—¡Madre por favor, no dejes que me lleven!

Shyra se encontraba forcejeando con los ángeles que la arrastraban a la fuerza hacia el llamado cuarto de tortura.

—Tu te lo buscaste Shyra, solo tenías que aceptar y esto no hubiera sucedido.-Dijo su madre escupiendo cada palabra, con tal odio que cualquiera   en la sala dudaba  que se tratara de su hija con la que hablaba.

— ¡Madre por favor, te lo imploro! -Lagrimas comenzaron a caer por sus mejillas— ¡No dejes que me lleven!.

La Serafín solo la miro con desprecio y se dio la vuelta ignorando sus súplicas.

— Por favor...-hablo Shyra en un pequeño susurro —  No dejes que me lleven...

Las lágrimas cayeron finalmente y con ellas las esperanzas que tenia de que su madre diera la vuelta. La serafín continuó su camino, Shyra dejo de resistirse y finalmente comenzó su sentencia siendo arrastrada a su "primera estación", El cuarto de tortura.

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El cuarto de tortura, a diferencia de lo que se pensaba era muy limpio y luminoso, sus paredes eran de color beige, casi blancas y el suelo de mármol negro se encontraba impecable, a excepción de alguna que otra grieta y ciertas manchas imborrables. En una esquina cadenas con esposas colgaban y a su lado en una pequeña mesa de madera descansaban varios instrumentos de tortura. Según lo que  ella sabía los aparatos de tortura aparecían según el día, prácticamente al azar, un día podría haber una mesa con cadenas y al otro una jaula.

— Entonces, ¿Cuáles son tus poderes Shyra?. Hagamos esto rápido, dime cada uno de ellos y cuál es su alcance.

En una de las paredes, las esposas rodeaban las muñecas y tobillos del ángel negro. Tenía la cabeza hacia abajo y había soltado un largo suspiro después de escuchar  la pregunta del irritante Serafín.

— Mahasiah, me lo has preguntado tres veces y créeme que mi respuesta no a cambiado, no lo se.

La mirada del hombre se desvió hacia uno de los ángeles que lo ayudarían a torturarla, Mahasiah asintió y el ángel camino hacia la mesa, tomo uno de los látigos que emitía un brillo dorado y espero su orden.

— Te daré una ultima oportunidad Shyra, ¿Cuál es el alcance que tienen tus poderes y cuales son?.

La chica  levanto su cabeza mirando directamente los ojos  verde acuoso del Serafín, luego desvió la mirada hacia el ángel que sostenía el látigo y hablo lenta y cuidadosamente.

— Mahasiah escúchame, no tendría sentido mentirte en mi situación actual, en serio no lo sé. De ser por mi podrías quedarte con mis poderes y hacer con ellos lo que quisieras pero no tengo idea ni de cuales son y mucho menos de su fuerza...

El Serafín suspiro y  le hizo una seña al Ángel con la mano haciendo que este blandiera el látigo en el aire y se estrellera con fuerza el abdomen de la chica. Shyra soltó un grito ahogado y se removió intentando quitar las esposas que la retenían.

— ¡¿Pero acaso estas loco, por que me me haces esto!?,¡No sé por qué es tan importante para ti algo tan trivial como mis poderes!.

Mahasiah soltó una risa áspera mientras la observaba.

— Por lo visto sigues sin entender nada, te explicare; Si logramos descubrir cuál es el alcance de tus poderes podemos quizás disminuirlos o erradicarlos para que la profecía no se cumpla, creo que eso es  mejor que erradicarte a ti.

— ¿Erradicarme, es en serio?, ¿no les parece suficiente el expulsarme que ahora también quieren matarme?.- Ella soltó una risa incrédula — Esto tiene que ser una mala broma.

— Lo repetiré una vez más-Dijo el ignorando sus palabras— ¿Cuáles son tus poderes y cuál es su alcance?.

— Por lo visto no solo te falta cerebro, también audición, ¡Te he dicho que no lo se!.

En este punto tenia varias emociones encontradas, enojo, miedo, tristeza .Solo quería salir de ahí y descansar de todo lo que parecía ser una mala pesadilla.

— Bien, recuerda que esta es tu decisión. Afriel...

El Ángel que anteriormente blandió el látigo asintió al escuchar su nombre y de nuevo azoto el látigo contra ella, esta vez en uno de sus muslos. Shyra al instante soltó un quejido jalando de las cadenas que la retenían.

— Esto me esta cansando, intentémoslo una vez mas -Mahasiah soltó una risa cansada y sus ojos se clavaron en Shyra mientras apretaba los dientes con molestia—¡¿Cuales son tus poderes?!

— ¡Te he dicho que no lo sé!,¡Por favor detente!.

La voz ahogada de la joven resonó en la habitación mientras el café de sus ojos se volvía borroso por las lagrimas que comenzaban a cubrirlo.

 Con otra seña de Mahasiah a Afriel  el estrelló nuevamente el látigo, esta vez en su espalda. Shyra soltó un grito ahogado tirando con fuerza de las cadenas y colocando sus manos en puño.

— Por qué... ¿por qué haces esto?-murmuro ya con la voz quebrada— Se supone que se tortura a los demonios invasores o Ángeles que cometen pecados banales o crímenes de muerte pero yo no he hecho nada...

— Cometiste uno de los peores crímenes con tan solo nacer. Destruirás a los tres mundos y eso es peor que cualquier otro crimen existente.

— ¿Hablas en serio?-ella lo observo con algunas lagrimas ya cubriendo sus mejillas—¿Cómo puedes asegurar que yo soy el ángel que menciona la profecía o  si la profecía se cumplirá?.

Dos simples preguntas parecieron bastar para acabar con la "calma" que tenia el Serafín, ya que  segundos después de que Shyra  las pronuncio el cerro los puños  y un visible gesto de furia cubrió su rostro.

— ¡¿Hasta cuándo seguirás con este estúpido juego Shyra?!, ¡las profecías siempre se cumplen y lo sabes!- El Serafín se acercó tomando uno de los látigos con fuegos rojizos y lo estrelló contra la cara del Ángel negro- ella se retorció y soltó un alarido— ¡Lo repetiré una vez más!, ¿¡Cual es el alcance de tus poderes!?.

— ¡No lo sé!, ¡Por Dios juro que no lo sé!.

El grito de Shyra era de  impotencia y miedo, jalaba las cadenas hacia adelante junto a su cuerpo intentando liberarse ; Aunque ni sus palabras ni sus gestos  fueron suficientes para Mahasiah que aun sosteniendo el látigo de fuego lo estampó de nuevo contra su espalda.

— ¡¿Quien te crees para Jurar en el nombre de Dios?!- De nuevo  estrello el látigo, esta vez en su cintura— ¡¿CUÁLES SON TUS PODERES ADKINS!?,¡¿CUÁLES!?.

— ¡Mahasiah en serio juro que no lo sé!, ¡¿Que quieres de mi si ya te he dicho todo lo que se?!.

Shyra jalo nuevamente con fuerza y desesperación de sus cadenas haciendo que se lastimara mas las muñecas, en cambio el serafín haciendo caso omiso a sus palabras  estampó el látigo una vez mas  en su abdomen logrando que ella se retorciera y soltara un alarido que resonó en todo el cuarto.

— ¡¿CUAL ES EL ALCANCE DE TUS PODERES?!.- Repitió molesto.

— ¡¿PERO QUE DEMONIOS TE DIGO SI NO SE!?.

El cuerpo de Shyra se encontraba cubierto de sangre y su cara cubierta de lagrimas , el dolor que emitía su cuerpo era fuerte, pero el que sentía internamente era mayor. En su cabeza resonaban preguntas  incesantes de si merecía o no eso , de si ellos tenían razón y quizá habia cierta maldad en su interior de la que ella no estaba consiente . Sus preguntas se detuvieron ante el ardor de  su brazo por  un nuevo golpe del látigo.

— ¡ES MI ÚLTIMA ADVERTENCIA SHYRA!,¡¿CUÁLES SON TUS PODERES?!.

La nombrada soltó un alarido jalando las esposas con fuerza. Sabía que nada de lo que dijera haría entrar en razón al Serafín. Duraron bastantes horas así, Shyra tenia todo su cuerpo lleno de llagas y su túnica antes blanca se habia vuelto rojiza. ¿ Así seria su infierno?, ¿Acaso esto era el infierno de un ángel?.

— ¿Entonces?,¿Estas lista para decirme mas sobre tus poderes?

El serafín jugaba con el látigo ya cubierto de sangre y pedazos de carne, mas que cansado  el parcia divertirse.

 Shyra estaba por repetir las mismas palabras que llevaba diciendo hace horas cuando la puerta del cuarto se abrió dejando ver a una mujer hermosa con rasgos  finos, piel morena, ojos esmeralda, cabello castaño y  alas doradas. Tan sólo con su presencia  inspiraba respeto.

— Ha sido suficiente por hoy-Hablo firmemente la mujer.

— Pero Dai...

El intento de reclamo de Mahasiah quedo en el aire cuando la mirada estricta y firme de la mujer cayó en el.

— He dicho que ha sido suficiente, no me hagas recordarte tu posición Mahasiah.

Seguido de que pronunciara aquellas palabras dio la vuelta y salió por la puerta dejando al orgulloso Serafín que aun molesto termino siguiendo sus ordenes.

— Llévenla a la habitación de los espejos.

Shyra había escuchado antes de aquella habitación, era otra habitación de tortura; Con la diferencia de que ahí no dañarían su cuerpo, solo su mente.  Esa habitación sacaba tus peores temores volviéndolos en tu contra hasta que confesaras o perdieras la cordura.

Terminaron de quitar las esposas y su cuerpo cayó de golpe contra el suelo, se sentía tan débil que ni si quiera había intentado sostenerse para no caer tan brutalmente contra el mármol. Afriel-el ángel que anteriormente la torturo-se encargó de arrastrarla a la habitación de los espejos. Ella cerró los ojos, esperando...

Después de todo ya no podía hacer nada más que esperar...