✒️Epílogo✒️
Aún era de madrugada y el ambiente estaba lleno de un frío penetrante. En la casi oscuridad de su habitación que poco a poco comenzaba a iluminarse, se levantó Mangle, muy temprano y luego de vestirse fue ante su espejo con tijeras en mano; cortó su cabello, despidiéndose de su larga cabellera blanca que ahora caería poco más abajo de sus hombros. No le gustaba llevar su cabello corto, de hecho no era de su agrado, pero dado al dolor que aún estaba presente en su alma sintió el impulso de hacerlo.
Poco a poco el sol comenzaba a asomarse, y Mangle salió de la casa mientras los demás aún dormían. Se dirigió al bosque, por aquel sendero que siempre caminaba, al partir de ese día, siempre fue allí a pasear hasta casi llegada la tarde.
Entre murmuros, unas cuántas palabras comenzaron a salir de sus labios.
Amado Foxy, en este momento paseo sóla por el camino del bosque. Aquel que nos prometimos volver a caminar juntos luego de tu regreso. No te olvido, ni nunca te olvidaré. Han pasado tres meses desde tu partida pero me duele como si hubiera sido justo ayer.
Incluso el bosque ha perdido su encanto tras tu partida, las coloridas flores ahora me parecen grises y el canto de las aves que antes me parecía tan alegre ahora son sólo canciones tristes.
Cada noche y al despertar leo los versos que escribiste para mí, por unos momentos mis ojos agradecen ver tu hermosa escritura, pero luego están húmedos y las lágrimas no tardan en correr. Conservo tus cartas, las pocas cartas que pudiste enviarme, pero las tengo y también las leo todos los días; esas cartas donde decías que me aseguras regresar y volver a mis brazos, cada vez que las leo siento que tu muerte ha sido una mentira, que aún sigues allá en alguna parte y sólo no has podido volver a escribirme, pero luego despierto en la realidad.
Tú quieres que yo sea felíz, ¿pero cómo podré ser felíz sin tí? ¡Te necesito! ¡Necesito de tí!
Me siento totalmente decepcionada de no poder cumplir con lo que querías desde que ibas a la tumba: verme felíz. Debo admitir que desde que te fuiste no he vuelto a sonreír, no he vuelto a reír. Mis seres queridos tratan de levantarme el ánimo, pero simplemente no puedo. Ya nada me emociona, la música no me calma, ni el arte, ni siquiera una tranquila plática. Tú eras mi fuente de esperanza y alegría, así que no he vuelto a demostrar felicidad, ¿cómo hacerlo?
Siempre te recuerdo, estás en mi memoria desde siempre, y sé que así será hasta que llegue mi hora de partir y poder encontrarme contigo. Pero entonces, justo en este momento recuerdo que eso que más me importa es tu felicidad, así como a tí te importaba la mía, entonces, cumpliré con lo que me pediste, trataré de sonreír y reír, para poder hacerte felíz desde la vida mientras tú estás alejado de mí por la muerte.
Te amo, y te amaré por siempre.
Con mucho amor, tu amada Manguito.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro