolverle las cosquillas.
-¡Ah, no tan rápido! -exclamó Red, sonriendo victorioso al escuchar a Yellow soltar una pequeña risa contenida.
Yellow trató de resistirse, pero Red había encontrado el punto exacto en su torso que lo hacía retorcerse ligeramente. Aunque seguía encima de Red, su firmeza comenzó a tambalearse mientras intentaba mantener el control.
-¿Crees que esto funcionará? -dijo Yellow, aunque su voz tenía un ligero temblor que delataba que estaba perdiendo el dominio.
Red, decidido, aprovechó el momento para intensificar su ataque, usando ambas manos para darle cosquillas a Yellow.
-¡Vamos, ríete de una vez! -bromeó Red, todavía atrapado bajo Yellow, pero ahora con algo más de ventaja.
La escena se volvió un caos adorable: ambos retorciéndose de risa y forcejeando para ganar la batalla. Yellow, decidido a no perder, volvió a centrar sus ataques en las caderas de Red, haciendo que este soltara un grito agudo de risa.
-¡Esto no es justo, tienes ventaja! -se quejó Red, aunque no dejaba de reír.
Finalmente, ambos se quedaron sin energía, jadeando por el esfuerzo y con sonrisas en sus rostros. Yellow seguía encima de Red, sujetándolo por la cadera, mientras que Red mantenía sus manos ligeramente apoyadas en el torso de Yellow.
Hubo un momento de silencio donde simplemente se miraron, ambos todavía riendo levemente, hasta que Red rompió la calma.
-Eres malvado, lo sabes, ¿verdad?
Yellow alzó una ceja, divertido.
-¿Malvado? Tú fuiste el que empezó.
Red soltó una risa suave, aún recuperando el aliento.
-Bueno, lo admito, pero... fue divertido.
Yellow asintió ligeramente, dejando escapar una pequeña sonrisa antes de levantarse y darle espacio a Red para que se acomodara.
-Sí, supongo que lo fue. Pero, la próxima vez... no esperes que te deje ganar tan fácil.
Red rodó los ojos, todavía sonriendo.
-La próxima vez seré yo quien te gane.
Yellow solo se limitó a sonreír de forma misteriosa antes de salir de la habitación, dejando a Red sentado en la cama, reflexionando sobre cómo siempre lograban convertir cualquier cosa en una competencia divertida.
---
Yellow bajó tranquilamente a la cocina, todavía sintiendo su respiración un poco acelerada después de todo el caos que había tenido con Red. Sirvió un vaso de agua y comenzó a beber con calma, disfrutando del silencio. Sin embargo, su paz no duró mucho.
Second fue el primero en entrar en escena, con una sonrisa pícara que Yellow reconoció al instante.
-Oye, Yellow -comenzó Second, apoyándose casualmente en la mesa-, ¿qué estaban haciendo tú y Red allá arriba? Se escuchaba demasiado ruido... y, bueno, risas.
Yellow lo miró con una mezcla de confusión y molestia.
-¿Qué clase de pregunta es esa? Estábamos... pasando el rato, nada más.
Second alzó una ceja, claramente disfrutando del momento.
-"Pasando el rato", ¿eh? Vaya, sonó más intenso que eso.
En ese momento, Purple apareció, curioso por la conversación.
-¿De qué hablan? -preguntó mientras tomaba una manzana de la mesa.
Second se giró hacia Purple con una sonrisa amplia.
-Yellow y Red, claro. Estaban "pasando el rato" de una forma bastante... intensa.
Purple miró a Yellow con una expresión divertida.
-¿Intensa? Vaya, Yellow, no sabía que tenías ese lado.
Yellow suspiró, apretando el puente de su nariz con frustración.
-Dejen de inventar cosas. Solo estábamos jugando.
Second y Purple intercambiaron miradas, claramente no convencidos.
-Jugando, claro... -murmuró Second, con un tono sarcástico.
En ese momento, Green apareció, habiendo escuchado la última parte de la conversación.
-¿Jugando a qué? -preguntó, curioso y sin filtro, mientras tomaba asiento.
Purple no perdió la oportunidad.
-Parece que estaban "jugando" de una forma bastante cercana, según lo que Second dice.
Yellow puso los ojos en blanco, tratando de ignorar el creciente coro de insinuaciones.
-¿Por qué les interesa tanto lo que hacemos?
Green sonrió maliciosamente.
-Porque nunca te vemos tan... animado con alguien. Menos con Red. ¿Algo que deberíamos saber?
Yellow se quedó en silencio un momento, tratando de no perder la paciencia. Finalmente, terminó su vaso de agua y dejó el vaso en el fregadero con un sonido seco.
-Solo estábamos divirtiéndonos. Fin de la historia.
Second no iba a dejarlo pasar tan fácilmente.
-Bueno, si estaban divirtiéndose tanto, tal vez Red debería explicarnos los detalles. Seguro tiene mucho que decir.
Yellow se giró para mirarlo con seriedad.
-Second, si sigues con esto, te aseguro que el siguiente en recibir cosquillas serás tú.
La amenaza fue suficiente para que Second levantara las manos en señal de rendición, aunque su sonrisa no desapareció.
Purple, todavía divertido, comentó antes de que Yellow pudiera irse.
-Solo digo que se ven lindos juntos. Quizás deberías pensarlo, Yellow.
Yellow no respondió, simplemente les lanzó una mirada molesta antes de regresar a su habitación. A pesar de todo, no podía evitar sentir su rostro un poco más caliente de lo normal. Mientras subía las escaleras, murmuró para sí mismo:
-¿Por qué siempre tienen que malpensar todo...?
Pero, en el fondo, una pequeña parte de él no podía dejar de pensar en lo que Purple había dicho.
---
Red bajó lentamente las escaleras, sujetándose del pasamanos con ambas manos mientras hacía una mueca de dolor. Cada paso le recordaba el intenso ataque de cosquillas que había recibido de Yellow.
-Maldición, creo que mis costillas nunca habían sufrido tanto... -murmuró para sí mismo, frotándose el costado con una mano y la cadera con la otra.
Al llegar a la sala, se encontró con Purple, Second y Green, quienes parecían estar esperando algo interesante que comentar, como siempre. Apenas lo vieron, las miradas de los tres se llenaron de curiosidad y diversión.
Second fue el primero en hablar.
-Vaya, Red, pareces haber salido de una pelea. ¿Qué te pasó?
Red, aún quejándose en voz baja, tomó asiento en el sofá y lanzó un suspiro exasperado.
-Digamos que Yellow tiene unas manos muy fuertes y que se toma las cosquillas demasiado en serio. Creo que voy a necesitar un masaje o algo.
Purple se rió entre dientes, mientras Green se cruzaba de brazos, claramente disfrutando del espectáculo.
-¿Así que fue Yellow el que te dejó así? -preguntó Purple, alzando una ceja con picardía.
-Sí, y no me mires así, no fue lo que estás pensando -respondió Red con un tono defensivo, aunque su cara se puso un poco roja al recordar el caos que habían causado en la cama.
Green, que no podía evitar meter más leña al fuego, sonrió maliciosamente.
-Entonces, ¿qué fue exactamente lo que hicieron allá arriba para que ahora estés cojeando?
Red puso los ojos en blanco, claramente cansado de las insinuaciones de todos.
-¡Ya les dije! Solo nos dimos unas cuantas cosquillas... tal vez demasiadas. Yellow terminó encima de mí y me aplastó un poco, pero eso fue todo.
Second soltó una carcajada y le dio una palmada en el hombro, lo que hizo que Red se quejara nuevamente.
-¡Auch! ¿Qué parte de "me duelen las costillas" no entendiste?
-Lo siento, lo siento. Es que es demasiado divertido imaginarte sufriendo por eso. Pero, oye, al menos tuvieron un momento "íntimo".
Red le lanzó una almohada, que Second esquivó con facilidad mientras seguía riéndose. Purple, por otro lado, intentó cambiar el tema para que Red no terminara explotando.
-Bueno, al menos parece que la pasaste bien. ¿Y Yellow? ¿Sigue arriba?
Red asintió, acomodándose en el sofá con cuidado.
-Sí, creo que necesitaba un respiro después de tanto caos. Pero, sinceramente, no sé cómo aguanta. Parece que él nunca se cansa.
Green soltó una risita burlona y murmuró lo suficientemente alto para que todos lo escucharan.
-Tal vez porque está acostumbrado a "aguantar" cosas...
Red le lanzó una mirada fulminante mientras Purple y Second soltaban risas contenidas.
-Green, si dices algo más estúpido, juro que serás el siguiente en recibir cosquillas.
Green levantó las manos con una sonrisa inocente.
-Tranquilo, solo digo lo que todos piensan.
Purple, divertido pero con algo de compasión, cambió de tema nuevamente.
-Deberías descansar un rato, Red. No vaya a ser que mañana no puedas ni moverte por todo esto.
Red suspiró y cerró los ojos, recostándose en el sofá.
-Sí, buena idea. Y la próxima vez, voy a asegurarme de estar mejor preparado para las cosquillas. Aunque... creo que valió la pena.
Los demás lo miraron con curiosidad, pero no dijeron nada más, dejando que Red se relajara un poco después del caos que había vivido con Yellow.
---
Mientras los demás seguían bromeando y riéndose en la sala, Blue pasó por allí, caminando lentamente hacia la cocina. Su mirada era seria, y no pronunció una sola palabra, ni siquiera un saludo casual. Solo los observó brevemente antes de seguir su camino.
El ambiente en la sala cambió al instante. Green, quien había estado disfrutando de las bromas como de costumbre, se quedó en silencio. Bajó la mirada y se frotó la nuca, claramente incómodo con la presencia de Blue.
Second, siempre atento a las dinámicas del grupo, notó el cambio en Green de inmediato. Su expresión se tornó un poco curiosa, pero prefirió no decir nada al respecto, al menos por el momento.
Red, sin embargo, no pudo evitar notarlo también y arqueó una ceja mientras miraba a Green.
-¿Y a ti qué te pasa? -preguntó Red, con un tono curioso pero directo.
Green alzó la vista rápidamente, como si lo hubieran atrapado haciendo algo malo.
-¿Eh? ¿A mí? Nada, todo bien -respondió, aunque su tono carecía de convicción.
Purple, que siempre disfrutaba de las situaciones incómodas, decidió intervenir con su típica picardía.
-¿Seguro que estás bien, Green? Porque parece que alguien te puso nervioso.
Green le lanzó una mirada fulminante, claramente intentando que Purple se callara.
-No empieces, Purple -respondió con un suspiro.
Second, que estaba observando todo, finalmente decidió hablar.
-Es por Blue, ¿verdad? -preguntó, directo al punto.
Green abrió la boca para responder, pero no salió ningún sonido. Solo se limitó a cruzarse de brazos y mirar hacia otro lado, como si estuviera pensando en qué decir.
Purple soltó una risita, claramente disfrutando de la incomodidad de Green.
-Vamos, Green, no tiene nada de malo. Admitir que estás incómodo es el primer paso.
-No estoy incómodo -respondió Green con un tono defensivo, aunque todos sabían que estaba mintiendo.
Desde la cocina, se escuchó el ruido de un vaso colocándose en la mesa. Blue seguía ahí, aparentemente concentrado en lo suyo, pero la tensión entre él y Green era evidente, incluso desde lejos.
Second se recostó en el sofá, pensativo, mientras miraba a Green con interés.
-Tal vez deberías hablar con él -sugirió Second con calma-. Lo que sea que esté pasando, no se va a resolver si solo lo evitas.
Green bufó y negó con la cabeza.
-No es tan fácil como parece.
Red, aún un poco adolorido por las cosquillas, se incorporó en el sofá y miró a Green con una mezcla de seriedad y compasión.
-Nada de lo importante es fácil, Green. Pero si sigues así, solo vas a hacer las cosas más difíciles para los dos.
Green no respondió. Solo suspiró, claramente molesto consigo mismo, mientras los demás lo miraban con expectativa. Blue, por su parte, salió de la cocina con un vaso de agua en la mano, pasando nuevamente por la sala. Esta vez, ni siquiera miró a Green.
El silencio en la sala fue palpable hasta que Blue desapareció por las escaleras, y Green soltó un suspiro frustrado.
-Tal vez... tal vez luego hable con él -murmuró, aunque ni él mismo parecía convencido de sus palabras.
Purple le dio una palmada en la espalda y le sonrió.
-Buena suerte con eso, Green. Creo que la vas a necesitar.
---
Red, que aún sentía las costillas y caderas adoloridas por toda la intensidad del juego anterior, soltó un quejido dramático mientras se acomodaba en el sofá.
-Ugh, creo que necesito un masaje... ahora mismo -dijo, llevándose una mano a la espalda como si estuviera a punto de desmayarse.
Purple, sentado a su lado, soltó una carcajada mientras lo miraba divertido.
-¿Un masaje? ¿Y quién se supone que te lo va a dar, Red? -preguntó con una sonrisa burlona.
Red alzó las cejas con esperanza, pero Purple negó rápidamente con las manos, como si ya supiera lo que iba a decir.
-Oh, no, ni lo pienses. Yo no soy el indicado para eso -contestó Purple, rodando los ojos-. Pero, ¿sabes quién sí podría ayudarte? Yellow.
Al escuchar el nombre, Red frunció el ceño, al principio dudando de la idea.
-¿Yellow? -repitió, inclinando la cabeza-. No sé si eso sea buena idea...
Purple puso una expresión de falsa sorpresa y luego una sonrisa pícara.
-¿Por qué no? Vamos, se nota que le caes bien. Además, es el más fuerte del grupo, seguro que puede arreglarte esas costillas de un solo golpe, digo, con un masaje.
Red lo miró con sospecha.
-Me estás molestando, ¿verdad?
-Nooo, para nada -respondió Purple, aunque la risa en su voz lo delataba-. Anda, ve con él. ¿O acaso te da miedo?
Red bufó, tratando de ignorar el tono burlón de su amigo, pero finalmente se levantó con un suspiro, tomándose las costillas como si estuviera en más dolor del que realmente sentía.
-Está bien, lo haré. Pero si me tira al suelo o algo, será tu culpa, Purple.
Purple solo le hizo un gesto de "adelante" con la mano, disfrutando de todo el espectáculo.
Red se dirigió hacia donde estaba Yellow, con una mezcla de incomodidad y curiosidad por cómo reaccionaría su amigo. Mientras tanto, Purple se recostó en el sofá, sonriendo de oreja a oreja, completamente satisfecho con la situación.
---
Red entró en el cuarto de Yellow sin siquiera tocar la puerta, como si tuviera todo el derecho del mundo de estar ahí. Yellow estaba sentado en su escritorio revisando algo en la computadora, pero al escuchar los pasos pesados de Red, volteó con una mirada de leve sorpresa.
-¿Qué haces aquí, Red? -preguntó con ese tono tranquilo y serio que siempre llevaba, aunque en el fondo se le notaba algo de curiosidad.
Red se dejó caer dramáticamente en la cama de Yellow, soltando un quejido exagerado mientras se llevaba una mano a las costillas.
-¡Tú me hiciste esto, Yellow! Me duele todo por culpa de esas cosquillas salvajes -dijo, girándose de lado para mirarlo con ojos acusadores-. Ahora tú deberías curarme.
Yellow se cruzó de brazos y arqueó una ceja.
-¿Ah, sí? ¿Y cómo se supone que haga eso?
-No sé, un masaje o algo. ¡Pero esto es tu responsabilidad! -respondió Red, señalándose las costillas y luego las caderas como si realmente estuviera en graves condiciones-. Mira, aquí también me duele, por cómo me agarraste.
Yellow rodó los ojos con una leve sonrisa que intentaba ocultar.
-¿Un masaje? ¿En serio? Red, eres más dramático que Purple cuando pierde en cualquier cosa.
-No estoy exagerando, lo digo en serio -protestó Red, sentado ahora en la cama con una expresión que mezclaba desafío y suplica-. Vamos, amigo, no seas cruel. Hazte responsable de tus acciones.
Yellow suspiró, pensando que era mejor complacerlo antes de que siguiera quejándose y llamara la atención de los demás. Se acercó lentamente a la cama, con sus pasos firmes como siempre.
-Está bien, pero si empiezo y luego empiezas a gritar como un loco, voy a dejarte ahí tirado -advirtió mientras se arremangaba ligeramente la camisa.
Red sonrió de oreja a oreja, claramente satisfecho de haber logrado su cometido.
-¡No gritaré, lo prometo! Solo sé gentil, ¿sí?
Yellow negó con la cabeza, aunque no podía evitar sonreír apenas. Luego se sentó en la cama detrás de Red, poniendo sus manos sobre los hombros del chico con cuidado.
-¿Listo? -preguntó, mientras Red asentía rápidamente.
Yellow comenzó a masajear los hombros de Red, aplicando una presión moderada, y Red inmediatamente soltó un suspiro de alivio, inclinándose ligeramente hacia adelante.
-Oh, eso es... eso es perfecto -murmuró Red, cerrando los ojos como si estuviera en el paraíso-. Sabía que tenías manos mágicas.
Yellow no pudo evitar soltar una risa baja.
-Manos mágicas, ¿eh? Deja de decir tonterías.
A medida que continuaba, Yellow fue bajando lentamente hacia la espalda y las costillas, siendo cuidadoso de no lastimarlo más. Pero Red, fiel a su personalidad, no se quedó callado.
-¿Sabes qué? Deberías considerar hacer esto más seguido. ¡Podrías abrir un spa! Yo sería tu primer cliente.
Yellow lo empujó suavemente por los hombros, negando con la cabeza.
-Cállate y quédate quieto, o me voy a cansar y te dejo así.
Red solo rió, pero obedeció, disfrutando del momento. Aunque Yellow no lo admitiera, sabía que había algo casi relajante en ese rato tranquilo entre los dos.
---
Yellow seguía masajeando con calma, aunque sin darse cuenta, sus manos empezaron a deslizarse hacia los costados y luego un poco más abajo por el torso de Red. El ambiente en el cuarto, que había comenzado ligero y relajado, empezó a volverse más... extraño.
Red lo notó al instante. Su cuerpo se tensó ligeramente, pero no quiso decir nada. Parte de él pensaba que quizás Yellow lo estaba haciendo sin darse cuenta. ¿O lo estaba haciendo a propósito? Su mente comenzó a divagar mientras trataba de mantenerse tranquilo.
-Ehm, Yellow... -murmuró después de unos segundos de incómodo silencio, intentando sonar casual-. ¿Seguirás bajando o estás buscando un botón secreto?
Yellow, al escuchar eso, detuvo sus manos de inmediato. Se quedó en silencio un momento, pero luego carraspeó ligeramente, retirando sus manos del cuerpo de Red.
-Lo siento... creo que me distraje un poco -respondió con su tono frío de siempre, aunque había un leve rubor en sus mejillas, apenas visible. Se levantó de la cama con rapidez, como si intentara apartarse de la situación.
Red se giró para mirarlo, arqueando una ceja con una sonrisa nerviosa.
-¿Distracción? Vaya, Yellow, nunca pensé que mis costillas fueran tan interesantes.
Yellow evitó mirarlo directamente y comenzó a ajustar las mangas de su camisa, claramente incómodo.
-No seas ridículo. Solo estaba concentrado en darte el masaje. No significa nada.
Pero la tensión en el aire decía lo contrario, y Red lo sabía. Aunque el comentario de Yellow fue cortante, su expresión lo traicionaba. Estaba claramente nervioso.
Red decidió romper el momento incómodo, como siempre hacía. Se puso de pie, estirándose como si nada hubiera pasado, aunque por dentro también se sentía extraño.
-Bueno, al menos mis costillas ya no duelen. Supongo que no fue tan terrible, ¿eh? Gracias por el esfuerzo, Doc.
Yellow lo miró de reojo, todavía intentando mantener su fachada seria.
-Deja de hablar tonterías.
-Oh, vamos, admítelo. Te encanta verme agradecido -bromeó Red, dándole una sonrisa despreocupada mientras avanzaba hacia la puerta.
Yellow solo suspiró, pero antes de que Red saliera del cuarto, se animó a decir algo más:
-Red...
Red se detuvo y volteó a verlo.
-¿Sí?
Yellow desvió la mirada por un segundo, como si estuviera eligiendo cuidadosamente sus palabras.
-No te hagas daño la próxima vez. Y no... no tomes estas cosas como un juego.
Aunque las palabras de Yellow parecían ser una regañina típica de él, había un matiz diferente en su voz, casi como si estuviera realmente preocupado.
Red sonrió, esta vez de manera más sincera.
-Tranquilo, Yellow. No lo tomo como un juego. Pero si lo fuera... creo que tú serías el jugador más interesante.
Yellow rodó los ojos, pero su leve sonrisa lo traicionó.
Cuando Red salió del cuarto, ambos se quedaron pensando en lo ocurrido, cada uno intentando descifrar ese extraño y nuevo matiz en su dinámica.
---
[Continuará...♡]
★10202 palabras★
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro