━━━Epithymia 19
—Deberías dormir—dijo Tom mirando a Dorien que se giró a verlo, aún sentado en su escritorio mientras revisaba las tareas de sus estudiantes.
—No tengo sueño—exclamó—, es raro porque quiero descansar, pero mi cuerpo está muy activo.
Y el alfa se levantó de la cama para caminar hacia el omega.
—Ven conmigo—dijo extendiendo su mano hacía el omega que se la sostuvo, justo cuando el alfa uso la aparición.
Dorien cerró sus ojos, había aprendido hace años la aparición, pero aún le molestaba usarlo con los ojos abiertos. Eso sí le mareaba.
—¿Ya llegamos?—preguntó sin abrir los ojos.
—Sí, ya puedes mirar—y el omega dudoso lo hizo. Frente a él se encontraba una inmensa bañera o una piscina no lo sabía en verdad.
—¿Dónde estamos?
—El baño de los prefectos—dijo Tom antes de lanzar un hechizo impidiendo el paso de cualquiera que fuera hacía ahí.
En esos momentos quería que su omega se relajara y nadie lo molestara.
—Así que este es el baño de los prefectos—y el alfa asintió. Dorien soltó una risita—. Con razón decía Lucius que te gustaba estar aquí, no te culpo es increíble.
—Lucius es un chismoso—respondió Tom abriendo los grifos para que el agua empezase a correr—. ¿Qué haces?—preguntó alarmado mientras se volteaba al ver como Dorien empezaba a quitarse la ropa.
—Me voy a bañar, no desaprovechare la oportunidad de usar esta bañera—el omega que simplemente se había quitado las pantuflas y el pantalón de pijama, quedando en una camisa de Tom, la cual ese mismo día le había robado para usarls, y ropa interior—. ¿Estás nervioso?
—No.
—Mientes—y Dorien se colocó frente a Tom que apartó la mirada brevemente, no quería faltarle el respeto al omega—. Tom, mírame.
Y el alfa lo hizo, sus ojos se enfocaron en él rostro del Karvagiannis que rió divertido ante lo fuerte que Tom quería mostrarse. Tomó las manos del alfa y las llevo a su cintura mientras él lo abrazaba por el cuello.
—Eres un omega tan malo—regañó Tom acariciando la cintura de Dorien que sonrió ampliamente.
—No tanto como tú—y dejó un beso en las comisuras de los labios del alfa—. Un alfa que se coló en mi habitación cuando estaba en celo hace seis años.
Y Tom abrió los ojos desmesuradamente al escuchar las palabras del omega.
—¿Cómo lo supiste?
—Nagini.
—¿Aprendiste pársel?—inquirió bajando sus manos hasta las caderas del omega, sintiendo la cálida piel a través de la tela. Dorien asintió antes de separarse justo cuando Tom trató de besarlo en los labios.
El omega fue hasta el borde de la bañera bajo la atenta mirada del Riddle. Con cuidado se quitó la camisa dejándola caer al suelo. El alfa apartó la mirada brevemente, hasta que escucho como el omega se sumergía en el agua.
—¿Entrarás, alfa?—preguntó Dorien apoyando su rostro sobre sus manos, que tenía al borde de la bañera— El agua está muy tibia.
Y Tom miró al suelo del baño, notando que la ropa interior del omega estaba ahí. Dorien estaba desnudo, siendo ocultado por la espuma.
El alfa se quitó la camisa que usaba, y notó los ojos brillantes del omega puestos en él. Se acercó un poco más y se quitó el pantalón, aunque antes los zapatos. Y Dorien mordió su belfo inferior al ver al mayor solamente en un bóxer negro.
El griego decidió sumergirse en el agua unos minutos, procurando no caer en la tentación de ver a Tom desnudarse por completo. Al volver a la superficie notó que el alfa estaba ya dentro de la bañera, y sus mejillas se tornaron carmesí.
—¿A dónde fue tu valentía, Dorien?—inquirió Tom burlón al notar la mirada esquiva del alfa.
—Tonto—murmuró dándole la espalda; sin embargo, se estremeció al sentir los fríos dedos del alfa recorrer la piel en su espalda—, ¿qué haces?—inquirió aterrorizado tratando de girarse el recordar la cicatriz que estaba en su espalda.
—Hasta tus cicatrices te hacen hermoso, Dorien—y el omega jadeó cuando el mayor le hizo darse la vuelta para mirarlo.
Estiró su mano para apartar sus desproporcionados cabellos, los cuales le molestaban al pegarse en su rostro, y notó lo cercano que estaba Tom de él. Su omega enloqueció deseando que el alfa lo empujara contra el borde de la bañera, y lo hiciera suyo.
Movió su cabeza tratando de quitar esos pensamientos, quizás su celo sería pronto y por eso tenía esa clase de sucias fantasías en su mente.
Salió de su trance cuando sintió como lo sujetaban por la nuca y, abrió sus ojos desmesuradamente al sentir como sus labios chocaban con los de Tom. Su alfa lo estaba besando.
—Tom...—jadeó cuando se separaron y apoyó su cabeza en el hombro del alfa.
—¿Me permitirías cortejarte, Dorien Karvagiannis?
Y el omega gimoteó apartándose para cubrir sus labios. ¡Por Merlín! Él iba a decirle a Tom que se lo follara duro y fuerte, pero el alfa se salía con eso.
Definitivamente estaba sorprendido. No se esperaba, ni en sus más locos sueños, que el alfa que le gustaba desde los 12 años le pidiera de esa forma el cortejarle.
—¿Hablas en serio?—no lo podía creer.
—Muy en serio—y el omega soltó un chillido, y por poco se tira sobre el alfa, de no ser porque recordó la situación en la que estaban—. ¿Aceptas?
—Sí, acepto ser cortejado por ti—susurró jugando con las burbujas a su alrededor. La mano de Tom sujetándolo por la mandíbula, para que lo mirase.
Dorien mordió su labio inferior, y al soltar su belfo el alfa acarició este con su dedo pulgar.
—Quiero follarte tanto—y Dorien cerró sus ojos fascinado por lo que escuchaba.
—Hazlo—y expuso su cuello hacía el mayor. Espero sentir los labios de Tom sobre su piel, cosa que no pasó. Con duda abrió sus ojos y notó la sonrisa del Riddle.
—Aún no, pequeño omega, aún no es momento de que pueda someter tu cuerpo a mi—y simplemente le dió un corto beso en la mejilla—. Ahora relájate en esta ducha.
Y se alejó del omega para posicionarse en el otro extremo. Dorien se dió un pequeño peñisco para salir de su ensoñación. Y simplemente al notar la mirada de deseo del Riddle, se hundió en el agua, no sin antes notar como el vitral de sirena frente a él, le daba un aspecto tentador a Tom.
—¿Puedo ir?—preguntó Harry mirando a Dorien que asintió. El cachorro se había mudado a la habitación del omega.
Estaban esperando el dictamen del ministerio de magia, pero todo indicaba que aprobarían la adopción.
—Claro que sí, no pensarás que te dejaría aquí, ¿o sí?
—Lily lo hacía—y Dorien suspiró abriendo su baúl, antes de caminar hacía el cachorro que estaba sentado en la cama. Se arrodilló y acarició la mejilla de Harry.
—Harry, lo que haya pasado con Lily, ya no te debe asustar, ni creas que se repetirá. Eso no pasará, ahora estás conmigo y todo estará bien, ¿comprendes?
—Sí mamá.
—Me encanta que me digas así—y revolvió el cabello del pequeño omega.
—A mí me encanta que seas mi mamá—y el omega le sonrió.
—Ahora cachorro vamos a elegir la ropa que usaremos en la primera prueba.
Y ambos omegas fueron hacía el baúl para elegir.
—Profesor Karvagiannis—llamó Madame Máxime haciéndole una señal al omega para que se acercara a dónde estaba el palco de profesores.
El griego acomodó la ropa de Harry antes de tomarlo en brazos para subir más rápido.
—Buen día—saludó, a lo que Harry movió su manita.
—Que tierno se ve con un cachorro—dijo madame Pomfrey mirando a Dorien que le sonrió en agradecimiento.
Sintió las feromonas a libros tras de él y sonrió levemente al saber que era Tom.
—Buen día—saludó el Riddle de manera baja, colocándose a la par de Dorien que le miró dulcemente—. Pásame a Harry para que te puedas acomodar.
Y el cachorro fue a los brazos del Riddle, mientras Dorien se sentaba junto a Madame Máxime. Al el omega estar sentado Tom se aproximó dejando al niño sentado entre Dorien y él. En donde el cachorro se sintiese a salvo, si en algún caso los dragones le asustarán.
—Ya vengo, guárdame el lugar—dijo Madame Máxime levantándose cuando fue llamada por Dumbledore. El Karvagiannis asintió permitiéndole que se fuera.
—Estoy ansioso, ¿quién crees que pasará en primer lugar?—preguntó a su alfa que lucía demasiado sereno.
—No lo sé, aunque espero que no sea Diggory—y el griego lo miró confundido.
—Pero es el campeón de Howarts, creí que lo apoyarías.
—Puede que sea de Howarts pero no lo apoyaré, ese alfa es un...—y Tom miró a Harry que comía un pedazo de pastel de calabaza—. No importa ya.
Y el omega mayor acarició la mano de su alfa mientras le sonreía.
—Después me dices—y el mayor asintió.
Y de un momento a otro el sonido de un cañón asustó a todos. Filch el vigilante había hecho sonar el cañón para dar inicio a las pruebas.
Y Dorien miró como un Galés verde común era colocado en la arena, protegiendo un huevo dorado. La persona que se enfrentaría al reptil era Fleur Delacour y el omega rezó para que la joven hubiese aprendido algo sobre lo que él enseñaba.
Fleur prevenida por Dorien Karvagiannis y Madame Máxime, supo que debía mantener algo de miedo, pero aún así salió a la arena a enfrentarse a su enemigo.
Con parsimonia puso en trance al dragón y se quedo dormido, pero en un momento roncó y le lanzó una bocanada de fuego que le quemó la falda. Dorien y el resto de Beauxbatons parecieron asustados, pero Delacour apagó el fuego lanzando un chorro de agua desde la punta de su varita y luego logró recuperar el huevo de oro.
A pesar de apagar el fuego sufrió fuertes quemaduras, que se notaron cuando salió de la arena.
Y cuando cambiaron al dragón, Dorien tragó grueso al ver que su hermano, Flavian Karvagiannis era quien hacía dicha acción.
El segundo en enfrentarse en la arena era Viktor Krum, quién tendría de oponente a un Bola de fuego chino. Para sorpresa de todos lo superó con facilidad, robando el huevo de la dragona, usando un embrujo de conjuntivitis.
La dragona se tambaleó, y sin querer rompió algunos de los otros huevos.
—¡Bruto!—gritó Dorien sin evitarlo al igual que su madre.
—¡Vil tramposo!
Y ante el escándalo, luego de que Selene Karvagiannis revisase a la dragona y le diera un rápido tratamiento, los jueces decidieron penalizar a Krum.
Y el último de la prueba era Cedric Diggory, que se enfrentaría contra un Hocicorto Sueco.
Tom rogaba, que por lo menos el dragón lastimase a ese desubicado alfa. Contra todo lo que esperaba, Diggory transformó una piedra en un perro y el dragón se distrajo, y Cedric logró recuperar el huevo de oro.
—Bajo la guardia—murmuró Dorien, y Tom no sabía de qué hablaba el chico, hasta que notó que Cedric recibía una quemadura en la mejilla de parte del dragón.
Y Tom sonrió, aunque esperaba más sangre en verdad. Nadie debería desear a su omega como él lo hacía.
¿Qué les
pareció
el capítulo?
Sí, al fin
actualice
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