━━━ᏋRᎧS 011
Gal Gadod as
Sophie Bernardette
━━━Dorien, si fuese alfa ya estarías siendo cortejado por mí.
Los pasillos de la academia Beauxbatons en Francia poseían el fresco aroma de las flores emanando la cómoda fragancia.
Un omega caminaba llevando unos cuantos libros en sus manos hacía uno de los salones de clases del palacio.
—Buen día estudiantes—saludó el omega dejando sus libros sobre el escritorio.
—Buen día profesor Karvagiannis—saludaron los estudiantes. El griego les brindó una cálida sonrisa mientras se arrecostaba al escritorio.
—El día de hoy les daré Historia de la Magia por la ausencia de la profesora Moreau.
—¿Le ocurre algo malo a la profesora Moreau?—inquirió una pequeña de cabellos dorados.
—No, Gabrielle, la profesora Moreau solamente está pasando por su celo así que no se preocupen.
—Está bien profesor Dorien—el actual pelinegro casi castaño empezó a caminar por el salón.
—Hoy estudiaremos el capítulo 15 del libro que está sobre sus escritorios—el omega agitó su varita en el aire para con legibles letras doradas dar el tema a tratar.
—La alquimia en la época medieval fue el periodo en el que Nicolás Flamel estaba activo como alquimista y en el mismo creó la piedra Filosofal—empezó a decir el omega—. Recordemos que el señor Nicolás Flamel es un antiguo estudiante de esta academia, así que deben darse de cuenta que los estudiantes al salir de aquí demuestran sus grandes talentos al mundo mágico.
—Profesor Dorien—el omega miró a uno de los estudiantes.
—Dime, Étienne—señaló el joven.
—¿La piedra filosofal aún existe?
—Sí, existe. El señor Flamel la usa aún, en la actualidad tiene 630 años.
—Es muy vie...—el omega les dio una mirada de reproche—. Disculpe profesor.
—Como decía el señor Flamel también ayudó contra el mago oscuro Grindelwald, la cual se llevó en París.
Un golpe en la puerta y un estudiante de último nivel entró al salón.
—Profesor Karvagiannis, Madame Maxime solicita verla en su despacho.
—Gracias por la información Dubois—el chico hizo un ademán de reverencia antes de retirarse—. Lean el capítulo mientras no estoy, haré preguntas al volver, y el que responda mejor le permitiré ver a las crías de dragón que estoy cuidando.
Los murmullos de felicidad empezaron a escucharse por parte de los más jóvenes que tomaron los libros para leer y comprender todo. Anhelaban ver a los nuevos dragones que residían en la academia.
El mago de ascendencia griega salió del salón para ir a paso apresurado al despacho de la directora.
Al entrar se encontró con el resto de los profesores.
—Has llegado Dorien querido y justo a tiempo—empezó a decir la alta beta mientras mostraba una carta, pero al dar el reverso el griego tembló ligeramente.
Howarts. Su antigua escuela mágica.
—¿Por qué ha llegado una carta de la academia Howarts, Olympe querida?—inquirió una de las profesoras, la cual daba la materia de vuelo.
—El torneo de los tres magos se llevará a cabo este año, y nos han invitado a celebrarlo—la mujer llevó su mirada al griego—. Pequeño Dorien, necesito que este año seas tú quien me acompañe y a los estudiantes a Howarts.
—¿Yo?—la beta asintió—. ¿Por qué?
—Estudiaste en Howarts, le serás de gran ayuda a los estudiantes en caso de que se pierdan en los pasillos y a convivir con las otras escuelas, eres quizás el más sociable de todos los presentes, y sé que podrás defender a los cachorros en caso de necesitarlo.
—Pero, ¿las crías de dragón?—inquirió con un puchero el omega. No quería ir a ese colegio.
—Yo las he de cuidar, Karvagiannis—dijo la eofesora de herbología—, además si lo necesito solicitaré ayuda.
—Entonces está bien, iré a Howarts con usted Madame Maxime.
—Bien. Entonces preparen sus cosas, daré aviso a los estudiantes elegidos—los profesores salieron del despacho.
Dorien lucía nervioso y una de las profesoras se acercó para pasar su brazo por encima de los hombros del omega.
—¡Por Merlín, profesora Bernardette, me asustó!—se quejó el omega mirando a la beta a su lado la cual daba la materia de defensa contra las artes oscuras.
—Tranquilo, pequeño Dorien—dijo la mayor antes de apretar la mejilla del omega que dejó un para nada suave golpe en la mano de la beta.
—Nada de tranquilo, me asustaste, y ahora debo ir a ver a mis dragones.
—¿Quieres que te acompañe?
—No—respondió el menor antes de apartar a la femenina y retirarse.
—Dorien, Dorien, Dorien, si fuese alfa ya estarías siendo cortejado por mí—murmuró para ella misma la beta antes de irse hacía el salón en el que estaba dando clases, aunque se encontró con sus estudiantes asomados en una esquina riéndose de ella.
—Acepte que el profesor Dorien jamás se fijara en usted—dijo uno de los estudiantes antes de quedarse sin boca gracias a un hechizo lanzado por la mayor.
—Tonto, ¿no ves que a ella le molesta eso? Aunque sepa que no tiene oportunidad al no ser alfa.
Y era así, en Beauxbatons solamente se permitían relaciones entre alfas y betas, cosa que no pasaría al todos ser estudiantes omegas de ambos sexos y solamente betas femeninas.
Era más seguro para todos así.
En cambio en otro colegio un azabache preparaba su contenido para las diferentes clases que brindaría.
Era el profesor de defensa contra las artes oscuras y no podía estar con fallas o de lo contrario alguno de sus estudiantes saldría lastimado.
El toque en la puerta hizo que alzara la vista de uno de los libros y emitiera un fuerte y claro: "pase"
La profesora McGonagall entró al lugar.
—Permiso, vengo a comunicarte que las escuelas Beauxbatons y Durmstrang llegarán al anocher para que estés preparado y cuides que los estudiantes no le falten el respeto a ningún invitado—la mujer le dio una mirada de reproche—. En especial a los de Beauxbatons, son muy elegantes.
—Está bien profesora McGonagall, Yi me encargo.
—Gracias Riddle—y salió del salón.
Tom Riddle siguió con su deber. Le costaría cuidar a los de Beauxbatons sabiendo cómo eran los estudiantes que ese año estudiaban en Howarts.
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