006
Danielle bufaba una y otra vez y se removía incómoda en su cama.
Al parecer, YoonGi, JiMin, Sabrine y Sophie se habían tomado muy en serio lo de hacer una orgía, y el bullicio parecía no tener fin. Por otra parte, Margaret y JungKook decidieron unirse a la fiesta, pero siendo sólo ellos dos, por lo que hacían aún más ruido; y como el departamento de Danielle quedaba justo en medio de los de sus amigas, podía escuchar con claridad cada gemido que salía de los otros inquilinos con los que compartía casa.
Su mente se iluminó al saber que TaeHyung estaba en su habitación, así que se levantó y caminó hasta allí. Quería molestar al chico un rato.
Frunció su ceño cuando se lo encontró recostado en su cama, leyendo un libro.
¿Cómo puede leer tan tranquilamente con toda la bulla?, se preguntaba la Ruber, pero prefirió guardar su duda para más tarde, así que simplemente se lanzó a la cama y se acurrucó en el pecho ajeno, buscando curiosear en la lectura del castaño.
-¿Qué lees?
-Lust Demon. Es literatura moderna. JiMin me lo recomendó.
-¡Ohh!-asintió la fémina-. Es buena. Aún espero a ver la secuela que su autora quiere sacar.
-Ya-aplanó sus labios y bajó el libro, dejándolo sobre su abdomen-¿Se puede saber a qué se debe tu honorable visita?
-Como puedes oír, la mansión está compitiendo contra los gallineros por ver quién hace más ruido, así que quise venir a molestarte un rato.
TaeHyung enarcó una ceja y coló su brazo libre por debajo de la cintura de Danielle para atraerla más hacia su ser y acariciar su espalda.
-¿Me vas a morder?-Danielle se lo pensó, pero terminó negando con la cabeza-¿Me vienes a follar?-ahora la fémina se encogió de hombros-¿Desde cuándo vienes a mí así porque sí?
-Porque me gusta molestarte y no podía dormir-explicó la pelinegra-. Y ya que estás leyendo, me vengo a unir a la lectura.
El castaño se le quedó mirando por unos segundos más donde sus ojos coincidieron y terminó sonríendole a "su ama".
-Como gustes, mi dama loca.
Durante un par de horas más, se mantuvieron en la misma posición, leyendo la misma obra, en completo silencio (al menos entre ellos pues de fondo se escuchaban unos cuantos gritos de gloria), y aunque se les hizo extraña tanta paz, simplemente lo dejaron ser.
-¡Woah! Necesito invocar a un demonio con urgencia-exclamó Danielle apenas hubieron terminado de leer el libro.
En respuesta, TaeHyung la miró con sus cejas alzadas y lanzó el libro a quién-sabe-dónde antes de recostarse de lado, de modo que su nariz rozaba con la femenina.
-¿Para qué quieres un demonio si me tienes a mí?
La Ruber soltó una risilla y negó con la cabeza.
-¿Celoso?-la mirada del Amethystos se lo dijo todo-. Si te sirve de consuelo, te puedo confesar un secreto.
De inmediato la características sonrisa cuadrada de TaeHyung apareció y se acercó más a "su ama" para escuhar lo que tenía que decirle.
Pero en vez de palabras, recibió una placentera mordida en la zona del hombro que lo hizo temblar como hoja.
-Nada se compara al exquisito sabor de tu sangre.
Ahora la sonrisa del chico se había ampliado más y sus brillantes ojos lilas coincidieron con los rojos de Danielle. Le mostró una mueca de orgullo y la chica sólo rió.
-Ajá. Ya sé que soy un encanto por dentro y por fuera pero ¿puedes, por favor, apartarte un poco? Yo también necesito clavar mis colmillos en ese lindo cuellito que tienes.
La pelinegra no se negó. Al contrario, estiró más su cabeza para que el castaño tuviese más acceso y jadeó gustosa ante el contacto de los colmillos del chico contra su piel.
Para cuando TaeHyung decidió parar, Danielle lo tomó por sorpresa al empujarlo y posicionarse a horcajadas suyo.
Compartieron una pícara mirada y se sonrieron.
-Dime ¿Quieres unirte al bullicio?-propuso la fémina-. Ya sabes, como dicen por ahí; si no puedes contra tus enemigos...
-Hum...acepto gustoso con una condición, belleza-la pelinegra asintió-. Esta noche mando yo.
Danielle lo miró a través de sus ojos entrecerrados y bufó.
-Ya sabía yo que llevabas mucho tiempo sin decir algo estúpido.
TaeHyung blanqueó la mirada y tomó completamente desprevenida a la chica cuando le propició una nalgada que hizo eco por toda la habitación y logró sacarle un suave gemido a la fémina.
-¿Ves?-le sonrío con burla. Volvió a darle otra nalgada, esta vez más fuerte, y sonrió victorioso cuando sintió su vientre humedecerse pues recién se percatarba que Danielle no llevaba ropa interior y sus fluidos comenzaban a correr por sus muslos internos como agua de cascada-¡Ah! Amo ver con la facilidad que puedo formar un mar entre tus piernas.
La Ruber suspiró con pesadez y apoyó sus manos en el pecho del Amethystos para comenzar a mover sus caderas y hacer que ambas intimidades rozaran.
Sin embargo, el castaño no demoró en sujertarla por la nuca al momento de sentarse sobre el colchón y aprovechó su cuello expuesto para besar y lamer a gusto. Sabía lo mucho que le gustaba a Danielle que la mordiera, pero quería hacerla rogar por ello.
Con una ladina sonrisa, empujó a la fémina para que quedase recostada y procuró que su cabeza sobresaliera sutilmente del borde de la cama.
Se tomó su tiempo para quitarle aquella bata que tenía por pijama y besó cada centímetro de su piel desnuda, asegurándose de dejar ansiosa a la chica con aquella lamida a su clítoris.
Se levantó de la cama y comenzó a desvestirse. Sus ojos en ningún momento abandonaron los de la Ruber y le sonreía pícaro.
Que Danielle aceptase ser dominada por él durante todo el rato que aquello durase, era algo que sin dudas debía aprovechar al máximo.
Una vez desnudo, masturbó lentamente su falo bajo la ansiosa mirada de la pelinegra y se acercó a dónde casi colgaba su cabeza.
-Abre esa linda boquita, preciosa.
Danielle no hizo siquiera el amago de quejarse. Estaba encantada con esa fase de TaeHyung y con mil placeres haría todo lo que él le pidiese que hiciera, así que obedeció y abrió su boca y sacó la lengua, ansiosa por saborear ya aquella goteante erección.
Estando de pie, el castaño comprobó que la altura entre su entrepierna y el rostro de la pelinegra era la ideal, así que jugó con ella un rato. Pasaba el glande por los labios y mejillas contrarios, no sólo amando el roce, sino también el rostro de frustración de la Ruber.
Decidió dejar de torturarla y no se detuvo hasta sentir la campanilla de la Ruber rozar su glande. Fue entonces que comenzó un vaivén de caderas en el cual variaba la velocidad a cada rato sólo para no agobiar demasiado a la chica, quien, a pesar de las lágrimas acumuladas en sus ojos producto de las arcadas aguantadas, gemía entrecortadamente.
Para tener un mejor movimiento, las manos del chico se apoyaron en el torso de la fémina, quien apretaba sus muslos con fuerza. Fue él quien los separó para colar su mano en medio de ellos y acariciar la zona con delirio, embelesado por los jadeos agudos de Danielle. Con la otra extremidad masajeó alternativamente sus senos y los apretaba con cada succión que la pelinegra lograba hacerle a su glande.
Los gemidos de TaeHyung y los jadeos amortiguados de Danielle inundaron el lugar.
Las piernas de la fémina comenzaron a temblar pues los masajes del chico en su intimidad la tenían cerca del orgasmo y cuando él también estuvo cerca del suyo, se apartó repentinamente, riendo antes las quejas de la pelinegra.
-En cuatro, mi ama-canturreó con ironía.
La Ruber rodó sus ojos pero obedeció e incluso meneó su trasero de lado a lado, escuchando las risas del Amethystos de fondo.
Jadeó cuando volvió a notar la mano del chico en su intimidad y mordió sus labios gustosa, sintiendo gustosamente cada beso que recibía en su espalda y hombros.
Sus piernas temblaron y sus vellos se erizaron cuando TaeHyung le susurró al oído con una ronca y aterciopelada voz:
-Quiero oírte rogar por que te muerda y te de ese delicioso orgasmo que tanto deseas.
Sin embargo, sentía que el Amethystos ya había pisado demasiado su orgullo como para hacerla perder el poco que le quedaba.
-En tus sueños, TaeHy...¡Ah!-un gemido cortó su frase.
El castaño le había dado otra fuerte nalgada y volvió a hacerlo antes de hablar nuevamente.
-Seguiré nalgueándote hasta que aceptes, belleza-negó divertido con la cabeza mientras estiraba su mano a la mesita de noche para coger un condón y colocárselo.
Pero la pelinegra simplemente soltó una risilla irónica y negó con la cabeza.
-Tú lo pediste, nena.
Y con eso, comenzó a golpear con su mano abierta los glúteos de la Ruber una y otra vez, y la susodicha no sabía más que gemir y gruñir cuando, quería tocarse a sí misma o apretar sus muslos y TaeHyung se lo impedía.
Sólo cuando la desesperación le ganó, fue que exclamó:
-¡Ya está bueno, joder!¡Fóllame de una vez, TaeHyung!
-A la orden, mi ama.
Y sin más, entró en ella de una sola estocada, sacándole un agudo gemido a ambos.
En ningún momento las embestidas fueron suaves, más bien salvajes y profundas, llegando al punto que ambos gemían sin control, opacando el ruido fuera de aquellas cuatro paredes.
Estando cerca de sus orgasmos, Danielle llevó una mano a masajear su clítoris y TaeHyung jaló de su cuello hacia atrás, dejando su mano reposar en la garganta ajena y, sin parar sus movimientos, llevó sus colmillos al hombro de la pelinegra.
Aquel fue el punto detonante de la gloria de ambos y apenas se pudieron sostener luego de ello, desparramándose en el colchón.
Estando uno al lado del otro, se regalaron amplias sonrisas y se aproximaron mutuamente para chocar sus labios en un cansado pero pasional beso.
-Prepárate, nena, porque la noche aún no termina.
⋇⋆✦⋆⋇
-Fue JiMin quien lo encontró, pero ambos lo conocemos. Este capataz es...digamos un amigo-explicaba YoonGi-. Es coreano al igual que nosotros y nos hacía las historias de lo crueles que habían sido sus padres al querer meterlo en el negocio de los esclavos, pero dice que no tiene otra opción.
A excepción de JiMin, el resto se le quedó mirando con duda, sobre todo Danielle, Sophie y Margaret, pero al final terminaron asintiendo.
L
os ocho estaban reunidos en la sala de estar. Siendo apenas las diez de la mañana, tomaban su desayuno (que no era más que botellas de sangre y algunas frutas) en armonía mientras veían cualquier cosa en el televisor.
Fue entonces cuando YoonGi recordó lo que JiMin le había comentado y se lo transmitió a las chicas líderes de todo aquel movimiento.
-Bien. Pueden hablar con él y ver si nos ayuda a desviar un par de esclavos a nuestros territorios para que el clan crezca-aceptó Danielle-, pero no entren en detalles ni le den la dirección del lugar. Eso es sumamente secreto.
-¿Y cómo llegarán los esclavos a su destino entonces?-quiso saber JiMin.
-Antes de ir a verlo, acompáñenme a la biblioteca. En el escritorio está la ubicación del lugar que usamos para recibir a los esclavos-comentó Sophie, terminando de masticar un pedazo de manzana-. Las personas a cargo de la construcción del clan, son los encargados de recibir a los esclavos y ubicarlos. Son unos Amethystos que trabajaban de sirvientes en casa de mis padres y antes de que los mataran yo los compré con la excusa de que los necesitaba aquí y los puse a constituir su nuevo hogar.
-Es un buen plan-confesó TaeHyung.
-Nadie más que nosotros podemos saber la verdadera ubicación de Maphille-agregó Margaret.
-¡Oh! Me gusta el nombre-asintió Sabrine con una sonrisa.
-Ajá. Pero, dejando todo eso de lado-JungKook aclaró su garganta-¿Se puede saber qué nos pasó anoche? Cuál de los ocho hizo mayor escándalo.
Fue entonces cuando el salón se convirtió en lo más parecido a un verdadero gallinero posible. Todos se defendían y alegaban que no habían sido ellos los escandalosos y le echaban la culpa a otros.
-¡Suficiente!-el grito de Margaret logró dejar la sala en silencio y a un JungKook aturdido, a quién le pidió disculpas indirectamente con una apenada sonrisa-. Aquí la verdadera pregunta debería ser: ¿Cómo va a quedar distribuído el cuarteto?¿Van a mantener una relación múltiple o ya van a dividirse en parejas?
Definitivamente aquella fue la pregunta del millón, pues ninguno de los cuatro supo responder, a lo que TaeHyung bufó.
-Después dicen que Dan y yo somos un caso.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro