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Después de ese incidente, el padre de Tae fue ahorrando cada centavo, por si cabía la posibilidad de que deba huir con su familia. Tenía conocidos en el extranjero, con quienes logró obtener asilo, si las cosas se ponían turbias.
Un año pasó, y Tae estaba celebrando sus 16 años. Edad que se supone, es la transición a la vida adulta. En cambio Tae, seguía oliendo a osezno —cría de oso— su fragancia de brotes de bambú, mezclado con talco de bebé, seguía presente.
Sus padres estaban sorprendidos que aún no se haya presentado, aunque uno de ellos estaba más que agradecido.
Recibieron el año nuevo con tranquilidad, armonía y muchísimo amor. Pues ellos, en su naturaleza, son bastante cariñosos. Les encanta mimar y ser mimados. Motivo por el cual su madre, cree que aún no se ha presentado. Pues Taehyung era muy consentido y mimado por ellos. Incluso fue mucho más, después que su hermano mayor se había ido a vivir a otra parte.
Taehyung estaba en el último año escolar, el cual daba inicio ese mismo día. Un primero de abril.
Tenía deseos de ver a sus amigos, pues en las vacaciones nunca pudo estar con ellos, debido a su hibernación. Supuestamente los adultos de su clan, ya no necesitan hibernar, pero él aún no cruzó la línea; sieguía siendo un osezno.
—Tete, mi cielo. Despierta, es hora de ir al colegio— su madre intentó despertarlo, era tiempo de salir de la hibernación y poder seguir con la vida como de costumbre.
—Ma… mami…— Tae había despertado hace unas horas, pero no había podido moverse, porque un extraño dolor en su espalda baja, en sus piernas y en su miembro, lo habían dejado sin habla.
—¿Cariño, te sientes mal?— su madre se extrañó que Tae no se haya levantado con esa energía tan característica de él. Amaba ir al colegio por sus amigos, y ahora estaba ahí, apenas pronunciando palabra.
Tae estaba de espaldas a su madre, como pudo logró voltear, moviendo las sábanas; acto que hizo esparcir su nuevo y apabullante aroma.
Las feromonas golpearon la nariz de su madre, era una fragancia muy intensa a miel, sin perder su característico aroma a bambú.
—¡Oh por la Madre Luna! ¡Te llegó tu primer celo!— su madre saltó de alegría y sin importarle nada abrazó a su hijo.
—¡¿Qué?! ¡No! ¡No quería!— lloriqueó Tae, amaba ser mimado por sus padres, crecer no estaba en sus planes, porque no le apetecía ser como los tarados de sus compañeros.
Babeando por personas que no los merecen, siendo controlados por sus hormonas y olvidando a sus padres y su amor incondicional.
Esa realidad él no la quería, amaba mucho a sus papás y no quería dejarlos nunca.
Fue tan feliz cuando llegó a los catorce años, y no pasó por ese cambio como todos sus compañeros. No le importaba que se burlen de él y le sigan diciendo bebé. Tae era feliz siendo uno.
Lastimosamente parece que su cuerpo no recibió el informe de no crecer y ahora estaba sufriendo el dolor de ese cambio.
—Mi bebé hermoso, hoy no podrás ir al colegio. Te voy a cuidar y mimar mucho para que no te duela tanto ¿Si?— su madre se hizo espacio en la cama y Tae se abrazó a ella inmediatamente.
—Mami, no sabía que olías tan bien. Siento que ahora hueles más delicioso, castañas con chocolate. Mmm~ muy delicioso— El olor de su madre al parecer aún podía calmarlo. Al menos eso fue un alivio.
—Eso es porque tu sentido del olfato ahora es más desarrollado. No sólo eso, todos tus sentidos lo estarán.
—Entonces… mami ¿Qué soy?— Tae levantó la cabeza del pecho de su madre y la miró fijamente, unos ojos color miel más intensos por el celo.
—¿No lo notaste? Eres un Omega, mi cielo. Uno precioso y verás que serás el más bello de toda tu escuela— le peinó el cabello que ya estaba sudoroso y pegado a su frente.
—Oh, qué mal. Yoongi quería que sea su Alfa— puchereó inconforme.
Su amigo del alma, JungKook, le había dicho que a Yoongi –su amor platónico del otro paralelo– lo escuchó decir que deseaba que Tae se presentara como Alfa, y así pedirle que sea “su Alfa”.
Esa declaración había alegrado a Tae en demasía, su amor platónico, al que no se atrevía a hablarle; había dicho que lo quería como pareja. Sin dudas ese fue el mejor día de su vida y la razón por la que se armó de valor y logró entablar una linda amistad con el Omega puma. Ambos esperando la presentación de Tae, para nombrarse una pareja formalmente. Aunque sabían que la mezcla de razas no estaba bien vista. Eso no les importaba, nadie iba a detenerlos y su madre le había apoyado.
Ahora, sus planes estaban arruinados. Al parecer, el destino mismo estaba en contra de ello.
—Mi amor, seguro que Yoongi no era el indicado. Tu pareja destinada debe estar en otro lugar— su madre trataba de consolarlo, pues ahora Tae estaba llorando a mares.
—¡Yo quería a Yoongi, a nadie más!— volvió a lloriquear.
—A veces la vida no es como uno espera, sólo debes aprender a adaptarte a los cambios. Si lo haces, verás que al final, resultarás con una mejor recompensa. Recuerda lo que siempre te digo, todo pasa por algo…
—Y mayormente, por algo mucho mejor— Tae completó la frase.
Su madre siempre tenía la razón, quizás en otro lado estaba su pareja destinada y ese alguien lo haría el más feliz del mundo.
—Ahora duerme, mañana irás al colegio— abrazó a su cachorro, que ese día dejó de serlo, para convertirse en un Omega precioso.
—¡No! Mami, debo ir hoy. Aunque llegue tarde, quiero ver a mis amigos ¡Porfis! Dijiste que hay medicina para esto, dámela y podré ir— pidió a su madre con esa mirada manipuladora de ojitos aguados y puchero pronunciado.
Sabía que nadie se resistía a esa técnica, o a su otra mirada de cuello levantado y mirada de anhelo y superioridad. Siempre le dijeron que esas dos miradas, eran de sus mejores armas.
—¿Por qué me miras así? Una no puede negarte nada~— le apretujó los cachetes —está bien, tú ganas. Te daré los supresores y por si acaso, te pondré un collar resistente.
—¿Para qué? No quiero perder mi glamour— protestó con un puchero.
—Sabes que a los lobos les encanta marcar Omegas, y tú ahora eres uno. Aunque no seas un lobo, igual estás en peligro. Por eso, mejor lo usas y así evitamos desgracias— dijo lo último y salió de la habitación.
Taehyung volvió a gruñir inconforme, definitivamente eso de crecer, no se veía nada cool.
Taehyung se alistó lo más rápido que pudo, al ducharse casi se desmaya. Tal parece que durante la hibernación, su cuerpo había decidido cambiar.
Ahora tenía una fina cintura que desembocaba en unas caderas más anchas, lo que ocasionó que tenga unas increíbles curvas. Ni qué decir de su trasero, no sabe cómo, pero eso ahora se veía tres veces más grande. Su pantalón de colegio apenas le entró, pues no sólo su trasero había aumentado de tamaño, también lo hizo sus muslos.
Realmente era un cambio bastante notorio, antes era tan escuálido que nunca parecía que era del clan de Osos. En cambio ahora, sí que lo parecía.
Tampoco pudo evitar mirarse al espejo, su rostro se veía más definido. Él mismo se veía cómo alguien “hermoso”. Y eso que nunca fue fanático de verse en un espejo y adularse. Pero ahora, ahora era otro el cuento.
Tomó su celular y escribió a su amigo de inmediato.
~Kookie~
¿Dónde estás? ¡Llegué hace diez minutos!
No puedo creer que tú, TÚ, vayas a llegar tarde.
Tanto sueles fanfarronear que nunca te atrasas.
¡Ahora tendrás una llamada de atención!
JAJAJAJAJAJAJAJA
~Yo~
Haré como que no leí todo eso.
(`⌒´)
¡TE TENGO TREMENDA NOTICIA!
Llegaré tarde… pero tengo justificativo.
¡YA ME PRESENTÉ!
~Kookie~
¿¡QUÉ?!
¿Y QUÉ ERES? WAAA DIME, DIMEEEEEEE
~Yo~
Ya lo sabrás
⁽⁽ଘ( ˊᵕˋ )ଓ⁾⁾
~Kookie~
Tú, hijo de …
~Yo~
De qué
ಠಿ_ಠ
~Kookie~
De tu bella madre, ¿qué más?
Pero, ya hablando en serio ¿vendrás?
¿No es mejor esperar y ya mañana vienes?
~Yo~
Estoy bien, Kookie. No te preocupes, no es la gran cosa.
Así que, espérame~
~Kookie~
Cómo digas, ¡acá te espero!
Muriendo de ganas por saberrrrrrrr
~Yo~
Lo bueno se hace esperar (~‾▿‾)~
Una vez listos, la mamá de Tae condujo hasta el colegio. Encargando por milésima vez todo el cuidado que debía tener. Taehyung le aseguró que lo haría y que no se preocupe.
Al volver, se lamentó que su esposo se haya tenido que ir tan temprano de casa. No pudo presenciar el momento del cambio de su hijo.
Pero a la tarde, seguro que se llevaría una gran sorpresa. Y para celebrar, hornearía un delicioso pastel de fresas, ya que era el postre favorito de su esposo y su hijo.
A mediodía le sorprendió ver a su esposo en casa.
—¿Mi amor? ¡Qué sorpresa! No me dijiste que hoy venías para almorzar— abrazó a su esposo y le dio un dulce beso.
—Lo siento cariño, salí muy rápido ésta mañana. Además no vine para almorzar, necesito recoger algo que olvidé— respondió subiendo rápidamente rumbo a su despacho.
La señora Kim no podía aguantar la emoción de contarle a su esposo lo que pasó en la mañana.
—Mi amor, ¡nuestro cachorro hoy dejó de ser uno!— soltó la información totalmente emocionada.
El padre de Tae se quedó petrificado, deseando que le diga que su hijo era un Alfa.
—¿A-ah, si? Y… ¿Qué…
—¡Es un precioso Omega!— chilló su esposa, llena de alegría.
—¡No puede ser!— el padre de Tae lanzó un golpe al escritorio, rompiendo una parte de ésta.
La señora Kim se asustó con esa reacción, creyó que se alegraría, como ella.
—No puede ser— volvió a repetir, más bajo que antes.
Su cabeza daba vueltas, tratando de organizar sus ideas, recordando todo lo que llevó planeando por si esto ocurría.
—Mi amor, me estás asustando. ¿Qué tienes?— preguntó temerosa, al ver a su esposo como un loco, cerrando todas las cortinas, como si estuviera tratando de esconder algo.
De repente frenó en seco.
—¡¿Lo mandaste la colegio?!
—S-si, él no estaba mal. Mi amor… me asustas.
—Lo siento, lo siento. Allí no creo que le hagan nada— habló más para él que para su esposa.
—Tengo algo que decirte, pero lo haré mientras alistamos las maletas.
—¿Qué? ¿Por qué?
Y la respuesta llegó, mientras el señor Kim caminaba apurado a su habitación.
Le contó todo, desde el riesgo de quiebre de la empresa, la deuda y por último el problema con los prestamistas. Aclarando el detalle de la amenaza implícita de quitarles a su hijo, si se presentaba como Omega, a modo de pago por el préstamo.
La señora Kim lloró junto a su esposo, no le culpó de nada, sólo lamentaba la sociedad en la que vivían. Su esposo le pidió perdón de rodillas por su ingenuidad. Ella le dijo que no era su culpa y juntos alistaron todo para salir del país ese mismo día.
Ella también tenía contactos, y logró comunicarse con ellos. Ambos tenían sus respaldos por si las dudas.
Ahora sólo les quedaba ir a recoger a su cachorro.
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Holas pixelitos de mi corazón! 🥰💜
Acá les traigo el primer capítulo de este nuevo Fic. Sé que les dije que empezaríamos en cuanto termine Save Me.
Pero me di cuenta que ya pasamos los 200 seguidores! 😍
Así que a modo de celebrar, decidí comenzar de una vez ésta historia 😏
Espero les guste 👀
Cuídense mucho 🥰 las amito 😘
Bye 💜
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