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007

La noche había sido movida, por lo que TaeHyung y Danielle estuvieron de acuerdo en compartir cama, al menos por esa noche.

Podía parecer romántico, pero la verdad es que no era así.

La Ruber dormía en una esquina de la cama, recostada de lado, abrazando su almohada con las piernas y sus brazos; uno estaba cerca de su pecho y en el otro se apoyaba su cabeza.

Por su parte, el Amethystos ocupaba la mayor parte del colchón. Sus piernas y brazos estaban estirados, asemejando su pose a la figura de una estrella de mar y su almohada ya había caído al suelo, así que, tanteando entre sueños con su mano, quería arrebatarle la de Danielle.

Por lo menos estaban vestidos, porque si no, ya sería el colmo de su indecencia.

Justo cuando TaeHyung logró quitarle la almohada a Danielle, la susodicha se despertó de sopetón, con su respiración agitada y una terrible preocupación.

-¡TaeHyung, por favor!¡Despierta!

Tal vez fue la angustia en su voz, o la fuerza con la que agitaba al chico, pero el susodicho despertó y lo primero que hizo fue abrazarla con fuerza.

-¿Qué ocurre, Dan?-estaba sumamente asustado, más al ver el rostro de la pelinegra.

-Ayúdame a despertar a los demás, Tae ¡No podemos perder tiempo!

El castaño no preguntó y sólo la siguió.

Para cuando salieron del departamento, en el balcón compartido vieron a, YoonGi, JiMin JungKook, y a Margaret llamando a la puerta de Sophie y Sabrine.

Una vez las aludidas salieron, se unieron al resto del grupo.

-¿Qué pasó?-preguntó YoonGi-. JungKook no nos dijo nada. Sólo nos hizo venir hasta acá.

-Nos van a atacar-soltaron Margaret y Danielle al unísono.

-¿¡Qué!?-exclamaron los demás, incrédulos.

-En mi visión salía que el conocido de JiMin y YoonGi lideraba un grupo bastante grande de vampiros que venían a atacarnos-explicó la pelinegra con rapidez.

-Y en mi sueño se ve claramente como se acercaban al amanecer. Saben de nuestro plan y quieren matarnos-siguió la rizada y soltó un sollozo-. Debemos darnos prisa. Son las cinco de la mañana y falta poco para que amanezca...Y yo no quiero volver a ver cómo me arrebatan a quienes amo.

JungKook se acercó a "su ama" y la abrazó con fuerza, dejándola llorar en su pecho mientras intentaba calmarla.

-Esto es lo que haremos-Danielle reaccionó primero-. YoonGi con su bilocación puede llevar hasta Maphille los documentos importantes y el dinero que tenemos en la caja fuerte junto a las tarjetas de crédito e irá en la camioneta para que llegue más rápido. Los demás vamos a alistarnos rápido. Tomaremos la colección de mochilas de Margaret y en ellas pondremos sólo lo esencial que necesitemos, algo de comida y botellas de sangre. No pueden pesar mucho porque tenemos que correr ¡Andando, vamos!

Enseguida comenzaron a moverse y a poner en marcha el plan de la pelinegra.

Para cuando el doble de YoonGi ya iba a mitad de camino hacia Maphille y los demás recién comenzaban a salir de la casa por el patio trasero, el amanecer ya despuntaba.

Se miraron entre sí con un toque de miedo inundando sus miradas.

Danielle se acercó a TaeHyung, besó cortamente sus labios y le entregó su mochila.

-Tú eres más rápido. Adelántate y lleva nuestras cosas. Nosotros tardaremos un poco aquí.

-No, no, no, no, Danielle. No puedo dejarte sola-negó el castaño una y otra vez-. No puedo dejarlos solos.

-Tae, es necesario-Sabrine se acercó a él y apretó sutilmente su hombro a modo de apoyo.

El muchacho suspiró rendido y aceptó todas las mochilas y las acomodó lo mejor que pudo.

Su mirada coincidió con la de Danielle y le robó un rápido beso.

-Volveré...lo prometo.

Finalmente, cuando TaeHyung salió corriendo a toda velocidad, los otros siete entraron rápidamente a la mansión para buscar algo con lo que defenderse. YoonGi estaba ligeramente débil por el uso de su bilocación y querían reservar las energías de JiMin para cuando tuviese que usar de urgencia su telequinesis y cronoquinesis.

-Ya estan aquí-murmuró JungKook. Sus vellos se erizaron. Los sentía. Sus oídos podían escuchar la marcha y sus ojos lograron distinguirlos, más no estaban tan distantes como esperaba.

Cuando los siete volvieron al patio con espadas, palos o simplemente su propia fuerza, fueron recibidos por un considerable número de vampiros que variaban de Ruber hasta Smaragdus y todos venían armados como se hacía en tiempos antiguos: antorchas, lanzas y rastrillos.

Como bien había dicho Danielle, al frente del grupo estaba aquel capataz al que le habían confiado parte de su plan y miraba al grupo de los que ahoran eran considerados traidores.

-¡Ustedes quieren acabar con nosotros!-exclamó el susodicho-¡Pero nosotros acabaremos con ustedes primero!

-¡No eres más que una rata inmunda, GaHyuk!¡Traidor!-gruñó JiMin, pero el sujeto sólo soltó una risa irónica y se dirigió a quienes venían tras de él.

-¡Ahora!

Gran parte de los que portaban antorchas las lanzaron en dirección a la mansión y el fuego comenzó a propagarse, pero el grupo de siete estaba demasiado ocupado intentando defenderse de sus agresores como para darle importancia a ello.

Se enfrentaban a vampiros con diferentes habilidades, y aunque estaban en desventaja en cuanto a cantidad, lograron dejar, o muertos, o bien inconscientes a unos cuantos.

Sabrine aprovechaba su gran fuerza al máximo.

JiMin, a la par que repartía golpes, usaba su telequinesis en cualquier objeto que estuviera a su vista para defenderse mejor a él y sus amigos así como también para alejar a unos cuantos y ¿por qué no? estrellarlos contra la primera superficie dura que viera.

JungKook agudizaba sus sentidos para predecir los movimientos del enemigo y usarlos a su favor.

Y los demás sólo podían valerse de la fuerza y habilidades naturales de sus cuerpos.

Parecían estar ganando, pero, inesperadamente, el enemigo logró encerrarlos en un círculo.

Los siete estaban hombro contra hombro, y, viendo las macabras sonrisas de sus atacantes mientras caminaban con lentitud hacia ellos, supieron que era su fin.

Se tomaron las manos mutuamente con fuerza y se regalaron sonrisas de despedida antes de cerrar sus ojos y esperar lo peor.

Pero aquello nunca llegó.

En cambio, los gritos de horror de los atacantes resonaron por todo el lugar.

Los siete en medio del círculo abrieron sus ojos y quedaron pasmados ante la vista.

Allí estaba TaeHyung, sabían que era él pero no lo parecía. El chico era rodeado por una extraña aura oscura, sus venas, absolutamente todas, brillaban de un color dorado brillante al igual que sus ojos lila. Con su extrema rapidez y una fuerza que sabían un Amethystos como él no podía poseer, se abría paso entre el enemigo, asesinando a todo aquel en su camino.

Algunos corrieron con la suerte de poder huír, pero la gran mayoría terminaron manchando el césped con su sangre y la cabeza separada de sus cuerpos.

-¡Detén el tiempo para ellos, ahora, JiMin!

El peliplateado reaccionó de inmediato a las palabras de TaeHyung y, en efecto, el tiempo para sus contrarios quedó detenido.

-¡Rápido!¡Hay que movernos antes de que JiMin no pueda retenerlos más y lleguen con refuerzos!

TaeHyung, tomó la mano de Danielle y comenzó a correr. Los demás también se tomaron de las manos y los siguieron. Nadie se quedaría atrás.

Estuvieron corriendo por casi dos horas hasta que se detuvieron en el lugar donde TaeHyung había dejado las mochilas.

-¿Está...bien que...paremos?-con su voz agitada, Sophie preguntó.

-No los siento-afirmó JungKook soltando un jadeo al dejarse caer en el suelo.

-Debemos parar-rogó JiMin. Sus ojos luchaban por mantenerse abiertos y Sophie corrió a él para cargarlo justo en el momento que cayó desmayado.

-Desde aquí podemos caminar-asintió Danielle, comenzando a abrir las mochilas para sacar sangre y frutas y extendérsela a sus compañeros para reponer energías.

-Pero no podemos detenernos-intervino YoonGi-. No sabemos si nos pueden alcanzar o no, así que seguiremos caminando. Mi doble acaba de llegar a Maphile, y en cuanto deje la carga en la mansión viene a por nosotros.

-¿Y JiMin?-quiso saber Margaret-. Se ha desmayado ¿Estará bien?

-Claro que sí-Sabrine le sonrió a la rizada, tranquilizándola-. Sólo necesita descansar. Ha hecho demasiado uso de sus dones. Es normal que quede agotado.

Luego de eso, volvieron a andar en dirección al clan que poco a poco habían logrado armar, y no comentaron absolutamente más nada en el camino.

Ciertamente, todos querían saber el por qué TaeHyung había adoptado aquella apariencia (que aún se mantenía a la vista) y aquella fuerza con la que había acabado con más de treinta personas en menos de dos minutos.

También querían saber qué era aquella aura que antes rodeaba al Amethystos y ahora los cubría a todos.

Pero ninguno preguntó. Esperarían a llegar a su nuevo hogar para hacer preguntas pues se notaba a leguas la incomodidad del castaño.

Incluso Sophie se coló en su mente con discreción y se percató de que él estaba tan o más confuso que los demás.

Definitivamente, TaeHyung era una gema oculta bajo una fachada de Amethystos.

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